Este artículo fue coescrito por Klare Heston, LCSW. Klare Heston es una trabajadora social clínica independiente licenciada que reside en Cleveland, Ohio. Con experiencia en asesoría académica y supervisión clínica, Klare obtuvo su maestría en trabajo social en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia en 1983. También tiene un certificado de posgrado de 2 años del Instituto Gestalt de Cleveland, además de una certificación en terapia familiar, mediación, y recuperación y tratamiento de traumas (EMDR).
La vida puede ser estresante, en especial cuando sientes que los demás se comportan de maneras que te frustran. Podrías sentir que no corresponden el esfuerzo que realizas, o que sabes más y los demás deben seguir tus consejos. Sin embargo, para ser feliz, debes empezar a renunciar al deseo de controlar a los demás y enfocarte en controlar tu persona y tus emociones. Puedes olvidar este control desarrollando independencia emocional, moderándote y siendo más considerado con las necesidades y los deseos de los demás.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Desarrollar control emocional
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1Aprende a calmarte. En ocasiones, podrías notar que tratas de controlar a los demás dependiendo de ellos en gran medida para calmarte cuando estás alterado. Podrías exigirles que digan o hagan algo, y sentir que solo puedes calmarte si esta acción ocurre. Sin embargo, no debes depender de los demás para estar tranquilo; debes calmarte por tu cuenta. Aprende y desarrolla técnicas tranquilizantes para calmarte con más eficacia.[1]
- Podrías hacer algo como alejarte de la situación, escribir un diario, escuchar música o tomar un baño caliente.
- Desarrolla rituales constantes para calmarte, a fin de evitar que te alteres con frecuencia.
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2Controla tus emociones. Además de aprender a calmarte, debes aprender a controlar y moderar tus emociones. Por ejemplo, si bien podrías sentirte muy furioso o decepcionado de tu pareja por sus malos hábitos alimenticios, este no será un motivo para atacarla verbalmente, gritarle, decir malas palabras o tratar de manipularla para que adopte hábitos más sanos. Deja que tome sus propias decisiones. Cuando tus emociones empiecen a descontrolarse, dedica un momento a centrarte nuevamente para así poder responder de manera más lógica. Pídele un tiempo para alejarte de la situación y reflexionar sobre el motivo por el que te sientas así.[2]
- No trates de controlar a las personas con tus emociones ni uses la culpa para obligarlas a hacer algo.
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3Calma tus ansiedades. La ansiedad podría ser el motivo por el que tratas de controlar a los demás. Podrías sentirte inquieto, nervioso o muy preocupado de que tu compañero de trabajo no complete su parte del proyecto a tiempo. Debes esforzarte por moderar y controlar esta ansiedad, y centrarte en lo que puedas controlar y hacer por tu cuenta.[3]
- Se ha demostrado que el ejercicio calma la ansiedad.
- Hablar por teléfono con alguien de confianza también es útil.
- Respira profundo cuando tengas un momento de ansiedad y luego libera el aire con lentitud.
- En ocasiones, los comportamientos de las personas son perjudiciales para ti y estos te causarán ansiedad en lugar de la necesidad de control. Mantente alejado de quienes te causen tensión o te lastimen.
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4Modifica la situación. Podrías sentir la necesidad de controlar a otra persona cuando va en contra de tus deseos, pero debes reconocer que no puedes y no debes hacerlo. Sin embargo, puedes modificar y controlar la situación o el entorno en los que estés, para así poder sentirte más cómodo sin quitarle a otra persona su autonomía o libre albedrío. Si te sientes abrumado o a punto de atacarla verbalmente, aléjate de la situación.[4]
- Por ejemplo, si tu mamá no quiere ir al cine contigo, no trates de obligarla. En lugar de ello, pídeles a tus amigos u otro familiar que te acompañen, o coordina con tu mamá para ir otro día.
- Sal por unos momentos o da una caminata y respira profundo.
- Toma una ducha o un baño.
- Haz lo que puedas para mejorar las cosas por tu cuenta.
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5Distráete. Si empiezas a sentir la necesidad de controlar a alguien, distraerte será otra manera de contrarrestarla. No te obsesiones con las acciones de la otra persona; dedica un momento a eliminar este pensamiento de tu mente reemplazándolo con algo que requiera tu atención.[5]
- Podrías mirar algunos videoclips divertidos en YouTube o un programa de televisión entretenido.
- Arma un rompecabezas o juega un juego relajante en tu teléfono.
