Saber cómo realizar los dos métodos de RCP (reanimación cardiopulmonar) en un adulto puede salvar una vida. Sin embargo, el método recomendado para llevarlo a cabo ha cambiado hace relativamente poco tiempo y es importante conocer la diferencia con el anterior. En el 2010, la Asociación Americana del Corazón hizo un cambio radical en el procedimiento de RCP recomendado para las víctimas de paro cardíaco[1] después de que estudios revelaran que únicamente la compresión RCP (sin respiración boca a boca) es tan efectiva como el método tradicional.

Parte 1
Parte 1 de 5:
Tomar los signos vitales

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    Revisa el lugar en busca de peligro inmediato. Asegúrate de no ponerte en peligro al realizar la RCP a alguien inconsciente. ¿Hay un incendio?, ¿la persona está tendida en una carretera? Haz lo que sea necesario para desplazar a la víctima a un lugar seguro.
    • Si hay algo que pueda ponerte en peligro tanto a ti como a la víctima, ve qué puedes hacer para contrarrestarlo. Abre una ventana, apaga la cocina o extingue el fuego si es posible.
    • No obstante, si no hay nada que puedas hacer para contrarrestar el peligro, mueve a la víctima. La mejor forma de hacerlo es colocando una manta o abrigo debajo de ella y arrastrándola.
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    Evalúa el estado de consciencia de la víctima. Golpea su hombro con suavidad y pregúntale “¿Estás bien?” con una voz alta y clara. Si responde, significa que no es necesario realizar la maniobra RCP. Por el contrario, comienza a brindarle los primeros auxilios y a tomar medidas para evitar o tratar el shock[1] y determina si es necesario contactar al servicio de emergencias.
    • Si la víctima no responde, realiza los siguientes pasos.
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    Envía por ayuda. Mientras más gente disponible esté presente, mejor; aunque también puedes hacerlo por ti mismo. Envía a alguien a que llame al servicio de emergencias.
    • Para contactar al servicio de emergencias, llama al

      911 en América del norte

      000 en Australia

      112 por teléfono celular en Europa (incluyendo el Reino Unido)

      999 en el Reino Unido y en Hong Kong.

      102 en India

      1122 en Pakistán

      111 en Nueva Zelanda

      113 en Egipto

      120 en China
    • Dile tu ubicación al operador y hazle saber que vas a realizar la reanimación cardiopulmonar. Si te encuentras solo, cuelga el teléfono y comienza con las compresiones. Si hay alguien más contigo, pídele que se quede en la línea mientras realizas la RCP a la víctima.
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    No revises el pulso. A menos que seas un profesional médico capacitado, lo más probable es que pierdas demasiado tiempo valioso buscando el pulso cuando deberías hacer las compresiones.[2]
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    Revisa su respiración. Asegúrate de que no tenga las vías respiratorias bloqueadas. Si la víctima tiene la boca cerrada, utiliza el pulgar y el índice para presionar ambas mejillas, a la altura de las últimas muelas, y observa el interior. Quita cualquier obstáculo visible que haya, pero nunca metas demasiado los dedos. Coloca tu oído cerca de la nariz de la víctima y escucha una respiración leve. Si tose y respira normalmente, no realices la reanimación cardiopulmonar.[3]

Parte 2
Parte 2 de 5:
Administrar la RCP

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    Pon a la víctima boca arriba. Asegúrate de que esté recostada lo mejor posible para evitar alguna lesión mientras realizas las compresiones torácicas. Inclina su cabeza hacia atrás colocando la palma de tu mano en su frente y empujando en dirección hacia su mentón.
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    Coloca el talón de la mano en el esternón de la víctima, a dos dedos de distancia por encima del punto donde se encuentran las costillas inferiores, exactamente entre los pezones.
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    Coloca tu otra mano boca abajo sobre la primera, y entrecruza los dedos de ambas.
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    Posiciona tu cuerpo directamente sobre tus manos para que tus brazos queden rectos y rígidos. No flexiones los brazos para ejercer presión, sino más bien mantén los codos estirados y utiliza la fuerza de tu tórax para empujar.
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    Realiza 30 compresiones torácicas. Presiona con ambas manos directamente sobre el esternón para realizar una compresión, lo que ayudará a que el corazón lata. Las compresiones torácicas son fundamentales para corregir el ritmo cardíaco anormal (fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso, latidos sumamente rápidos en lugar de pulsaciones).
    • Debes presionar aproximadamente unos 5 cm (2 pulgadas).
    • Realiza las compresiones a un ritmo relativamente rápido. Algunas agencias recomiendan hacerlas al ritmo del estribillo de “Stayin’ Alive” (Bee Gees), una canción éxito de los años 1970, o a aproximadamente 103 latidos por minuto.
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    Da dos respiraciones de rescate. Si tienes entrenamiento en la maniobra RCP y tienes una confianza total, da dos respiraciones de rescate después de hacer 30 compresiones de pecho. Inclina su cabeza y levanta su mentón. Presiona las fosas nasales y administra respiraciones boca a boca de 1 segundo.[4]
    • Asegúrate te de respirar lentamente, ya que esto garantizará que el aire ingrese a los pulmones.
    • Si el aire ingresa, deberás ver que el pecho se eleva ligeramente y también lo sentirás. Da una segunda respiración de rescate.[5]
    • Si el aire no ingresa, vuelve a posicionar la cabeza e inténtalo nuevamente.

