Fumar cigarros puede ser un hábito relajante o una terrible adicción. Hay gente a la que le gusta fumarse un cigarro mientras se toma una copa de vez en cuando en las reuniones sociales, mientras que otros no pueden pasar ni una hora sin fumar. Los cigarros pueden ser una forma relajante de controlar el estrés o de despertarse por la mañana, pero ten en cuenta todos los efectos perjudiciales para la salud señalados en la sección de advertencias que hay al final del artículo antes de decidir empezar a fumar.

Método 1
Método 1 de 3:
Fumar cigarros

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    Compra una cajetilla de cigarros. En la mayoría de los estados de Estados Unidos, debes tener más de 18 años para comprar una cajetilla de tabaco, aunque otros estados imponen requisitos distintos respecto a la edad. En Utah, por ejemplo, debes tener 19 años como mínimo para comprar cualquier producto que contenga nicotina. Cuando vayas a comprar tabaco, lleva siempre contigo el DNI u otro documento oficial de identificación personal. Hay muchos tipos distintos de cigarros, así que elige con cuidado el que quieras.
    • En general, los dos tipos más corrientes de cigarros aromatizados son los mentolados, con sabor a menta, y los de clavo, con sabor a esta especia. En las tiendas especializadas podrás encontrar cigarros aromatizados con una gran variedad de sabores, desde el chocolate hasta la cereza.
    • Los cigarros con filtro llevan un filtro que reduce la cantidad de nicotina y alquitrán que llega a los pulmones en cada inhalación, por lo que son más seguros que los cigarros sin filtro.[1]
    • Es más fácil inhalar el humo con los cigarros sin filtro, ya que no tienes que absorber tanto aire para que pase a través del filtro, pero si acabas de empezar a fumar, es mejor que no empieces con este tipo de cigarro, ya que podrías quemarte la garganta.
    • Los cigarros sin filtro también son más dañinos para la salud que los cigarros con filtro, aunque todos los cigarros son peligrosos.
    • Los cigarros light (suaves) o ultra-light (ultra-suaves) tienen nombres engañosos. Hay quien piensa que son más seguros que los cigarros corrientes, pero no es así.[2]
    • La principal diferencia entre los cigarros de aroma intenso, los cigarros light y los ultra-light es el sabor. Si estás empezando a fumar, tal vez debas empezar con los cigarros ultra-light e ir aumentando la intensidad hasta llegar a fumar cigarros de aroma intenso.
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    Prensa los cigarros. Al prensar los cigarros, se condensa el tabaco, haciendo que se consuma más lentamente y que el sabor sea más intenso. Es posible que tengas que inhalar con algo más de fuerza si prensas los cigarros, por lo que será mejor que te saltes este paso si tienes problemas para inhalar sin toser.
    • Coloca la cajetilla del revés, de forma que la parte de la que se sacan los cigarros quede hacia abajo.
    • Abre la mano que tengas libre con la palma hacia arriba.
    • Pega tres golpes secos sobre la base de la cajetilla utilizando la parte más carnosa de la palma de la mano.
    • Gira el paquete (que ahora está boca abajo) 180 grados.
    • Repite el proceso para asegurarte de que los cigarros queden igual de prensados a ambos lados de la cajetilla.
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    Abre la cajetilla. Las cajetillas vienen en una envoltura de plástico con una pestaña para tirar a la altura a la que la tapa se abre. Tira de la pestaña para romper la envoltura de plástico. Retira el papel de plata que cubre los cigarros. En las cajetillas de algunas marcas, como Camels, las dos cubiertas de papel de plata se pueden quitar, mientras que en las de otras marcas, como Marlboro's, solo se puede quitar la de delante.
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    Dale la vuelta al cigarro de la suerte. Este paso es opcional, pero muchos fumadores le dan la vuelta a un solo cigarro de la cajetilla y lo llaman "cigarro de la suerte". Este es el último cigarro que se fuman de la cajetilla. Aunque no hay ninguna regla que indique qué cigarro es el de la suerte, la mayoría de la gente le da la vuelta siempre al que está situado en el mismo sitio (por ejemplo, al segundo empezando por la izquierda de la fila de atrás).
