Aprender a enrollar un buen puro requiere práctica y paciencia. Pero una vez que sepas lo que haces, pronto enrollarás puros como el más experimentado torcedor (enrollador profesional de puros).

Parte 1
Parte 1 de 2:
Preparar las hojas de tabaco

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    Moja las hojas de tabaco. Antes de que puedan enrollarse, las hojas deben humedecerse o "encamisarse". Puedes usar una niebla fina de agua o un humidificador para humedecer las hojas.[1] Colocar las hojas en una bolsa grande de plástico junto con un poco de agua también funcionará bien.
    • La cantidad de agua que necesitas, y el tiempo que las hojas deben humedecerse, dependerán del tipo de hoja con la que trabajes. Las hojas muy secas necesitarán exponerse a más humedad que las hojas menos secas. Experimenta con volúmenes diferentes de agua y períodos de absorción para averiguar cómo puedes obtener la hoja más flexible.
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    Elige las envolturas. Las envolturas son más delgadas, más grandes y más maleables que las otras hojas usadas en el puro. Estas se usarán para mantener las otras hojas juntas y formar la "piel" exterior del puro.
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    Corta la vena central de las hojas de la envoltura.[2] Esta vena se identifica trazando el tallo a través de la hoja hasta la punta. Al cortar la hoja verticalmente a lo largo de cada lado de esta vena central, te asegurarás de que la envoltura se encuentre lo más suave posible.
    • Si lo deseas, puedes hacer la envoltura incluso más suave presionándola brevemente con una plancha caliente o un rodillo.[3]
    • Las hojas más intactas y estéticamente agradables deben usarse como envolturas.
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    Elige el unificador. El unificador contendrá las hojas de relleno antes de ser cubierto por la envoltura. Las hojas de grado medio, las que estén lo suficientemente intactas como para contener las hojas de relleno, pero no son aceptables como envolturas, constituyen unificadores apropiados.
    • Así como la envoltura, el unificador tendrá que ser desvencijado. Corta la hoja a lo largo de cada lado del tallo de modo que obtengas dos mitades aproximadamente simétricas.
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    Elige el relleno. Los rellenos se colocan en el núcleo más interno del puro, y están rodeados por la hoja unificadora. Puedes triturar el relleno en trozos más pequeños y finos si lo deseas.
    • Elige las hojas más estéticamente deficientes para formar el relleno. Las hojas con agujeros o de color desigual son las mejores opciones para hacer hojas de relleno.
    • Mantén las hojas de relleno un poco más secas que las hojas del unificador o de la envoltura, pero asegúrate de que permanezcan flexibles.
    • Ya que el relleno comprende la mayor parte del puro, el sabor también es un factor importante al elegir las hojas de relleno. Experimenta con variedades diferentes de tabaco para encontrar una que te guste.

