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Los niños pequeños normalmente son activos y se distraen fácilmente y pueden ponerse inquietos, enfadados e incómodos cuando les exigen que se queden quietos y se porten bien. Esto es completamente normal y no deberías preocuparte si parece que tu niño pequeño tiene algo así como un periodo de atención de un minuto. Aun así, hay momentos en los que tienes que hacer que tu niño se quede quieto. ¡Comienza con el paso 1 para encontrar algunos consejos útiles!
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 2:Desarrollando la habilidad de quedarse quieto
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1Haz que lo practique. Quedarse quieto no aparece con naturalidad en la mayoría de los niños pequeños, pero puedes practicar esta habilidad en casa. Para comenzar, haz que tu hijo se quede quieto en tu regazo por un minuto completo. Reta a tu hijo a que se quede lo más quieto posible. De manera gradual, prolonga el tiempo hasta que tu hijo pueda quedarse tiempo por tramos más largos.
- No entretengas a tu niño pequeño demasiado durante estas sesiones de práctica. Jugar, hacerle cosquillas, cantar y cualquier cosa parecida hacen que tu propósito fracase: tratar de lograr que tu niño pequeño tolere tramos de tiempo tranquilos sin entretenimiento.
- A medida que tu niño pequeño mejore en este ejercicio, puedes cambiar de tu regazo a una silla. Siéntate al costado de tu hijo y continúa retándolo a que se quede quieto.
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2Léele en voz alta. Leer en voz alta hace que tu niño pequeño participe en una actividad tranquila y atenta, desarrollando su habilidad de concentrarse y quedarse quieto de manera tranquila. Enséñale a que preste atención a los detalles: hazle preguntas y destaca las cosas interesantes de las imágenes.
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3Fomenta las actividades artísticas. Asegúrate de que tu niño pequeño tenga acceso al papel, los crayones, los lápices y/o las pinturas. Estas actividades también son interesantes y estimulan un periodo de atención más largo. Reta a tu hijo para que termine una imagen antes de continuar con otra cosa.
- Al principio, podría servir de ayuda participar en estas actividades junto a tu hijo. Tener tu atención podría animarlo a concentrarse en un trabajo artístico por un periodo de tiempo más largo. A medida que vaya aprendiendo a estar más concentrado y atento, puedes empezar a sentarte cómodo y mirar.
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4Jueguen algo que requiera su atención y tranquilidad. Trata de lograr que tu niño pequeño juegue con cubos, rompecabezas y otros juegos que no impliquen la actividad física. Estos juegos les ayudan a los niños pequeños a desarrollar las habilidades de la memoria, afinar la coordinación motriz y la habilidad de quedarse quieto.
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5Desarrolla momentos tranquilos en las rutinas de tu familia. Escoge momentos regulares para sentarse quietos y juntos como una familia, tal vez al inicio de una comida o en algún tiempo designado para leer en silencio. Si tu niño pequeño ve que sus padres y hermanos muestran una actividad adecuada, lo captará más rápido.
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6Usa las horas de la comida como una práctica. Los niños pequeños deben aprender a sentarse quietos en la mesa durante las comidas. Asegúrate de que tu hijo comprenda que correr por todos lados durante las comidas es inaceptable; él o ella debe quedarse quieto y terminar de comer antes de levantarse a jugar. Debido a que las horas de la comida ocurren de una manera tan frecuente, ofrecen una excelente oportunidad para practicar las habilidades de tu niño pequeño.
- Establece un buen ejemplo durante las horas de las comidas. Cuando te sientes a cenar con tu familia, no te levantes para contestar el teléfono o veas qué hay en la televisión.
- Debes tomar en cuenta permitir que tu hijo(a) lleve una muñeca o un osito de peluche a la mesa como un compañero de cena. Señala que la muñeca o el osito de peluche no saltan alrededor de la mesa.
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7Recompensa los esfuerzos de tu hijo. Cuando tu niño pequeño haga un buen trabajo al quedarse quieto o prestar atención, halágalo bastante de manera específica. Ten en cuenta darle un pequeño regalo (un trozo de chocolate, un paseo al parque) por un buen comportamiento en particular.Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 2:Ayudando a tu hijo a que se quede quieto
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1Prepara a tu hijo. Si vas a estar en una situación en la que tu niño pequeño tenga que quedarse quieto, comienza a prepararlo temprano. Hazle saber cuál será la situación y qué tipo de comportamiento esperas de él. Las situaciones comunes incluyen:
- Las comidas en los restaurantes. Incluso más que las comidas que se comen en casa, las comidas en los restaurantes exigen un buen comportamiento. No esperes milagros (escoge restaurantes que sean acogedores para las familias), pero deja que tu niño pequeño sepa que debe quedarse quieto y portarse bien.