    • Aunque el cigarro se llame "cigarro de la suerte", en realidad es solo una excusa para no darle tu último cigarro a nadie que te lo pida. Simplemente tienes que decir: "Lo siento, es mi cigarro de la suerte".
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    Sujeta el cigarro con la parte del filtro mirando hacia ti. Hay un par de formas distintas de sujetar un cigarro, así que puedes experimentar hasta que encuentres el estilo que te resulte más cómodo y natural.
    • El método más corriente consiste en sujetar el cigarro entre el dedo índice y el corazón. El filtro debe quedar entre los nudillos de estos dedos.
    • Mucha gente simplemente sujeta el cigarro con el pulgar y el índice, como si fuera un lápiz. En este caso, el filtro quedará sujeto entre las yemas de los dedos.
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    Utiliza cerillas o un mechero para encender el cigarro. Con el filtro del cigarro entre tus labios, coloca la llama (del mechero o la cerilla) junto al otro extremo mientras inhalas. Inhala profundamente dos o tres veces mientras la llama esté en contacto con el extremo expuesto para asegurarte de encender el cigarro.
    • Una vez que hayas encendido el cigarro, mira el extremo expuesto para asegurarte de que esté totalmente encendido. Si hay una parte del extremo aún apagada, repite el proceso.
    • Si el viento te apaga la llama, protege el cigarro y la llama con la otra mano.
    • Si el viento es tan fuerte que no puedes frenarlo con la otra mano, gírate dando la espalda a la dirección desde la que venta el viento. Deja que tu cabeza tape el viento, mientras proteges la llama con la otra mano. Las personas con el pelo largo deben tener cuidado, ya que el viento puede hacer que el pelo se mueva hacia la llama.
    • Dado que los mecheros ofrecen llamas más estables, será mejor que utilices un mechero si estás empezando a fumar.
    • Las cerillas se consumen rápidamente una vez encendidas, por lo que puedes quemarte los dedos si tardas demasiado.
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    Inhala y exhala a través del cigarro. Primero, debes dar caladas poco profundas, ya que las profundas pueden causar ataques de tos. Conforme te vayas acostumbrando a fumar, podrás dar caladas más profundas. Debes llevar el humo hasta los pulmones, sin retenerlo en la boca. Exhala a través de la boca (o de la nariz si quieres ser más sofisticado).
    • Una buena forma de saber si estás llevando el humo a los pulmones o reteniéndolo en la boca consiste en exhalar a través de la nariz. Si no sale nada de humo por la nariz, es señal de que lo retienes en la boca.
    • No retengas el aire en los pulmones durante más tiempo del que te resulte cómodo. Se supone que este proceso debe ser placentero.
    • Puedes fumarte el cigarro hasta llegar al filtro, pero no dejes que el fuego llegue a consumir el filtro. Un filtro quemado huele y sabe fatal.
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    Acuérdate de soltar la ceniza. Conforme el cigarro se consuma, irá convirtiéndose en ceniza. Da golpecitos sobre el cigarro con el dedo índice para sacudir la ceniza del extremo encendido y tirarla al cenicero. Si no te acuerdas de soltar la ceniza de vez en cuando, es posible que caiga de forma repentina sobre tu ropa, tu comida o tu bebida.
    • También puedes golpear suavemente el extremo del cigarro contra algún objeto (como un cenicero) para soltar la ceniza.
    • La ceniza de los cigarros puede manchar temporalmente la ropa.
    • Apaga el cigarro. Cuando termines de fumar, asegúrate de apagar el cigarro. En las zonas más secas del mundo, es muy fácil causar un incendio desechando un cigarro encendido de forma inapropiada. Hay muchos métodos para apagar cigarros.
    • Para apagar un cigarro solo tienes que presionarlo contra una superficie plana. Puedes presionarlo varias veces contra el fondo del cenicero hasta que se apague.
    • También puedes tirar la colilla al suelo y pisarla para apagarla. Después, recoge la colilla y tírala en una papelera.
    • Si no tienes cenicero pero no quieres manchar el suelo apagando el cigarro con la suela del zapato, puedes descapullarlo. Esto consiste en golpear suavemente la boquilla del cigarro hasta que la parte encendida se deprenda y caiga. De esta forma, podrás pisarlo sin manchar tanto el suelo. Tira la colilla apagada a la papelera.

