En ocasiones, hay recetas que te piden malvaviscos derretidos, pero no siempre indican cómo hacerlo. En este artículo te mostraremos tres formas distintas de derretir malvaviscos y te indicaremos qué receta puedes usar para cada método.

Ingredientes

Malvaviscos derretidos en la estufa[1]

  • 1 bolsa (453 g o 16 onzas) de malvaviscos
  • 4 cucharadas de agua
  • Manteca
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
  • 3 a 4 tazas (375 a 500 g) de azúcar en polvo (opcional, para hacer un fondant)

Malvaviscos derretidos en el horno[2]

  • 15 malvaviscos grandes partidos por la mitad
  • 1/2 cucharada de mantequilla
  • 1 1/2 tazas (265 g) de chispas de chocolate (opcional)
  • Galletas saladas graham (opcional)

Método 1
Método 1 de 3:
Derretir malvaviscos en la estufa

  1. 1
    Prepara un baño maría. Llena de agua el fondo de una olla grande y coloca otra por encima. También puedes usar un bol resistente al calor. Verifica que el fondo de la olla superior o el bol no entre en contacto con el agua. El baño maría permitirá que los malvaviscos se derritan poco a poco para que los uses como una salsa o en un fondant.
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    Engrasa una espátula de goma y el interior de la olla que se encuentra por encima. De este modo, los malvaviscos no se pegarán a la olla y a la espátula mientras se derriten.
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    Vacía una bolsa de malvaviscos en la olla. Necesitas 1 bolsa de malvaviscos de más o menos 450 g (16 onzas). Puedes optar por malvaviscos grandes o malvaviscos en miniatura, aunque estos últimos se derriten más rápido. Incluso puedes usar los de colores o los saborizados, pero todos deben ser del mismo color y sabor.
    • Si usas varios colores a la vez, estos se mezclarán y se volverán marrones. Si usas distintos sabores al mismo tiempo, los sabores se combinarán y el resultado final probablemente no será muy agradable.
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    Agrega 2 cucharadas de agua a los malvaviscos y revuélvelos. Verás que empiezan a derretirse.
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    Si deseas, dales sabor y color. Si usas malvaviscos blancos, tíñelos de otro color con unas gotas de colorante alimenticio. Si quieres añadirles sabor, incorpora 1 cucharadita de extracto o esencia de vainilla. Verifica que el sabor que uses sea claro o de lo contrario, los malvaviscos adoptarán el color del extracto: marrón.[3]
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    Enciende la estufa y pon el fuego a "bajo". Si lo pones a fuego alto, corres el riesgo de quemar los malvaviscos.[4]
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    Revuelve los malvaviscos y agrega más agua. Una vez que empiecen a derretirse, incorpora 2 cucharadas de agua adicionales. Esto evitará que se sequen. Asegúrate de revolver bien la mezcla para que los malvaviscos se cocinen de forma homogénea. Si ves que empiezan a pegarse a la espátula, límpiala y vuelve a engrasarla.
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    Usa los malvaviscos en un fondant. Para este propósito, debes añadir un poco de azúcar en polvo a la mezcla.
    • Engrasa una espátula e incorpora el azúcar a la mezcla, 1 taza (125 g) a la vez. Una vez que haya espesado, lleva la mezcla a una superficie bien engrasada y amásala. Tus manos también deben estar bien engrasadas para evitar que la mezcla de malvaviscos se pegue. Una vez que el fondant alcance la textura deseada, envuélvelo y déjalo en el refrigerador durante toda la noche. Al siguiente día, podrás estirarlo y usarlo para decorar tus postres.[5]
    • El fondant se romperá si está muy seco. Si este el caso, añade 1/2 cucharada de agua y amásalo. Sigue agregando más agua (1/2 cucharadita a la vez) y amasando hasta que el fondant deje de romperse.[6]
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Método 2
Método 2 de 3:
Derretir malvaviscos en el horno