Parte 3
Parte 3 de 5:
Continuar con el procedimiento hasta que llegue la ayuda

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    Minimiza las pausas que te tomas para que una persona te reemplace para seguir haciendo las compresiones torácicas o cuando te preparas para darle una descarga a la víctima.[1] Trata de limitar las interrupciones a menos de 10 segundos.
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    Asegúrate de que las vías respiratorias de la víctima estén libres. Para abrir las vías respiratorias coloca tu mano en su frente y dos dedos en su mentón e inclina su cabeza hacia atrás.
    • Si sospechas de una lesión en el cuello, jala la mandíbula hacia adelante en lugar de levantar el mentón. Si eso no llega a abrir las vías respiratorias, inclina su cabeza y levanta su mentón con mucho cuidado.
    • Si la víctima no muestra signos de vida, colócale una barrera de respiración (si tienes una) sobre su boca.
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    Realiza dos insuflaciones de rescate (opcional). La Asociación americana del corazón ya no considera necesarias a las insuflaciones para la reanimación cardiopulmonar, ya que las compresiones torácicas son más importantes. Si estás capacitado para dar RCP y estás completamente seguro, aplica dos insuflaciones de rescate después de realizar 30 compresiones torácicas. Si nunca antes has hecho RCP o estás capacitado pero no tienes práctica, opta únicamente por las compresiones.[6]
    • Manteniendo las vías respiratorias abiertas, utiliza los dedos que estaban en su frente para apretar la nariz de la víctima y así cerrarla. Coloca tu boca sobre la suya y respira durante aproximadamente un segundo. Asegúrate de hacerlo lentamente, ya que eso garantizará que el aire vaya a los pulmones y no al estómago.
    • Si lo haces correctamente, deberías ver que el pecho se infla un poco y también sentirás que el aire entra. Dale una segunda insuflación de rescate.
    • Si la insuflación no funciona, reposiciona la cabeza de la víctima e inténtalo nuevamente. Si no funciona la segunda vez, es posible que se esté asfixiando. Realiza compresiones abdominales (la maniobra de Heimlich) para eliminar la obstrucción.
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    Repite el ciclo de 30 compresiones torácicas. Si también haces insuflaciones, mantén un ciclo de 30 compresiones torácicas y luego dos insuflaciones. Repite el procedimiento.
    • Debes hacer la RCP durante 2 minutos (5 ciclos de compresiones e insuflaciones) antes de revisar los signos vitales de la víctima.
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    Continúa con la RCP hasta que alguien te releve, llegue el personal de emergencia, estés demasiado cansado para continuar, tengas un DEA (desfibrilador externo automático) disponible para uso inmediato o la víctima vuelva a tener signos de vida.