Método 2
Método 2 de 3:
Fumar puros

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    Compra un puro. Al igual que para comprar cigarros o cualquier otro producto con nicotina, para comprar puros en la mayoría de los estados de Estados Unidos debes tener 18 años como mínimo, así que llévate el DNI u otro documento oficial de identificación personal. Hay muchos tipos de puros de distinta calidad, así que infórmate bien antes de comprarlos.[3]
    • La mayoría de los puros son coronas, que suelen proceder de Sudamérica. Estos puros miden entre 14 y 15,3 cm (de 5,5 a 6 pulgadas) de longitud, y tienen un cepo que puede variar entre 42 y 47. El cepo es la medida del diámetro de un puro en unidades de 1/64 de pulgada (0,4 mm).
    • Los panetelas son más largos y delgados que los coronas, y más populares entre las mujeres por su forma femenina.
    • Los lonsdales miden entre 15,2 cm (6 pulgadas ) y 17,8 cm (7 pulgadas) de longitud, con un cepo que puede variar entre 42 y 47. Son buenos puros para los principiantes.
    • Los churchill, también conocidos como julietas, son largos y gruesos, con una longitud de 17,8 cm (7 pulgadas) y un cepo de 47. Estos puros son aconsejables para los fumadores con más experiencia.
    • Los robustos son puros cubanos, con una longitud de 12,7 cm (5 pulgadas) y un cepo de 50, y muy conocidos por su sabor intenso.
    • Los torpedos tienen forma de torpedo, con un extremo en forma de punta. Estos puros tardan como mínimo una hora en consumirse, así podrás relajarte y disfrutarlo durante un buen rato.
    • Cuanto más corto y ancho sea el puro, más intenso será, por lo que para los principiantes es aconsejable elegir un formato largo y delgado para evitar un posible ataque de tos.
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    Asegúrate de que el puro haya sido uniformemente prensado. Antes de comprar el puro, presiónalo ligeramente de arriba a abajo para asegurarte de que no tenga zonas más duras o blandas. Si esto ocurre, es señal de que el tabaco no ha sido prensado uniformemente, y que el puro será difícil de fumar. Además, debes comprobar si hay alguna zona descolorida.
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    Corta el puro. Para evitar que el tabaco se seque, los puros tienen un extremo cerrado, llamado "capa", que hay que cortar antes de empezar a fumar.
    • Si tienes un cortapuros, introduce la capa del puro en el agujero donde están las cuchillas. Córtala con un movimiento seco y rápido.
    • Si no tienes un cortapuros, utiliza unas tijeras afiladas o un cuchillo para cortar la capa.
    • No utilices cuchillas desafiladas ni apliques una presión débil, ya que de esta forma solo aplastarás el puro y lo deformarás. Si esto ocurre, fumártelo te resultará más difícil y menos placentero.
    • Ten mucho cuidado de no cortarte cuando utilices alguna de estas herramientas con cuchillas afiladas.
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    Calienta el puro antes de encenderlo. Sujeta el extremo que vayas a encender sobre una llama durante unos segundos, rotando el puro para asegurarte de aplicar uniformemente el calor. Calentar el puro de esta forma te ayudará a encenderlo con más facilidad.
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    Enciende el puro. Sujeta la llama junto a un extremo del puro mientras succionas a través del otro extremo. No inhales el humo, simplemente déjalo en la boca. Asegúrate de que el puro esté totalmente encendido antes de retirar el mechero o la cerilla.
    • Sopla sobre el extremo encendido del puro para asegurarte de que esté totalmente encendido. El aire de tu soplido hará que las zonas encendidas brillen más, y podrás ver si hay puntos aún apagados.
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    Inhala y exhala a través del puro. A diferencia de lo que debes hacer para fumar cigarros, al fumar puros no debes inhalar el humo hasta llevarlo a los pulmones. Simplemente tienes que succionar y retener el humo en la boca durante unos segundos para disfrutar de su sabor.
    • Recuerda que los puros pueden tardar una hora o más tiempo en consumirse, así que no intentes acelerar el proceso dando caladas demasiado intensas. Dedica un buen rato a saborear esta placentera experiencia.
    • Si te distraes y no le das una calada al puro de vez en cuando, te arriesgarás a que se apague. Asegúrate de dar una calada cada 30 segundos aproximadamente para mantener el puro encendido.
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    Cuando hayas terminado de fumar, apaga el puro. Apaga el puro en un cenicero o en el suelo, pero ten en cuenta que dejará una mancha negra en la superficie sobre la que lo hagas.
    • Si no has fumado mucho y quieres guardar el puro para más tarde, no lo apagues aplastando el extremo encendido. Si lo haces y luego lo enciendes de nuevo, tendrá un sabor horrible. Corta el extremo encendido con el cortapuros y deja que la llama se apague. Aun así, el resto del puro tendrá cierto sabor a quemado cuando vuelvas a encenderlo, pero en absoluto será tan desagradable como si te hubieras limitado a apagarlo en el cenicero.

