Las historias románticas de adolescentes o la escritura romántica para adultos jóvenes son una parte importante del mercado literario. La demanda por estas obras ha incrementado de manera constante durante los últimos años, en parte gracias a las sagas exitosas de Crepúsculo de Stephenie Meyer. Hoy en día, el mercado está saturado y es muy competitivo, dado que muchos autores intentan crear historias populares para los adolescentes que se conviertan en éxitos rotundos.[1] Aún así, tener una buena idea de los detalles de una historia romántica requiere un gran conocimiento del género, un resumen claro y un primer borrador sólido.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararte para escribir

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    Comprende el género del romance adolescente. El enfoque principal de las obras de este género es el enamoramiento entre los adolescentes, una experiencia única e intensa que muchos jóvenes viven o esperan experimentar en esta etapa de sus vidas. Por lo general, los protagonistas de estas historias son menores de 18 años, y están escritas desde su perspectiva.[2]
    • El público objetivo de las novelas juveniles es de 13 a 18 años, adolescentes que lidian con los sentimientos de amor y deseo en sus vidas. El romance adolescente permite que los lectores experimenten esas emociones a través de personajes e historias de ficción, y los ayuda a lidiar con sus sentimientos románticos.[3]
    • Por lo general, los personajes de las novelas románticas son femeninos, dado que muchas están escritas por mujeres y buscan llegar a un público joven y femenino. Sin embargo, también hay muchas obras escritas por hombres que tienen protagonistas masculinos.
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    Lee ejemplos de romance adolescente. Estudia el género al leer ejemplos de las obras más exitosas como, por ejemplo:
    • La saga Crepúsculo de Stephenie Meyer. Esta saga de cuatro libros es uno de los mayores fenómenos de ventas de los últimos años. Meyer crea una protagonista fuerte y única (Bella Swan) y le asigna características adolescentes típicas como un padre distante, una mudanza a un lugar nuevo, sentimientos de aislamiento y no pertenencia, etc. Además, hay elementos sobrenaturales, como un vampiro guapo y seductor, que hacen que la historia sea más interesante para los adolescentes.[4]
    • Bajo la misma estrella de John Green. La historia de Hazel, una adolescente que lucha contra el cáncer, y su encuentro con el joven Augustus Green también es un fenómeno literario entre los adolescentes.[5]
    • Eleanor y Park de Rainbow Rowell. La historia de dos adolescentes afectados de 16 años utiliza personajes fuertes para contar un clásico del romance.[6]
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    Analiza al protagonista y su interés amoroso. ¿Cómo desarrolla el autor al personaje principal del libro? Por ejemplo, aunque Bella Swan y Hazel, las protagonistas de Crepúsculo y Bajo la misma estrella son mujeres protagonistas, son diferentes entre sí. Cada una tiene su propia visión del mundo y describe y reacciona a los otros personajes de una manera única. Sin embargo, ambos trabajos abordan el lado oscuro de la adolescencia (soledad, aislamiento, muerte), que es otro elemento importante del género.[7]
    • El interés amoroso de la protagonista de Crepúsculo sigue la característica principal de los intereses amorosos masculinos: ser increíblemente bellos.[8] Lo mismo ocurre con Augustus en Bajo la misma estrella que Hazel describe como "sexi" y que corresponde al chico lindo y misterioso que se encuentra en estas novelas.
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    Determina los obstáculos o problemas entre los dos personajes. Una buena historia de romance debe tener un conflicto y obstáculo. Esto podría ser un fuerte odio o desagrado entre los dos que, a la larga, se convertirá en amor, malentendido o error a principio de la historia que mantendrá a los dos amantes alejados el uno del otro. En general, cuanto más difícil sea cruzar el obstáculo, más se interesará el lector con la historia.
    • Por ejemplo, en el primer libro de la saga de Crepúsculo, el obstáculo aparece cuando Edward y su familia defienden a Bella y la salvan de un vampiro sádico. El personaje principal se pone en peligro y se prueba su relación con el objeto de su amor. Este conflicto hace posible sentar las bases de los otros obstáculos del resto de la saga.
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    Observa el final. Como lector, ¿te has sentido satisfecho con el final del libro? ¿Has sentido que el final ha sido demasiado largo o parecía predecible? ¿Cómo ha reunido el escritor todos los hilos narrativos de capítulos anteriores para crear un final creíble y satisfactorio?
    • El libro Bajo la misma estrella no tiene un final feliz después de la resolución para Hazel y Augustus, sino que permite que temas más oscuros como la muerte y el sufrimiento sean parte del final. Aunque el final puede no seguir la estructura familiar del romance, se adapta al modelo de novelas de amor para adolescentes en las que el personaje principal puede no obtener lo que quiere, pero atraviesa una transformación o una revelación.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Crear el resumen de tu historia

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    Crea tu personaje principal. Si bien muchas novelas de romance entre adolescentes se enfocan en protagonistas femeninos, no te limites a un personaje femenino. Un personaje masculino o sin un género identificable también pueden ser buenas opciones. Sin embargo, a la hora de crear tu personaje principal, evita los clichés o territorios familiares. El objetivo es que el protagonista sea lo suficientemente único e interesante como para que el lector quiera seguir leyendo.