  1. 1
    Mete una sartén de hierro fundido de 20,3 cm (8 pulgadas) en el horno y precaliéntalo a 232 °C (450 °F). La sartén debe estar muy caliente antes de añadir los malvaviscos, así que déjala en el horno mientras se calienta. Con este método puedes hacer smores.
    • Si no dispones de una sartén de hierro fundido, usa un plato de tamaño similar que sea apto para horno.
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    Corta los malvaviscos por la mitad. Colócalos de costado (curvados) y córtalos en dos con un cuchillo afilado. Al final debes obtener malvaviscos en forma de disco. Resérvalos.
  3. 3
    Retira la sartén del horno y ponla sobre una superficie resistente al calor. Asegúrate de usar manoplas, debido a que la sartén estará muy caliente. No apagues el horno.
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    Derrite un poco de mantequilla en la sartén. Sujeta la sartén por su mango y gírala e inclínala hasta que la mantequilla cubra toda la superficie. Si no usas una sartén, extiende la mantequilla alrededor de la superficie con una espátula resistente al calor.
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    Considera preparar un smore. Si deseas hacerlo, será necesario añadir un poco de chocolate. Mide 1 1/2 tazas (265 g) de chispas de chocolate y extiéndelas de forma homogénea en el fondo de la sartén.
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    Coloca los malvaviscos en la sartén, con la parte pegajosa hacia abajo. Acomódalos de modo que se topen entre sí. Deben caber con exactitud en el interior de la sartén. Ten cuidado de no quemarte los dedos con la sartén.
  7. 7
    Vuelve a meter la sartén en el horno. Deja que los malvaviscos se cocinen durante 5 a 7 minutos. El exterior se pondrá crujiente y adoptará un color marrón dorado, pero el interior será suave y pegajoso.
    • Si prefieres una textura crujiente, enciende el asador durante los últimos minutos de cocción. Vigílalos atentamente para que no se quemen.
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    Retira la sartén del horno. Ponla sobre una superficie resistente al calor y déjala enfriar durante 5 minutos.
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    Sirve los malvaviscos. Úntalos en galletas saladas graham, pasteles o cupcakes con un cuchillo para untar. También puedes partir las galletas saladas graham en dos o en cuartos y mojarlas en los malvaviscos derretidos.
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Método 3
Método 3 de 3:
Derretir malvaviscos con fuego

  1. 1
    Enciende una fogata o una parrilla a gas. Si usas una parrilla a gas, ponla a fuego medio a alto para tener algunas llamas. El objetivo es asar los malvaviscos sobre las llamas, las cuales te permitirán obtener un exterior crujiente y un interior suave y pegajoso.
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    Pon un malvavisco grande en una brocheta o un palito. Asegúrate de que la brocheta o el palito sean lo suficientemente grandes como para sostener el malvavisco sobre las llamas sin quemarte la mano. Puedes usar una brocheta de metal, pero verifica que el mango sea resistente al calor para no quemarte. Si usas un palito largo, corta en punta uno de sus extremos. De este modo, no solo será más fácil ensartar el malvavisco en él, sino que también reducirás la posibilidad de encontrar corteza de árbol en el malvavisco.
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    Coloca el malvavisco sobre las llamas y gíralo. Mantén el malvavisco justo por encima de las llamas y gíralo poco a poco para garantizar que se ase de forma homogénea.
    • Si el malvavisco se prende fuego, no lo sacudas de un lado a otro. Mejor, sopla suavemente la llama.
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    Retira el malvavisco de las llamas una vez que se haya cocinado. Sabrás que el interior del malvavisco está derretido si el exterior es marrón dorado y crujiente al tacto.
    • Si los prefieres chamuscados, sostenlos más cerca de las llamas y sigue asándolos.
    • Este método es ideal para tostar un malvavisco que usarás como decoración. Por ejemplo, para preparar una malteada de malvaviscos, puedes incorporar varios malvaviscos asados a la mezcla de la licuadora y usar uno para decorar la malteada.
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    Considera usar el malvavisco para preparar un smore. Parte en dos una galleta salada graham y coloca un trozo pequeño de chocolate sobre una de las mitades. Pon el malvavisco (sin sacarlo del palito o la brocheta) por encima del chocolate y presiónalo con la galleta restante. Mientras lo presionas, retira suavemente el palito o la brocheta del malvavisco. Espera unos minutos antes de servirlo para que el malvavisco se enfríe y derrita el chocolate.[7]
    • No olvides apagar la parrilla a gas una vez que estén asados todos los malvaviscos.
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Consejos

  • Asegúrate de enmantequillar los boles, los platos, las ollas, las espátulas y las manos. Los malvaviscos derretidos son pegajosos y la mantequilla evitará que se peguen a todas las cosas.
  • Si los malvaviscos están muy pegajosos para usarlos como un glaseado, agrégales 1 cucharada de crema.
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Advertencias

  • Nunca dejes la estufa, el horno, la fogata o la parrilla sin supervisión.
  • Si haces una fogata, no olvides poner en práctica las reglas de seguridad. Mantén el fuego controlado adecuadamente y ten a la mano un balde de agua.
  • Ten en mente que los tiempos de horneado y de cocción varían según el equipo que uses y la altitud a la que te encuentres. Vigila atentamente los malvaviscos mientras se derriten para evitar que se quemen.
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Cosas que necesitarás

  • Un baño maría (para el método de la estufa)
  • Una sartén de hierro fundido de 20,3 cm (8 pulgadas) o un plato apto para horno (para el método del horno)
  • Boles
  • Espátulas

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Categorías: Postres y dulces | Recetas
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