Los perros vomitan ocasionalmente, en especial si han estado escarbando y comiendo. Estos animales naturalmente vomitan la comida que, de comerla, podría causarles una intoxicación alimentaria. Si el tuyo vomita pero en general está bien, presta mucha atención a lo que come o bebe. Si vomita, pero muestra otros problemas de salud, llévalo al veterinario y trata los problemas de salud subyacentes.

Parte 1
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Prevenir los vómitos frecuentes

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    Si tu perro come rápido, haz que coma más lento. Muchos perros se engullen la comida demasiado rápido, lo que quiere decir que tragan aire con la comida. Esto hace que el perro vomite después.
    • Algunas estrategias para hacer que coma más lento son poner la comida en una bandeja para muffins, poner piedras grandes (demasiado grandes para tragar) en el tazón de comida o comprar un tazón especial para comer lento que venden en las tiendas.
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    Eleva el tazón de comida del suelo. Ponlo sobre una pared, silla o mesa baja de modo que el tazón esté por encima de la altura de sus hombros. Cuando el perro tiene elevar la parte frontal de su cuerpo del suelo para comer, la gravedad ayudará a que la comida pase por su garganta hacia el estómago.[1]
    • Procura tenerlo en la posición elevada durante 10 minutos después de que haga sus necesidades. Esto será más efectivo si el perro tiene megaesófago, que es una afección en la que el animal tiene contracciones débiles en la garganta, lo que hace que la comida demore mucho en llegar al estómago.
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    Considera la posibilidad de cambiar su dieta. Analiza su ingesta de comida del mes anterior y define qué tipos de carne ha consumido. Luego, selecciona una carne que nunca haya probado (como la de venado) y dale una dieta de solo esa carne con otra fuente de carbohidrato (por ejemplo, papas).[2]
    • Algunos perros tienen sensibilidades o intolerancias alimenticias. El alergeno más común suele ser una fuente de proteína (como la carne de cordero, res o pescado), pero puede ser el gluten o incluso el arroz. El alergeno hace que el perro libere células inflamatorias, que inducen a que vomite.[3]
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    Pídele a tu veterinario que te recete una dieta. Otra opción es pedirle al veterinario que te dé una receta de dietas hipoalergénicas, donde el trabajo duro de la preparación ya está hecho para ti. Dale esta dieta y nada más, pero no esperes ver resultados sino hasta después de 2 semanas. La reducción de la inflamación puede tomar ese tiempo.[4]
    • Estas dietas son, por ejemplo, Hills rango DD, HiIls ZD y ZD ultra, y Purina HA.
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    Haz que desparasiten a tu perro. Las lombrices a veces pueden irritar el revestimiento del estómago, lo cual aumenta las probabilidades de que el perro vomite. Haz que el veterinario desparasite a tu mascota con regularidad, de preferencia cada 3 meses.[5]
    • Considera la posibilidad de que lo desparasiten con más frecuencia si escarba o caza con regularidad.
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    Trata su mareo por movimiento, si es el caso. Algunos perros sufren de mareos por movimiento cuando viajan en auto. Asegúrate de que el auto esté bien ventilado y el aire no esté demasiado cargado. Si tu perro es pequeño, puede ayudar si mira la calle por una ventana, en cuyo caso, tendrás que comprar un asiento especial para elevarlo (siempre usa un arnés de seguridad cuando viajen en el auto).
    • Para viajes largos, el veterinario puede recetarle Cerenia (maropitant), que es un medicamento no somnífero altamente efectivo que evita los mareos por movimiento. No hará que el perro tenga sueño, así que estará alerta durante el día. La dosis de maropitant es de 2mg/kg vía oral, 1 vez cada 24 horas por un máximo de 5 días.[6]
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    Decide si debes llevar a tu perro al veterinario. Si sus heces son normales, no pierde peso, tiene mucha energía y su pelaje es brillante, pero vomita varias veces a la semana, considera la posibilidad de acudir a un veterinario. Además, haz algunas observaciones que puedan ayudar al especialista. Toma algunas fotos del vómito (esto puede ayudarle a decidir si es un vómito de verdad o si el perro está regurgitando la comida).[7]
    • También puedes llevar un diario sencillo de la frecuencia con la que vomita, cuánto sucede después de que come y qué come. Esto puede ayudarte a detectar posibles patrones que puedan surgir. Por ejemplo, ¿empezó a vomitar poco después de cambiarle la marca de su comida? ¿Empezó a vomitar justo después de que su juguete favorito se perdió?

Parte 2
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Cuidar al perro después de que ha vomitado

