El lupus afecta aproximadamente a 1,5 millones de ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, debido a que sus síntomas se confunden con señales de otras enfermedades, esta condición puede resultar difícil de diagnosticar.[1] Es una buena idea conocer los síntomas y los procedimientos de diagnóstico del lupus, de modo que puedas estar preparado. De igual manera, debes conocer las causas para poder evitar potenciales desencadenantes.

Método 1
Método 1 de 3:
Reconocer los síntomas del lupus

  1. 1
    Revisa tu rostro y busca señales de sarpullido en forma de mariposa. Un promedio de 30 % de los pacientes que padecen de lupus desarrollan este sarpullido característico sobre su rostro, el cual, por lo general, luce como una mariposa o una mordida de lobo. Este sarpullido abarca el área de las mejillas y de la nariz. Por lo general, se extiende sobre la totalidad de las mejillas y, de manera ocasional, cubre una porción de la piel ubicada cerca de los ojos.[2]
    • Asimismo, busca sarpullido en forma de discos en tu rostro, cuero cabelludo y cuello. Este tipo de sarpullido aparece en forma de manchas rojas abultadas y pueden ser tan graves que dejan cicatrices después de haber desaparecido.
    • Presta especial atención al sarpullido causado o empeorado por la luz del sol. La sensibilidad a la luz ultravioleta, ya sea natural o artificial, puede desencadenar la aparición de heridas en las partes del cuerpo expuestas al sol y podría empeorar el sarpullido en forma de mariposa en tu rostro. Este sarpullido es más grave y se desarrolla de manera más rápida que una quemadura de sol normal.
  2. 2
    Presta atención a cualquier herida en tu boca o en tu nariz. Si constantemente experimentas la aparición de heridas en el paladar superior, en los lados de la boca, en las encías o dentro de la nariz, estas podrían ser señales de advertencia. En particular, esto se aplica a las heridas que, en efecto, no generan dolor. En la mayoría de los casos, las heridas de la boca y la nariz asociadas con el lupus no presentan dolor.
    • Si estas heridas empeoran con la luz solar, esta es una señal aún más certera de que se trata de lupus. A esta condición se le denomina "fotosensibilidad".
  3. 3
    Presta atención a los síntomas de inflamación. La inflamación de las articulaciones, los pulmones y del revestimiento del corazón se presentan, a menudo, en pacientes con lupus. Además, es común que los vasos sanguíneos se inflamen.[3] La señal más notoria es la inflamación y la hinchazón alrededor de los pies, las piernas, las manos y los ojos.[4]
    • Si tus articulaciones están inflamadas, quizás notes que los síntomas se asemejan a los de la artritis. Asimismo, es posible que sientas calentura y sensibilidad en tus articulaciones, y que estas luzcan hinchadas o enrojecidas.
    • La inflamación del corazón y de los pulmones puede detectarse en casa con base en el dolor de pecho. Si sientes un dolor de pecho agudo al toser o al respirar profundamente, puedes considerar este como un síntoma de lupus. Lo mismo se aplica si sientes falta de aire durante estos periodos.
    • Otras señales que evidencian que tu corazón o tus pulmones podrían estar inflamados incluyen a los ritmos cardiacos anormales y la presencia de sangre al toser.[5]
    • La inflamación también puede presentarse en el tracto digestivo y puede identificarse a través de síntomas como dolor abdominal, náuseas y vómitos.
  4. 4
    Presta atención a tu orina. Si bien las anormalidades en la orina pueden ser difíciles de detectar en casa, existen algunos síntomas que podrás detectar por ti mismo. Si uno de los riñones no puede filtrar la orina debido al lupus, es posible que se te hinchen los pies. Aún peor, si tus riñones han empezado a fallar, es posible que sientas náuseas o debilidad. [6]
  5. 5
    Presta atención a cualquier problema con tu cerebro o con tu sistema nervioso. El lupus puede afectar al sistema nervioso. Algunos síntomas, tales como la ansiedad, los dolores de cabeza y los problemas visuales, son comunes y difíciles de vincular con el lupus. Sin embargo, las convulsiones y los cambios en la personalidad son síntomas que se deben tomar muy en serio. [7]
    • Ten en mente que si bien los dolores de cabeza son muy comunes en el caso del lupus, estos son difíciles de atribuir a esta enfermedad. Los dolores de cabeza son comunes y pueden tener varias causas.
  6. 6
    Pregúntate si te sientes más cansado de lo usual. El cansancio extremo es otro síntoma común del lupus, el cual es causado por diferentes factores que, a menudo, pueden vincularse con el lupus. Cuando el cansancio está acompañado de fiebre, puedes estar más seguro de que se trata de lupus.[8]
  7. 7
    Presta atención a otros cambios extraños en tu cuerpo. Es posible que notes que los dedos de tus manos o pies cambian de color (blanco o azul) cuando los expones al frío. Esto se conoce como el fenómeno de Raynaud y es común en los casos de lupus. Asimismo, es posible que experimentes resequedad en los ojos y dificultad para respirar. Si todos estos síntomas se presentan juntos, es posible que padezcas de lupus.[9]

