¿Quieres ahorrar dinero, pero no sabes cómo reducir tus gastos? Determina cuánto dinero tienes para gastar, crea tus propios objetivos y analiza tus gastos para reducirlos y comenzar a ahorrar ahora mismo. Al principio, adoptar estas medidas puede parecer difícil, pero realizar pequeños cambios en tu vida diaria te ayudará a lograrlo con el paso del tiempo.

Método 1
Método 1 de 4:
Crear un presupuesto

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    Suma las facturas y los gastos. Es importante que determines cuánto dinero gastas cada mes. Para ello, suma todos tus gastos, como la hipoteca o la renta, el pago del auto, del seguro y de los alimentos.[1]
    • Incluye todos tus gastos, sin importar qué tan pequeños sean.
  2. 2
    Resta los gastos de tus ingresos para conocer el saldo restante. Identifica tu ingreso y réstale los gastos que tienes cada mes. Una vez que hayas restado las facturas de tus ingresos, conocerás el dinero restante que tienes para gastar.[2]

    Consejo: crea una hoja de cálculo en Excel o Google Sheets para escribir y llevar un registro de tu presupuesto con una mayor facilidad.

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    Anota cada vez que hagas un gasto. Es fácil perder el registro de cuánto dinero se gasta a diario. Por lo tanto, crea una nota en tu teléfono o en un papel para escribir cada vez que realices un gasto, sin importar lo pequeño que sea. De esta forma, podrás revisar en qué cosas gastas dinero y decidir dónde realizar un recorte.[3]
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    Crea objetivos financieros. Si quieres pagar una deuda, reservar algo de dinero o ahorrar para una compra grande o un viaje, determina dichos objetivos para tu dinero. Si tienes un objetivo en mente, podrás comenzar a llevar un mejor registro de tus gastos y cumplir con los plazos que establezcas. Esto te permitirá dejar de gastar dinero en cosas innecesarias.[4]
    • No te desanimes si no alcanzas tus objetivos en el plazo que hayas establecido.
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    Evita las compras innecesarias. Si bien puede ser tentador comprar cigarrillos o café todos los días, ten en cuenta que estas compras pequeñas suman con el paso del tiempo. Por lo tanto, evita gastar dinero en cosas que realmente no necesites hasta estar seguro de poder permitirte el gasto.[5]
    • Asegúrate de que el pago de las facturas sea tu prioridad.
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Método 2
Método 2 de 4:
Administrar los gastos del auto

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    Usa el transporte público tanto como sea posible. El transporte público es beneficioso para el medioambiente y para tu bolsillo. Evalúa si este medio es más económico que conducir tu propio vehículo. Esto te permitirá ahorrar en combustible y en el mantenimiento de tu vehículo.[6]

    Consejo: algunas agencias de transporte público tienen ofertas mayoristas, por lo que puedes comprar varios boletos o pases a un menor precio. Si sueles tomar el autobús o el tren con frecuencia, consulta en las agencias de transporte público si existe un programa similar.

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    Comparte el vehículo con tus compañeros de trabajo. Si vives cerca de tus compañeros de trabajo, considera la posibilidad de crear un cronograma para compartir el vehículo con ellos. Pregunta si pueden turnarse durante los días de la semana para conducir al trabajo, y recoge a tus compañeros cuando sea tu turno. Esto te permitirá ahorrar dinero en combustible y gastos de mantenimiento del vehículo.[7]
    • Asegúrate de cumplir con tu responsabilidad dentro del cronograma establecido para no aprovecharte de tus compañeros de trabajo.
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    Verifica la presión de los neumáticos antes de conducir. Los neumáticos tienen un PSI (kilos por centímetros cuadrados) óptimo que se debe respetar para utilizar el combustible de manera efectiva. Utiliza un indicador de presión para determinar el PSI de tus neumáticos, y lee el manual del vehículo para conocer su PSI óptimo. Esto te permitirá ahorrar dinero en combustible con el paso del tiempo.[8]
    • Si la presión de los neumáticos es baja, puedes inflarlos con un inflador en la mayoría de las gasolineras.
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    Vende tu vehículo si lo usas muy poco. Si no sueles usar el auto a menudo, o tienes uno y no lo conduces, véndelo para ganar algo de dinero y reducir gastos, como en combustible y mantenimiento.[9]
    • Verifica el valor de tu vehículo antes de venderlo para hacer un buen negocio.
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Método 3
Método 3 de 4:
Reducir los gastos de los servicios

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    Configura tu termostato en "ausente" al salir de casa. Configura el termostato en 18 °C (65 °F) en invierno y 27 °C (80 °F) en verano para mantener la casa cálida o fresca mientras no estás. Verifica la configuración para saber si puedes programarlo para que la temperatura se regule de manera automática.[10]
    • También puedes escoger una configuración menos extrema al dormir.

