Hay diversos motivos por los que los chicos son asignados a programas de educación especial. En ocasiones, esto se debe a un diagnóstico de autismo o TDAH. Con frecuencia, el estudiante podría tener problemas de comportamiento en un aula de clase convencional, u otras discapacidades que limitan la manera en la que puede desplazarse y aprender en un aula convencional. La educación especial puede ser muy útil para muchas personas. Sin embargo, podrías sentir que no es adecuada para ti. Si quieres abandonar un programa de educación especial, no bastará con pedírselo a tu profesor o padres. Tendrás que aprender sobre las cuestiones legales en tu estado o región, y adoptar medidas para comunicarles tus necesidades a tus padres y la escuela.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Aprender sobre las cuestiones legales

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    Determina por qué recibes educación especial y qué es un IEP. Si te han asignado al programa de educación especial hace mucho tiempo, quizás no recuerdes el proceso de designación. Aprender las leyes podría parecerte difícil al principio, pero si en verdad quieres abandonar la educación especial, será de utilidad que aprendas las cuestiones legales y el proceso de designación.[1]
    • El primer paso será aprender sobre tu IEP. Este consiste en el programa de educación individualizada (IEP, por sus siglas en inglés). El IEP es un plan escrito elaborado después de evaluarte para la educación especial. Este enumera tus necesidades educativas y esboza un plan para cubrirlas.
    • A lo largo de tu vida escolar, probablemente haya varias reuniones de personas involucradas con tu IEP. Uno de tus padres asistirá a estas reuniones (o quizás ambos), así como un profesor de educación general y uno de educación especial. Muchas veces, podrías ver en las reuniones al director, el consejero, el psicólogo de la escuela u otras personas relacionadas.
    • En algunos casos, también tendrás que asistir a la reunión. Este será un buen lugar para hacer preguntas sobre la opción de abandonar la educación especial.
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    Ten en cuenta por qué existe este tipo de educación. Si quieres cambiar tu plan escolar, debes conocer las leyes básicas que regulan la educación especial. Cuando converses con tus padres o profesores sobre la decisión de abandonarla, podrían mencionar leyes o términos como FAPE. Si averiguas sobre estas leyes de antemano, estarás listo para estas conversaciones.
    • Este término significa educación pública apropiada y gratuita (FAPE, por sus siglas en inglés). Es un derecho de todo niño en todos los estados de EE. UU., como parte de la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA).[2]
    • La ley FAPE señala que debes recibir educación que cubra tus necesidades. Esto significa que, si has recibido un diagnóstico de una discapacidad de aprendizaje, la escuela debe buscar una manera de darte educación con eficacia. En ocasiones, esto significa que tendrás que recibir clases fuera de un aula convencional.
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    Determina qué solicita el distrito escolar. De acuerdo con las leyes federales y estatales, tu escuela debe brindarte el entorno menos restrictivo. Esto significa que la escuela debe determinar qué servicios necesitas y cómo brindártelos.[3]
    • La educación especial no siempre se enfoca en un lugar, sino en un conjunto de servicios. Esto quiere decir que podrías pasar momentos del día en aulas diferentes de la escuela, o tan solo reunirte con un profesor diferente. No consiste en ir a un aula especial, sino recibir ayuda para aprender de una manera que te ayude a rendir bien a nivel académico.
    • La escuela debe identificar la mejor manera de cubrir tus necesidades mientras estudias junto con otros alumnos sin necesidades adicionales. Si no pueden hacerlo, podrían pedirte que vayas a otra aula con un profesor de educación especial.
    • Tu equipo de IEP estará a cargo de definir el entorno menos restrictivo para ti. Ellos determinarán en qué aspectos necesitarás ayuda adicional fuera del aula común, o si simplemente puedes recibir ayuda en tus clases normales.
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    Conoce tus derechos legales. El hecho de que tu educación esté a cargo tuyo o no dependerá de tu edad. Si tienes menos de 18 años, es casi seguro que tus padres tendrán la responsabilidad legal de tu educación. Si eres menor de edad según la ley, necesitarás la autorización de tus padres para abandonar la educación especial.[4]
    • Cada estado tiene leyes diferentes sobre la edad en la que se te considera adulto. En la mayoría de ellos, será a los 18 años. Puedes revisar la página web Sex, Etc. para encontrar las reglas sobre la edad en la que se te considera adulto en tu estado.[5]
    • Si tienes 18 o más, la ley te permitirá tomar decisiones sobre tu educación. Aun así, tendrás que conversar con tu equipo de IEP sobre la opción de hacer cambios.
