¿Siempre sientes la necesidad de hablar? Tal vez hayas notado que las personas se molestan contigo cuando hablas o parecen perder el interés en lo que dices. Si quieres dejar de hablar tanto, tendrás que pensar antes de hablar y reconocer que guardar silencio puede ser algo adecuado. No centres la conversación solo en tu persona; para lo cual, deberás aprender a escuchar de forma activa y hacer preguntas. Busca el apoyo de tus amigos y familiares como una guía, y aprende a adaptar tu comportamiento parlanchín a cada situación social en la que estés.

Método 1
Método 1 de 3:
Aprender a estar consciente de tu comportamiento

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    Evalúa las causas por las que seas muy conversador. Quizás adores hablar de ti e incluso no notes que esto molesta a las personas. Podrías tener una necesidad nerviosa de llenar el silencio porque este te incomoda. Tal vez sientas la necesidad de hablar porque eres nervioso y sientes que tienes que expresar lo que quieres decir.[1]
    • Ten en cuenta las posibles razones por las que seas muy conversador.
    • Evalúa si hay determinadas situaciones o personas que hagan que seas más conversador. Tal vez estés emocionado por algo o alguien, o tal solo estés nervioso.
    • Al analizar las situaciones en las que seas más conversador, podrás empezar a controlar tu comportamiento con más eficacia.
    • Escribe un diario por unas semanas a fin de identificar los patrones de comportamiento y los posibles desencadenantes.
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    Observa si las personas se molestan o se aburren cuando hablas. ¿Notas que no paras de hablar? Quizás termines pidiendo disculpas por tu comportamiento luego de ello. Reflexiona sobre los casos en los que tu carácter conversador obstaculice a los demás. Por un tiempo, tendrás que centrarte en prestar atención a estas cosas siempre que tengas una conversación. Con el tiempo, esto se volverá algo que notarás con naturalidad. Ten en cuenta que debes dejar de hablar (o por lo menos tocar un tema diferente) en las siguientes situaciones:[2]
    • La persona no presta atención o está hablando con alguien más.
    • La persona parece estar aburrida o no tener interés.
    • Ella está distraída; por ejemplo, mirando su teléfono, tableta o computadora.
    • Ella está trabajando.
    • Estás hablando muy rápido y no puede centrarse en lo que dices.
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    No hagas que la conversación se centre completamente en ti. Hablar de ti podría ser divertido e interesante para ti, pero no siempre será así para los demás. No relaciones cada situación con tu vida y contigo. Busca maneras de conectar lo que dices con la otra persona en la conversación.[3]
    • Una conversación se da en dos vías. Aprende a bajar el ritmo y dar tiempo a los demás para que hablen.
    • Recuerda una ocasión reciente en la que hayas hablado mucho. ¿Cuál era el tema de la conversación? ¿La situación parecía enfocarse solo en ti y tus intereses?
    • Siente más interés por lo que los demás digan y hagan. Podrías lucir como alguien egoísta o egocéntrico si tus intereses y tú dominan la mayoría de las conversaciones. ¡La manera más eficaz de lograrlo es hacer preguntas!
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    Piensa antes de hablar. Podrías sentir que necesitas decir todo lo que te viene a la mente. Da un paso atrás y asimila lo que quieras decir. No te apresures a hablar antes de notar qué quieres decir. Esto es verdad en especial en los entornos públicos o grupales.
    • En ocasiones, cuando hablas primero y piensas después, te percatas de que has dicho demasiado o algo que no has debido decir.
    • Tómate un tiempo para asimilar tus pensamientos. Esto mostrará madurez y paciencia.
    • Si notas que ofendes o irritas a las personas con lo que dices, o cuando hablas de forma constante, recuerda escuchar a tu mente y pensar antes de hablar. No dejes que tu energía inquieta te domine y te haga hablar.
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    Acepta que los momentos de silencio son algo aceptable. El silencio puede ser algo hermoso. Este puede ser de utilidad para despejar la mente y calmar nuestros pensamientos. El silencio no siempre tiene que ser extraño o incómodo. Tómate un descanso y deja que el silencio incómodo se convierta en paciencia.[4]
    • Las conversaciones sin sentido para llenar el silencio podrían hacerte sentir más tranquilo, pero podrían irritar a los demás. No sientas que necesitas llenar los vacíos. Estos momentos podrían ser solo un signo de que debes dejar de hablar o continuar con un tema que les interese a todos, no solo a ti. Ten listas algunas maneras amables de abandonar una conversación cuando llegue a su fin de forma natural.
    • Muchas personas no tienen problemas con los momentos de silencio, en especial a medida que envejecen. Considera los momentos de silencio como maneras de asimilar los pensamientos y sentimientos con más claridad. Si siempre hablas, no podrás escuchar de verdad lo que sientas en dicho momento.
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Método 2
Método 2 de 3:
Volverte bueno escuchando