    Consejo: considera la posibilidad de invertir en un ventilador de techo. Esto permite reducir significativamente el costo del calor y frio al circular el aire con una mayor efectividad.

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    Compra bombillas más eficientes en términos energéticos. Reemplaza las bombillas de la casa por bombillas que tengan etiquetas energéticas con estrellas. Estas bombillas pueden ser más costosas, pero utilizan la energía con una mayor efectividad, por lo que permiten ahorrar dinero a largo plazo.[11]
    • Puedes comprar bombillas más eficientes en la mayoría de las tiendas de artículos para el hogar y ferreterías.
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    Desenchufa los dispositivos electrónicos cuando no los uses. Por más que los dispositivos estén apagados, seguirán utilizando energía al estar enchufados. Por lo tanto, desenchufa el teléfono, la computadora portátil y otros dispositivos que se carguen de la pared cuando no los uses para ahorrar dinero en tu factura de electricidad.[12]
    • Desenchufar los dispositivos también protege contra las subidas de tensión.
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    Toma duchas de 5 o 10 minutos. Cada ducha implica un consumo de varios litros. Por lo tanto, procura que sean breves al usar menos productos y enjabonarte de inmediato una vez que entres en la ducha. También puedes usar agua tibia para salir más rápido de la ducha. Esto te permitirá ahorrar dinero en la factura del agua con el paso del tiempo.
    • Configura una alarma en el celular para recordar cuándo es momento de salir de la ducha.
  5. 5
    Cancela el cable si no lo usas. Con el predominio de los servicios de transmisión, muchas personas no miran televisión con la misma frecuencia que lo hacían en el pasado. Si observas que ya no miras el cable, cancela la suscripción para ahorrar dinero en tus gastos mensuales.[13]
    • Cuando llames para cancelar el cable, es posible que el proveedor quiera que conserves la suscripción para seguir recibiendo tu dinero. Sé educado, pero firme con respecto a tu decisión.
    • Cancela la suscripción de los servicios que ya no uses. Con frecuencia, pueden tener débitos automáticos de tus cuentas que quizás ni siquiera hayas notado.
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Método 4
Método 4 de 4:
Gastar menos en comida y bebida

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    Haz una lista de compras antes de ir a la tienda y asegúrate de respetarla. Una lista de compras te proporcionará una idea clara de lo que realmente necesitas, eliminando las compras innecesarias. Revisa la cocina para determinar qué es lo que necesitas antes de ir a la tienda, y procura respetar la lista tanto como sea posible cuando te encuentres en el supermercado.[14]

    Consejo: procura no hacer las compras cuando tengas hambre. Las personas suelen comprar más artículos innecesarios cuando no han comido recientemente.

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    Compra alimentos frescos de la estación. Estas opciones son más económicas que aquellos alimentos que se importan de otros países, dado que el consumidor tendrá que pagar por el combustible necesario para trasladar el alimento. Haz una búsqueda de la zona en donde vives para saber cuáles son los alimentos de estación. Por lo general, los productos locales tendrán un cartel que indique dónde se han cultivado.[15]
    • Busca un mercado agrícola en tu zona o compra alimentos frescos en el supermercado.
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    Cocina en casa tanto como sea posible. La comida de los restaurantes es mucho más costosa que preparar un plato en casa. Por lo tanto, procura salir a comer afuera tan poco como sea posible y prepara la mayor parte de las comidas en casa.[16]
    • Prepara las comidas con anticipación y guárdalas en el refrigerador para recalentarlas más tarde. Esto te permitirá ahorrar tiempo y reducirá las posibilidades de que salgas a comer afuera.
    • Prepara los almuerzos en casa y llévalos al trabajo para evitar la tentación de gastar dinero en comida rápida.
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    Prepara el café en casa, en vez de comprarlo. El gasto diario en café puede acumularse rápidamente. Por lo tanto, invierte en una cafetera y un termo para preparar el café y llevarlo contigo. Esto te permitirá ahorrar dinero todos los días.[17]
    • Si te gusta el café con distintos sabores, puedes comprar jarabes y cremas con sabor para que el café sea más sabroso.
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