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6Considera ir a terapia. Podrías sentir que tu necesidad de controlar está muy arraigada o surge de los problemas o traumas de la infancia que has afrontado. Quizás hayas desarrollado la necesidad de controlar como un mecanismo de defensa. Sin embargo, debes tener en cuenta que el comportamiento controlador puede ser perjudicial para ti y los demás. La terapia puede ser una manera fantástica de solucionar estos problemas de manera constructiva e identificar su causa.[6]Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 3:Renunciar al control
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1Reconoce que no puedes obligar a una persona a hacer algo. Además de controlar tus emociones, debes empezar el proceso de renunciar al control de los demás. Recuerda que, tal como no quieres que te controlen o manipulen, los demás tampoco querrán que les hagas lo mismo. Si tienes que obligar a alguien a hacer algo, ten en cuenta que no lo hará por amor o respeto auténtico, sino que probablemente sea por miedo o frustración.[7]
- Pídeles a las personas que hagan algo por ti en lugar de exigírselo.
- Por ejemplo, podrías decir algo como “Hola, apreciaría mucho que ya no dejes tu ropa sucia en el piso. Me gusta mantenerlo limpio”.
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2Enfócate en controlarte. No puedes controlar a los demás, pero ten en cuenta que siempre puedes controlar tu persona. Además de tus emociones, también puedes controlar tus acciones. Por ejemplo, si quieres que alguien te prepare la cena y tratas de obligarla a hacerlo, recuerda que en lugar de ello puedes comprarla o prepararla por tu cuenta.[8]
- Recurre a personas de confianza, pero no niegues ni invalides tu propia independencia por pereza o un deseo de control.
- Si tienes dudas, pasa buenos momentos a solas, hasta que puedas enfocarte nuevamente.
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3Establece límites, pero no hagas amenazas. Los problemas de control podrían centrarse en una persona de tu vida que sobrepasa algunos de tus límites personales. Comunícales estos límites a los demás, pero no les hagas amenazas. Determina con qué comportamientos puedes lidiar y con cuáles no.[9]
- Si sales con alguien que a veces te insulta, dile que esto es inaceptable, pero no trates de forzar a esta persona a ser amable. Ponle fin a toda relación o amistad que sea más hiriente que alegre.
- Podrías decir algo como “A veces siento que me ofendes, en especial cuando me pones apodos. Apreciaría que ya no lo hicieras”.
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4Reflexiona sobre tu infancia. Con frecuencia, los problemas de control pueden surgir de problemas de la infancia. Tal vez tu madre esperaba que seas perfecto o tu padre te gritaba o menospreciaba cuando cometías un error. Dedica un tiempo a reflexionar sobre tu infancia y los acontecimientos ocurridos que te hayan vuelto la persona que eres en la actualidad. Podrás desarrollar soluciones cuando identifiques la causa.[10]
- Conversa con tus hermanos si te sientes cómodo con ello.
- Conversa con viejos amigos que te conozcan desde la infancia.
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5Sé sincero contigo mismo y asume la responsabilidad. Siempre que empieces a sentir la necesidad de controlar a alguien, dedica un momento a sincerarte contigo mismo para determinar si estás siendo controlador o razonable. No obstante, si tienes que hacer esta pregunta, probablemente estés siendo controlador. Asume la responsabilidad en estos momentos, discúlpate con la persona y dale espacio para que tome sus propias decisiones.[11]
- Por ejemplo, tal vez te moleste que tu amigo no te haya devuelto la llamada cuando dijo que lo haría, y ahora lo llamas de forma reiterada. Obligarlo a hablar contigo cuando podría estar ocupado es un acto controlador. Deja que te llame cuando esté listo para hablar.
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6No ruegues. En ocasiones, tu necesidad de control podría hacer que le ruegues a la persona que haga o diga algo. Sin embargo, otros podrían perder el respeto que te tienen en estos momentos. Nunca debes rogar para conseguir el resultado deseado; tan solo pídelo. Si esto no funciona, olvida el problema hasta un momento posterior en el que ambos hayan tenido más tiempo para pensar.Anuncio
Parte 3
Parte 3 de 3:Concentrarte en la otra persona
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1Escucha a los demás si te dicen que estás siendo controlador. En ocasiones, tu comportamiento controlador podría ser tan dominante que casi ni lo percibes. Podría haberse vuelto un elemento normal de tu comportamiento cotidiano. Sin embargo, debes escuchar a los demás cuando digan que sienten que los controlas, en especial si más de una persona lo dice.[12]
- Pregúntales de qué manera sienten que las controlas y detén el comportamiento controlador de inmediato.
- Mejora tu lenguaje. Por ejemplo, pregúntale “¿Podrías cocinar la cena una vez a la semana? Significaría mucho para mí”.