Parte 2
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Ensamblar el puro

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    Agrupa las hojas de relleno en un manojo. Agarra un puñado de hojas enrolladas con los extremos que sobresalgan de tu mano apretada. La longitud del ramo, y la del puro entero, es una cuestión de preferencia personal. La mayoría tiene entre 13 y 18 cm (5 y 7 pulgadas) de largo.
    • Coloca las hojas más gruesas en el centro del racimo, y envuelve cada hoja en hojas progresivamente más finas. Este efecto de estratificación evita la tunelización (incapacidad de la hoja de la envoltura para quemarse) cuando finalmente se fume.[4]
    • ¿Cuántas hojas de relleno debes usar? Esto es, de nuevo, en gran medida una cuestión de preferencia. Sin embargo, ten en cuenta que un número excesivo de hojas impedirán un adecuado flujo de aire, y una cantidad pequeña de hojas harán que el puro se queme demasiado rápido y se caliente demasiado.[5]
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    Coloca el ramo de relleno en una hoja unificadora. La hoja unificadora debe estar bocabajo, con las venas de la hoja visibles. Inclínala unos 45 grados a cada lado, pero asegúrate de colocar un extremo del ramo de relleno en el extremo inicial de la hoja unificadora, con el resto del relleno dirigido hacia el lado donde el borde superior de la hoja unificadora se orienta.
    • Por ejemplo, si la hoja unificadora está sobre la mesa y se encuentra en ángulo diagonal hacia la parte superior derecha, coloca el ramo de relleno en la hoja unificadora en una posición horizontal alargada (de izquierda a derecha) con el extremo izquierdo del ramo contra el extremo izquierdo de la hoja unificadora.
    • No aprietes demasiado el ramo cuando lo coloques en la hoja unificadora.
    • Si vas a usar relleno triturado, coloca la hoja unificadora de forma horizontal sobre la mesa, con el lado venoso hacia arriba, y alinea la hoja unificadora tal como si fuera un solo ramo.
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    Enrolla la hoja unificadora. Para enrollar el puro, dobla el extremo puntiagudo de la hoja unificadora lentamente sobre las hojas de relleno. Mete el borde doblado por debajo del relleno, tal como lo harías al hacer un rollo de sushi. Tira un poco de la hoja unificadora en dirección hacia ti para comprimir un poco las hojas de relleno, pero no pongas el relleno demasiado fuerte en la hoja unificadora. Con las puntas de los dedos sobre la hoja semienrollada del unificador, continúa enrollándola moviendo las puntas de los dedos hacia arriba y sobre el cilindro, orientándola exactamente en dirección opuesta a tu cuerpo. Muévete de un extremo al otro, empezando por el extremo puntiagudo y enrollando hacia el extremo más ancho y redondeado.
    • Enrolla el puro a través de la mesa unas cuantas veces más para que se convierta en un cilindro más perfecto. Usa la misma técnica que la primera vez, llevando las puntas de los dedos hacia arriba y sobre el cilindro y deteniéndote cuando lo hayas enrollado en la palma de la mano.
    • Es posible que tengas que cortar el exceso de hojas si el cilindro que has hecho es más largo de lo que te gustaría. Puedes usar un cuchillo de cocina afilado, o una chaveta, la herramienta tradicional para cortar puros la cual usan los enrolladores profesionales.
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    Elige la cabeza y el pie. Un extremo del puro debe ser la cabeza (el extremo del puro del que se inhala) y el otro el pie (el extremo del puro que se enciende). Tuerce la cabeza hasta formar una punta tosca girando el puro ligeramente con una mano mientras pellizcas suavemente la cabeza entre los dedos pulgar, medio e índice. Dale unas cuantas vueltas, solamente lo suficiente como para asegurar que mantenga su forma.
    • Podrás refinarlo más tarde, así que no te molestes en intentar que luzca como un puro perfecto que sacarías de una caja.
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    Sella la hoja unificadora. Aplica una cantidad pequeña de clara de huevo, pegamento para puros, Tragacanth o goma de guar en el borde inferior de la parte interior de la hoja (el lado que está hacia arriba) para evitar que se desenrolle.
    • Si tienes acceso a una prensa de puros o a un molde, coloca el puro en él cuando esté listo. Las prensas para puros ayudan a hacer que el puro sea más simétrico y le dan un aspecto acabado. Los puros en esta etapa son prensados durante un lapso de entre 30 y 45 minutos.[6] Una vez transcurrido el período de tiempo designado, los puros se retiran y se giran 90 grados antes de ser reinsertados en la prensa para experimentar otra prensada igual en tiempo a la primera. Es importante girar el puro para asegurarte de que ninguna costura sobresalga de un lado o del otro.
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    Coloca la envoltura bocabajo en la mesa. La cara de la hoja de la envoltura es la más lisa de los dos lados. El otro lado, el que tiene las venas, debe mirar hacia adentro al enrollar el puro.[7]