- Los cortes de cabello. Si tu niño pequeño se menea, no para de moverse o salta por todos lados, será muy difícil hacerle un buen corte de cabello. Explícale a tu hijo de antemano y recomiéndale que se quede lo más quieto posible y que vea el corte de cabello en el espejo.
- Los exámenes médicos. Los niños sí deben quedarse quietos durante los exámenes médicos, especialmente para los análisis de sangre y otros trabajos de laboratorio. Prepara a tu hijo de antemano. Durante el examen, trata de entretener a tu hijo lo más que puedas. Distráelo al señalar cuadros o dibujos coloridos y usa tu imaginación: una gota de sangre puede ser una mariquita o un jugo de frambuesa.
- La iglesia, los conciertos y otras obras teatrales. Una vez más, prepara a tu hijo de antemano. Sin embargo, debes comprender que es posible que tu hijo no pueda quedarse quieto en algo que dure mucho tiempo como el servicio de la iglesia o un concierto. Planea tomar descansos breves, llevando a tu hijo afuera para que queme un poco de energía.
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2Asegúrate de cumplir las necesidades básicas de tu hijo. No puedes esperar que un niño pequeño que está hambriento, sediento, exhausto o incómodo se quede quieto y se porte bien; eso no sucederá. No intentes ir a ningún evento que le exija quedarse quieto sin alimentar a tu niño pequeño y asegúrate de cumplir sus otras necesidades.
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3Distrae a tu hijo. Cuando tu hijo tenga que quedarse quieto, ya sea durante una comida o en la cita con el doctor, una distracción sirve de ayuda. Haz que tu hijo se concentre en un cuadro de la pared, en su imagen en el espejo, en una canción o un cuento tonto: cualquier cosa que funcione. Si es necesario, lleva sus juguetes, libros de cuentos ilustrados y bocadillos favoritos.
- En raras ocasiones, es posible que quieras sacar una caricatura o un aparato electrónico. Esto puede funcionar cuando realmente necesitas que tu hijo se quede quieto (como en el consultorio del doctor o en la barbería). Pero no uses esta estrategia muy seguido; solo le enseñarás a tu hijo a estar en las nubes frente a una pantalla.
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4Viste a tu hijo para que encaje en la actividad. Cuando tu niño pequeño vaya a correr de un lado a otro, puedes vestirlo con ropa para jugar y zapatillas. Cuando vaya a hacer algo que requiera que tenga la “mejor conducta”, cambia su ropa para reflejar tus expectativas. Enséñale a tu hijo a reconocer la diferencia.
- Sin embargo, no vistas a tu hijo con algo que sea muy rígido, incómodo o apretado. Esto podría resultar contraproducente, haciendo que tu hijo esté más inquieto que nunca.
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5Debes ser una figura de autoridad. Los niños tienen el derecho de jugar y disfrutar una niñez libre de preocupaciones, pero aun así tienes que mantener las cosas bajo control. Recuerda que tú estableces las reglas y debes esperar que tu niño pequeño las respete.
- Al mismo tiempo, mantén tus expectativas bajo control. No lo castigues por no poder quedarse quieto durante una hora en el servicio de la iglesia; eso no es justo. Pero ten en cuenta darle castigos leves y apropiados para su edad por el mal comportamiento.
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6Dale opciones a tu hijo. Aunque seas la autoridad, aun así puedes darle a tu hijo un poco de control. Deja que tu niño pequeño tome decisiones. ¿Se sentará en tu regazo o en una silla? ¿Quiere rodajas de manzana o cubitos de queso? Dejarle tomar algunas decisiones le permitirá tener una sensación de independencia y de control.
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7Elogia el buen comportamiento. Deja que tu niño pequeño sepa que te enorgulleces de él cuando se sienta tranquilo y se porta bien.Anuncio
Consejos
- Con los niños pequeños, es una buena norma esperar lo mejor pero planear para lo peor. Ten un plan B en caso de que se niegue a quedarse quieto y portarse bien.
- La constancia es importante. Si algunas veces dejas que tu hijo corra alrededor de la mesa durante la hora de la comida o salte en la silla en un concierto, tratará de hacerlo todo el tiempo. Debes buscar implementar las mismas reglas y restricciones en todo momento.