En ocasiones, quizás sientas que la vida te golpea por todos lados. Las preocupaciones financieras, los problemas de relaciones, los conflictos laborales, etc. son solo algunas de las cosas que pueden hacerte sentir que tu vida está fuera de control. Sin embargo, con un poco de determinación y un plan, podrás ganar control sobre tu vida y evitar que se vuelva a salir de control.

Parte 1
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Determinar qué ocurre

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    Determina qué hace que te sientas fuera de control. Tómate un momento para determinar exactamente qué te hace sentir que no puedes controlar tu vida. Es muy probable que sea más de una cosa y, a menudo, es una combinación de cosas que se afectan entre sí. Por ejemplo, tu relación quizás tenga dificultades porque eres subempleado en trabajo horrible y discuten por el pago de las facturas.[1]
    • Haz una lista de todo lo que ocurra en tu vida en este momento. Piensa en todos los aspectos de tu vida, incluyendo las finanzas, el trabajo, los estudios, las relaciones, la vida social, la autopercepción, etc.
    • Hacer una lista de lo que te abruma podría ayudarte a comenzar a ganar control sobre tu vida. Puede ayudarte a ver que tus problemas son finitos; hay una cantidad limitada, no un número ilimitado de problemas.
    • Escribir lo que ocurre podría ayudarte a priorizar y poner algunos problemas en perspectiva.[2]
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    Evalúa tus finanzas. ¿Puedes cumplir con todas tus obligaciones financieras? ¿Tienes muchas deudas y te hundes más cada día? Las preocupaciones financieras son una de las razones clave por la que las personas sienten que no tienen control sobre sus vidas.
    • La falta de seguridad financiera puede afectar otras áreas de tu vida. Los problemas de dinero pueden crear un gran estrés, tensión y desesperación que causan mal humor, gran sensibilidad y desequilibrio general.
    • ¿Cuál es la razón de tu inestabilidad financiera? ¿Gastos irresponsables? ¿Falta de ingresos o ingresos insuficientes? ¿Una situación inesperada? Determinar por qué tienes problemas financieros podría ayudarte a determinar cómo resolverlos.
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    Evalúa tu satisfacción a nivel trabajo o estudios. El trabajo y los estudios representan una parte importante de la vida, y los problemas en estas áreas pueden tener un impacto importante en la vida en general. Piensa en tus relaciones en este contexto, al igual que tus responsabilidades y obligaciones.[3]
    • ¿Tus dificultades se deben a algo temporal (un informe que debes entregar pronto) o algo más a largo plazo (¿hay alguien que te moleste todos los días?)?
    • Evalúa si tienes que ocuparte de demasiadas cosas.[4] ¿Tienes una carga laboral demasiado pesada? ¿Te han asignado o te has ofrecido como voluntario para demasiados proyectos?
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    Evalúa tus relaciones. En ocasiones, las dinámicas de las relaciones personales pueden quitar el equilibrio y hacer que las personas se sientan fuera de control. Las relaciones (familiares, románticas y las amistades) volátiles e incluso fuera de sincronía pueden causar tensión emocional. Esto puede hacer que sientas que no tienes control sobre tu vida.
    • ¿Las circunstancias actuales o los problemas no resueltos causan caos en tus relaciones?
    • ¿Tu relación es abusiva? Cualquier forma de abuso (físico, sexual, emocional o mental) puede perturbar cada aspecto de la vida. Busca la ayuda de una persona de confianza o las autoridades correspondientes tan pronto como puedas.
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    Explórate. Evalúa si las cosas en tu interior son las que causan caos en tu vida. Los problemas de salud física, salud mental y tu actitud y percepción pueden hacer que te sientas fuera de control.[5]
    • ¿Tienes problemas de salud? Ya sean problemas físicos, mentales o emocionales, los problemas de salud pueden hacer que sientas que no tienes control de tu vida. Los problemas como la depresión, el dolor crónico, el sufrimiento y más pueden moldear la forma en que ves el mundo que te rodea y hacer que sientas que no tienes mucho control sobre tu vida.
    • ¿Tienes problemas con el abuso de sustancias o una adicción? Sé honesto contigo mismo acerca de tu adicción y cómo afecta tu vida. En ocasiones, las adicciones (drogas, alcohol, apuestas, sexo, etc.) pueden llevar a decisiones y comportamientos que hacen que la vida sea caótica o hacerte sentir que la vida está fuera de control.
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    Piensa cómo cada área de tu vida afecta a las demás. Haz líneas o flechas entre cada área para mostrar las conexiones que tienen con otras áreas. Hacer una representación visual de cómo cada parte de tu vida interactúa puede ayudarte a determinar dónde se requiere el mayor cambio.
    • Por ejemplo, si la carga laboral hace que descuides tus relaciones familiares, puedes dibujar una flecha desde "trabajo" o "familia" para representar esta relación. Luego, piensa cómo puedes cambiar tu carga laboral.
    • Si tus problemas de salud hacen que gastes demasiado dinero en medicamentos y que faltes al trabajo, lo que da lugar a un pago inferior, puedes dibujar una flecha desde "salud" hacia "finanzas", otra desde "salud" a "trabajo" y posiblemente una desde "trabajo" hacia "finanzas".