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    Entiende las opciones de tus padres. Como tus tutores legales, ellos tendrán la palabra final sobre la decisión de que permanezcas en la educación especial o no. Si no vives con ellos, tu tutor legal podría ser un familiar o un padre de acogida. Si este es el caso, esta persona podrá solicitar que te retiren del programa.[6]
    • El distrito escolar necesita el permiso de tus padres para evaluarte o designarte a la educación especial. Ellos tienen el derecho de anular su permiso en cualquier momento.
    • En la mayoría de los distritos escolares, los padres deben anular su permiso por escrito. Esto significa que tu mamá no puede llamar a uno de tus profesores y pedirle que te ubiquen en un aula general.
    • Cada distrito escolar sigue sus propias reglas y políticas. Consulta con tu equipo de IEP si hay algún formulario especial que tus padres deben llenar para anular su permiso.
    • Es importante que tus padres entiendan que no pueden elegir en cuál de los programas sugeridos puedes permanecer. Por ejemplo, no pueden elegir que recibas la ayuda en matemáticas recomendada por el IEP, pero no la de lenguaje. Tus padres pueden elegir que permanezcas en la educación especial o la abandones en su totalidad, no que solo recibas este servicio en un área y en otra no, si el equipo de IEP ha recomendado ambas. El equipo debe tomar este tipo de decisiones en conjunto. Si tus padres anulan su permiso, el distrito escolar debe dejar de brindarte servicios de educación especial, por lo que podrías perder algunas opciones que te ayudan mucho.
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    Piensa en los beneficios de la educación especial. Podrías considerar que no la necesitas; y es normal que pienses así, sobre todo si la mayoría de tus amigos están en un aula diferente. Sin embargo, es una buena idea que reflexiones sobre sus aspectos positivos.[7]
    • Cuando consideres abandonarla, reflexiona sobre las maneras en las que es útil. Haz una lista.
    • Anota los aspectos positivos. Por ejemplo, podrías pensar “Es fantástico estar en un aula más pequeña. Siempre tengo un profesor disponible para responder mis preguntas”.
    • También podrías pensar en la manera en la que cubre tus necesidades. Por ejemplo, podrías repetirte “Sé que a veces tengo problemas para concentrarme. Es bueno tener un profesor que sabe cómo ayudarme a concentrarme”.
    • Recuerda que el proceso de evaluación y designación a la educación especial es largo. Si decides abandonarla, quizás no puedas retomarla con facilidad.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Conseguir un aliado

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    Determina por qué no quieres formar parte de la educación especial. Un buen programa puede ayudarte a concentrarte, aprender y rendir en la escuela. No obstante, si consideras que no es adecuado para ti, reflexiona sobre los motivos por los que quieres abandonarlo. Si tienes menos de 18 años, necesitarás que tus padres o tu tutor legal te ayuden con el proceso. Para conseguir su permiso, tendrás que convencerlos de que abandonar la educación especial es lo mejor para ti.[8]
    • Antes de conversar con tus padres, piensa detenidamente sobre los motivos de tu decisión. Haz una lista con ellos.
    • Reflexiona sobre lo que te guste de la escuela y lo que no. Usa estas preferencias y sentimientos para explicar el motivo por el que no quieres formar parte de la educación especial.
    • Anota tus sentimientos. Por ejemplo, podrías escribir “Siento que hago un mejor trabajo en un aula general”.
    • Quizás pienses en tu futuro. Por ejemplo, podrías escribir “Quiero prepararme para la universidad. Pienso que puedo hacerlo mejor fuera de la educación especial”.
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    Planea lo que quieres decir. Puedes tener miedo de conversar seriamente con adultos. Incluso si tienes una relación fantástica con tus padres, aun así mencionar un tema importante puede ponerte nervioso. Tómate un tiempo para determinar qué quieres decir.[9]
    • Prepararte para conversar con tus padres sobre tu educación puede causarte menos nerviosismo. Es una buena idea que dediques un tiempo a planear de antemano qué quieres decir.
