Tener problemas con los padres nunca es divertido. Es posible que sus reglas y exigencias parezcan poco racionales e injustas, y algunas veces difíciles de seguir para mantenerse alejado de los problemas. Sin embargo, si te haces responsable de tus actos, hablas con tus padres honesta y calmadamente, y haces cambios positivos para mantenerte alejado de los problemas, tu vida será mucho más fácil.

Método 1
Método 1 de 4:
Hablar con tus padres

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    Pregúntales cuándo puedes hablar con ellos. Planea conversar con uno o tus dos padres. Pregúntales cuándo pueden hablar, un momento en que no estén ocupados haciendo la cena o se estén preparando para salir a trabajar. Dedica un tiempo para hablar seria y abiertamente con ellos sobre lo que te está metiendo en problemas.
    • Apaga el televisor y tu celular para que pongas total atención en la conversación.
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    Planea qué es lo que vas a decir. Saber lo que dirás te ayudará a descubrir las partes más importante en las que hay que enfocarse. Planearlo también te ayuda a transmitir lo que sea difícil y por las que probablemente tengas nervios de decir.[1]
    • Hacer un plan también te ayudará a saber qué es lo que quieres obtener al final de la conversación. ¿Quieres que te castiguen menos? ¿Quieres tener un celular? ¿Quieres ir a un concierto con tus amigos? Descubre qué es lo que quieres, pero sé realista. Si ya estás metido en un problema, no esperes que tus padres de pronto cambien de opinión luego de haber tenido una conversación tranquila contigo.[2]
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    Hazte responsable de tus acciones. Discúlpate por lo que hayas hecho mal. Tus padres apreciarán si aceptas que has actuado mal. Pedir perdón ayuda mucho.
    • Incluso si no crees que hayas hecho algo mal, trata de entender el problema desde el punto de vista de tus padres. ¿Cómo observan ellos tus acciones?
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    Di la verdad. A lo largo de la vida, es bueno siempre decir la verdad. Los padres conocen muy bien a sus hijos así que es fácil para ellos detectar las mentiras. Si mientes desde un inicio, puedes quedar atrapado si tus mentiras no concuerdan. Aunque no sea fácil decirla, tus padres valorarán tu honestidad y madurez al decir la verdad.
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    No te enojes con rapidez. Mantener un buen temperamento ayuda a la causa, debido a que con eso demuestras que puedes tener una conversación tranquila y madura sin ponerte automáticamente a la defensiva o decir algo irrespetuoso.[3]
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    Comprométete. Es posible que no estés totalmente libre de una castigo luego de haber conversado con tus padres, pero puedes tratar de mejorar las condiciones para ti. Es probable que, poniendo un poco de tu parte, tus padres hagan lo mismo.
    • La conversación debe señalar también qué es lo que debes hacer para dejar de tener problemas en el futuro.
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    Sé respetuoso y positivo. Habla con tus padres de forma respetuosa, sin sarcasmo ni enojo en tu voz. Escucha lo que tengan que decirte, incluso si no estás de acuerdo con eso. Seguro querrás que te traten de la misma forma, así que escucha atentamente cuando te estén hablando.[4]
    • Ten en cuenta que tus padres también son seres humanos y pueden estar estresados de la misma forma que tú. Ten una actitud positiva y ten en mente que eso es momentáneo.
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    Pídele a tus hermanos que hablen con tus padres. Es posible que tus hermanos, y sobre todo los mayores, sean buenos al representarte frente a tus padres. Ellos los entienden y saben por lo que has pasado. Es probable que tus hermanos puedan convencerlos de que no sean muy duros contigo o puedan hacerles ver las cosas desde tu punto de vista.
    • Es posible que debas hacer algo bueno por tus hermanos en caso de hablen con tus padres en tu nombre. Hazles o cómprales un pequeño regalo, u ofrécete a hacer los quehaceres del hogar por ellos.
    • Asimismo, pregúntale a un adulto confiable que hable con tus padres. Si no tienes una buena relación con ellos, puede ser de mucha ayuda hablar desde un principio con otro adulto confiable. Esta persona puede ser un tío o tía, abuelo, profesor o instructor.
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Método 2
Método 2 de 4:
Llevarte bien con tus hermanos