Parte 2
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Cambiar tu perspectiva

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    Sé tu prioridad. Muchas personas sienten que pierden el control de su vida porque tienen demasiadas obligaciones con los demás. Terminan abarcando demasiado y con poco tiempo para ocuparse de sus necesidades físicas, emocionales o mentales. Cambia tu perspectiva y tómate un tiempo para ocuparte de ti.
    • Tomarte un tiempo para hacer cosas que disfrutes, ocuparte de tu salud y bienestar, o relajarte deben ser tan importantes como las reuniones, las clases y otras obligaciones.
    • Es posible que tengas que eliminar algunas cosas de tu vida para poder controlarla.[6] Si haces tanto que tienes poco o nada de tiempo para ti, considera la posibilidad de reducir la cantidad de actividades y responsabilidades. Delega tanto como puedas.
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    Cambia tu pensamiento. En vez de temerle a mañana porque tienes mucho por hacer, considéralo una oportunidad para completar algunas cosas y dejar otras detrás. En vez de sentirte culpable por tomarte 30 minutos para meditar cuando podrías estar haciendo algo por otra persona, siéntete bien por tomarte el tiempo para cuidarte.
    • Ten buenos pensamientos sobre ti. Piensa en todas las cosas que logras y cuánto mereces las pequeñas cosas que haces por ti. Recuerda que puedes tener el control de tu vida y que estás haciendo precisamente eso.
    • Ten una actitud positiva. Intenta ver lo bueno en cada situación. Tu actitud hacia una situación puede afectar tu enfoque a la misma. Si abordas las cosas con una actitud positiva, parecerán un poco menos abrumadoras.
    • Piensa en tus objetivos a corto y largo plazo. En vez de pensar qué tienes que hacer en el momento o el día, cambia tu perspectiva y comienza a pensar en los objetivos que quieras alcanzar. Piensa en cómo tus actividades, roles, etc. encajan con esos objetivos.
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    Reconsidera tus recursos. En ocasiones, cuando las personas sienten que no controlan su vida, se debe a que no usan sus recursos o que no lo hacen de forma efectiva. En vez de pensar en todo como una carga, adopta la perspectiva de que esas cosas pueden ayudarte a obtener control.
    • Usa un sistema de apoyo. No tengas miedo de ponerte en contacto con amigos y familiares comprensivos, grupos de apoyo, consejeros y cualquier persona que te ayude a obtener el control sobre ti vida. Háblales, pídeles asistencia y acepta su apoyo cuando lo ofrezcan.[7]
    • Recuerda que tú también eres un recurso. Recurre a tus fortalezas, habilidades, talentos, experiencias positivas, etc. para animarte y tener energía.
    • No tengas miedo de pedir una cita con un consejero o terapeuta para recuperar el control. Comparte tus pensamientos con esta persona y pídele sugerencias para alcanzar tus objetivos.[8]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Organizarte