    • Anota tus puntos principales. Puedes usar la lista de sentimientos e ideas que has escrito. Puedes decir “Quiero conseguir la mejor educación posible, y pienso que la conseguiré en un aula de clase general”.
    • Practica lo que quieres decir. Háblate en el espejo o pídele a un amigo que te escuche practicar tu argumento.
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    Conversa con tu profesor. Él puede ser muy útil en esta situación. Al fin y al cabo, estará familiarizado con tus fortalezas y necesidades. Conversa con él sobre lo que quieres conseguir de tu educación.[10]
    • Sé respetuoso. Di “Sr. Smith, quiero conversar con usted sobre las clases en las que estoy. ¿Podemos acordar un momento para conversar?”.
    • Sé sincero. Puedes decirle “Sr. Smith, pienso que sería beneficioso que abandone el programa de educación especial”.
    • Haz preguntas. Pide información específica. Por ejemplo, puedes decir “¿Qué necesito para abandonar la educación especial?”.
    • También puedes pedir apoyo. Di “¿Estaría dispuesto a conversar con mis padres por mí?”.
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    Conversa con tus padres. Después de reunir información y reflexionar sobre tus sentimientos, será el momento de abordar a tus padres. Tu objetivo es tener una conversación constructiva y positiva. Debes dejar tus necesidades en claro.
    • Elige un buen momento. Di algo como “Mamá, tengo algo que me gustaría conversar contigo. ¿Tienes tiempo para hablar después de la cena?”.
    • No te dejes llevar por las emociones. Evidentemente, esta es una conversación muy importante, pero si guardas la calma y mantienes la mente despejada, será más probable que tus padres te escuchen.
    • Explica tu punto de vista. Puedes decir algo como “Papá, siento que aprenderé mucho más en un aula de clase general. Me gustaría que me permitieras probarlo”.
    • No grites ni te alteres si no consigues la respuesta que quieres. Esto no hará que tu padre o tutor piense que debes recibir clases de educación general.
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    Comunícate con eficacia. Hay varias medidas que puedes adoptar para mejorar estas conversaciones. Sin importar si vas a hablarles a tus padres o profesores, hay pasos que puedes seguir para comunicarte con eficacia. Prepárate para comunicarte de forma verbal y no verbal.[11]
    • Alístate. Siempre que vayas a tener una conversación importante, será de utilidad que determines qué quieres decir. No dudes en llevar algunos apuntes.
    • Usa pistas no verbales. Puedes mostrarles a las personas que estás involucrado en la conversación si mantienes el contacto visual y usas expresiones faciales. Si tienes dificultades para entablar contacto visual, trata de fingirlo mirando otro rasgo del rostro de la persona, como su nariz o mentón.
    • Escucha con atención. Debes mostrar respeto escuchando lo que tus padres y profesores tienen que decir. Puedes hacer preguntas si no entiendes sus puntos.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Progresar en el aula

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    Pídeles permiso para inscribirte en un aula de coenseñanza o una convencional si quieres permanecer en el programa IEP. El simple hecho de que tengas un IEP no significa que no puedas aprender en un entorno de educación general. El programa IEP te permitirá inscribirte en un entorno de educación general mediante la coenseñanza o la educación convencional:
    • La coenseñanza consiste en que dos profesores, uno de educación general y uno de educación especial, trabajen en conjunto. El primero será el profesor principal y el segundo será su asistente. Aprenderás en un aula de educación general y bajo su currículo, en donde la capacidad de alumnos será mucho mayor. Tus compañeros de clase serán en su mayoría estudiantes sin discapacidades de aprendizaje, junto con algunos del programa IEP. En la coenseñanza, solo el profesor de educación general y el de educación especial sabrán que tienes un programa. La ley y el distrito escolar les prohibirán que les cuenten a tus compañeros que estás en un programa IEP, ya que se considera algo personal.
    • La educación convencional consiste en estudiar en un aula de educación general y con este currículo, con un solo profesor que evidentemente será de educación general. Al igual que en la coenseñanza, la capacidad del aula será mucho más grande, pero la única diferencia es que serás el único estudiante de un programa IEP. El resto de tus compañeros no tendrán discapacidades de aprendizaje. Sin embargo, podrías tener algunos compañeros de clase que también pertenezcan a un programa IEP, pero la cantidad de estudiantes con alguna discapacidad será muy pequeña. El profesor de educación general no les mencionará a tus compañeros que perteneces a un programa IEP, ya que la ley y tu distrito escolar se lo prohíben.