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    Haz preguntas y muestra interés por los demás. En lugar de centrar la conversación en ti, detente y haz preguntas para mostrar tu interés en lo que los demás tengan que decir. Para evitar hablar demasiado, será importante que aprendas habilidades para escuchar con eficacia. Las conversaciones no se centran solo en ti, sino también en todas las personas que participan en ellas.[5]
    • Si estás hablando sobre tu día o algo que haces, pregunta a la otra persona sobre su día o lo que esté haciendo. Dale unos minutos para que hable.
    • Mantente concentrado en lo que diga. Será grosero que desvíes tu atención; por ejemplo, a otras personas o a tu teléfono. Si los roles se invirtieran, podrías irritarte si no te presta atención.
    • Haz preguntas sobre ella. Conócela mejor. Puedes decir algo sobre su familia; intereses; pasatiempos; películas, deportes o música favoritos; u otros temas que puedan ayudarte a conocerla. Observa si puedes recordar algo que hayas aprendido de ella y que puedas mencionar la próxima vez que le hables. Esto evitará que hables sobre ti y le indicará que estabas interesado en lo que te había contado.
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    Anima a los demás a hablar en lugar de llenar la conversación. Imagina que eres la persona más conversadora del grupo. Podrías tener que hablar más si los demás están en silencio. En lugar de llenar el silencio con tus palabras, anima a los demás a hablar.
    • Ten en cuenta que algunas personas pueden ser tímidas o no sienten tanta necesidad de hablar. No habrá ningún problema con ello.
    • Haz que se sientan aceptados y muestra interés en lo que tengan que decir. Di algo como “¿Qué piensan de ello?” o “Me gustaría saber qué opinan”.
    • Si estás en un grupo en el que las personas no se conocen o aún no se sienten cómodas entre sí, quizás se requiera más esfuerzo para hacer que los demás participen, pero esto puede ser gratificante.
    • Mientras más tiempo mantengas interesados e involucrados a los demás aprendiendo sobre ellos, mayor será la probabilidad de que no te consideren molesto por hablar mucho.
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    Escucha en lugar de interrumpir a los demás. Sufrir interrupciones al hablar es una de las razones comunes por las que las personas se irritan con las que son muy conversadoras. Dales un tiempo a los demás para que hablen y digan lo que quieran. En ocasiones, ellos podrían hablar más lento que tú. La paciencia es una parte vital de las habilidades para escuchar con eficacia.
    • Espera de 3 a 5 segundos después de que la persona deje de hablar para poder intervenir en la conversación. Esto garantizará que haya terminado de decir lo que quería expresar.
    • Si tienes un pensamiento u opiniones que vienen a tu mente cuando otra persona está hablando, no la interrumpas cuando esté en medio de una oración. Pide disculpas de forma breve si notas que lo haces. Indícale que es algo que estás tratando de mejorar. Busca silencios o descansos cuando hable antes de agregar un comentario.
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    Aprende a parafrasear o repetir lo que ha dicho la persona. Un elemento importante de las habilidades para escuchar con eficacia es demostrar que no solo prestabas atención a lo que la persona decía, sino también que lo has entendido. Si parafraseas o repites lo que alguien ha dicho, estarás pidiendo que te lo aclare, te brinde más información o te ayude a entender mejor.[6]
    • Esto demostrará que en verdad estás escuchando y que quieres concentrarte en la persona. Por ejemplo, si alguien indica que está ansioso al planificar una visita a algunos familiares por las festividades, podrías decir “Me parece que te preocupa qué sentirás cuando veas a tus familiares”.
    • Esto te permitirá comprender mejor las cosas si hay un error de comunicación o una confusión sobre lo que se ha dicho. Esto puede ser de utilidad si no estás seguro de lo que alguien ha dicho o sobre la razón por la que lo ha dicho.
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Método 3
Método 3 de 3:
Obtener ayuda

