Hacer tu propio jugo de arándano rojo es divertido y te ahorra dinero, ya que el jugo casero suele ser más barato que el jugo comprado. Lo único que necesitas es un poco de arándanos, agua y tu endulzante favorito. Si bien quizás te guste el jugo de arándano rojo por su sabor ácido, también podría mejorar tu salud. Según la Fundación Nacional del Riñón, beber jugo de arándano con regularidad podría ayudar a prevenir las infecciones urinarias.[1]

Ingredientes

Calentar arándanos rojos en la estufa

  • 250 g (1 libra) de arándanos rojos
  • 1 litro (1 cuarto de galón) de agua
  • azúcar o endulzante artificial (opcional)

Usar una licuadora

  • 2 tazas (125 g) de arándanos rojos
  • 2 tazas (470 ml) de agua
  • 1,5 cucharadas de jugo de limón o de naranja (opcional)
  • azúcar, miel o endulzante artificial (opcional)

Método 1
Método 1 de 2:
Calentar arándanos rojos en la estufa

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    Lava 250 g (1 libra) de arándanos frescos o descongelados bajo agua corriente. Coloca los arándanos en un colador y retira los que estén blandos o los tallos, si ves alguno. Luego, colócalos bajo agua corriente y muévelos de un lado a otro para limpiarlos.[2]
    • Si vas a usar arándanos congelados, asegúrate de descongelarlos antes de preparar el jugo.
    • Si quieres preparar más jugo, tan solo incrementa la cantidad de arándanos y agua en una proporción de 1:1. Por ejemplo, podrías usar 8 tazas (500 g) de arándanos y 8 tazas (2 litros) de agua.
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    Hierve los arándanos y el agua y luego baja el fuego al mínimo. Coloca los arándanos y 1 litro (1 cuarto de galón) de agua en una cacerola. Colócala en la estufa y caliéntala a fuego alto hasta que el agua hierva. Permanece cerca de la estufa de forma que puedas monitorear la cacerola. Cuando veas burbujas constantes, baja el fuego hasta que hierva a fuego lento.[3]
    • Usa una cacerola mediana o grande del tamaño suficiente como para que quepan los arándanos y el agua.
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    Cocina los arándanos y el agua a fuego lento por 20 minutos o bien hasta que revienten. Programa un temporizador de forma que no cocines los arándanos por mucho tiempo por accidente. A medida que vayan cocinándose a fuego lento, vigila los arándanos para monitorear la cantidad de ellos que hayan reventado. Sigue cocinándolos a fuego lento hasta que todos revienten. Esto suele tomar alrededor de 20 minutos. No hay problema si cocinas los arándanos por un poco más de tiempo si hay unos cuantos que sean obstinados.[4]
    • El agua empezará a tornarse roja a medida que vayan reventando más y más arándanos.
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    Filtra el jugo de arándano a un tazón a través de un colador. Coloca un tazón limpio en la encimera y luego sujeta el colador sobre el tazón. Vierte la mezcla de arándanos y agua en el colador con lentitud. Si no te molesta un poco de pulpa, empuja los arándanos con el dorso de una cuchara para exprimirles todo el jugo.[5]
    • Si cuentas con una estameña, úsala para cubrir el colador de forma que el jugo no tenga nada de pulpa. Con esto obtendrás un jugo con la consistencia del jugo de confección.
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    Incorpora el endulzante al jugo, si vas a usarlo. Debido a que el jugo de arándano suele ser muy ácido, es probable que debas añadirle un poco de endulzante antes de beberlo. Puedes usar azúcar o un endulzante artificial según tus preferencias. Incorpora el endulzante de a pocos y prueba el jugo después de cada vez que lo añadas para fijarte si te gusta el sabor. Si de todos modos está muy ácido, añade más endulzante hasta que estés satisfecho con el sabor.[6]
    • En el caso de 1 litro (1 cuarto de galón) de jugo de arándano, añade alrededor de 1 taza (200 g) de azúcar o 1,25 tazas (240 g) de stevia o azúcar cruda. Haz ajustes al azúcar a tu gusto.
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    Calienta la mezcla hasta que hierva y revuelve para disolver el endulzante. Vuelve a colocar la cacerola en la estufa y calienta el jugo a fuego alto. Revuélvelo de manera constante para ayudar a disolver el endulzante. Apaga el fuego si el jugo empieza a hervir.[7]
    • No hay problema si la mezcla no empieza a hervir del todo. El jugo tan solo debe estar lo suficientemente caliente como para disolver el endulzante.
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    Retira la mezcla del fuego una vez que los ingredientes se hayan mezclado. Coloca la cacerola sobre una hornilla fría en la estufa, una rejilla o un paño de cocina doblado. Espera a que desaparezca el vapor antes de trasladar el jugo a una jarra.[8]
    • Ten cuidado al manipular cacerolas calientes para no quemarte por accidente. Protégete las manos con un paño de cocina o unas agarraderas.
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    Vierte el jugo de arándano en una jarra y déjalo enfriar antes de colocarlo en el refrigerador. Coloca la jarra sobre la encimera de forma que el jugo pueda enfriarse. Cuando alcance la temperatura ambiente, guarda el jugo en el refrigerador para que se enfríe. Una vez que esté frío, disfruta de un vaso grande de jugo de arándano casero.[9]
    • Asegúrate de que la jarra sea a prueba de calor. Es posible que algunas jarras de vidrio se resquebrajen si el jugo aún está caliente al verterlo en la jarra.
    • Puedes refrigerar el jugo por unos días. No debes beberlo si observas moho en el jugo o si este empieza a tener olor.

