La evaluación de estudiantes involucra estrategia, un criterio claro y sensibilidad, desde el desarrollo de los estándares de evaluación hasta la motivación a la autosuperación. Lo primero que debes hacer es desarrollar rúbricas y estándares de desempeño. Estos te brindarán la base para la evaluación. Las revisiones diarias, las pruebas, los exámenes y los proyectos de largo plazo constituyen herramientas valiosas mediante las cuales podrás monitorear el progreso a lo largo de una unidad. Puedes valerte de una combinación de estas herramientas de evaluación y corregir los trabajos a ciegas de forma que te mantengas objetivo. Al momento de ofrecer retroalimentación, debes tratar de ser lo más alentador y específico posible.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Desarrollar una rúbrica

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    Define un objetivo específico de aprendizaje para cada unidad, prueba y proyecto. Idea un objetivo que sea conciso y resuma el tema, las habilidades empleadas y los objetivos de aprendizaje. Usa verbos medibles y factibles para definir las habilidades que desarrollarán los estudiantes, incluyendo detalles que adapten el objetivo al tema de una unidad o tarea específicas.
    • Este sería un objetivo sólido para una unidad: "Los estudiantes identificarán y describirán los participantes y eventos clave en los teatros europeo y pacífico de la Segunda Guerra Mundial".
    • Este podría ser un objetivo sólido para un proyecto: "Los estudiantes analizarán las estrategias en periodo de guerra de un país Aliado o del Eje".
    • Estos serían objetivos débiles: "Los estudiantes aprenderán a comunicarse con claridad" o "Los estudiantes comprenderán las causas, los participantes y los eventos de la Segunda Guerra Mundial". El primer ejemplo no es específico, mientras que el verbo "comprender" no es tan medible ni factible como "identificar", "describir" y "analizar".
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    Identifica los conceptos o habilidades clave de la tarea. Debes dividir el objetivo de aprendizaje en criterios específicos con los que los estudiantes deban cumplir. En estas y otras descripciones, emplea un lenguaje simple y adecuado para la edad. Incluye estos conceptos o habilidades en la primera columna de la rúbrica.
    • Entre los conceptos o habilidades clave podrían encontrarse el conocimiento del tema, la amplitud, la organización, el uso de fuentes confiables, y la ortografía y gramática.
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    Idea estándares claros en lugar de pautas imprecisas y generales. Debes desarrollar, como mínimo, tres niveles de desempeño para cada concepto o habilidad clave. No emplees generalizaciones, como "Avanzado" o "Competente" sino, en cambio, incluye detalles que tengan relación con el concepto o habilidad específicos. Asigna puntos a cada nivel de desempeño y dispón los niveles en filas a la derecha de cada concepto o habilidad. Estos podrían ser los niveles de desempeño para una categoría de conocimiento sobre un tema:
    • 3 puntos: el estudiante demuestra un conocimiento preciso y detallado del país y sus estrategias en periodo de guerra.
    • 2 puntos: el estudiante identifica y explica la información clave pero pasa por alto algunos detalles.
    • 1 punto: el estudiante presenta datos básicos con pocos detalles.
    • 0 puntos: el estudiante proporciona información imprecisa y pasa por alto datos básicos.
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    Brinda ejemplos de trabajo excelente, bueno e insatisfactorio. Si les das a los estudiantes una rúbrica con anticipación, podrán saber con exactitud la forma como los evaluarás. Asimismo, debes enseñarles proyectos, ensayos o exámenes anteriores para que así puedan saber cómo son los diversos niveles de calidad.
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    Adapta la rúbrica al nivel de edad de los estudiantes. En el caso de los que sean más jóvenes, debes enseñarles sobre las rúbricas empleando un lenguaje adecuado para su edad. Pueden serles útiles los conceptos clave y niveles de desempeño simplificados para aprender a cumplir con las expectativas. Estas podrían ser descripciones más simples de los niveles de desempeño para los estudiantes jóvenes:[1]
    • El estudiante puede nombrar los 5 continentes sin vacilar.
    • El estudiante puede recitar tablas de multiplicar para los números del 1 al 10.
    • El estudiante siempre escribe lo que tiene que hacer en su libreta de tareas.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Incorporar varias herramientas de evaluación