    • Evita la trampa del personaje principal femenino egocéntrico y superficial que a menudo se encuentra en las novelas para adolescentes, también llamado “Mary Sue”. Este es el tipo de personaje sin profundidad que no hace nada malo y cada evento parece desarrollarse para permitirle obtener lo que quiere y ganar el corazón del chico perfecto. Esto crea un personaje vacío con el que el lector no puede identificarse, pero también mata la historia y la hace demasiado predecible.
    • En lugar de dejar que el personaje principal sea definido por el chico por el que tiene un enamoramiento o deseos románticos, crea un personaje separado de la persona que le gusta. Piensa en el personaje principal como la base del amor que construirás en el libro. Procura que sea una persona con quien el lector promedio pueda relacionarse, llena de inseguridades, manías extrañas e impulsos adolescentes.
    • Usa un adolescente que conozcas como modelo a seguir, o recuerda cómo te has sentido cuando eras un adolescente. Es probable que no fueras perfecto todos los días y que no obtuvieras todo lo que querías. Dale al personaje problemas bien fundamentados y muestra sus inseguridades a los lectores para que puedan simpatizar e identificarse con él.
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    Desarrolla un interés romántico. Dado que, por lo general, la audiencia de las historias de romance entre adolescentes es femenina, el objeto de amor del personaje principal debe tener una cualidad primordial: ser extremadamente bello.[9]
    • A veces llamado “Gary Stu” (para su “Mary Sue”), las obras de romances adolescentes generalmente tienen un interés amoroso muy deseable y de belleza física. Evita las descripciones cliché para los hombres como “alto, guapo y oscuro”, “bello como los dioses griegos” o “increíblemente sexi”.
    • Aunque tendrás que impregnar al personaje masculino con un grado significativo de belleza física, también es importante enfatizar los rasgos de su personalidad o atributos que lo hacen aún más atractivo. Intenta mantener este personaje real dándole inseguridades y problemas que reflejen los del personaje femenino principal. Aunque debe haber algo de fantasía en el personaje masculino, debes hacerlo creíble y similar a una persona real, con sus propios problemas.
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    Piensa cómo se conocerán los personajes. Establece una conexión entre los dos personajes a través de un pasatiempo o interés compartidos, un amigo o conocido en común, e incluso una conversación incómoda mientras esperan en la fila. Evita encuentros demasiado cliché como el amor a primera vista o el personaje masculino que se arrastra de amor por el personaje femenino de manera instantánea.[10]
    • Los amantes deben tener una conexión instantánea, pero no siempre tiene que ser positiva. Al principio, pueden odiarse o no apreciarse mucho, o podrían tener un concepto negativo del otro. Incluso podrían discutir o pelear. Permite que la conexión entre los dos mejore lentamente a lo largo de la historia. Las novelas románticas para adolescentes a menudo implican muchos deseos, falta de comunicación y momentos extraños.
    • Uno de los errores que cometen muchos autores de este género es sumergirse directamente en miradas melosas y amor a primera vista. Al dejar que la tensión entre los dos personajes aumente con el tiempo, crearás una historia más efectiva y le darás al lector una razón para seguir pasando las páginas.
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    Piensa en un problema. Una historia no es nada sin un problema. Esto es especialmente cierto para las historias de amor de adolescentes, ya que los amantes a menudo se encuentran en medio de un conflicto o enfrentan obstáculos que ponen a prueba su amor y dedicación el uno al otro. El problema también podría llevar a los amantes a admitir sus sentimientos o darse cuenta de que están enamorados.
    • El problema en la historia debe ayudar a descubrir más sobre los personajes y sus sentimientos. También debe crear un conflicto para el personaje principal y su interés romántico.
    • Crea un problema que se adecúe a los obstáculos de la historia. Si escribes una novela romántica para adolescentes que involucra elementos sobrenaturales, puedes incluir el descubrimiento de que el chico que le gusta a tu personaje es un vampiro como problema inicial. Si escribes una historia de amor acerca de un adolescente que tiene cáncer, el problema puede ser cuánto tiempo le quede para estar con el amor de su vida.
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    Crea la trama. Usa la pirámide de Freytag para estructurar tu historia. Estructurar la historia en una trama antes de comenzar a escribir te ayudará a tener una visión más amplia.
    • Introducción o exposición. Prepara la escena. Permite que los lectores conozcan a tu personaje principal. Preséntale al lector tu protagonista y contexto.
    • Incidente detonante. Esto es lo que pondrá en marcha la historia o un incidente que inicia la acción. Debe indicar el comienzo del conflicto principal. En la mayoría de las novelas románticas para adolescentes, es cuando se presenta el interés amoroso. Por ejemplo, tu personaje principal, una chica de 16 años con cáncer que solo tiene unas pocas semanas de vida conoce a un paciente de 17 años que tiene aún menos tiempo de vida y forman un vínculo.