    • El beneficio de inscribirte en alguno de estos programas es que te seguirán brindando facilidades para las evaluaciones en cualquiera de ellos. Esto significa que, cuando rindas exámenes, tendrás más tiempo para terminar y el profesor podrá leerte las preguntas si lo pides. También puedes optar por rendir el examen en un aula diferente en la que no haya distracciones.
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    Rinde bien en la escuela. Incluso si tienes buenos motivos para querer estar en clases de educación general, probablemente no tendrás permiso para estudiar en ellas, salvo que tengas calificaciones estables y los profesores puedan señalar que no tienes ningún problema. Ve a la escuela puntual todos los días y listo para aprender.
    • Mantén calificaciones altas. Ten el objetivo de conseguir buenas calificaciones en tus clases. Si tienes calificaciones bajas, quizás la escuela no quiera designarte a un programa de educación convencional, ya que les preocupará que falles.
    • Participa en actividades en clase. No te sientes de forma gruñona en tu pupitre si vas a estudiar un tema que no quieres estudiar. Participa en la actividad: levanta la mano, haz preguntas y trabaja con compañeros de clase cuando te lo permitan. Esto le mostrará al profesor que puedes trabajar de forma eficaz en las clases que tienes.
    • ¡No pierdas el tiempo! Si pasas más tiempo pasándoles notas a tus compañeros o haciéndoles gestos tontos en lugar de trabajar, será más probable que te consideren como una distracción para ellos que un estudiante que deba recibir educación general.
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    Crea un plan de estudio. Tus padres o profesores podrían querer que les muestres que estás listo para abandonar la educación especial. Hay varias medidas que puedes adoptar para mostrar que eres un estudiante exitoso. Elaborar un plan de estudio es una manera de hacerlo.[12]
    • Debes indicarles que te tomas en serio el hecho de mejorar tu educación. Muéstrales a tus padres y profesores que puedes asumir la responsabilidad de tu aprendizaje.
    • Anota un horario. Reserva horas específicas del día para estudiar.
    • Estudia en periodos pequeños. Por ejemplo, resuelve la tarea de biología por media hora. Luego tómate un descanso y empieza la tarea de lenguaje.
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    Lee. Leer es una de las maneras más eficaces de aprender. Sin importar lo que leas, aumentarás tu conocimiento base. Dedica más tiempo a leer, así estarás más preparado para tener éxito en la escuela.[13]
    • Lee material que disfrutes. Por ejemplo, si vas a aprender sobre la Guerra Civil en la escuela, pídele al bibliotecario que te ayude a buscar una novela sobre este periodo.
    • Podrías tener dificultades para aprender. Si este es el caso, la práctica te ayudará.
    • Dedica un tiempo a la lectura todos los días. Esto te ayudará a mostrarles a tus padres que te tomas en serio el aprendizaje.
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    Desarrolla habilidades de control para evitar los arrebatos. Algunos estudiantes pueden tener dificultades para controlar lo que sienten y se les designa a la educación especial por este motivo. Esto no significa que debes ocultar tus sentimientos y fingir que todo está bien cuando estás molesto, y es importante que busques maneras de detener un arrebato antes de que ocurra.
    • Por ejemplo, si eres autistas, observa qué cosas te estimulan demasiado. ¿Las habitaciones hacinadas hacen que sufras un colapso debido a todas las personas a tu alrededor? ¿El sonido de la campana te altera y hace que empieces a llorar? Aprende a reconocer lo que desencadena tus colapsos o bloqueos, y busca maneras de evitarlo o lidiar con ello. Por ejemplo, no vayas a reuniones escolares grandes, o lleva a la escuela tapones de oído y un juguete que te estimule para cuando suene la campana.
    • Si tienes problemas emocionales, trata de determinar qué los desencadena. Por ejemplo, cuando alguien grita, ¿también gritas? Identifica los signos de advertencia de que te estás enfureciendo o alterando, y usa estrategias para lidiar con ello (como concentrarte en algo más, respirar profundo o meditar) a fin de calmarte.
