Ernest Hemingway, uno de los bebedores más famosos del siglo XX, dijo alguna vez: “Bebo para hacer interesantes a las demás personas”. Tal vez te hayas visto pensando en algo similar cuando estabas atrapado en una conversación incómoda con un extraño en un bar o cuando estabas en una cita llena de silencios largos y dolorosos. Es posible que tu reacción inmediata pudo ser alcanzar la botella de vino más cercana hasta que pudieras escapar. Sin embargo, ¿existe alguna mejor manera de disfrutar el acto de beber? Si bien uno siempre debe consumir alcohol con moderación, también podrías conseguir simplemente la cantidad justa de alboroto para que así puedas disfrutar de la noche y no sentir la horrible resaca en la mañana.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararse para emborracharse

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    Reflexiona sobre tus razones para beber. Podrías pensar “¡No necesito una razón para emborracharme!, ahora bien, ¿dónde está mi abridor de botellas?”. Sin embargo, la embriaguez se experimenta mejor de forma rara y principalmente por motivos de celebración.
    • Tal vez acabas de ser aceptado en tu mejor elección de programa de graduación u obtuviste un magnífico ascenso en el trabajo. Si trabajaste duro para conseguir algo, entonces sigue adelante y celebra (solamente no lo conviertas en un hábito nocturno o incluso semanal).
    • No bebas para ahogar tus penas. Si acabas de terminar una relación o si estás pasando por una pérdida importante en tu vida, el alcohol solo hará que las cosas empeoren ya que actuará como un depresor.
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    Vístete para la ocasión. Si piensas emborracharte bastante, debes utilizar ropa cómoda con la cual te sea fácil pasear. Si estás muy borracho, es posible que tengas dificultades para caminar, por lo tanto, no hagas que esto sea más difícil usando tacos altos.
    • Utiliza ropa con la que te sea fácil caminar cuando vayas al baño (el alcohol hará que vayas frecuentemente). Considera ponerte un vestido sencillo de una pieza o unos pantalones vaqueros cómodos y una camiseta bonita. Este no es momento de utilizar ese enterizo complicado de una sola pieza. También es preferible la ropa oscura ya que ocultará fácilmente las manchas producidas por los derrames.
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    Alista a tu equipo. No te emborraches solo en casa en la oscuridad. Eso es simplemente triste. Las investigaciones han demostrado que las personas que beben en grupo por lo general toman decisiones menos arriesgadas que cuando beben solas.[1]
    • Debes tener amigos que sean comprensivos contigo y abiertos para pasar un buen rato. Diles con anticipación que piensas beber un poco más de lo normal.
    • No lleves a ese amigo que siempre empieza a pelear cuando bebes ni a aquel que habla mucho más fuerte de lo normal. Lo más importante: no seas esa persona.
    • Si bebes en público, asegúrate de tener una forma segura de volver a casa. Uno de tus amigos podría ser el conductor elegido o deberás planificar cómo conseguir un taxi o un auto de Uber para que te lleve a casa.
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    Elige un buen lugar para beber. Beber en casa tiene sus ventajas y, por lo general, es más barato ya que no tendrás que preocuparte por regresar después de una larga noche.
    • Trata de beber en un lugar que te sea familiar o en una zona del pueblo que conozcas bien. Esto te ayudará a minimizar cualquier desorientación que podrías sentir cuando te emborraches.
    • Organiza una noche especial. ¿Hay algún nuevo bar o lugar donde sirvan cócteles que deseas probar? No caigas simplemente en el primer pozo de agua con el que te cruces. Si vas a emborracharte, debe ser en un lugar que disfrutes.
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    Establece tus límites con anticipación. La cantidad de bebidas que puedes consumir antes de experimentar los peligrosos efectos del alcohol dependerá de varios factores, como de tu altura, peso y género.[2]
    • Incluso si bebes con el objetivo de embriagarte, trata de no exceder más de una bebida por hora (especialmente si vas a beber por más de algunas horas).
    • Las mujeres por lo general no deben exceder más de cuatro bebidas en una sola noche, mientras que los hombres no deben exceder más de cinco bebidas. Si consumes más de esta cantidad, te estarás dirigiendo al peligroso territorio de las “borracheras” y probablemente tendrás una resaca desagradable a la mañana siguiente.
    • Ten en mente las siguientes medidas cuando bebas: si es una cerveza, debes beber 0,35 l (12 onzas); si es una copa de vino, debes beber 0,15 l (5 onzas) y si es un trago de licor fuerte, debes beber 0,04 l (1,5 onzas).

