Las muletas son un elemento común del instrumental médico y, por lo general, resultan necesarias después de una lesión considerable o durante la recuperación de una cirugía. Las muletas nos permiten caminar sin poner mucho peso sobre una pierna o pie lesionados. Si bien es posible que los médicos y hospitales faciliten muletas a sus pacientes que las necesiten, no es necesario usar exclusivamente esas. Para encontrar las muletas correctas debes tener en cuenta cómo las usará y cuánto está dispuesto a pagar por ellas; y, luego, comparar ofertas en base a ello.

Método 1
Método 1 de 3:
Adquirir las muletas

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    Adquiere las muletas del hospital o el médico. Si te han operado o has acudido a un ortopedista por una lesión o afección, su hospital o médico, usualmente, te entregará un par de muletas. Por lo general, en los Estados Unidos, te entregarán muletas axilares; y, en otros países, muletas de antebrazo. Antes de recibirlas o, de hecho, antes de entrar a cirugía, pregunta cuál será el costo y qué porcentaje de este está cubierto por el seguro. Algunos hospitales, en particular, cobran más por las muletas. Puedes ahorrar dinero si las compras por su cuenta.
    • La ventaja de recibir las muletas del hospital o del médico es que un profesional de la salud te ayudará a asegurarse de que estas se ajusten correctamente. Si las compra por tu cuenta, es posible que lleves unas que no lo hagan.[1]
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    Préstate muletas. Si conoces a alguien que se ha operado de la rodilla o del tobillo o que se ha fracturado un hueso y se ha recuperado, es probable que aún conserve sus muletas. Especialmente si sus muletas eran mejores que las axilares comunes, es una fantástica forma de obtener un buen par de muletas gratis. Solo asegúrate de que las muletas son su talla y que están en buen estado.
    • Presta particular atención a los regatones de goma de las muletas. Se gastan rápidamente, pero se pueden conseguir repuestos a bajo costo.
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    Compra muletas por Internet. Especialmente si estás buscando unas muletas con amortiguador o articuladas, deberás buscar en Internet. Todas las grandes tiendas, como amazon.com, farmacias y empresas de suministro médico, tales como Allegro Medical y el Medical Supply Group, venden muletas por Internet, lo cual convierte a este espacio en un lugar genial para comparar tiendas y conseguir el mejor precio. Sin embargo, hay dos inconvenientes:
    • Medicare rara vez reembolsa las compras en línea. Si cuentas con un seguro privado, deberás pedir una factura a fin de presentar un reclamo y, es posible, que su aseguradora no te reembolse.
    • Es importante probar las muletas para asegurarte de que son cómodas y se ajustan correctamente. Si las compra por Internet, considera pedir varios pares distintos de muletas y devolver todas menos las que ha elegido. Primero, revise la política de devolución de la tienda para asegurarse de que le devolverán su dinero sin tener que pagar altas tasas de devolución.
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    Compra muletas en una farmacia o botica. Muchas farmacias venden muletas, pero ten en cuenta que la variedad de selección será limitada. Muchas tiendas ofrecen solo un tipo de muleta axilar y otro de antebrazo. Asegúrate de que la tienda esté afiliada a Medicaid o comunícate con tu aseguradora para estar seguro de que cubren el costo de las muletas.
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    Compra muletas en una empresa de suministros médicos. Como en el caso de las farmacias, las empresas de suministros médicos, por lo general, ofrecen solo un tipo de muleta axilar y otro de antebrazo. No obstante, particularmente si te han prestado unas muletas que debes reparar, las tiendas de suministros médicos pueden ser un buen lugar para comprar repuestos para las agarraderas o los regatones de la muleta.