Método 3
Método 3 de 3:
Fumar en pipa

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    Compra una pipa y un atacador. Ambos productos se pueden comprar en una tabaquería, un estanco o a través de Internet. El atacador es una herramienta para prensar el tabaco dentro de la cazoleta. Hay varias cosas que debes tener en cuenta a la hora de comprar una pipa:[4]
    • Asegúrate de que te guste el aspecto de la pipa. Echa un vistazo a todas las opciones del estanco o de la tienda en Internet y asegúrate de comprar un producto que te apetezca usar una y otra vez.
    • Elige una pipa que tenga una boquilla con forma suave para que te resulte cómodo fumar.
    • Evita las boquillas con filtros metálicos, ya que estos materiales pueden causar condensación, lo cual afectará al sabor del tabaco.
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    Compra el tabaco adecuado. Hay muchos tipos distintos de tabaco, y tal vez te sientas confundido al intentar elegir uno si no conoces todas las opciones. Lo mejor que puedes hacer es pedirle consejo al tabaquista. Esta persona podrá informarte mientras eliges, e indicarte qué tabaco es más adecuado para tu gusto. Aun así, aquí tienes varios tipos generales de tabaco que podrás encontrar en la tabaquería:
    • El tabaco inglés y escocés para pipa tiende a ser especiado y con un aroma intenso.
    • El tabaco aromático americano suele tener ser dulce debido a su contenido en azúcar o sirope para modificar el sabor.
    • El tabaco cavendish es un tabaco seco aromatizado con licor y vainilla.
    • La mejor opción es pedirle consejo a algún empleado de la tienda, como si le pidieras información sobre distintos vinos a un sumiller.
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    Prensa el tabaco de la pipa. Echa el tabaco en la cazoleta hasta llenarla. Después, utiliza el atacador para prensar ligeramente el tabaco hasta que la cazoleta quede llena hasta la mitad. Repite este proceso de llenar y prensar hasta que la cazoleta esté llena de tabaco bien prensado.
    • Asegúrate de no prensar demasiado el tabaco. Si lo haces, te resultará difícil inhalar para fumar en la pipa. El tabaco debe quedar ligeramente mullido después de prensarlo.
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    Enciende la pipa. Utilizando una cerilla o un mechero, coloca la llama sobre la cazoleta mientras inhalas suavemente a través de la boquilla. Mueve la llama sobre la cazoleta para distribuir uniformemente el calor por todo el tabaco.
    • Una vez que lo hayas encendido por primera vez, prensa ligeramente el tabaco de nuevo. Después, repite todo el proceso para encenderlo.
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    Inhala y exhala. Al igual que para fumar puros, al fumar en pipa no debes llevar el humo hasta los pulmones, sino que debes inhalarlo y retenerlo en la boca para disfrutar de su sabor.
    • Prensa el tabaco de vez en cuando para asegurarte de que esté bien compactado en la cazoleta.
    • Si sientes que te vuelve a entrar saliva al inhalar por la boquilla, introduce un limpiapipas durante unos segundos para secar el conducto.
    • Si la pipa se calienta mucho, suéltala y deja que se enfría. Siempre puedes volver a encenderla.
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    Apaga la pipa. Cuando termines de fumar, puedes presionar el atacador contra el tabaco dentro de la cazoleta hasta que se apague la pipa o, simplemente, dejar de fumar y esperar a que la pipa se apague por sí misma.