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    Haz un plan para tener control sobre tu vida. Una vez que determines de qué partes de tu vida debes ocuparte, puedes hacer un plan detallado para lograrlo.[9] No intentes cambiar todo a la vez, dado que es mucho más realista y práctico enfocarte en una o dos áreas que causen el mayor malestar.
    • Haz que tu plan esté orientado hacia tus objetivos y las acciones. Piensa qué necesitas o quieres hacer para controlar tu vida. Ten en cuenta los pasos específicos que tengas que dar para alcanzar tus objetivos.[10]
    • Haz que tus pasos de acción sean detallados y concretos.[11] Por ejemplo, en vez de "gastar menos dinero cada mes", tu objetivo puede ser "gastar $100 menos cada mes al llevar el almuerzo al trabajo cada día".
    • Piensa en tus límites de tiempo, dinero, etc. y los recursos que tengas. Planifica cómo usar esos recursos para superar los límites.
    • Piensa si hay otras áreas con el potencial de salirse de control. Haz un plan para controlar esas cosas antes de que te abrumen.
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    Haz un presupuesto. Crea un presupuesto para organizar tu vida financiera. Dado que las preocupaciones financieras pueden afectar tantas áreas de la vida, controlar tu dinero puede hacer una gran diferencia a la hora de controlar tu vida.
    • Haz un presupuesto utilizable y útil. No es necesario que hagas una hoja de datos completa (aunque puedes hacerlo si lo deseas), sino algo tan simple como usar una aplicación en el teléfono para llevar un registro de tus gastos. Usa el formato que te resulte más conveniente.
    • Haz que tu presupuesto sea realista. Por ejemplo, si sabes que no puedes vivir sin tu café diario, inclúyelo en tu presupuesto y haz pequeños cambios en otras áreas para compensar el gasto.
    • Relaciona el presupuesto con tus objetivos a corto y largo plazo. A la hora de pensar en ahorrar y gastar, piensa en los objetivos que hayas considerado. Alinea tu presupuesto con dichas metas; gasta dinero en las cosas que te ayuden a alcanzarlas y ahorra dinero para poder lograrlas.
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    Controla tu tiempo con inteligencia. En ocasiones, cuando las personas sienten que su vida está fuera de control, sienten que no tienen tiempo suficiente para hacer todo lo necesario. Evalúa cómo pasas el tiempo y piensa cómo puedes usarlo mejor.
    • Anota los plazos de los objetivos y otras fechas importantes en un calendario. Si usas un calendario electrónico, aprovecha las alarmas y los recordatorios para seguir por el buen camino.
    • Programa tiempo libre o de inactividad cada día. Por más que sean solo algunos minutos, dedícate tiempo para relajarte y descomprimir. Incluye tiempo en tu cronograma para las actividades que disfrutes, como tomar una clase de arte o asistir a un concierto.
    • Comienza a usar temporizadores para establecer límites de tiempo. Por ejemplo, cuando un amigo te llame histérico, configura un temporizador y permite que despotrique. Cuando el tiempo se agote, dile con amabilidad que tendrás que llamarlo un poco más tarde.
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    Organiza tu espacio físico. Tanto como puedas, ordena y optimiza tu entorno. Te resultará más sencillo trabajar en tu plan y ganar control sobre tu vida si te organizas.[12]
    • Ten un espacio dedicado para las cosas que suelas usar con frecuencia. De esta forma, perderás menos tiempo buscándolas. Considera la posibilidad de usar ganchos, canastas, cajones, etc. dedicados a ciertas cosas. Por ejemplo, puedes tener un llavero, un canasto para el cargador del teléfono y un cajón para las cosas para escribir.
    • Guarda las cosas que no uses con frecuencia. Aprovecha los recipientes de almacenamiento y organizadores para eliminar el desorden a tu alrededor. Tómate un tiempo para organizar y guardar las cosas que no uses de manera regular.
    • Haz uso de las paredes para colgar tablones de anuncios, calendarios, etc. Esto libera espacio en las encimeras y hace que las notas y fechas importantes estén al nivel de los ojos.

Consejos

  • Ten una perspectiva optimista siempre que puedas, dado que puede aliviar algunos de los desafíos que atraviesas.
  • Tómate un tiempo para beber un café, almorzar o simplemente reunirte a hablar con un familiar o amigo que sea positivo y tenga una perspectiva saludable en la vida.
  • Recompénsate cuando logres uno de tus objetivos. No es necesario que sea algo demasiado grande, pero debe ser algo que te haga sentir bien y sea significativo para ti.
  • Cada uno, tres, seis y doce meses, haz una evaluación sincera de tu vida.[13]
  • Sé paciente. Los cambios importantes rara vez ocurren de la noche a la mañana. Si bien algunos de los cambios que haces en tu vida podrían ser rápidos y sencillos (por ejemplo, ahorrar dinero al prepararte el café en casa en vez de comprarlo en la cafetería), otros cambios (por ejemplo, salvar tu matrimonio) podrían requerir mucho tiempo y esfuerzo. Sin embargo, no te rindas y recuerda que el esfuerzo tendrá sus frutos al final.

Referencias

  1. Tracey Rogers, MA. Coach de vida certificada. Entrevista a especialista. 6 de enero de 2020.
  2. http://www.helpguide.org/articles/stress/stress-management.htm
  3. Tracey Rogers, MA. Coach de vida certificada. Entrevista a especialista. 6 de enero de 2020.
  4. http://www.albany.edu/spatial/WebsiteFiles/TimeManagement/time-control/control-time-life.pdf
  5. http://www.helpguide.org/articles/stress/stress-management.htm
  6. http://www.albany.edu/spatial/WebsiteFiles/TimeManagement/time-control/control-time-life.pdf
  7. Tracey Rogers, MA. Coach de vida certificada. Entrevista a especialista. 6 de enero de 2020.
  8. https://www.entrepreneur.com/article/246154
  9. http://www.essentiallifeskills.net/takecontrolofyourlife.html

Acerca de este wikiHow

Tracey Rogers, MA
Coescrito por:
Coach de vida certificada
Este artículo fue coescrito por Tracey Rogers, MA. Tracey L. Rogers es una coach de vida certificada y astróloga profesional con sede en el Área Metropolitana de Washington, DC. Tracey tiene más de 10 años de experiencia en coaching y astrología. Su trabajo ha aparecido en la radio sindicada a nivel nacional, así como en plataformas en línea como Oprah.com. Está certificada por el Life Purpose Institute y tiene una maestría en Educación Internacional de la Universidad George Washington.
Categorías: Desarrollo personal