Dormir con las costillas rotas puede provocar dolor, en especial si no puedes dormir en tu posición habitual debido a él. Para poder dormir con más facilidad si tienes las costillas rotas, tendrás que modificar tu posición de dormir y buscar maneras de disminuir el dolor antes de irte a la cama. Asimismo, debes seguir las indicaciones del médico para controlar el dolor, y tendrás que comunicarte con él tan pronto como puedas si tienes dificultades para dormir a causa del dolor en las costillas.

Método 1
Método 1 de 3:
Ponerte cómodo

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    Escoge la posición que te parezca más cómoda. Quizás notes que dormir boca arriba es la posición más cómoda si tienes las costillas rotas, o tal vez te parezca más cómodo dormir de costado. Si tienes las costillas rotas, puedes adoptar cualquiera de estas posiciones para dormir. Si duermes de costado o boca arriba, esto también será de utilidad para respirar con más facilidad.[1] Prueba diferentes posiciones para encontrar la que te parezca más cómoda.
    • Trata de dormir del lado de la lesión. Si tus costillas rotas solo se encuentran en un lado, algunos médicos recomendarán dormir del lado de la lesión, ya que esto restringirá el movimiento de las costillas lesionadas y te permitirá respirar más profundo a través del lado no lesionado. No obstante, si esta posición te provoca dolor, no duermas del lado lesionado.
    • Duerme en un sillón reclinable. Algunas personas con las costillas rotas consideran que dormir en un sillón reclinable es más cómodo que dormir en una cama.
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    Aumenta tu comodidad usando almohadas. Las almohadas y los cojines pueden ser de utilidad para evitar que des vueltas en la noche, lo cual puede provocar dolor e incluso podría despertarte a esas horas. Si vas a dormir boca arriba, coloca una almohada debajo de tus brazos para evitar que des vueltas a los costados. También puedes colocar algunas almohadas debajo de las rodillas para reducir parte de la tensión en la espalda.[2]
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    Practica la respiración profunda. Las costillas rotas pueden hacer que respires con poca profundidad, debido al dolor que surge al mover demasiado el pecho. Por este motivo, es una buena idea practicar la respiración profunda durante el día y justo antes de irte a dormir. Esto puede ser de utilidad para relajarte y también garantizará que obtengas mucho oxígeno.[3]
    • Para practicar la respiración profunda, recuéstate boca arriba o reclínate en un sillón y toma un respiro profundo con lentitud. Cuenta hasta 5 conforme inhales y luego exhala con lentitud haciendo una cuenta regresiva desde 5. A medida que respires, intenta dirigir el aire a tu vientre con el diafragma.
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    Limita tu movimiento mientras duermas. Durante los primeros días, tendrás que reducir las veces que tosas, te retuerzas, des vuelta y te estires. Podrías tener más dificultades para recordarlo o controlarlo durante la noche. Tan solo recuerda que tus costillas están conectadas a muchas partes del área superior de tu cuerpo; por ello, el movimiento puede aumentar tu dolor.
    • Ten a la mano una almohada adicional, así podrás apoyarla en tus costillas cuando necesites toser durante la noche.[4]
    • No envuelvas las costillas para minimizar el movimiento. Si lo haces, esto aumentará el riesgo de sufrir colapsos e infecciones pulmonares.[5]
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Método 2
Método 2 de 3:
Disminuir el dolor mientras duermes