Consejos

  • Nunca fumes demasiado de una sentada, ya que esto puede causar náuseas e irritación de garganta.
  • Fumar es un hábito muy caro, así que intenta controlarte y gestionar bien el consumo de tabaco. No te gastes todo el dinero en tabaco.
  • Prueba distintas marcas y variedades de cigarros para dar con los que más te gusten.
  • Familiarízate con las normas establecidas para los fumadores en tu comunidad. En algunas ciudades está permitido fumar en bares, parques, aceras, etc., mientras que en otras no.
  • No contamines. Desecha los cigarros usados de forma responsable.
  • Puedes comprar un cenicero de bolsillo si sueles ver dificultad para encontrar una papelera para colillas.
  • Lleva contigo caramelos de menta, crema de manos perfumada o espray corporal para disimular el persistente olor a tabaco que tan desagradable resulta para mucha gente.

Advertencias

  • Fumar causa, aproximadamente, una de cada cinco muertes en Estados Unidos.
  • Fumar es muy peligroso, y de acuerdo a los CDC (siglas de "Centros para el control y la prevención de enfermedades" en inglés), "es dañino para casi todos los órganos del cuerpo".[5]
  • Fumar y estar en presencia de fumadores durante el embarazo puede tener efectos dañinos muy graves en el desarrollo del feto y aumentar el riesgo de aborto. Además, fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de parto prematuro, de que el bebé nazca con malformaciones u otros defectos de nacimiento y de que sufra el síndrome de muerte súbita del lactante.[6]
  • Fumar de forma pasiva también puede causar cáncer, así que ten cuidado de no fumar junto a personas que no quieran exponerse las toxinas dañinas del humo del tabaco.[7]
  • Ten mucho cuidado de no exponer a los niños al tabaco de forma pasiva, ya que probablemente no sepan cómo moverse para evitar el humo por sí mismos.
  • La nicotina es altamente adictiva, así que una vez que adquieras el hábito, es muy probable que te resulte muy difícil abandonarlo.[8]
  • Consumir más nicotina de la cuenta puede causar molestias de garganta, dolor de cabeza y náuseas. Especialmente si estás empezando, no fumes demasiado tabaco de una sentada.
  • Consumir mucha más nicotina de la cuenta causa envenenamiento por nicotina, con síntomas como: dolor de estómago, dificultad respiratoria, confusión, vómitos, dolor de cabeza y pérdida de la conciencia. Llama a la policía inmediatamente si crees que alguien sufre de envenenamiento por nicotina.[9]
  • El olor de los cigarros suele quedarse en la ropa, el pelo y el aliento.
  • Desecha las colillas de forma responsable. En las zonas secas, los cigarros encendidos pueden causar grandes incendios fácilmente.

Cosas que necesitarás

  • Cajetilla de cigarros
  • Mechero

Acerca de este wikiHow

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