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    No lo alimentes durante 24 horas. Quizá todavía tenga náuseas y lo más probable es que vuelva a vomitar cualquier alimento que coma. La contracción repetida de los músculos del estómago al vomitar puede inflamar el revestimiento de este órgano. Esto aumentará las probabilidades de que vuelva a vomitar, lo cual se convertirá en un círculo vicioso.[8]
    • No alimentarlo durante 1 día hará que las náuseas desaparezcan y detendrá el ciclo de vómito. Sin embargo, dale acceso a agua. Si bebe y vomita, busca atención veterinaria.
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    Supervisa su consumo de agua. Déjalo beber pequeñas cantidades de agua con regularidad (al igual que los humanos que sorben agua cuando vomitan). Para un perro pequeño, digamos de menos de 10 kg, dale una huevera llena de agua cada media hora. Si la bebe sin vomitar, entonces después de 2 horas podrás darle acceso ilimitado a agua. Si vuelve a vomitar incluso esta pequeña cantidad, entonces busca atención veterinaria (un perro más grande, digamos del tamaño de un labrador, puede beber media taza de agua cada media hora).[9]
    • Si ha vomitado recientemente, podría querer quitarse el sabor desagradable de la boca. Sin embargo, si se acerca a un tazón de agua grande y se bebe toda el agua, esta afectará su estómago sensible y es probable que vuelva a vomitarla.
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    Reintroduce alimentos suaves en su dieta. Pasadas las 24 horas sin comida, dale una comida pequeña de alimentos suaves. Solo debe consistir en una fracción de la cantidad que suele comer para que veas si come y logra retenerla. Por lo general, los alimentos suaves son bajos en grasa, carnes blancas, tales como pollo, pavo, conejo, bacalao o cualquier pescado blanco y un carbohidrato fácil de digerir, por ejemplo, arroz blanco, pasta o puré de papas hervido (sin productos lácteos añadidos).[10]
    • Evita los alimentos altos en grasa, tales como los productos lácteos, los pescados grasos o las fuentes de proteína pesadas como la carne roja. Tu veterinario también te brindará dietas ya hechas efectivas para acelerar el tiempo de recuperación de un estómago con malestar. Estas son Hills ID y Purina EN.
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    Vuelve a la dieta normal del perro poco a poco. Si todo va bien y tu perro no vomita otra vez después de 24 horas de alimentos suaves, vuelve a su dieta normal poco a poco. Evita los cambios repentinos de comida, así que mezcla 1/3 de su comida regular con 2/3 de su dieta blanda el primer día, luego la mitad el segundo día, 2/3 de su comida regular con 1/3 de su dieta blanda el tercer día y, al cuarto día, regresa por completo a su comida normal.[11]
    • Lo mejor es alimentarlo poco y con frecuencia para no sobrecargar su estómago. Procura dividir su ración diaria de comida en 4 porciones y separa esas 4 comidas durante el transcurso del día: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
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    Mantente atento a cualquier signo que te indique que debes llevarlo al veterinario. El vómito puede ser un síntoma general de mala salud y, si vomita con regularidad, no debes pasarlo por alto. Un perro que no puede retener líquidos puede deshidratarse, lo cual de por sí es peligroso y requiere de atención médica. A continuación, te daremos una lista de los signos que indican que el perro necesita atención médica:[12]
    • No retiene líquidos. Si bebe agua pero no puede retenerla y esto persiste por más de 1 a 2 horas.
    • Si el perro tiene otros problemas, tales como diarrea (lo que quiere decir que está perdiendo líquido por el otro extremo además de vomitar).
    • Sigue vomitando por más de 4 horas.
    • Sangre en el vómito.
    • El perro está tomando medicamentos, tales como analgésicos del grupo no esteroideo (tales como Metacam, Onsior o Rimadyl).
    • Está deshidratado. Levanta su cogote y suéltalo. Si toma más de 1 a 2 segundos en volver a nivelarse, entonces estará deshidratado.
    • Tiene otros problemas de salud, por ejemplo, enfermedad renal o diabetes.
    • Carece de energía o se muestra apático.
    • Vomita con regularidad (a diario) y está perdiendo peso.

Consejos

  • Si tu perro vomita en la mañana antes del desayuno, podría ser porque el periodo de tiempo entre la cena y el desayuno es demasiado largo. Procura dividir su cena en 2 comidas por separado, una a la hora normal de la cena y la otra justo antes de dormir. Esto hará que tenga comida en el estómago durante la noche y prevendrá o, por lo menos, minimizará los vómitos matutinos.

Advertencias

  • Cada vez que el bienestar de tu mascota disminuya y siga así por más de unos cuantos días, contáctate con tu veterinario.

Referencias

  1. Canine and Feline Megaesophagus. Mears & Jenkins. Comp Cont Ed Prac Vet 19
  2. Adverse reactions to food: a gastrointestinal perspective. Guilford. Comp Cont Ed Prac Vet 16
  3. Small Animal Internal Medicine. Nelson & Couto. Publisher: Mosby
  4. Adverse reactions to food: a gastrointestinal perspective. Guilford. Comp Cont Ed Prac Vet 16
  5. http://www.veterinarypartner.com/Content.plx?A=476
  6. Plumb's Veterinary Drug Handbook. Donald Plumb. Publisher: Wiley-Blackwell
  7. https://www.aspca.org/pet-care/dog-care/vomiting
  8. http://www.petmd.com/dog/emergency/common-emergencies/e_dg_vomiting
  9. http://www.petmd.com/dog/emergency/common-emergencies/e_dg_vomiting

Acerca de este wikiHow

Ray Spragley, DVM
Coescrito por:
Veterinario
Este artículo fue coescrito por Ray Spragley, DVM. El Dr. Ray Spragley es doctor en Medicina Veterinaria y propietario / fundador de Zen Dog Veterinary Care PLLC en Nueva York. Con experiencia en múltiples instituciones y consultorios privados, las especializaciones e intereses del Dr. Spragley incluyen el manejo no quirúrgico de los desgarros del ligamento cruzado craneal, la enfermedad del disco intervertebral (IVDD) y el manejo del dolor en la osteoartritis. El Dr. Spragley tiene una licenciatura en biología de SUNY Albany y un título de Doctor en Medicina Veterinaria (DVM) de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Ross. También es terapeuta de rehabilitación canina certificado (CCRT) a través del Instituto de rehabilitación canina, así como acupunturista veterinario certificado (CVA) a través de la Universidad de Chi. Este artículo ha sido visto 10 580 veces.