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    Asigna ensayos de un minuto al término de las sesiones de clase. Debes pedirles a los estudiantes que escriban un párrafo sobre lo que hayan considerado como el concepto más importante de la clase. Asimismo, puedes pedirles que escriban sobre algo que no hayan comprendido de la clase.[2]
    • Mediante los ensayos diarios de un minuto, podrás evaluar el aprendizaje clase por clase. En caso de que observes que varios estudiantes están confundidos sobre el mismo tema, puedes repasarlo la clase siguiente.
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    Dales formato a las pruebas y los exámenes de forma que encajen con los resultados de aprendizaje de la unidad. Las pruebas y los exámenes suelen constituir las herramientas de evaluación más directas y, por tanto, debes orientar tus decisiones en cuanto al formato de manera estratégica hacia el tema. Las opciones en cuanto al formato son diversas, desde las preguntas de opción múltiple hasta los ensayos largos. Por lo general, la mejor forma de evaluar el conocimiento tanto fáctico como conceptual es incluyendo una mezcla de problemas.
    • Por ejemplo, puedes abarcar una gran cantidad de información mediante las preguntas de opción múltiple y otras preguntas objetivas, y puedes usar las respuestas cortas y los ensayos para evaluar qué tan bien los estudiantes entienden los conceptos globales.
    • Divide las unidades densas empleando varias pruebas como una forma de medir la comprensión de un concepto a la vez.
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    Cubre un amplio rango de información mediante los problemas objetivos. Estos abarcan las preguntas de opción múltiple, de verdadero o falso y de emparejar. Su mejor aplicación es en la evaluación del conocimiento fáctico (por ejemplo, las fechas, el vocabulario, las definiciones y el razonamiento lógico).
    • Si bien es fácil calificar los problemas objetivos, son los que toma más tiempo crear. Asimismo, estimulan las adivinanzas y lo que miden principalmente es la capacidad de un estudiante para recordar información.
    • En el caso de las preguntas de opción múltiple, debes tener cuidado de que todas las respuestas posibles sean gramaticalmente coherentes con la pregunta.
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    Incluye problemas escritos en los exámenes de matemáticas y ciencias. Estos exámenes suelen incluir problemas numéricos o lógicos, por lo que, al incluir aplicaciones en el mundo real, varías la dificultad del examen y mides la comprensión conceptual del estudiante sobre una operación matemática.
    • Este podría ser un ejemplo de un problema: "Un agente de bienes raíces gana un 6 % de comisión sobre la venta de una casa. Si la comisión es de $9750, ¿cuál es el precio de venta de la casa?".
    • Asimismo, debes tratar de incluir problemas escritos que abarquen varios pasos: "Samuel compró 3 autos a $5000 cada uno y 2 autos a $7500 cada uno. Vendió cada auto a un 7 % más que el precio que pagó. ¿Cuántas ganancias obtuvo (en dólares) sobre cada auto y cuáles fueron sus ganancias globales?
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    Usa los ensayos para evaluar la comprensión y las habilidades de escritura. La mejor forma de evaluar la comprensión de un estudiante sobre los conceptos clave de una unidad es a través de preguntas de ensayo cortas y largas. Mediante los ensayos cortos de un párrafo de extensión, es posible cubrir un rango más amplio de información, en tanto que los ensayos largos se enfocan en los temas globales de una unidad.
    • Emplea verbos factibles: "Identifica y explica las principales causas de la Segunda Guerra Mundial" o "Describe el papel que el nacionalismo y el militarismo jugaron en la política externa de Alemania y Japón en la década de 1930".
    • En el caso de las materias como Historia, Ciencias Sociales y Artes del Lenguaje, debes incluir una mezcla de preguntas objetivas, de respuesta corta y de ensayo para así equilibrar la memoria fáctica y la comprensión conceptual.
    • Si bien es más fácil idear preguntas de ensayo, tardarás más en corregirlas.
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    Evalúa las habilidades de aprendizaje independiente incluyendo proyectos de largo plazo. Estos proyectos abarcan ensayos de investigación, presentaciones orales y experimentos científicos. Debes asignar proyectos de largo plazo como una forma de evaluar la iniciativa, la investigación independiente y la creatividad.
    • Asimismo, estos proyectos te ayudarán a evaluar habilidades específicas (por ejemplo, la elaboración de argumentos, la oratoria o el seguimiento del método científico).
    • Divide los proyectos de largo plazo en puntos de control. Evalúa el progreso y ofrece retroalimentación basándote en los primeros borradores. Estos últimos constituyen oportunidades para identificar los errores, por lo que no debes calificarlos o bien debes darles un peso bajo a su calificación.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Calificar a los estudiantes de una manera justa