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    Busca el apoyo de amigos y familiares de confianza para abordar tu carácter parlanchín. Debes estar dispuesto a escuchar lo que los demás tengan que decir al respecto. Ellos podrían brindarte información útil sobre las maneras en las que puedas dejar de hablar demasiado. Pídeles que te avisen si notan que interrumpes a las personas o hablas demasiado. Si tienes a otras personas que te ayuden a hacerte responsable, esto será de utilidad para alcanzar tu meta con más rapidez.
    • Puedes preguntarle a un amigo o familiar de confianza si ha afrontado las mismas dificultades que tú por ser muy conversador. Esta persona podría explicarte qué la ha ayudado o qué ha experimentado.
    • Escucha sus sugerencias sobre las maneras en las que puedas cambiar tus hábitos.
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    Debes estar dispuesto a adaptar tu estilo de comunicación. Al principio podría parecerte difícil cambiar la manera en la que conversas o interactúas con otros, pero será importante que busques maneras de comunicación que se adapten y cambien para encajar con las otras personas.
    • Conoce a tu público. ¿Es un grupo grande o solo una persona? ¿Es alguien que es callado o muy conversador? ¿Estás en un aula de clase, en el trabajo o tan solo pasando el rato con amigos?
    • Cada situación podría requerir un cambio en tu manera de comunicarte. Presta atención a lo que los demás digan o hagan. Si todos están en silencio, piensa en las maneras en las que puedas estar en silencio. Si es una reunión social, busca formas en las que puedas involucrar a los demás en la conversación.
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    Conoce las diversas causas de hablar demasiado. Parte del carácter conversador proviene de las diferencias en la personalidad, como ser muy extrovertido. Otras veces, podría ser un síntoma de una enfermedad física o mental. Por lo general, hablar demasiado es un hábito relacionado con el nerviosismo o el estrés que puede controlarse.
    • Identifica toda inquietud de que tu hábito de hablar demasiado se deba a la presión y sea algo rápido y aparentemente incontrolable. Quizás sientas que no puedes detenerte y que el ritmo del discurso tiene una urgencia inapropiada. Si este es tu caso, consulta con un doctor o profesional de la salud mental para que te realice una evaluación. Puede haber medicamentos o terapias que podrían ayudarte. [7]
    • Determina si siempre anhelas estar con otras personas o si obtienes energía al hablar con otros. Podrías ser muy extrovertido, y por lo tanto lucir como alguien molesto ante los demás si siempre estás inquieto y quieres hablar con otros.
    • Ten en cuenta que a veces la ansiedad y el estrés pueden hacer que hables más o rápido. Busca maneras de notar lo que haces y reorientar la mente hacia la manera de permanecer calmado, concentrado y relajado en el momento. Practicar técnicas de plenitud mental y meditar puede ser de utilidad.
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    Obtén la opinión de un consejero si tu problema perjudica tu trabajo o vida social. Si sientes que las personas te tratan diferente o te hacen sentir indeseable porque hablas mucho, puedes acudir a un consejero para que te indique cómo lidiar con ello.[8]
    • Busca un consejero en tu escuela, a través de un programa de ayuda para empleados o en la comunidad. Pídeles que te indiquen cómo mejorar tus habilidades de comunicación.
    • Conversa sobre la manera de establecer límites de comunicación y la forma de respetar los estilos de comunicación de los demás. Él podrá brindarte una opinión imparcial y sin prejuicios en torno a la situación.
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Consejos

  • Recuerda que el simple hecho de que un tema sea emocionante e interesante para ti no significa que evocará el mismo grado de entusiasmo en los demás.
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Acerca de este wikiHow

Paul Chernyak, LPC
Coescrito por:
Consejero profesional licenciado
Este artículo fue coescrito por Paul Chernyak, LPC. Paul Chernyak es un consejero profesional con licencia en Chicago. Se graduó en la Escuela Americana de Psicología Profesional en 2011. Este artículo ha sido visto 5586 veces.
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