    • Aumento de la acción. Aquí es donde las cosas se complican. Los obstáculos en la historia deben comenzar a aparecer debido a un incidente o problema importante en la historia. Para ello, puedes mostrar cómo los dos personajes se acercan o distancian. También podría adoptar la forma de una búsqueda, por ejemplo, el viaje de Hazel y Augustus a Amsterdam en Bajo la misma estrella.
    • Punto cúlmine. Este es el punto de inflexión de la historia. En este pasaje o capítulo, debes presentar el mayor nivel de tensión en el libro y debe ser el momento o evento más emocionante.
    • Reducción de la acción. El conflicto principal se resuelve (o no) y los eventos aparecen como resultado del punto cúlmine.
    • Resolución. El protagonista resuelve el problema principal o conflicto, o alguien lo resuelve por él.
    • Desenlace. Termina la historia y cierra los últimos detalles. Cualquier pregunta o inquietud que queden en el libro se resuelven o responden. En algunos libros, el escritor terminará con un tema u otras posibilidades para el personaje que se extiendan más allá de la última página del libro.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Escribir tu primer borrador

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    Escribe en función de tu audiencia. Recuerda que tus lectores tienen entre 13 y 20 años de edad, y a menudo atravesarán problemas de adolescentes relacionados con el amor, la soledad y el deseo. Evita el vocabulario y los términos formales, y utiliza descripciones que los adolescentes puedan comprender fácilmente.[11]
    • En vez de escoger un vocabulario más simple o quizás “tonto”, escucha cómo los adolescentes que conoces hablan e interactúan. El objetivo es crear un diálogo y reacciones creíbles entre los personajes. Haz que el lector se identifique con el personaje principal y su visión del mundo.
    • Por ejemplo, en Crepúsculo, hay una escena donde Bella intenta coquetear con Jacob, un adolescente de 15 años que se convierte en hombre lobo cuando el sol se pone.[12] Su diálogo es incómodo y dubitativo. Bella se siente avergonzada por sus intentos de coquetear e intenta ocultar su atracción hacia Jacob. Muchos adolescentes pueden relacionarse con esta escena y comprender los sentimientos de la protagonista. Esto hace que Bella sea un protagonista efectivo en esta historia.
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    Muestra en vez de contar. Esta es una regla básica de escritura para todos los géneros, no solo para el romance para los adolescentes. En vez de decirle al lector cómo debe sentirse con determinada escena, muestra una emoción a través de las acciones del personaje y el diálogo.[13]
    • Por ejemplo, en vez de decirle al lector “Bella estaba molesta con Jacob. Se sintió traicionada”, puedes utilizar sus acciones y diálogos para transmitir estas emociones. Por ejemplo, puedes escribir “Bella miró a Jacob con los puños cerrados a los lados, su boca se torció en una mueca y frunció el ceño: ¡No puedo creer que hayas hecho eso!", le gritó a Jacob”.
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    Aborda los temas importantes. Piensa en las dificultades que sufren los adolescentes en esa etapa de sus vidas. Con frecuencia, intentan descubrir quiénes quieren ser como adultos. Pueden experimentar problemas de vida importantes, como mudarse a otra ciudad, percibir sus sentimientos de amor y deseo, y luchar contra la atracción sexual. Una buena novela romántica para adolescentes explorará los temas importantes de la adolescencia y los incorporará en la historia.[14]
    • Piensa en un tema importante que quieras explorar en tu novela juvenil. Esto puede ser algo simple, como un personaje con una habilidad especial que intenta ocultar, lo que hace que se sienta marginado o excluido. Tu personaje también podría luchar contra temas como la muerte, el amor no correspondido o el descubrimiento de su identidad.
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    Termina con una transformación en lugar de un final feliz. Crea un final que muestre la transformación del personaje principal debido a sus nuevas experiencias en lugar de terminar con un final feliz. A veces, los finales felices donde el personaje principal obtiene exactamente lo que quiere pueden parecer falsos y poco realistas.
    • Por ejemplo, en Bajo la misma estrella, Hazel (personaje principal) se ve obligada a enfrentar la muerte de su primer amor, Augustus, pero al hacerlo, percibe el valor de su vida y de enamorarse de alguien.
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Acerca de este wikiHow

Stephanie Wong Ken, MFA
Coescrito por:
Máster en Bellas Artes, Escritura Creativa, Universidad Estatal de Portland
Este artículo fue coescrito por Stephanie Wong Ken, MFA. Stephanie Wong Ken es una escritora con sede en Canadá. Los escritos de Stephanie han aparecido en Joyland, Catapult, Pithead Chapel, Cosmonaut's Avenue y otras publicaciones. Tiene una maestría en ficción y escritura creativa de la Universidad Estatal de Portland. Este artículo ha sido visto 13 486 veces.
Categorías: Escritura
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