El VIH (virus de inmunodeficiencia humana) es el virus que causa el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). El VIH ataca el sistema inmunológico, destruye cierto tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones y las enfermedades. Someterse a un análisis médico es la única manera segura de determinar si se tiene VIH. Sin embargo, existen síntomas que pueden ser una advertencia de una posible infección.

Método 1
Método 1 de 3:
Reconocer los primeros síntomas

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    Determina si experimentas fatiga aguda sin causa aparente. La fatiga puede ser una señal de muchas enfermedades diferentes, pero también es un síntoma que muchas personas con VIH experimentan. Si este el único síntoma que presentas, entonces no deberás alarmarte, pero es necesario examinarlo detalladamente.[1]
    • La fatiga aguda no es lo mismo a simplemente sentirse somnoliento. ¿Siempre estás cansado, incluso después de una buena noche de sueño? ¿Observas que tomas más siestas por la tarde que lo normal y evitas las actividades agotadoras porque sientes que no tienes energía? Este tipo de fatiga es motivo de preocupación.
    • Si los síntomas persisten luego de unas cuantas semanas o meses, asegúrate de hacerte una prueba médica para descartar una infección por VIH.
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    Permanece atento a la fiebre o a los sudores nocturnos excesivos. Estos síntomas ocurren comúnmente en las etapas iniciales de una infección con VIH, que también se denomina “etapa primaria o aguda” de la infección. Sin embargo, muchas personas no presentan estos síntomas, pero aquellos que sí los tienen generalmente los muestran de 2 a 4 semanas después de contraer el virus.[2]
    • La fiebre y los sudores nocturnos también son síntomas de la gripe y el resfriado común. Si es la temporada de resfriados, quizá solo tengas gripe.
    • Los escalofríos, los dolores musculares, el dolor de garganta y el dolor de cabeza son síntomas de la gripe y el resfriado, pero también pueden ser las primeras señales de una infección por VIH.
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    Revisa si tienes ganglios inflamados en el cuello, las axilas o la ingle. Los ganglios linfáticos se inflaman en respuesta a las infecciones en el organismo. Esto no le ocurren a todas las personas que tienen una infección primaria por VIH, pero entre aquellos que presentan síntomas, la inflamación de los ganglios linfáticos es común.[3]
    • En el caso de una infección por VIH, los ganglios linfáticos en el cuello tienden a inflamarse más que los de las axilas o la ingle.
    • Los ganglios linfáticos pueden inflamarse como resultado de muchos otros tipos de infección, como el resfriado o la gripe, así que será necesario una revisión detallada para determinar la causa.
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    Ten en cuenta los casos de nausea, vómito y diarrea. Estos síntomas (que habitualmente se asocian con la gripe) también pueden indicar una infección primaria por VIH. Si los síntomas persisten, hazte un análisis médico.[4]
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    Presta atención a las úlceras bucales y genitales. Si ves que te aparecen úlceras bucales junto con otros de los síntomas descritos, en especial si no es habitual que presentes úlceras bucales, entonces podría ser una señal de una infección primaria por VIH. Las úlceras genitales también son una señal de infección por VIH.

Método 2
Método 2 de 3:
Reconocer los síntomas avanzados

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    No ignores la tos seca. Este síntoma se presenta en las etapas avanzadas del VIH, muchos años después de contraer el virus y de haber estado latente en el organismo. Este síntoma aparentemente inocuo es fácil de ignorar al principio, en especial si ocurre en la temporada de alergias o en la temporada de resfriados. Si tienes tos seca, no podrás intentar deshacerte de ella con medicamentos antialérgicos o con un inhalador, ya que puede ser un síntoma de VIH.
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    Observa las manchas irregulares en la piel (de color rojo, marrón o morado). Las personas en las etapas avanzadas del VIH por lo general muestran erupciones en la piel, en especial en el área del rostro y el torso, aunque también se pueden presentar al interior de la boca y la nariz. Estas erupciones son una señal de que el VIH está en proceso de convertirse en sida.[5]
    • La piel rojiza y escamosa también es una señal de una etapa avanzada del VIH. Estas manchas también pueden lucir como forúnculos o protuberancias.
    • No es normal que las erupciones cutáneas acompañen una gripe o un resfriado, así que si presentas erupciones al mismo tiempo que otros síntomas, acude a tu médico de inmediato.
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    Presta atención si contraes neumonía. La neumonía afecta frecuentemente a las personas cuyo sistema inmunológico no funciona correctamente por causa de otros motivos. Las personas en las etapas avanzadas del VIH son proclives a contraer neumonía de un germen que normalmente no causaría una reacción tan severa.
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    Verifica si tienes infecciones por hongos, especialmente en la boca. Los pacientes en las etapas avanzadas del VIH por lo general contraen una infección por hongos en la boca, también conocida como “candidiasis oral”. Esta afección se presenta con manchas blancas o irregulares en la lengua y al interior de la boca. Esto es una advertencia de que el sistema inmunológico no puede combatir efectivamente las infecciones.
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    Busca en tus uñas señales de hongos. Las uñas de color amarillo o marrón y que estén agrietadas o astilladas son comunes entre los pacientes en la etapa avanzada del VIH. Las uñas se vuelven más susceptibles a los hongos, los cuales serían repelidos por el cuerpo en condiciones normales.
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    Determina si bajas de peso rápidamente sin causa aparente. En la etapa primaria de la infección por VIH, podría ocasionarse por una diarrea excesiva; en las etapas avanzadas, a esto se le conoce como “síndrome de emaciación” y es una reacción corporal fuerte a la presencia del VIH en el sistema.
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    Ten en cuenta los problemas con la pérdida de memoria, la depresión y demás afecciones neurológicas. El VIH afecta las funciones cognitivas del cerebro en las etapas avanzadas de la infección. Estos síntomas son bastante graves y se deben examinar sin excusa.