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    Emplea las tareas calificadas para evaluar y el trabajo sin calificación para desarrollar habilidades. Las pruebas, los exámenes y los proyectos pertenecen a la categoría de evaluaciones sumativas, las cuales constituyen trabajos calificados de manera formal y son la principal forma en la que los profesores evalúan el aprendizaje de los estudiantes. Por otro lado, las evaluaciones formativas (por ejemplo, las tareas) constituyen las herramientas que los profesores usan para desarrollar las habilidades y el conocimiento requeridos. Estas son oportunidades para aprender de los errores, por lo que no debes calificar las tareas de manera formal.[3]
    • Otorga crédito por hacer las tareas, pero sin contar las respuestas incorrectas en contra de la calificación.
    • Toma en cuenta la puntuación general de las tareas en la calificación final. Por ejemplo, si un estudiante realizó 38 de 40 tareas y las tareas constituyen el 20 % de la calificación final, obtendrá 19 de 20 puntos.
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    Califica los exámenes y proyectos sin leer los nombres de los estudiantes. Si corriges de manera anónima, esto es útil para deshacerte de los sesgos tanto conscientes como inconscientes. Si bien no es fácil corregir a ciegas las tareas escritas a mano, de todas formas debes hacer tu mejor esfuerzo por ceñirte a ello.
    • Entre las técnicas para corregir a ciegas se encuentran cubrir los nombres de los estudiantes, pedirles que escriban su nombre en la parte trasera de las tareas y pedirles que, en lugar de escribir sus nombres, usen números de identificación asignados.[4]
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    Lee unas cuantas tareas antes de corregirlas en caso de que la rúbrica sea subjetiva. Para empezar, toma una muestra de alrededor de un cuarto de los exámenes en la forma de ensayo o los ensayos de investigación. En caso de que haya 25 ensayos, puedes leer entre 5 y 10 de ellos por encima. De este modo, podrás hacerte una idea en cuanto al rango de calidad de la tarea que vayas a corregir.
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    Corrige los exámenes un ensayo o sección de problemas a la vez. En el caso de los exámenes que tengan la forma de ensayo, debes leer y calificar el primer ensayo en todos los exámenes y luego pasar al segundo. En el caso de otros formatos de examen, debes calificar cada sección a la vez. La calificación de elemento por elemento te será útil para que los criterios de cada sección permanezcan frescos en tu mente.[5]

Parte 4
Parte 4 de 4:
Brindar retroalimentación alentadora y constructiva

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    Brinda retroalimentación lo más pronto posible después de una fecha de entrega. Es posible que los estudiantes no empleen los comentarios de manera constructiva si es que transcurre demasiado tiempo entre la fecha de entrega y la recepción de la retroalimentación. Debes decirles de antemano cuándo pueden esperar un ensayo o examen corregidos. Puede ser difícil manejar tu carga de trabajo, pero debes hacer tu mejor esfuerzo por ceñirte a las fechas de entrega.
    • Por ejemplo, puedes decirles que les regresarás sus ensayos corregidos una semana después de la fecha de entrega.
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    Elogia esfuerzos, comportamientos y estrategias específicos. No elogies las cualidades (por ejemplo, la inteligencia) sino, en cambio, menciona las acciones específicas que quieras reforzar. Mediante la retroalimentación positiva que se enfoque en las cualidades, podrías estimular a quienes tengan un buen desempeño a que se duerman en sus laureles.[6]
    • Por ejemplo, puedes decir o escribir: "Esta es una explicación minuciosa y detallada y demuestra que investigaste mucho. ¡Sigue trabajando duro!".
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    Sugiere formas de mejorar en lugar de tan solo mencionar las debilidades. Debes equilibrar la retroalimentación positiva con la negativa y estimular a que los estudiantes se superen a sí mismos. Menciona las partes en las que le haya ido bien a un estudiante y dile de qué forma puede aplicar esas estrategias exitosas en otros lugares.
    • Por ejemplo, puedes decirle: "Tienes una muy buena participación en clase y puedo notar que siempre haces las lecturas asignadas. Sin embargo, no incluiste mucha evidencia de respaldo en tus ensayos. Trata de tomar nota de los puntos clave de cada lectura y repásalos al estudiar para el examen".
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    No brindes retroalimentación sarcástica, imprecisa o que no sea concreta. No digas "No exactamente", "Aclara" o "Expande" sino, en cambio, haz el esfuerzo de que tus comentarios sean lo más específicos posible. Puedes decir o escribir: "Esta no es una descripción precisa. Revisa las páginas 155 a 160 del capítulo 4" o "Reduce la tesis a entre 1 y 2 líneas, y no infles tu argumento con adverbios".

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Categorías: Pruebas y evaluaciones