Las tartas de manzana son un postre clásico y es la opción favorita de las familias durante los días festivos o las fiestas. A muchas personas les gusta hacer tartas con anticipación y guardarlas hasta que estén listas para hornearlas o recalentarlas. ¡Ya sea que quieras hacer una tarta de manzana con unos cuantos días de anticipación o guardar sobras para después, puedes guardarla apropiadamente para que sepa tan bien como el día en el que la preparaste!

Método 1
Método 1 de 2:
Guardar una tarta de manzana sin hornear

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    Mantén la tarta en el refrigerador si planeas hornearla dentro de 2 días. Deja la tarta en un plato para tarta y cúbrela holgadamente con plástico para envolver o papel aluminio. Colócala en el refrigerador hasta por 2 días y hornéala o congélala al final del segundo día.[1]
    • Sigue las instrucciones de la receta para hornear la tarta.
    • Si sabes que no hornearás la tarta dentro de 2 días, congélala directamente sin guardarla en el refrigerador.
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    Congela la tarta hasta por 4 meses si no la hornearás dentro de 2 días. Envuelve la tarta ceñidamente en su plato para tarta con papel aluminio o plástico para envolver. Colócala en el congelador y retírala para hornearla dentro de 3 a 4 meses para que tenga la mejor calidad.[2]
    • También puedes colocar la tarta en su plato dentro de una bolsa sellable para congelador si encaja.
    • Envolver la tarta ceñidamente es importante para evitar quemaduras por congelación.
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    Cocina una tarta de manzana sin hornear congelada sin descongelarla. Precalienta el horno a 230 ºC (450 ºF) y hornea la tarta recién salida del congelador durante 15 a 20 minutos. Baja la temperatura a 190 ºC (375 ºF) y continúa horneado la tarta durante 20 a 30 minutos hasta que la corteza esté dorada y crocante.[3]
    • Asegúrate de guardar la tarta en un plato para tarta de metal o cerámica que puedas colocar del congelador al horno.
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Método 2
Método 2 de 2:
Mantener la tarta de manzana horneada

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    Deja la tarta de manzana horneada a temperatura ambiente hasta por 2 días. La tarta de manzana y otras tartas de frutas tienen azúcares y ácidos suficientes para que el alimento se mantenga seguro a temperatura ambiente durante 2 días. Mantén la tarta en su plato y cúbrela holgadamente con papel aluminio, plástico para envolver o un tazón volteado sobre la encimera.[4]
    • Eso se aplica a las tartas horneadas y las tajadas sobrantes de tarta de manzana. Puedes dejarlas sin cubrir a temperatura ambiente durante 2 días.
    • Si la receta de tarta contiene lácteos o huevos, refrigera la tarta inmediatamente después de que se enfríe.[5]
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    Guarda la tarta de manzana en el refrigerador hasta por 4 días en total. La tarta de manzana horneada permanecerá en buen estado en el refrigerador hasta por 4 días o 2 días a temperatura ambiente, seguidos de dos días más en el refrigerador. Cubre la tarta holgadamente con plástico para envolver o papel aluminio y colócala en el refrigerador, o ponla en el refrigerador o coloca un tazón boca abajo sobre él.[6]
    • Puedes dejar la tarta en su plato sin importar si está cortada en tajadas o entera. Si deseas, puedes envolver las tajadas sobrantes de manera individual para mantenerlas en el refrigerador.
    • No hay una diferencia notoria en el sabor de la tarta guardada en el refrigerador en comparación con la tarta guardada a temperatura ambiente.[7]
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    Congela la tarta horneada hasta por 4 meses. Envuelve la tarta ceñidamente con plástico para envolver o papel aluminio, o introdúcela en una bolsa sellable para congelador. Colócala en el congelador y úsala dentro de 3 a 4 meses para que sepa mejor.[8]
    • Puedes dejar que la tarta repose a temperatura ambiente hasta por 2 días y en el refrigerador hasta por 4 días antes de congelarla.
    • Asegúrate de envolver la tarta lo suficientemente bien o séllala completamente en una bolsa para congelador, de modo que no se queme con la congelación.
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    Descongela la tarta de manzana horneada en el refrigerador de un día a otro antes de recalentarla. Retira la tarta del congelador el día antes de usarla y colócala dentro del refrigerador. Precalienta el horno a 190 ºC (375 ºF) una vez que la tarta esté descongelada y hornéala durante 10 a 15 minutos para volver a tostar la corteza y calentarla.[9]
    • Deja la tarta sobre un plato de metal o cerámica que puedas colocar dentro del horno después de descongelarla.
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Categorías: Postres y dulces
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