Método 3
Método 3 de 3:
Informarte más sobre el VIH

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    Conoce si estás en riesgo. Hay muchas circunstancias que pueden ponerte en riesgo de contraer el VIH. Si has experimentado alguna de las siguientes situaciones, estarás en riesgo:
    • Si has tenido sexo anal, vaginal u oral sin protección
    • Si has compartido agujas o jeringas
    • Si te han diagnosticado o te has sometido a un tratamiento para alguna enfermedad de transmisión sexual, tuberculosis o hepatitis
    • Si has recibido una transfusión de sangre entre 1978 y 1985, años anteriores a la aplicación de medidas de seguridad para evitar que la sangre contaminada se usara en las transfusiones
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    Hazte la prueba del VIH. Es la manera más precisa de determinar si tienes VIH. Ponte en contacto con tu clínica local, la Cruz Roja, el consultorio de tu médico o cualquier otro recurso local para averiguar dónde puedes hacerte el examen. Si vives en los Estados Unidos, puedes ir al sitio web de aids.gov para encontrar un lugar cercano para hacértelo.
    • La prueba es sencilla, económica y confiable (en la mayoría de los casos). La prueba más común se realiza mediante una muestra de sangre. También hay pruebas que se practican con fluidos bucales (no la saliva) y la orina. Incluso hay pruebas que podrás realizar en casa. Si no tienes un médico de cabecera que pueda hacerte la prueba, entonces ponte en contacto con el centro de salud más cercano.
    • Si ya te hiciste la prueba del VIH, no dejes que el miedo te impida ver los resultados. Saber si estás infectado o no te dará la mejor oportunidad para tratar tu condición o cambiar tu estilo de vida a fin de prevenir una infección.}
    • Muchas organizaciones de la salud recomiendan hacerse pruebas como parte de una rutina física, incluso si no crees estar en riesgo. Contraer y tratar el VIH a tiempo puede ayudarte a prevenir complicaciones a futuro.
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    No esperes a que los síntomas se presenten para hacerte el examen. Muchas personas con VIH no saben que tienen el virus. El virus puede permanecer en el organismo por más de 10 años antes de que los síntomas aparezcan. Si tienes motivos para creer que pudiste haber contraído el VIH, no permitas que la falta de síntomas te impida hacerte el examen médico. Lo mejor será saberlo lo antes posible.

Consejos

  • Si te hiciste la prueba del VIH en casa y el resultado es positivo, se te dará orientación para una prueba de seguimiento. No evites este seguimiento. Si estás preocupado, programa una cita con tu proveedor de atención médica.
  • El VIH no se transmite por el aire o a través de los alimentos. El virus no vive demasiado tiempo fuera del cuerpo.
  • Te rogamos hacerte la prueba si no estás seguro de poseer o no esta enfermedad. Será lo más apropiado y seguro tanto para ti como para los demás.

Advertencias

  • Nunca recojas una aguja o jeringa desechada.
  • Una quinta parte de las personas infectadas con VIH en los Estados Unidos no saben que tienen la enfermedad.
  • Las enfermedades de transmisión sexual incrementan el riesgo de contraer VIH.

Acerca de este wikiHow

Dale Prokupek, MD
Coescrito por:
Internista certificado y gastroenterólogo
Este artículo fue coescrito por Dale Prokupek, MD. Dale Prokupek es un internista y gastroenterólogo certificado por el consejo, quien posee un doctorado en Medicina y dirige una práctica privada con sede en Los Ángeles, California. El Dr. Prokupek también es médico en el Centro Médico Cedars-Sinai y profesor clínico asociado de medicina en la Facultad de Medicina Geffen de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). El Dr. Prokupek tiene más de 25 años de experiencia médica y se especializa en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del hígado, el estómago y el colon, incluyendo la hepatitis C crónica, el cáncer de colon, las hemorroides, el condiloma anal y las enfermedades digestivas relacionadas con la inmunodeficiencia crónica. Tiene una licenciatura en Ciencias en Zoología de la Universidad de Wisconsin-Madison y un doctorado en Medicina de la Facultad de Medicina de Wisconsin. Completó una residencia de medicina interna en el Centro Médico Cedars-Sinai y una beca de investigación de gastroenterología en la Facultad de Medicina Geffen de UCLA. Este artículo ha sido visto 1 884 831 veces.