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    Enrolla la envoltura. El proceso de enrollado no es muy diferente del enrollado de la hoja unificadora, pero debe hacerse con mucho cuidado. Con la hoja de la envoltura en ángulo diagonal con respecto a ti, dobla lentamente el extremo puntiagudo de la hoja de la envoltura sobre el cilindro (compuesto por el relleno envuelto en la hoja unificadora). Mete el borde doblado por debajo de la hoja unificadora y comience a enrollar. Coloca las puntas de los dedos sobre el puro semienrollado y continúa enrollándolo moviéndolo hacia fuera y orientándolo lentamente en dirección opuesta a ti. Muévete de un extremo al otro, empezando por el extremo puntiagudo y enrollando hacia el extremo más ancho y redondo.
    • Aplica una capa ligera de pegamento para puros en el interior de la hoja de la envoltura mientras la enrollas.
    • Utiliza la mano que no uses para enrollar para tirar de la envoltura y tensarla mientras la aplicas sobre la hoja unificadora y así asegurar que el producto terminado tenga una superficie exterior lisa.
    • Un buen enrollador enrollará la punta de la hoja hacia el pie o el extremo de la horquilla (donde se enciende el puro). Al hacerlo, el puro adquirirá un sabor más robusto cuando se le fume.
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    Aplica una tapa. La tapa se forma con los restos de la hoja de la envoltura y se fija en la cabeza del puro (donde se inhala). Tal como en el caso de la hoja unificadora, la tapa debe sellarse con Tragacanth, pegamento para puros o goma de guar.
    • Corta un trozo en forma de "D" de la hoja de envoltura. El borde largo de la “D” debe ser aproximadamente un cuarto de la longitud del puro.
    • Aplica un poco de pegamento para puros en el lado veteado de la tapa.
    • Agarra el puro en posición vertical con una mano y aplica una esquina de la tapa en un ángulo oblicuo del puro. En este punto, si colocas el puro alineado con el cuerpo, con un extremo cerca de ti y el otro extremo más alejado de ti, una esquina de la tapa en forma de “D” se fijará en el puro cerca del extremo más alejado, y la otra esquina de la tapa en forma de “D” se encontrará más allá del extremo del puro y ligeramente a un lado o al otro.
    • Enrolla la tapa alrededor del puro. La curvatura de la “D” debe permitirte terminar con un agujero abierto en el extremo del puro cuyo borde es relativamente plano.
    • Utiliza un poco de pegamento para puros para cerrar el extremo de la tapa. Pellízcala suavemente hasta cerrarla y gírala ligeramente en la mano para asegurarte que la tapa adopte una punta adecuada.
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    Aplica los toques finales. El único paso realmente crucial que queda en este punto es secar el puro en una rejilla de secado durante un lapso de entre 24 y 48 horas. La envoltura se ajustará alrededor del puro mientras se seca. Sin embargo, hay varias cosas que puedes hacer para que el puro se vea y se sienta como un producto más completo.
    • Coloca el puro en un cortador para recortar el exceso de hojas. Un cortapuros es un dispositivo diseñado para cortar con precisión el extremo del puro que se enciende (el extremo de la horquilla o el pie). Esto le dará al puro la longitud adecuada. Alternativamente, puedes simplemente tomar un cuchillo afilado hasta el extremo y cortar suavemente a través de él.
    • Coloca el puro en la prensa de puros para realizar un prensado final. Puedes prensar el puro durante hasta 12 horas dependiendo de cuán atractivo desees hacer el producto final. Gira el puro 90 grados después de que el período de tiempo designado haya transcurrido y presiónalo de nuevo en ese lado durante una cantidad igual de tiempo.[8]
    • Si no deseas preocuparte por usar una tapa, simplemente pellizca la cabeza de nuevo cuando hayas terminado de enrollarla, sellándola con un poco de pegamento para puros, goma guar o un agente similar. Gira el puro en su eje largo mientras lo pellizcas entre el pulgar, el índice y el dedo medio para asegurarte de que no se desenrolle.

Consejos

  • Conseguir una calidad y un sabor consistentes en los puros lleva tiempo. No te preocupes si no enrollas un puro perfecto de inmediato.
  • Si el puro se quema de forma desigual, es posible que la envoltura esté demasiado húmeda o demasiado gruesa.[9]
  • Los huecos entre la hoja unificadora y la envoltura pueden causar tunelización (la incapacidad de la envoltura para quemarse adecuadamente). Si experimentas este fenómeno, intenta enrollar el próximo puro un poco más apretado.
  • Las hojas centrales deben arder más lentamente. Un puro bien enrollado es fácil de detectar ya que el pie (el extremo que se enciende) formará una forma de cono mientras se fuma.
  • Revisa el puro en cada etapa para asegurarte de que no haya puntos duros o blandos, y para asegurarte de que las hojas sean aproximadamente uniformes en la distribución.[10]
  • Los puros no necesitan verse perfectos. Los puros italianos rara vez son hermosos.

Advertencias

  • Fumar es peligroso para la salud. Puede causar cáncer de laringe, esófago y pulmón. Comparados con los cigarrillos, los puros tienen más toxinas, incluyendo amoníaco, cadmio y alquitrán. Fuma bajo tu propio riesgo.

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Categorías: Fumar