Método 2
Método 2 de 3:
Diagnosticar el lupus

  1. 1
    Prepárate para tu cita con el doctor. Puedes acudir a cualquier doctor de medicina general para obtener un diagnóstico de lupus. Sin embargo, dicho doctor podría referirte a otros doctores que se especialicen en diferentes pruebas de laboratorio o herramientas de diagnóstico. Por lo general, todo diagnóstico realizado por un profesional de la salud tendrá lugar en el consultorio estándar de un doctor.[10]
    • Antes de tu cita, anota la información sobre cuándo han comenzado los síntomas y la frecuencia con la que se presentan. Asimismo, toma nota de cualquier medicamento y suplemento que tomes y que podría desencadenar los síntomas.[11]
    • Si uno de tus padres o hermanos ha padecido de lupus u otro trastorno autoinmune, debes compartir esa información con el doctor. El historial familiar del paciente es muy importante para el diagnóstico de lupus.
  2. 2
    Prepárate para una prueba de anticuerpos antinucleares (ANA). Estos son anticuerpos que atacan las proteínas del cuerpo y que se encuentran presentes en la mayoría de personas que tienen una forma activa de lupus. Por lo general, esta se utiliza como una prueba de detección inicial. Sin embargo, no todas las personas con una prueba de ANA positiva tienen lupus. Por ello, se requieren otras pruebas para confirmar la presencia de esta enfermedad.[12]
    • Por ejemplo, una prueba de ANA positiva también podría indicar la presencia de esclerodermia, síndrome de Sjögren y otras enfermedades autoinmunes.
  3. 3
    Obtén un recuento sanguíneo completo. Esta prueba de sangre mide la cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y hemoglobina en tu sangre. Asimismo, el lupus puede manifestarse mediante otras anormalidades. Por ejemplo, esta prueba puede revelar anemia, el cual es un síntoma común del lupus.[13]
    • Ten en cuenta que, por sí sola, esta prueba no es suficiente para diagnosticar el lupus, ya que muchas otras enfermedades pueden causar anormalidades similares.
  4. 4
    Ten en cuenta que te tomarán una prueba de sangre para medir tu velocidad de sedimentación globular. Esta prueba mide la velocidad en las que los glóbulos rojos se sedimentan en el fondo del tubo de ensayo en una hora. Una velocidad alta puede indicar la presencia de lupus. Asimismo, una velocidad alta puede ser un indicador de la presencia de otras condiciones inflamatorias, tipos de cáncer e infecciones, de modo que tampoco se trata de una prueba absoluta.[14]
    • Para obtener la sangre necesaria para esta prueba, una enfermera tomará una muestra de tu brazo.
  5. 5
    Investiga un poco sobre otras pruebas de sangre. Debido a que no existe una prueba exclusiva para diagnosticar el lupus, por lo general, los doctores realizan una serie de pruebas de sangre para limitar su búsqueda. Los síntomas deben concordar con, por lo menos, cuatro de los once síntomas que los doctores buscan. Otras pruebas que tu doctor podría utilizar incluyen a las siguientes: [15]
    • Una prueba de anticuerpos para fosfolípidos (APL): mediante esta prueba se detectan anticuerpos que atacan a los fosfolípidos, los cuales suelen presentarse en un porcentaje de 30 % de los pacientes con lupus.
    • Una prueba de anticuerpos para proteínas sm: este tipo de anticuerpos atacan a las proteínas sm en el núcleo celular y se encuentran presentes en un porcentaje de 30 a 40 % de los pacientes con lupus. Asimismo, es muy poco común encontrarlos en las personas que no padecen de lupus, de modo que un resultado positivo casi siempre garantiza un diagnóstico de esta enfermedad.
    • Una prueba anti-ADN-dc: La proteína anti-ADN-dc ataca al ADN de doble cadena. Aproximadamente el 50 % de los pacientes con lupus presentan esta proteína en su sangre. Asimismo, es muy poco común encontrarla en las personas que no padecen de lupus, de modo que un resultado positivo casi siempre resulta en el diagnóstico de esta enfermedad.
    • Las pruebas Anti-Ro (SS-A) y Anti-La (SS-B): Estos anticuerpos atacan a las proteínas del ARN en la sangre y son más comunes en pacientes con el síndrome de Sjögren.
    • Una prueba de proteína C-reactiva (PCR): Esta proteína producida por el hígado puede indicar la presencia de inflamación, aunque existen muchas otras condiciones por las cuales se origina.
  6. 6
    Obtén una prueba de orina. Las pruebas de orina se utilizan para monitorear los riñones, los cuales, si se encuentran dañados, pueden evidenciar la presencia de lupus. Es posible que te soliciten una muestra de orina para que el doctor pueda analizarla. Esta prueba busca proteínas adicionales o la presencia de glóbulos rojos en la orina.[16]
  7. 7
    Pregunta sobre la posibilidad de que te realicen pruebas de imagenología. Es posible que tu doctor ordene una prueba de imagenología si considera que tienes una forma de lupus que afecta tus pulmones o tu corazón. Asimismo, podrían someterte a una radiografía de tórax para observar tus pulmones, y a un ecocardiograma para observar tu corazón.[17]
    • Una radiografía de tórax puede revelar sombras en tus pulmones, lo cual podría indicar áreas con presencia de fluidos o inflamación.
    • Un ecocardiograma utiliza ondas sonoras para medir los latidos del corazón y detectar posibles problemas en él.
  8. 8
    Pregunta sobre la posibilidad de que te realicen una biopsia. Si tu doctor sospecha que el lupus ha dañado tus riñones, es posible que te realicen una biopsia renal. El objetivo de esta biopsia es obtener una muestra del tejido renal. En ella, se evaluará la condición de tus riñones con base en cuánto daño presentan, así como de qué tipo de daño se trata. Asimismo, los doctores pueden realizar esta biopsia para determinar cuál es el mejor tratamiento para el lupus.[18]