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2Reconoce sus cualidades. Probablemente la persona a la que trates de controlar tenga muchas cualidades que te gusten. En lugar de tratar de controlarla para que sea alguien que no es, reflexiona sobre sus atributos positivos. Esto te permitirá considerarla de manera más amable y afectuosa, y quizás evite que quieras controlarla.[13]
- Escribe una lista con los motivos por los que te gusta. Esto podría incluir aspectos como ser intelectual, amable o divertida.
- Compara la lista positiva con los aspectos que te molesten. ¿Cómo contrastan?
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3Ponte en sus zapatos. Probablemente pienses de manera muy egoísta en la situación actual en la que busques el control. Es probable que no hayas pensando mucho en lo que la otra persona siente en la situación. Muéstrale compasión y empatía tratando de entender sus sentimientos y respetando sus decisiones.[14]
- Por ejemplo, tal vez quieras que un compañero de trabajo vaya a almorzar contigo, pero se rehúsa. En lugar de obligarlo, acepta su respuesta negativa. Quizás tenga problemas económicos o quiera estar solo.
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4Practica la aceptación. En toda relación (ya sea sentimental, amical o profesional), debes esforzarte por dejar de ser controlador, tolerar a los demás y aceptarlos tal como son. No trates de cambiar a nadie, no discutas con ellos sobre sus creencias ni los fuerces a aceptar tus pensamientos. Las personas desarrollan su personalidad y sus opiniones a lo largo de los años y lidiando con diversas experiencias que quizás no conozcas.[15]
- Quizás conozcas a una compañera de trabajo que esté en contra del aborto, pero estés a favor del derecho a elegir. Esta misma compañera podría haber tenido un aborto que la ha dejado incapaz de tener hijos, así que no la juzgues por las creencias que haya desarrollado a través de las experiencias que no has tenido.
- Dile “Si bien no estoy de acuerdo contigo, puedo entender tu postura y respeto tus ideas”.
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5No las compares. Podrías conocer a personas con las que te lleves muy bien, pero toparte con otras con las que no pase lo mismo. Tu necesidad de control solo podría surgir con las personas que consideras que se oponen a ti en cierta manera. Sin embargo, no compares a estas personas con tus amigos más fáciles de tratar. Cada persona es diferente y debes respetar estas diferencias.[16]
- Recuerda que todos somos diferentes y propensos a tomar decisiones diferentes.
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6Déjate llevar. Al final del día, si no renuncias a cierto control sobre las personas y situaciones, por lo general te sentirás más triste que feliz. Déjate llevar con más frecuencia y sé espontáneo. Acepta los planes de último minuto. Renuncia a la necesidad de siempre tener la razón. Acepta estar en desacuerdo. La vida es muy corta como para tratar de hacer que las personas hagan lo que quieras. ¡Concéntrate en tu propia felicidad y sé libre![17]Anuncio
Referencias
- ↑ https://www.psychologytoday.com/blog/intimacy-and-desire/201105/people-who-cant-control-themselves-control-the-people-around-them
- ↑ https://www.psychologytoday.com/blog/intimacy-and-desire/201105/people-who-cant-control-themselves-control-the-people-around-them
- ↑ https://www.psychologytoday.com/blog/intimacy-and-desire/201105/people-who-cant-control-themselves-control-the-people-around-them
- ↑ http://www.recovery.org/pro/articles/control-freak-how-to-stop-trying-to-change-your-world-and-change-yourself-instead/
- ↑ http://www.recovery.org/pro/articles/control-freak-how-to-stop-trying-to-change-your-world-and-change-yourself-instead/
- ↑ http://www.healthcentral.com/anxiety/c/157571/116754/anxiety-turning/
- ↑ https://www.linkedin.com/pulse/stop-trying-control-others-change-yourself-instead-bint-abdesselam
- ↑ https://www.linkedin.com/pulse/stop-trying-control-others-change-yourself-instead-bint-abdesselam
- ↑ https://www.linkedin.com/pulse/stop-trying-control-others-change-yourself-instead-bint-abdesselam
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- ↑ http://www.healthcentral.com/anxiety/c/157571/116754/anxiety-turning/
- ↑ https://www.pickthebrain.com/blog/9-ways-stop-trying-change-people/
- ↑ https://www.pickthebrain.com/blog/9-ways-stop-trying-change-people/
- ↑ https://www.pickthebrain.com/blog/9-ways-stop-trying-change-people/
- ↑ https://www.pickthebrain.com/blog/9-ways-stop-trying-change-people/
- ↑ https://simplelifestrategies.com/how-to-stop-trying-to-control-everything/