Método 2
Método 2 de 3:
Elegir las muletas correctas

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    Consúltale al médico si está bien que use muletas. Las muletas demandan una fuerza significativa del brazo y la parte superior del cuerpo. En algunos casos, puede que las muletas no sean adecuadas para ti. Si no posees buena fuerza en el brazo o en la parte superior del cuerpo, o si tienes una lesión en la mano o la muñeca así como una lesión en la pierna, es posible que las muletas no sean indicadas para ti. [2] Consúltale a tu médico qué recomienda.
    • En el caso de las personas que han pasado por una cirugía de reemplazo total de cadera o rodilla, o para aquellos con problemas de equilibrio significativos, los andadores ofrecen una mayor estabilidad que las muletas.[3]
    • Los andadores o las sillas de ruedas pueden ser más adecuadas para las personas de la tercera edad.[4]
    • Si tienes un daño en los nervios o una discapacidad visual, es posible que las muletas no sean la mejor opción para ti.
    • El uso de muletas requiere aprender nuevos patrones de marcha o cómo caminar. Si padeces un deterioro cognitivo, es posible que el médico te recomiende mejor un andador o una silla de ruedas.
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    Elige el estilo de las muletas que sea adecuado para usted. Las muletas axilares cuentan con un cojín que se sujeta bajo el brazo. Estas son comúnmente prescritas, pero, por lo general, están pensadas para un uso temporal y no por un largo periodo. El uso prolongado de muletas axilares puede ocasionar daño neural o tendinitis del hombro. Además, existen otros muchos tipos de muletas prescritas con menos frecuencia que pueden ajustarse a sus necesidades particulares:
    • Muletas de antebrazo/codo: muletas con un brazalete que agarra el antebrazo del usuario. Son más difíciles de usar y requieren más fuerza, pero, a su vez, ofrecen más control en el desplazamiento y son excelentes para pacientes activos o para aquellos que las usarán por periodos prolongados, quienes tendrán tiempo para ganar la fuerza necesaria. Asimismo, son más cómodas ya que el brazalete libera de presión a la muñeca. Por lo general, las personas con parálisis cerebral usan este tipo de muletas.
    • Muletas Strutter: son un tipo de muletas patentadas similares a las axilares, pero con una base más grande para proporcionar mayor estabilidad. Pueden facilitar y hacer más cómodo el caminar.[5]
    • Muletas de plataforma: para usuarios con un agarre débil. Estas muletas permiten al usuario sujetar con una correa su brazo a la muleta en una posición que te permita mantener la mano descansada en el agarrador.
    • Muleta “manos libres”: estas muletas son para personas con lesiones por debajo de la rodilla. Se abraza con una correa a la rodilla con la pierna flexionada y actúa como una pata de palo, lo cual te permite caminar sin usar las manos. Generalmente, estas muletas, no las cubre el seguro médico, salvo que el médico te indique que no puedes usar las muletas tradicionales.
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    Revisa el regatón de las muletas. La mayoría de las muletas tiene un regatón de goma que recibe su peso y previene resbalones. Asegúrate siempre de que el regatón no está roto. Si vas a usar las muletas por un tiempo prolongado o si planeas ser muy activo en su uso, considera usar muletas con regatones flexibles o con amortiguadores que faciliten el andar.[6]
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    Presta especial atención a las agarraderas. La agarradera es donde depositarás todo su peso cuando camines, por lo que deben ser cómodas. Generalmente, son preferibles las acolchadas. Si va a usar las muletas por un tiempo prolongado, considera comprar unas con agarraderas ergonómicas que se ajusten a su mano derecha e izquierda.[7]
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    Asegúrate de que las muletas se ajustan correctamente. Únicamente compra muletas que sean ajustables.[8] Las muletas deben tener la altura correcta para garantizar que le permitirán caminar en una postura erguida y sin poner demasiada presión en las muñecas.[9]
    • Muletas axilares: con los zapatos puestos y con el regatón de la muleta descansando en el piso aproximadamente 5 cm (2 pulgadas) delante de los dedos del pie, el cojinete en la parte superior de la muleta debe estar 3 o 5 cm (1 o 2 pulgadas) debajo de su axila. La empuñadura debe permitir una flexión ligera (de aproximadamente 15°) del codo estando parado en una posición normal.
    • Muletas de antebrazo: con los zapatos puestos, coloca el brazo en la muleta. Cuando el ajuste es correcto, el regatón de la muleta debe descansar en el piso al doblar el codo (aproximadamente 30°), de modo que el pliegue de la muñeca está al mismo nivel de las caderas.

Método 3
Método 3 de 3:
Pagar por las muletas

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    Compra muletas sin contar con seguro médico. Las muletas axilares básicas cuestan, normalmente, entre $15 y $40. El precio de las muletas de antebrazo oscilan entre $40 y $100. Las muletas con amortiguación y articuladas tienen un precio base de $119, en el caso de la marca Millennial[10] , y pueden ascender hasta $1000, en el caso de los modelos de lujo.[11] [12]
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    Usa un seguro médico. La mayoría de los seguros médicos cubren tanto las muletas axilares como las de antebrazo. Sin embargo, unas mejores consideradas como comodidades y que no “mejoren significativamente la funcionalidad” de las muletas, por lo general, no están cubiertas. Esto significa que las muletas con amortiguación o articuladas, generalmente, no están cubiertas.
    • Antes de comprar las muletas, comunícate con tu aseguradora para conocer qué cubren.
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    Adquiere muletas a través de Medicare. Todas las personas que cuentan con Medicare "Parte B" o "Parte C" (seguro médico) cuentan con cobertura para la compra de muletas. Pagará el 20 % del monto aprobado por Medicare ($78,57 por un par de muletas de antebrazo y $42,12 por muletas axilares), y se aplica el monto deducible de "Parte B" o "Parte C". Para adquirir muletas a través de Medicare:[13]
    • Las muletas deben estar prescritas por un servidor médico afiliado a Medicare.
    • Debes adquirir las muletas en un proveedor afiliado a Medicare.
    • Si acudes a un médico o proveedor que no está afiliado a Medicare, Medicare no pagará el cobro que presenten y serás responsable de cubrir el costo.
    • Medicare no cubre muletas articuladas ni con amortiguación.

Acerca de este wikiHow

Chris M. Matsko, MD
Coescrito por:
Médico de medicina familiar
Este artículo fue coescrito por Chris M. Matsko, MD. El Dr. Chris M. Matsko es un médico retirado con sede en Pittsburgh, Pennsylvania. Con más de 25 años de experiencia en investigación médica, el Dr. Matsko recibió el Premio a la Excelencia de la Universidad de Pittsburgh Cornell. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell y un doctorado en medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Temple en 2007. El Dr. Matsko recibió una certificación de Escritura de Investigación en la Asociación Americana de Escritores Médicos (AMWA, por sus siglas en inglés) en 2016 y una Certificación de Escritura y Edición Médica en la Universidad de Chicago en 2017. Este artículo ha sido visto 14 339 veces.