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    Trabaja de forma adecuada con tus compañeros de clase. Un aspecto importante para desempeñarte con eficacia en cualquier aula de clase es aprender a llevarte bien con las demás personas. Si peleas mucho con otros estudiantes o incluso si solo los ignoras, no les mostrarás al profesor y tus padres que estás listo para estudiar en un aula de educación general.
    • Cuando te asignen un proyecto o una actividad grupal, trata de trabajar con los demás y haz tu parte. Conversa con tus compañeros de grupo y haz que todos trabajen juntos. Sin embargo, esto puede ser difícil para algunas personas, así que no te preocupes si tienes dificultades para trabajar con personas.
    • Trata de ayudar a los otros estudiantes. Escucha con atención las indicaciones de los profesores para que puedas seguirlas, y también trata de hacer que tus compañeros las sigan. Apoya y ayuda a los demás. Una de las mejores maneras de mostrar que sabes algo es enseñárselo a otra persona. Sin embargo, ten cuidado con la manera en la que lo hagas. Si alguien hace una pregunta, ¡no saltes del asiento y empieces a decir la respuesta, ¡ya que esto no hará que el profesor esté contento contigo!
    • Socializa fuera del aula si es posible. Conversa con las personas en el almuerzo y fuera de las clases. Esta es una manera fantástica de mostrar que eres bueno trabajando en equipo, pero los beneficios de tener amigos van más allá del aula. Hacer amigos también te ayudará a desarrollar un sistema de apoyo.
    • No reacciones de forma exagerada al acoso. Lamentablemente, hay personas crueles en la escuela, dentro y fuera de las clases de educación especial. Los estudiantes de educación especial son más propensos a ser víctimas de los acosadores,[14] pero el equipo de IEP podría evaluar la manera en la que reaccionas al acoso. Si alguien te dice un apodo o te quita tus cosas, golpearlo será una mala manera de lidiar con el acoso. En lugar de ello, aléjate, incluso si estás alterado, y dile al profesor que alguien te está molestando. No te preocupes por ser un “soplón”. No importa quién seas, el acoso nunca está bien, y contarle a alguien sobre esta situación no es ser un soplón.
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    Busca un sistema de apoyo. Puede ser muy frustrante estar en una situación que no te gusta. Por ejemplo, podrías estar triste en el aula de educación especial. Busca personas con las que puedas conversar sobre tus sentimientos.[15]
    • Conversa con un consejero de la escuela. Él podría ayudarte a lidiar con tus sentimientos.
    • Diviértete con tus amigos. Si estás frustrado, podrías sentirte mejor haciendo algo divertido con personas que te agraden.
    • Conversa con un familiar. Si tienes problemas para comunicarte con tus padres, pídele a uno de tus tíos que te ayude a conversar con ellos.

Consejos

  • Todos somos diferentes, y lo que funciona para algunas personas podría no funcionar para otras. Algunos estudiantes necesitan educación especial, otros no.
  • Cada estado tiene leyes diferentes sobre la educación.
  • Conversa con tus padres y profesores sobre tus necesidades.

Advertencias

  • Recuerda que el programa IEP no es un castigo como resultado de malas calificaciones, comportamientos problemáticos o tan solo por tener una discapacidad de aprendizaje por la que no puedes mantenerte nivelado con los otros chicos sin discapacidades. Este existe para ayudarte a aprender sin afrontar demasiadas dificultades que podrían evitar que te gradúes con compañeros de tu edad. Incluso si te encuentras en un aula de educación especial, aun así te enseñarán el currículo de la educación general, pero de una manera mucho más sencilla. Las clases serán fáciles de entender y se avanzará el currículo de forma lenta y constante para garantizar que todos estén encaminados. Evidentemente, la cantidad de estudiantes será mucho más pequeña, lo que le permitirá al profesor prestarte atención cuando pidas ayuda. En un aula de educación general, las clases serán más detalladas y se avanzará el currículo con mucha más rapidez, lo que hará que te mantengas encaminado por tu cuenta o te atrases. Además, la cantidad de estudiantes será más grande, lo que hará que el profesor no pueda ayudarte mucho. Asegúrate de que en verdad quieras elegir esta opción, ya que lo peor que podría ocurrir es que repitas un grado o que desapruebes todas o la mayoría de las clases.

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Categorías: Vida escolar