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    Toma medicamentos para el dolor según las indicaciones del médico. Si el médico te ha recetado medicamentos para el dolor, podrías controlar las dolencias si los tomas aproximadamente 30 minutos antes de irte a dormir. Debes seguir las indicaciones del médico sobre la forma de tomar el medicamento, y deberás consultar con él tan pronto como puedas si tienes alguna pregunta o problema.[6]
    • Ten en cuenta que algunos medicamentos para el dolor podrían provocarte dificultad para mantenerte dormido, ya que pueden generar la apnea del sueño. Por ejemplo, los opioides como la codeína y la morfina pueden hacer que dejes de respirar y te despiertes en la noche.[7]
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    Toma analgésicos de venta sin receta. Puedes tomar analgésicos de venta sin receta como ibuprofeno, naproxeno o paracetamol.[8] Si no tienes medicamentos para el dolor de venta con receta para tratar tus costillas rotas, puedes tomar los de venta libre. Consulta con el médico para que te brinde una recomendación específica sobre el medicamento o la dosis que debes tomar. No tomes una dosis mayor a la recomendada.[9]
    • Si tienes o has tenido una enfermedad cardiaca, presión arterial elevada, una enfermedad renal o hepática, úlceras estomacales o hemorragia interna; consulta con el médico para determinar si puedes tomas uno de estos medicamentos sin correr peligro.
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    Colócate hielo en las costillas. El hielo será de utilidad para entumecer un poco el dolor, y también podría ayudar a disminuir la hinchazón. Durante los 2 primeros días posteriores a la lesión, podrías beneficiarte al colocarte una compresa de hielo cubierta o envuelta por alrededor de 20 minutos cada hora. Luego de los primeros días, podrás usar esta compresa de hielo por 10 a 20 minutos como mínimo 3 veces al día.[10] [11]
    • Colócate una compresa de hielo justo antes de irte a dormir, así ayudarás a aliviar el dolor.
    • No apliques calor en las costillas rotas, en especial si hay una hinchazón. El calor aumenta el flujo de sangre al área de la aplicación, lo que puede agravar la hinchazón.[12]
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Método 3
Método 3 de 3:
Facilitar la curación

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    Duerme lo más que puedas. El sueño es vital para los procesos de curación de tu cuerpo, por lo que debes descansar mucho.[13] Procura dormir como mínimo 8 horas todas las noches y toma siestas durante el día si te sientes cansado. Estas son algunas maneras adecuadas de dormirte con más facilidad:
    • Ve a dormir a la misma hora todas las noches.
    • Apaga las televisiones, las computadoras, las tabletas y los teléfonos.
    • Cerciórate de que tu dormitorio esté oscuro, fresco y tranquilo.
    • No bebas cafeína o alcohol antes de irte a dormir.
    • No comas como mínimo 2 horas antes de irte a dormir.
    • Haz algo relajante antes de irte a dormir, como escuchar música relajante o tomar una ducha.[14]
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    Desplázate de vez en cuando durante el día. Si tienes las costillas rotas, es una mala idea quedarte en cama todo el día. Durante el día, debes levantarte y caminar de vez en cuando. Esto será de utilidad para obtener más oxígeno y despejar la mucosidad de los pulmones.[15]
    • Levántate y camina en tu casa por unos minutos como mínimo 1 vez cada 2 horas.
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    Tose si necesitas hacerlo. Si no toses cuando lo necesitas, esto puede provocar una infección pulmonar. Toser podría provocarte dolor si tienes las costillas rotas; sin embargo, aun así será importante que lo hagas.[16]
    • Coloca una manta o almohada en tu pecho cuando tosas, así provocará un poco menos de dolor.
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    Come alimentos saludables. Obtener los nutrientes adecuados también es vital para el proceso de curación de tu cuerpo.[17] Debes tomar una dieta equilibrada conforme te recuperas. Tu dieta debe comprender a lo siguiente:
    • frutas como las manzanas, las naranjas, las uvas y las bananas;
    • vegetales como el brócoli, los pimientos, la espinaca y las zanahorias;
    • proteínas magras como el pollo sin pellejo, la carne de res magra molida y los camarones;
    • productos lácteos como el yogur, la leche y el queso;
    • carbohidratos complejos como el arroz, la pasta y el pan integrales.
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    Deja de fumar. Si dejas de fumar, esto también podría ser de utilidad para acelerar tu recuperación.[18] Si eres fumador, este será un momento grandioso para abandonar este hábito. Conversa con el médico sobre los medicamentos y los programas para dejar de fumar que podrían ayudarte a abandonar este hábito con más facilidad.
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Advertencias

  • Conversa con el médico tan pronto como puedas si tienes dificultades para dormir debido al dolor provocado por las costillas rotas. Si duermes por un tiempo abundante y de forma adecuada, esto será importante para que sanes.
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Acerca de este wikiHow

Jonas DeMuro, MD
Coescrito por:
Cirujano de cuidados intensivos certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Jonas DeMuro, MD. El Dr. DeMuro es un cirujano pediátrico de cuidados críticos certificado por el coleio oficial en Nueva York. Recibió su doctorado en meicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Stony Brook en 1996. Completó su beca de investigación en Cuidados Críticos Quirúrgicos en el Sistema de Salud Judía de North Shore-Long Island y fue miembro del American College of Surgeons (ACS). Este artículo ha sido visto 99 904 veces.
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