Ya sea que no te guste el sabor de la pasta dental comercial o que estés buscando maneras de reducir gastos, preparar una pasta dental puede ser un proyecto divertido para cualquier persona que esté interesada en preparar sus propios artículos. Además, puedes evitar muchos de los ingredientes artificiales que contiene una pasta dental comercial, como los edulcorantes (por lo general, la sacarina), emulsionantes, conservantes y sabores artificiales.

Método 1
Método 1 de 3:
Preparar una pasta dental con sal marina

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    Reúne los ingredientes. Para esta receta, necesitarás 2/3 de taza de bicarbonato de sodio, una cucharadita de sal marina fina, 1 o 2 cucharaditas de extracto de menta u otro aceite esencial y agua filtrada.[1]
    • El bicarbonato de sodio (también conocido como "bicarbonato sódico") limpia los dientes y elimina el mal aliento. Otra gran ventaja es que es relativamente barato.[2]
    • La sal actúa como un limpiador abrasivo que ayuda a eliminar la placa. También te hace salivar, y la saliva es un método natural que protege los dientes.[3]
    • Los aceites esenciales son para el sabor.
    • El agua es para la consistencia.
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    Mezcla 2/3 de taza de bicarbonato de sodio y 1 cucharadita de sal marina. Asegúrate de que la sal marina esté completamente mezclada con el bicarbonato de sodio. Cuando veas la mezcla de cerca, no debes ver grumos de sal marina en el bicarbonato de sodio, sino que más bien la sal debe estar dispersada para que sea difícil sacarla del bicarbonato de sodio.
    • Puedes lograrlo con un tenedor o una batidora, que ayudarán a disolver cualquier grumo.
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    Agrega algunas gotas del aceite esencial de tu elección.[4] Muchas personas escogerán la menta normal o la menta verde, ya que están acostumbrados a ello. Sin embargo, también puedes usar otros sabores.
    • Otros aceites esenciales que comúnmente se usan son los siguientes: la lavanda, que ha demostrado brindar efectos relajantes cuando se usan vía oral;[5] la naranja, que también ha demostrado aliviar la ansiedad; [6] y el eucalipto, que tiene propiedades antisépticas y antibacterianas.[7]
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    Empieza a mezclarla con agua. Hazlo echando unas cuantas gotas de una en una y revolviendo bien después de cada una de ellas.[8] Puedes prepararla espesa o fina, pero debes saber que si está muy final, será difícil que se quede en el cepillo.
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    Guarda la pasta dental en un tarro de vidrio. Los aceites esenciales se deben guardar en recipientes de vidrio. Por ende, es sumamente importante si has decidido incluir aceites esenciales. Guarda la pasta cerca de tu cepillo, lejos de la luz directa del sol, y en un lugar seco y frío.[9]
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    Saca un poco con tu cepillo. Si gustas, puedes meter tu cepillo directamente en la pasta o puedes usar una cucharita para ponerla en tu cepillo. Experimenta con cantidades diferentes. Empieza con un poquito y después añade más si sientes que no es suficiente.
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Método 2
Método 2 de 3:
Preparar una pasta dental con aceite de coco

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    Reúne los ingredientes. Para esta receta, necesitarás partes iguales de aceite de coco y bicarbonato de sodio, dependiendo de la cantidad que quieras preparar. Por ejemplo, puedes empezar con 6 cucharadas de aceite de coco y 6 cucharadas de bicarbonato de sodio. El aceite esencial es para el sabor. Si gustas, puedes usar stevia ara añadirle algo dulce.[10]
    • Se cree que el aceite de coco es eficaz para combatir la causa principal de las caries, el Streptococcus mutans, que es una bacteria que vive en el azúcar y que también se aferra a los dientes.[11]
    • La stevia es un edulcorante natural que viene de una planta del mismo nombre. Tiene propiedades antibacterianas que se cree que combaten las caries.[12]
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    Empieza revolviendo el aceite de coco y el bicarbonato de sodio. Mézclalos juntos hasta que el bicarbonato de sodio y el aceite de coco se incorporen por completo. Esto quiere decir que tendrás una mezcla húmeda de ambos ingredientes. Para ello, es probable que sea mejor que uses una batidora, pero un tenedor también puede funcionar bien.
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    Agrega algunas gotas de aceites esenciales una por una. Remueve bien después de agregar cada gota y coloca una pequeña cantidad en tu lengua para probar la mezcla.
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    Añade stevia para darle sabor, si gustas. Si quieres que la pasta dental tenga un poco más de sabor, agrega algunas gotas de stevia de una en una y después remueve bien. Luego, repite el proceso de probar una cantidad pequeña y añadir más. Se sabe que la stevia es un edulcorante más que azúcar procesada, ¡por eso debes tener cuidado! ¡No querrás que tu pasta dental sea demasiado dulce![13]
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    Guarda la pasta dental en un tarro de vidrio. Los aceites esenciales se deben guardar en recipientes de vidrio. Por ende, esto es sumamente importante si has decidido incluir aceite. Guarda la pasta dental cerca de tu cepillo, lejos de la luz directa del sol, y en un lugar seco y frío.[14]
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    Saca un poco con tu cepillo. Si gustas, puedes meter tu cepillo directamente en la pasta o puedes usar una cucharita para ponerla en tu cepillo. Experimenta con cantidades diferentes. Empieza con un poquito y después añade más si sientes que no es suficiente.
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Método 3
Método 3 de 3:
Preparar un dentífrico en polvo

