Preparar mermelada es una excelente forma de capturar la dulzura natural y el delicado sabor del mango. Solo tienes que picarlo en trozos pequeños y cocinarlo con mucho azúcar, jugo de limón y pectina. Incluso puedes personalizar tu receta con combinaciones de sabores únicos. Una vez que la mermelada tenga la consistencia que deseas, tendrás que transferirla a frascos esterilizados. Ya terminada, podrás disfrutarla con pan tostado, waffles o panqueques.

Ingredientes

Mermelada de mango básica

  • 6 o 7 mangos grandes
  • 200 g (1 taza) de azúcar
  • 60 ml (4 cucharadas) de jugo de limón
  • 25 g (2 cucharadas) de pectina en polvo

Rinde 650 g (2 tazas) de mermelada

Método 1
Método 1 de 2:
Preparar una receta básica de mermelada de mango

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    Corta la pulpa de 6 o 7 mangos grandes. Para empezar, lava las frutas y colócalas en una tabla de picar. Sujeta un mango sobre la tabla y con cuidado corta uno de los lados. Procura acercarte tanto como puedas a la pepa para aprovechar toda la pulpa. Luego, corta el otro lado. Separa la piel y pica la pulpa en trocitos de alrededor de 1 cm (1/2 pulgada).[1]
    • Usa un cuchillo pequeño para obtener la pulpa que rodea la pepa.
    • Deberás obtener aproximadamente 660 g (4 tazas) de mango en trozos.
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    En una olla, coloca los trozos de mango, el azúcar, el jugo de limón y la pectina. Toma el mango en trocitos y échalo en una olla grande en la hornilla. Añade 200 g (1 taza) de azúcar, 60 ml (4 cucharadas) de jugo de limón y 25 g (2 cucharadas) de pectina en polvo.[2]
    • La pectina ayuda a cuajar la mermelada. Si prefieres que quede más líquida, puedes omitir ese ingrediente.
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    Revuelve la mezcla y cocínala a fuego bajo hasta disolver el azúcar. Mezcla bien de tal manera que los trozos de mango queden cubiertos por el azúcar. Continúa revolviendo cada par de minutos hasta que todo se disuelva y se torne más líquido.[3]
    • Disolver el azúcar debería tomarte de 3 a 4 minutos.
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    Lleva la mermelada a hervor a fuego medio alto. Incrementa el calor de la hornilla para que el líquido adquiera la consistencia de un jarabe y rompa el hervor. Revuelve cada cierto tiempo para evitar que se pegue a la olla o que se rebalse.[4]
    • Es importante que uses una olla grande para que la mermelada no se derrame por los lados mientras se cocina.
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    Cocina la mermelada de mango hasta que llegue a 100 °C (220 °F). Sujeta un termómetro para caramelo en el lado de la olla o inserta un termómetro de lectura instantánea de vez en cuando para ver si alcanzó la temperatura indicada. Asimismo, revuelve conforme hierve y se pone más espesa.[5]
    • Retira la espuma que flota en la superficie de la mermelada y deséchala. Esta se torna pegajosa y elástica si la dejas con el resto.

    Consejo: si no tienes un termómetro, coloca un plato pequeño en la congeladora cuando empieces a preparar la mermelada. Para comprobar si cuajó, sirve una cantidad pequeña en el plato frío y presiónala con un dedo. Si ya está lista, la mermelada debe arrugarse y conservar su forma.

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    Vierte la mermelada en frascos esterilizados. Toma 2 frascos esterilizados de 250 ml (1/2 pinta) y coloca un embudo para llenarlos. Con una cuchara, echa la mermelada en cada frasco y deja alrededor de 5 mm (1/4 de pulgada) de espacio vacío. Coloca la tapa esterilizada y ajústala lo más que puedas con la mano.[6]
    • Si bien puedes ablandar las tapas en agua caliente antes de colocarlas en los frascos, no es necesario hacerlo para obtener un buen sello.
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    Procesa los frascos o guárdalos en el refrigerador. Para conservar el producto por largo tiempo, coloca los frascos en un baño de agua, de tal manera que queden cubiertos por al menos 2,5 cm (1 pulgada) de agua. Hierve los frascos por 10 minutos y luego colócalos a un lado hasta que regresen a temperatura ambiente. Si no quieres envasar y procesar tu mermelada, simplemente coloca los frascos en el refrigerador y asegúrate de consumir todo dentro de las siguientes 3 semanas.[7]
    • Si procesas la mermelada, puedes conservar los frascos a temperatura ambiente por hasta 1 año. Una vez que vayas a consumirla, presiona la tapa para verificar que el sello no se haya soltado antes de abrir el frasco.

Método 2
Método 2 de 2:
Probar algunas variaciones

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    Intercambia la mitad del mango por duraznos o nectarinas. Si bien la mermelada de puro mango es deliciosa, también puede ser divertido añadir otra fruta. Para combinar los sabores, usa solo la mitad de la cantidad de mango indicada en los ingredientes y reemplaza el resto con duraznos, nectarinas u otras frutas con huesillo peladas. A continuación encontrarás otras sugerencias de frutas con las que el mango combina bien:[8]
    • fresas
    • papaya
    • piña
    • frambuesas
    • ciruelas
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    Reemplaza el azúcar con miel u otro edulcorante de tu preferencia. Si no quieres emplear azúcar blanca, puedes usar la cantidad que quieras de otro edulcorante. Por ejemplo, puedes usar miel, agave o una alternativa baja en calorías. Ten en cuenta que el azúcar funciona como preservante y si no lo empleas, tendrás que refrigerar la mermelada y consumirla rápidamente.[9]
    • Guarda los frascos de mermelada de mango en el refrigerador por hasta 3 semanas.
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    Añade 1 cucharadita (2 g) de tu especia en polvo favorita para darle un sabor único. Personaliza tu mermelada de mango agregando una especia o condimento seco a la mitad de la cocción. Puedes usar una sola opción o una combinación de dos o más, siempre y cuando sean 2 g (1 cucharadita) en total. A continuación, encontrarás una lista de buenas opciones para probar:[10]
    • cardamomo
    • canela
    • jengibre
    • nuez moscada
    • pasta de vainilla

    Consejo: también puedes añadir una pizca de hojuelas de pimiento rojo o morrón, o incluir unas hojas de azafrán para darle un color rosa a la mermelada.

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    Para preparar una mermelada más fácil de esparcir, no utilices azúcar ni pectina. Si quieres que resalte la dulzura natural del mango, no añadas azúcar, miel u otro edulcorante. Cocina el mango con 120 ml (1/2 taza) de agua en fuego medio hasta que la fruta se deshaga y se espese.[11]
    • Si prefieres una textura más homogénea, vierte la mermelada en un tazón a través de un colador de malla fina.
    • Dado que esta mermelada no tiene edulcorantes adicionales, asegúrate de conservarla en el refrigerador y consumirla durante las siguientes 2 semanas.

Consejos

  • Si no consigues mangos frescos para tu receta, puedes comprar mangos congelados pelados y picados. Colócalos en el refrigerador de un día para otro para descongelarlos antes de usarlos para preparar la mermelada.

Cosas que necesitarás

  • tazas y cucharas medidoras
  • cuchillo y tabla de picar
  • olla grande
  • cuchara
  • plato pequeño
  • termómetro de repostería para caramelo o de lectura instantánea
  • embudo
  • frascos con tapa

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Categorías: Mermelada | Recetas