Parte 4
Parte 4 de 5:
Utilizar un DEA

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    Utiliza un DEA (desfibrilador externo automático). Si tienes uno al alcance, utilízalo lo más pronto posible para hacer funcionar el corazón de la víctima.[7]
    • Asegúrate de que no haya charcos o agua estancada en las cercanías.
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    Enciende el DEA. Debe contar con instrucciones de voz que te digan qué hacer.
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    Descubre completamente el pecho de la víctima. Quítale cualquier collar metálico o sostén con varillas que tenga. Revisa si tiene algún piercing en el cuerpo o evidencia de un marcapasos o desfibrilador automático implantable (debe tener un brazalete médico) para así evitar colocar el DEA cerca de esos lugares.
    • Asegúrate de que el pecho de la víctima esté completamente seco y de que no esté recostada sobre un charco. Ten en cuenta que, si la víctima tiene abundante pelo en el pecho, probablemente debas afeitárselo. Algunos kits DEA vienen con navajas de afeitar para este propósito.
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    Coloca las almohadillas adhesivas con electrodos en el pecho de la víctima. Sigue las instrucciones para la colocación del DEA. Coloca las almohadillas por lo menos a 2,5 cm (1 pulgada) de distancia de cualquier objeto o dispositivo metálico implantado.
    • Asegúrate de que nadie toque a la víctima mientras aplicas la electricidad.
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    Presiona “analizar” en el equipo DEA. Si es necesario realizar una descarga eléctrica, el equipo te lo notificará. Si le vas a das una descarga a la víctima, asegúrate de que nadie vaya a tocarla.
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    No quites los electrodos y reanuda la reanimación por otros cinco ciclos antes de utilizar nuevamente el DEA. Los electrodos deben permanecer en la misma posición.

Parte 5
Parte 5 de 5:
Colocar al paciente en una posición de recuperación

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    Posiciona al paciente únicamente si lograste estabilizarla y está respirando por su cuenta.
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    Flexiona y levanta una rodilla, empuja la mano que se encuentra en el lado opuesto y ubica la pierna recta parcialmente debajo de la cadera. Luego, coloca la mano libre sobre el hombro opuesto y gira a la víctima hacia el lado donde está la pierna recta. La rodilla flexionada debe estar arriba y ayudar a impedir que el cuerpo vuelva a girar. Al colocar el brazo con la mano metida debajo del borde de la cadera, evitarás que este se entrometa al momento de realizar el giro.
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    Utiliza esta posición de recuperación para ayudar a que la víctima respire con mayor facilidad. Esta posición impide la acumulación de saliva en la parte posterior de la boca o la garganta, además de ayudar a que la lengua quede colgando de lado en lugar de retraerse y obstruir las vías respiratorias.

Consejos

  • Si es necesario, puedes obtener una guía acerca del procedimiento adecuado para RCP del operador del servicio de emergencias.
  • Si no puedes o no quieres realizar la insuflación de rescate a la víctima, dedícate únicamente a hacerle la RCP. Esto de todas maneras la ayudará a recuperarse del paro cardíaco.
  • Realiza la capacitación adecuada en una organización calificada de la zona donde vives. Recibir capacitación de un instructor con experiencia es la mejor manera de estar preparado para una emergencia.
  • Si debes mover a la víctima, trata de alterar el cuerpo lo menos posible.
  • Siempre llama al servicio de emergencias.
  • La RCP es más eficaz si la realizas sobre una superficie dura, de modo que es recomendable mover la víctima hacia el piso antes de realizarla.

Advertencias

  • Es sumamente importante que no entres en pánico. Si bien un paro cardiaco es algo muy estresante, es importante que mantengas la calma y pienses con claridad.
  • No te preocupes si fracturas algunas costillas o el esternón, pues tiene solución; no obstante, la muerte por paro cardiaco o respiratorio es irreversible. Una RCP de gran calidad requiere compresiones fuertes y profundas, lo cual puede provocar daños.
  • Recuerda que, si no eres responsable de una persona, debes pedirle permiso para ayudarla. Si no puede responderte, debes suponer que da su consentimiento.
  • Recuerda que la RCP es diferente para los adultos, niños y bebés; las instrucciones dadas en esta guía son para su aplicación en personas adultas.
  • Siempre y cuando coloques las manos en una posición adecuada, no tengas miedo de utilizar la fuerza del tórax para ejercer presión sobre el esternón de un adulto. Después de todo, necesitarás esa fuerza para presionar el corazón y lograr que vuelva a latir.}
  • En los Estados Unidos, existe una especie de ley del “Buen Samaritano”. Esta ley protege a una persona que brinda los primeros auxilios de alguna consecuencia legal, siempre y cuando lo haga de manera razonable. Nunca ha habido una demanda exitosa en contra de alguien que haya realizado la RCP.
  • Si es posible, utiliza guantes y colócale una barrera de respiración para reducir la probabilidad de transmisión de enfermedades.
  • Si la persona respira con normalidad, tose o se mueve, no utilices las compresiones torácicas. Hacerlo puede provocar que el corazón se detenga.
  • No abofetees a la víctima para hacerla despertar y, definitivamente no la asustes. Sacúdele un hombro con delicadeza y háblale.
  • No muevas al paciente a menos que se encuentre en peligro inmediato o que esté en un lugar donde su vida corra peligro.

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