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    Ignora el comportamiento de tus hermanos. Es normal que los hermanos lleguen a fastidiarnos o hagan cosas que nos molesten. Pero lo ideal es que no les hagas caso ya que si peleas con ellos, probablemente esto cause que te metas en problemas con tus padres. Existen muchas probabilidades de que tus hermanos hagan esto porque quieren llamar tu atención o están aburridos. Sin embargo, si ignoras este comportamiento, eventualmente te dejarán en paz y se enfocarán en otras actividades. Esto evita que te involucres en una pelea y te mantiene alejado de los problemas.[5]
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    Sé maduro. Es posible que algunas veces tus padres te traten injustamente y tus hermanos reciban un mejor trato; por ejemplo, cuando ellos puedan quedarse hasta tarde o puedan ver una película que tú no. En vez de enojarte o pelear, muestra lo maduro que eres al aceptar que puedes soportar el hecho de no siempre obtener lo que quieres. Esto evitará que pelees con tus padres.
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    Habla con tus padres sobre el comportamiento de tus hermanos. Si tus hermanos realmente están provocándote o se están metiendo en tus asuntos, habla con tus padres con calma. Explícales que estás siendo paciente con tus hermanos pero que también necesitas tu espacio y privacidad. Con esto, tus padres evaluarán cuán maduro eres.
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    Pasa tiempo con tus hermanos de vez en cuando. Muchas veces, cuando tus hermanos te fastidian es para llamar tu atención. Haz un tiempo para que hagan algo juntos, como ir a caminar o ver una película.[6]
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Método 3
Método 3 de 4:
Mantener una buena relación con tus padres

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    Forja confianza con tus padres. Si continúas teniendo problemas con ellos porque la cuenta de tu celular es muy alta o porque tienes malas calificaciones, esfuérzate para cambiar tu comportamiento y demostrar que pueden confiar en ti. Por ejemplo, hazte la promesa de mantener en control tus cuentas del celular y monitorea cómo lo usas al mes. Luego, hazles saber de forma humilde que has cambiado tu comportamiento y muéstrales la cuenta de tu celular cuando esté por debajo del límite.
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    Escoge las batallas por las cuales pelear. Algunas veces no vale la pena utilizar toda la energía en discutir sobre algo pequeño. Cuando pelean constantemente por cosas como qué comer o cuándo debes regresar a casa, tanto tú como tus padres se fatigan. Elige las cosas más importante por las cuales pelear y deja pasar las pequeñas.[7]
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    Haz que conozcan las actividades que disfrutas. Si tus padres no entienden lo que te gusta hacer, haz que conozcan sobre esto. Por ejemplo, llévalos al nuevo parque de patinaje o hazles escuchar la nueva música que te gusta. Diles acerca de lo que realmente te gusta de una actividad o de un pasatiempo. Hacer que se involucren en tu vida ayuda a que te entiendan mejor.[8]
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    Pasen tiempo juntos. Pasar con tus padres el mismo tiempo que pasas con tus amigos es una buena forma de conectarte con ellos. Planea conversar con ellos un poco, aproximadamente un par de veces a la semana y luego de ponerte al día con tus deberes para así poder contarles sobre tu día.
    • Programa, al menos una vez al mes, un día en especial para hacer actividades juntos, como ir de excursión, o trabajar en un pasatiempo o proyecto.
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    Sé considerado. Así como en cualquier otra relación que valoras, sé considerado y trata a tus padres de forma amable. Hazles favores o déjales una bonita nota.[9]
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Método 4
Método 4 de 4:
Mantenerse alejado de los problemas

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    Sigue las reglas. Tus padres tienen reglas que algunas veces pueden no tener sentido para ti. La mayoría de veces, estas reglas son para cuidarte y enseñarte buenos valores. Respétalas y síguelas.[10]
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    Ofrécete a hacer los quehaceres. La mejor manera para poner a tus padres de tu lado es ayudando en la casa. Hacer las tareas del hogar es un estresante adicional para cualquiera, y usualmente estas tareas son hechas por los padres para mantener un buen ambiente familiar. A medida en que vas creciendo, ofrécete a hacer más quehaceres, como pasear al perro, doblar la ropa, limpiar las ventanas o limpiar el carro.
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    Esfuérzate lo más que puedas en la escuela. Si te metes en problemas porque tienes malas calificaciones, trata de mejorar tu rendimiento escolar. Programa todos los días el mismo tiempo para hacer las tareas. Júntate con un grupo de estudio unos días antes de que haya un examen. Eventualmente y siendo optimistas, esto hará que tengas mejores calificaciones, pero al menos tus padres verán lo mucho que te estás esforzando para mejorar.
    • Consigue un tutor que pueda ayudarte en la escuela. Algunas veces tener un tutor puede costar, pero también es posible tener uno gratuitamente. Habla con el consejero escolar sobre esta última opción.
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    Mantén informados a tus padres. Cuando sepas que es posible que te metas en problemas por algo, organiza un tiempo para conversar con ellos nuevamente. Por ejemplo, diles por adelantado que sacarás malas calificaciones en una de tus clases. No obstante, la clave aquí está en decirles también qué es lo que harás para mejorar esa situación. Por ejemplo, diles que piensas pedirle al profesor ayuda adicional.
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