Los fideos con mantequilla son baratos, deliciosos y fáciles de preparar. Primero, hierve los fideos en agua salada hasta que estén suaves y flexibles. Después, remueve un poco de mantequilla en los fideos calientes hasta que se derrita por completo. Agrega sal y pimienta al gusto. Si quieres ser más creativo, considera condimentar los fideos con queso parmesano, perejil picado o ajo en polvo. Puedes servirlos solos, con albóndigas y salsa de carne o con pollo.

Ingredientes

Rinde para unas 4 porciones

  • 226 gramos (1/2 libra) de fideos de huevo secos
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 1 cucharada de sal (para el agua)
  • sal y pimienta al gusto

Parte 1
Parte 1 de 3:
Cocinar los fideos

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    Hierve un poco de agua. Llena una olla con unos dos litros (dos cuartos de galón) de agua. Coloca la olla en la cocina a fuego medio a alto. Cuando la olla tenga burbujas grandes que suban rápido a la superficie, el agua estará hirviendo.
    • Para conseguir fideos más sabrosos, usa caldo de pollo en vez de agua.[1]
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    Sazona el agua con sal. Vierte una cucharada de sal en el agua hirviendo y remuévela con un cucharón.[2] Sigue removiéndola hasta que toda la sal se haya disuelto en el agua.
    • Si vas a usar caldo de pollo, no agregues sal. El caldo de pollo tiene un alto contenido de sodio.
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    Agrega los fideos de huevo secos. Puedes encontrar estos fideos en la sección de pastas del supermercado de tu localidad. Sin embargo, los fideos de huevo no son lo mismo que la pasta. Estos fideos están hechos de una mezcla de trigo o harina de arroz y huevos, mientras que la pasta está hecha de masa de sémola.[3]
    • En lugar de los fideos de huevo, puedes usar pasta u otros fideos en este plato. Sin embargo, el sabor del plato cambiará radicalmente.
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    Hierve los fideos hasta que estén suaves. Deja que los fideos reposen en agua caliente de seis a ocho minutos o hasta que estén suaves y flexibles.[4] Si quieres probar los fideos, usa unas tenazas para sacarlos del agua y deja que se enfríen en papel absorbente. Pruébalos para ver si están listos.
    • Evita cocinarlos en exceso. Se volverán muy blandos y sin sabor.
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    Cuela los fideos. En cuanto los fideos estén listos, saca la olla del fuego. Coloca un colador de metal resistente o de plástico en el fregadero. Vierte los fideos junto con el agua en el colador, dejando que pase el agua.
    • Una vez que hayas colado los fideos, colócalos de inmediato en el plato.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Condimentarlos

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    Remueve mantequilla en los fideos calientes. Corta dos cucharadas de mantequilla en pedazos pequeños. Después, agrega los pedazos de mantequilla en los fideos calientes. Usa las tenazas o un cucharón para remover los fideos hasta que la mantequilla se haya derretido por completo.
    • No esperes demasiado para agregar la mantequilla. Si los fideos están fríos, la mantequilla no se derretirá.
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    Añade sal y pimienta al gusto. Una vez que la mantequilla se haya derretido, espolvorea sal y pimienta sobre los fideos. [5] Usa las tenazas o un cucharón para darles vuelta a los fideos, cubriendo cada uno de ellos con sal y pimienta. Prueba un fideo para ver si debes agregar más sal o pimienta.
    • Agrega menos de la cantidad que crees necesaria. Siempre tienes la opción de agregar más sal o pimienta.
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    Puedes ser creativo con los condimentos. Los fideos con mantequilla son deliciosos por sí solos. Sin embargo, a muchas personas les gusta agregar otros condimentos para llevar el plato a otro nivel. Por ejemplo, puedes hacer lo siguiente:
    • Espolvorea ajo en polvo para crear un plato principal de fideos con ajo y mantequilla.
    • Mezcla una cucharada de perejil fresco picado para darles a los fideos un sabor de hierbas.[6]
    • Ralla un poco de queso parmesano sobre los fideos para darle al plato un sabor fuerte y a queso.[7]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Servir los fideos con mantequilla

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    Sírvelos como plato principal. Aunque la receta es simple, este plato es exquisito y satisface el apetito. Además, los ingredientes son baratos y fáciles de encontrar en la mayoría de los supermercados. Por lo tanto, a muchas personas les gusta servirlo solo, sin ningún acompañamiento ni cobertura.
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    Coloca albóndigas y salsa de carne sobre estos fideos.[8] Junta el sabor delicado de los fideos con mantequilla junto con salsa de carne y albóndigas suaves. Para servir este plato, coloca un cúmulo de fideos en un tazón. Cúbrelos con un cucharón de salsa de carne y algunas albóndigas jugosas.
    • Prepara tus propias albóndigas italianas o encuentra albóndigas precocinadas en la sección de congelados del supermercado de tu localidad.
    • Prepara en casa una salsa de carne hecha de los jugos que quedan en la sartén mezclados con condimentos que puedes comprar en la tienda.
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    Agrégale pollo a este plato. Cualquier tipo de pollo va de maravilla con este plato. Puedes usar pollo cortado en rebanadas, pollo desmenuzado o pechugas enteras de pollo. Asimismo, debes servir el pollo y los fideos con mantequilla secos o con una salsa. Por ejemplo, puedes hacer lo siguiente:
    • Corta en trozos un poco de pollo horneado y mézclalo con los fideos con mantequilla para aumentar las proteínas de este plato.
    • Sirve un filete de pollo con queso parmesano sobre un cúmulo de fideos.[9]
    • Saltea pequeñas chuletas de pollo con limón y mantequilla, y mézclalas con los fideos con mantequilla.[10]
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Categorías: Pastas y fideos | Recetas
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