El jarabe de moras, el jarabe de arce o cualquier jarabe simple le da un sabor dulce a los desayunos o los postres. Hacer tu propio jarabe es una receta divertida que puedes hacer, aunque si el jarabe es demasiado líquido o aguado, probablemente no se adhiera a la comida de la forma que quisieras. Puedes usar cosas de tu cocina para espesar el jarabe dentro de 30 minutos para que sea pegajoso, delicioso y le encante a tus amigos y familiares.

Método 1
Método 1 de 3:
Reducir el jarabe

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    Vierte el jarabe en una cacerola a fuego bajo. Escoge una cacerola con lados altos para una reducción más rápida y mantén el fuego bajo para no quemar el jarabe. Cuanto más jarabe coloques en la cacerola, más tiempo tardará en reducirse.[1]
    • Si tienes mucho jarabe que quieras espesar, puedes usar 2 cacerolas.
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    Cuela el jarabe durante 10 minutos mientras lo revuelvas de vez en cuando. Mantén el fuego bajo y usa una cuchara de madera para revolver el jarabe de vez en cuando durante 10 a 15 minutos. Si comienza a hervir, baja el fuego para que no se caliente demasiado.[2]
    • Deja la cacerola descubierta de modo que el líquido tenga un lugar donde evaporarse.
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    Monitorea la temperatura con un termómetro para dulces hasta que alcance 100 ºC (220 ºF). Pon el termómetro para dulces en el medio de la cacerola para revisar la temperatura. Una vez que alcance una temperatura de entre 100 y 110 ºC (entre 220 y 230 ºF), será lo suficientemente espeso para adherirse a los panqueques o un pastel.[3]
    • Mantén el jarabe a menos de 120 ºC (240 ºF) para que no se espese demasiado.
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    Retira el jarabe del calor cuando esté lo suficientemente caliente. Apaga el fuego y deja que el jarabe se enfríe durante aproximadamente 2 minutos. Sírvelo mientras todavía esté tibio y úsalo para endulzar panqueques, tostadas a la francesa o helado.[4]

    Consejo: puedes monitorear el nivel del jarabe buscando la marca que el jarabe haga en los lados de la cacerola donde lo vertiste al principio.

Método 2
Método 2 de 3:
Usar maicena

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    Haz una mezcla de una parte de maicena y agua. En un tazón pequeño, combina cantidades iguales de maicena y agua caliente comenzando con 3 cucharadas cada uno. Mézclalos con una cuchara hasta formar una pasta grumosa.[5]
    • La maicena es un agente espesante que no cambiará el sabor del jarabe.
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    Coloca el jarabe en una cacerola a fuego bajo. Escoge una cacerola ancha y vierte todo el jarabe dentro de ella. Baja el fuego y espera hasta que se formen burbujas pequeñas en el jarabe revolviendo de vez en cuando.[6]
    • No dejes que el jarabe hierva. Si comienzas a ver burbujas grandes, baja el fuego.
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    Vierte 1 cucharada de la mezcla en el jarabe y revuélvelo. Comienza con un poco de la mezcla de maicena para ver cómo combina con el jarabe. Usa una cuchara de madera para mezclar la maicena con el jarabe y vigila el espesor.[7]
    • Si vas a espesar jarabe de mora ligero, la maicena puede hacer que luzca más opaca o granular.
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    Agrega más mezcla de maicena si necesitas 1 cucharada a la vez. Depende de cuán espeso quieras que sea el jarabe, puedes agregarle maicena a la mezcla 1 cucharada a la vez aproximadamente cada 5 minutos. Revuélvelo hasta que sea lo suficientemente espeso para tu agrado.[8]

    Consejo: para revisar que el jarabe sea lo suficientemente espeso para que se adhiera a los panqueques o waffles, remoja una cuchara en el jarabe y sostenla sobre la cacerola. Si el jarabe se cae de la cuchara en cinta lentas, estará lo suficientemente espeso.

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    Retira el jarabe del fuego y sírvelo mientras esté caliente. Rocía el jarabe sobre tu desayuno o postres. Si quieres guardar el jarabe, espera hasta que se enfríe y, luego, guárdalo en un recipiente hermético durante 2 a 3 días.[9]
    • El jarabe sabe mejor cuando se come fresco.

Método 3
Método 3 de 3:
Añadir gelatina

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    Hierve el jarabe a fuego lento durante 10 minutos a fuego medio. Pon el jarabe en una cacerola ancha y honda con lados altos y configura la estufa a fuego medio. Deja que el jarabe hierva a fuego lento durante aproximadamente 10 minutos revolviéndolo de modo que el fondo no se queme.[10]
    • La gelatina funciona mejor con líquidos que ya se han calentado.
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    Retira el jarabe del fuego. Apaga la estufa y retira la cacerola de la hornilla caliente. Colócalo al lado y deja que el jarabe repose durante aproximadamente un minuto para que se enfríe ligeramente.[11]

    Consejo: no dejes el jarabe durante más tiempo que un minuto o puede comenzar a endurecerse nuevamente.

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    Añade 1 cucharada de gelatina en polvo al jarabe. Usa una gelatina en polvo y sin sabor y revuélvela con una cuchara de madera durante aproximadamente 2 minutos. Asegúrate de dejar que se disuelva completamente, de modo que no puedas ver cualquier polvo que quede en el jarabe.[12]
    • La gelatina sin sabor no cambiará el sabor del jarabe.
    • Puedes encontrar gelatina sin sabor en la mayoría de los supermercados.
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    Continúa agregando gelatina en incrementos de 1 cucharada si es necesario. Si el jarabe no está lo suficiente espeso después de la primera ronda de gelatina, continúa agregando más y revolviendo aproximadamente cada 5 minutos. Sirve el jarabe cuando esté caliente para el mejor sabor.[13]

Consejos

  • Mantén la estufa a fuego bajo para no quemar el jarabe accidentalmente.

Cosas que necesitarás

Reducir el jarabe

  • cacerola
  • cuchara de madera

Usar maicena

  • tazón pequeño
  • cacerola
  • cuchara de madera

Añadir gelatina

  • cacerola
  • cuchara de madera

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