Parte 2
Parte 2 de 3:
Emborracharse

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    Levanta tu vaso. Tu primera bebida debe ser algo que realmente disfrutes y saborees. No empieces con un trago ya que esto tirará al tacho tu tranquilidad durante la noche (una bebida por hora). En vez de eso, elige una cerveza que realmente ames o prueba un nuevo cóctel.
    • Disfruta tu bebida. Las bebidas alcohólicas tienen sabores complejos y maravillosos. Si las bebes muy rápidamente, es posible que te pierdas en ellas.
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    Come algo. Nunca es una buena idea beber con el estómago vacío ya que esto puede provocar que te emborraches muy rápido (de modo que obvies esa ligera fase de alboroto y vayas directamente a vomitar en el piso del baño).[3]
    • Todo alimento en el estómago ayudará a mitigar la probabilidad de una resaca; sin embargo, hay algunas cosas que te pueden ayudar de manera especial. El alcohol reduce la vitamina B12 de tu cuerpo, por lo tanto, es posible que quieras comer alimentos que tengan bastante cantidad de esta vitamina, como la pasta de garbanzos. El alcohol también disminuye la cantidad de sal y potasio, por lo tanto, considera comer un caldo en la cena.[4]
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    Bebe también bebidas sin alcohol. Si sabes que vas a beber durante el transcurso de unas horas (por ejemplo, en la cena y luego al ir a un bar), asegúrate también de beber agua constantemente. Esto te ayudará a mantener un buen ritmo al beber y disminuirá el riesgo de una resaca.
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    Evalúa tus síntomas. Un nivel bueno y moderado de embriaguez es por lo general cuando te sientes relajado y despreocupado, pero cuando todavía tienes una percepción normal de tus alrededores.
    • Si la sala empieza a girar o si te das cuentas que tienes dificultades para caminar sin tropezar con las cosas, siéntate y deja de beber alcohol. Empieza a beber agua, come un bocadillo y siéntate hasta que sientas que se te pasan los efectos de tu última bebida. Si nada cambia luego de una hora, tendrás que pedirle a alguien que te ayude a volver a casa.
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    Haz las cosas que disfrutas. El alcohol es más agradable cuando lo puedes asociar con otras cosas que te gustan. Tal vez realmente te guste ir a bailar o escuchar música en vivo. Tal vez te guste ver películas vulgares de terror con amigos o jugar juegos de mesa. Haz algo de modo que no solo te sientas exclusivamente preocupado por la siguiente bebida.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Comprender los riesgos de beber

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    Conoce los riesgos a corto plazo. Por supuesto, tu noche de diversión puede rápidamente volverse en una actividad ilegal o peligrosa si no tienes cuidado. Nunca conduzcas cuando hayas bebido: si te pones detrás del volante de un auto, podrías matar a los demás o accidentarte.[5]
    • Beber durante el embarazo también puede causar anomalías congénitas perjudiciales en el feto.
    • Beber en exceso durante un periodo corto de tiempo también puede conducirte a una intoxicación por alcohol. Esto puede provocar que la persona entre en coma o incluso conducirla a la muerte.[6]
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    Considera los peligros a largo plazo de beber alcohol. Beber en exceso de manera crónica puede llevarte a algunos problemas de salud muy serios, tales como presión arterial alta, enfermedades cardiacas y daños al hígado. También puede contribuir a la depresión y ansiedad.[7]
    • No debes beber en exceso si alguna de estas condiciones es un problema de salud actual que tienes. Habla con tu doctor sobre la cantidad adecuada de bebidas que puedes consumir cada semana.
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    No bebas si eres menor de edad. Si todos tus amigos beben o si estás en un campus universitario donde hay mucha gente, es posible que te parezca normal que los menores de edad beban. Sin embargo, te pueden arrestar y encarcelar si bebes siendo menor de edad. No vale la pena arriesgar tu futuro.
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    Considera tu historial familiar con las bebidas. Se ha demostrado que el alcoholismo tiene vínculos genéticos. Si el alcohol arruina a tu familia, ten cuidado con beber de alguna forma excesiva ya que no querrás que surja una dependencia a él.[8]

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