Método 3
Método 3 de 3:
Aprender más sobre el lupus

  1. 1
    Investiga qué es el lupus. El lupus es una enfermedad autoinmune, es decir, una condición que causa que el sistema inmunitario ataque las partes saludables de tu cuerpo. Esta enfermedad afecta principalmente a los órganos como el cerebro, la piel, los riñones y las articulaciones.[19] Asimismo, esta condición es crónica; es decir, se desarrolla a largo plazo y ocasiona que el cuerpo se inflame conforme el sistema inmunitario ataca a los tejidos saludables [20]
    • El lupus no tiene cura. Sin embargo, los tratamientos ayudan a apaciguar los síntomas.
  2. 2
    Ten en cuenta que existen tres tipos principales de lupus. Cuando las personas se refieren al lupus, por lo general, se refieren al lupus eritematoso sistémico (LES). Este tipo de lupus afecta a la piel y a los órganos, en especial, a los riñones, los pulmones y al corazón. Asimismo, existen otros tipos de lupus, los cuales incluyen al lupus eritematoso cutáneo y al lupus inducido por fármacos.
    • El lupus eritematoso cutáneo afecta únicamente a la piel y no es una amenaza para otros órganos del cuerpo. De igual manera, es poco común que este se convierta en un lupus eritematoso sistémico (LES).
    • El lupus inducido por fármacos puede afectar la piel y los órganos internos, pero es inducido por el uso de medicamentos específicos y, por lo general, desaparece una vez que dichos medicamentos han salido del sistema del paciente. Los síntomas asociados con este tipo de lupus son, a menudo, leves.
  3. 3
    Identifica las causas. Aunque ha sido difícil para los doctores entender esta enfermedad, con el tiempo, se le han atribuido determinadas características. El lupus parece desencadenarse debido a una combinación de los genes y el medio ambiente. En otras palabras, si tienes la predisposición genética para el lupus, entonces ciertos factores medioambientales pueden desencadenarlo.[21]
    • Los desencadenantes comunes del lupus incluyen a los medicamentos, las infecciones o el contacto con la luz del sol.
    • Además, el lupus podría desencadenarse por la ingesta de fármacos que contienen sulfonamidas, fármacos que causan sensibilidad a la luz del sol, penicilina o antibióticos.[22]
    • Las condiciones físicas que pueden desencadenar el lupus incluyen a las infecciones, el resfriado común, un virus, la fatiga, una lesión o la coerción emocional.
    • Asimismo, los rayos ultravioleta del sol pueden desencadenar el lupus. Los rayos ultravioleta provenientes de los bombillos de luz fluorescente pueden tener el mismo efecto.

Consejos

  • Identifica casos de lupus en tu historial familiar. Si alguien directamente relacionado contigo ha padecido de lupus, es posible que seas susceptible a padecerlo. Si bien no es posible saber cuál será el desencadenante de esta enfermedad, es una buena idea hacer una cita con tu doctor si notas algunos de los síntomas del lupus.

Advertencias

  • Si sospechas que podrías tener lupus, saca una cita con tu doctor. Hazlo tan pronto como sea posible, incluso si no presentas un gran número de síntomas. Esta condición puede agravarse en corto tiempo, por lo que es mejor optar por ser precavido.

Acerca de este wikiHow

Janice Litza, MD
Coescrito por:
Médica de medicina familiar certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Janice Litza, MD. La Dra. Litza es una médica certificada en medicina familiar en Wisconsin. Es una médica activa y enseñó como profesora clínica durante 13 años, después de recibir su doctorado en la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin en Madison en 1998. Este artículo ha sido visto 66 472 veces.