Método 2
Método 2 de 2:
Usar una licuadora

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    Enjuaga 2 tazas (125 g) de arándanos frescos o descongelados en agua. Coloca los arándanos en un colador, desechando los que estén podridos o los tallos que queden. Sujeta el colador bajo agua corriente y mueve los arándanos de un lado a otro para lavarlos.[10]
    • Asegúrate de descongelar los arándanos congelados antes de usarlos para preparar el jugo.
    • Si quieres hacerle ajustes a la receta, utiliza una proporción de 1:1 de arándanos al agua. Por ejemplo, podrías usar 250 g (1 libra) de arándanos y 1 litro (1 cuarto de galón) de agua.
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    Coloca los arándanos y 2 tazas (470 ml) de agua en la licuadora. Vierte los arándanos en la licuadora y luego cúbrelos con agua. Tapa el recipiente de la licuadora y colócalo en la base.[11]
    • Cerciórate de que la tapa esté asegurada de forma que la mezcla de arándanos no salpique por todas partes.
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    Licúa los arándanos y el agua a una velocidad alta por 2 minutos. Vigila los arándanos para tener la certeza de que se licúen de la forma adecuada. Cuando hayan pasado 2 minutos, apaga la licuadora y revisa para fijarte si la mezcla está bien licuada. De no ser así, licúala por alrededor de un minuto más.[12]
    • Asegúrate de que todos los arándanos se hayan licuado antes de proceder al siguiente paso. Por lo general, esto no toma más de 2 o 3 minutos, aunque es posible que necesites unos cuantos minutos más si la licuadora es lenta o si la cuchilla está desafilada.
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    Vierte la mezcla de arándanos en una jarra a través de un colador. Coloca la jarra sobre la encimera y sujeta un colador sobre ella. Vierte la mezcla de arándanos con lentitud en el colador para atrapar los trozos sólidos. Si no te molesta la pulpa, presiona los arándanos para exprimirles el jugo.[13]
    • Si quieres un jugo más transparente, cubre el colador con una estameña de forma que puedas filtrar todos los trozos de arándano.
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    Incorpora tu endulzante favorito, si deseas. El jugo de arándano puro es muy ácido y, por ende, es probable que quieras añadirle azúcar o un endulzante artificial. Prueba con 1,5 cucharadas de jugo de limón o de naranja o bien unas cuantas gotas de miel. Asimismo, podrías ceñirte al azúcar o el endulzante artificial. Incorpora el endulzante de a pocos y prueba el jugo cada vez para fijarte si te gusta el sabor. Sigue añadiendo endulzante hasta que estés satisfecho con el sabor.[14]
    • Si preparaste 2 tazas (470 ml) de jugo de arándano, puedes endulzar el jugo con alrededor de media taza (100 g) de azúcar o aproximadamente 2/3 de taza (120 g) de stevia o azúcar cruda.
    • Siempre hazle ajustes al endulzante a tu gusto.
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    Refrigera el jugo. Viértelo en una jarra para servirlo con facilidad y colócalo en el refrigerador para que se enfríe. Ten en cuenta que el jugo de arándano casero permanecerá fresco por unos días siempre y cuando se mantenga frío.[15]
    • Si observas moho o un olor fétido, desecha el jugo, ya que es probable que se haya echado a perder.

Consejos

  • Si quieres que el jugo de arándano dure más, congélalo en un recipiente apto para el congelador o una cubitera. Tan solo descongélalo cuando estés listo para consumirlo.

Advertencias

  • Ten cuidado al manipular cacerolas calientes. Usa agarraderas o un paño de cocina para evitar quemarte.

Cosas que necesitarás

Calentar arándanos rojos en la estufa

  • colador
  • estufa
  • cacerola
  • estameña (opcional)
  • cuchara
  • tazón
  • jarra

Usar una licuadora

  • colador
  • licuadora
  • estameña (opcional)
  • cuchara
  • jarra

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Categorías: Jugos | Recetas