Cómo elaborar un semillero

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Un semillero es una parcela de jardín diseñado para que en él crezcan semillas de hortalizas, que más tarde podrás trasplantar. Es la alternativa a sembrar en macetas y será más fácil de usar cuando se tiene el control de la temperatura, la calidad de la tierra y el agua. Podrás crear un semillero al aire libre o en un invernadero varios meses antes de que quieras plantar tu jardín y huerto.

Parte 1

Parte 1 de 3:
Escoger la ubicación

1
Conoce el clima. Si la temporada de crecimiento de verduras es corta, deberás elaborar el semillero dentro de un invernadero. Quizá tengas que traer al invernadero tierra y composta del exterior.
2
Escoge una ubicación que reciba mucha luz. Las semillas necesitan mucha luz, así que deberás colocar el semillero en lugar que reciba luz constantemente y casi no tenga sombra.
3
Escoge una zona que puedas proteger del viento, de los animales de forraje y de inundaciones. Estos son los riesgos más grandes en tu jardín, así que considera la posibilidad de comprar o elaborar un invernadero de arcos pequeño de plástico, en donde podrás proteger las semillas.
4
No escojas una parcela en donde cultivabas tubérculos o tenías un problema grave con la mala hierba. Las raíces de tubérculos y la mala hierba podrían desplazar las plántulas.

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Parte 2

Parte 2 de 3:
Crear una tierra fina

1
Prepara la tierra base del semillero. Rastrilla la tierra y deja secar la que esté húmeda y pegajosa.
2
Corrige la tierra. Si está arenosa o tiene un nivel bajo de nutrientes, échale composta. Si tiene tanta materia orgánica que se pega, agrégale la tierra arenosa que venden en las tiendas.
- Procura que la mezcla final de la tierra tenga consistencia de migas de pan.^{[1]
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  Fuente de investigación}
3
Limpia la tierra antes de colocar el semillero. Arranca la mala hierba y los residuos. Coloca la mezcla de tierra en un colador de jardinería que tenga agujeros de 0,6 cm (1/4 pulgada) y tamízala.^{[2]
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Fuente de investigación}
4
Echa la cantidad suficiente de tierra para rellenar de 20 a 30 cm (8 a 12 pulgadas) de tierra a la ubicación del semillero. Espárcela en esa zona hasta que esté uniforme. Con la parte trasera de un rastrillo, dale uniformidad con leves golpes.
5
Riega la tierra para que esté firme. Primero rocíale agua para romper la tensión de la superficie. Luego, riégala con más intensidad.
6
Cubre la tierra con una lámina de plástico y déjala durante 10 días. Las moscas se verán atraídas por la tierra fresca y desaparecerán durante este periodo. Si durante el proceso brota mala hierba, arráncala.
- La lámina de plástico servirá para calentar la tierra y para que pueda germinar mejor.
7
Prepara una trampa para babosas. Para hacerlo, entierra un recipiente pequeño de yogurt de modo que el borde esté al ras del nivel de la tierra. Llénalo con cerveza. Las babosas se verán atraídas por la levadura, pero se ahogarán en la cerveza.^{[3]
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Fuente de investigación}
- Si tienes problemas con las babosas, revisa el semillero constantemente.
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Parte 3

Parte 3 de 3:
Plantar en los semilleros

1
Haz surcos en la tierra con una azada. Deberán tener forma de “v” y ser pequeños, los cuales podrás usar para separar las plántulas.
- Los surcos te permitirán reconocer las plantas entre la mala hierba y demás plantas.
2
Riega a lo largo del semillero. Las semilleros necesitan tierra húmeda para germinar.
3
Esparce las plántulas apenas en la tierra a lo largo del surco, o fila. Plántalas según las instrucciones del envase de las semillas para cultivarlas.
4
Rastrilla una capa delgada de tierra sobre las líneas “v” para que el nivel de la tierra sea el mismo que el resto del jardín. Dale uniformidad con la parte trasera del rastrillo.
5
Etiqueta la fila.^{[4]
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Fuente de investigación}
6
Poda las plántulas después de que germinen y empiecen a crecer. Hacerlo evitará que el semillero se sature antes de trasplantarlas. Haz composta de las plántulas que desees desechar.

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