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    Reúne los ingredientes. Para este dentífrico en polvo, solo necesitarás tres partes de bicarbonato de sodio, una parte de sal y algunas gotas de aceite esencial (opcional).[15]
    • Debes saber que es un dentífrico en polvo, no una pasta. Si prefieres una pasta, escoge otras recetas o agrégale un poco de agua filtrada. Sin embargo, también debes saber que en cuanto a la eficacia, no hay diferencia entre ambos.
    • Una parte puede ser cualquier cantidad que quieras que sea, pero lo que es importante es la proporción. Por ejemplo, si usas 3 cucharadas de bicarbonato de sodio, entonces usarás 1 cucharada de sal. Si usas 6 cucharadas de bicarbonato de sodio, usarás 2 cucharadas de sal.
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    Mezcla el bicarbonato de sodio y la sal.[16] Puedes hacerlo revolviéndolos juntos o al poniéndolos en un recipiente hermético y después agitándolos con fuerza.
    • El método de la agitación puede ser mejor para asegurarte de que los ingredientes se mezclen bien.
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    Agrega un aceite esencial.[17] Si deseas agregarle un aceite esencial para darle sabor, puedes hacerlo ahora. Agrega algunas gotas de tus polvos favoritos y revuelve o agita la mezcla por completo.
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    Guarda la mezcla. Si le agregaste un aceite esencial, debes guardar la mezcla en un tarro de vidrio.[18] Si no lo hiciste, puedes guardarla en una bolsa de plástico, o un recipiente de plástico o vidrio. De cualquier forma, asegúrate de guardarla en un lugar frío y seco, lejos de la luz directa del sol.
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    Usa el dentífrico en polvo. Puedes humedecer tu cepillo en el lavabo y después meterlo en el polvo hasta que tengas una capa generosa en tu cepillo o puedes hacerlo si agua. Si quieres hacerlo, simplemente pon un poco de dentífrico en polvo en el cepillo (sin haberlo humedecido) o en tu boca y cepíllate como de costumbre.
    • Experimenta con y sin agua para ver qué método prefieres.
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Consejos

  • Si el bicarbonato de sodio es muy abrasivo para tus dientes o encías, puedes conseguir efectos similares enjuagando tu boca con una solución muy ligera de bicarbonato de sodio después de cepillarte. Algo menos abrasivo es la sal.
  • A los niños les puede gustar agregar color a la pasta dental para que sea más interesante. Este puede ser un buen momento para enseñarles cómo mezclar colores para crear nuevos colores. Evita los colores artificiales, como el rojo 40, que se ha relacionado a algunos problemas de la salud, incluido el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, en los niños que lo ingieren. [19] .
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Advertencias

  • No comas pasta dental por ninguna razón. Si es posible, tampoco la tragues. La cantidad pequeña que se usa para el cepillado normalmente no es dañina cuando se ingiere por casualidad, a menos que seas demasiado sensible al sodio.
  • Quizás la pasta dental sin flúor no proteja el esmalte tanto como la pasta dental con flúor, ni tampoco le brinda una remineralización a los dientes con caries. Consulta con tu dentista antes de que tú o tus hijos usen otra pasta.
  • Si tienes muchos metales en tu boca (es decir, frenillos, retenedores permanentes, empastes metálicos), no uses sal en la pasta dental, ya que puede corroer el metal.[20]
  • Si encuentras una receta que incluya la glicerina, considera reemplazarla con algo como xilitol. Algunas personas creen que la glicerina crea un residuo en la superficie de los dientes que evita la remineralización y es difícil de eliminar.[21]
  • Los niños que usan y que a veces tragan la pasta dental que contiene flúor corren el riesgo de desarrollar fluorosis.[22]
  • Cuando alguien ingiere flúor, no sale de su sistema, se queda y se desarrolla. El flúor se ha relacionado al cáncer de huesos. El bicarbonato de sodio y el hidrógeno es una alternativa más saludable y la mejor opción para preparar tu propia pasta dental, siempre y cuando no comas demasiados caramelos todos los días.
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Cosas que necesitarás

  • bicarbonato de sodio
  • agua filtrada
  • tazón para mezclar
  • cuchara medidora
  • tarro de vidrio o plástico
  • cepillo
  • aceite esencial (opcional)
  • aceite de coco (opcional)
  • sal marina fina (opcional)

Acerca de este wikiHow

Cristian Macau, DDS
Coescrito por:
Doctor en Cirugía Dental
Este artículo fue coescrito por Cristian Macau, DDS. El Dr. Macau es un cirujano oral, periodoncista y esteticista en la Clínica Dental Favero en Londres. Recibió su doctorado en Cirugía Dental en la Universidad de Medicina Carol Davila en 2015. Este artículo ha sido visto 239 175 veces.
Resumen del artículoX

Para hacer una pasta de dientes con aceite de coco, mezcla bien 6 cucharadas de aceite de coco, 6 cucharadas de bicarbonato de sodio, unas cuantas gotas de aceite esencial y stevia para darle un toque dulce. Almacena la pasta en un tarro de vidrio y recuerda ponerla en un lugar fresco y seco. Cuando sea hora de cepillarte los dientes, solo usa una gota del tamaño de un chícharo en tu cepillo.

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