Los postres retro han recobrado gran popularidad hoy en día y el pastel de terciopelo rojo no es la excepción. Si no estás familiarizado con el pastel de terciopelo rojo, se trata de un pastel de chocolate con un tinte rojizo. El tinte ligero puede ser una reacción del cacao, el vinagre y el suero de leche en el pastel. La mayoría de los pasteles modernos también añaden colorante alimentario rojo para aumentar la intensidad roja del pastel. Para probar este estilo retro, prepara una tanda de pastelillos deliciosos de terciopelo rojo cubiertos con un glaseado de queso crema endulzado. Esta receta rinde 24 pastelillos de terciopelo rojo glaseados.

Ingredientes

Para los pastelillos:

  • 1 2/3 tazas (250 g) de harina para todo uso
  • 2 cucharadas de cacao sin azúcar (tamizado)
  • 2 cucharaditas de polvo de hornear
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 7 cucharadas de mantequilla salada suave
  • 1 taza (200 g) de azúcar granulada
  • 1 cucharada colmada de colorante alimentario rojo en pasta
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 2 huevos grandes
  • 3/4 de taza (175 ml) de suero de leche
  • 1 cucharadita de vinagre de sidra

Para el glaseado:

  • 250 g (8 onzas) de queso crema ablandado
  • 250 g (8 onzas) de mantequilla ablandada
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 4 tazas (460 g) de azúcar en polvo tamizada

Parte 1
Parte 1 de 2:
Preparar los pastelillos

  1. 1
    Precalienta el horno y prepara los moldes para pastelillos. Calienta el horno a 170 °C (325 °F o la marca 3). Consigue 2 moldes para muffins de 12 cavidades y decide si deseas utilizar pirotines. Si es así, coloca un pirotín en cada cavidad del molde para muffins. Si no deseas utilizar pirotines, rocía ambos moldes con espray antiadherente para hornear de modo que los pastelillos salgan fácilmente después de hornearlos.[1]
    • Considera utilizar pirotines si vas a servir los pastelillos en una fiesta o a un grupo. Los pirotines te permiten asegurarte de no tocar los lados de los pastelillos al momento de glasearlos.
  2. 2
    Combina los ingredientes secos. Coloca los ingredientes secos en un bol mediano y bátelos hasta combinarlos. Una vez combinados, resérvalos. Necesitarás mezclar lo siguiente:[2]
    • 1 2/3 tazas (250 g) de harina para todo uso
    • 2 cucharadas de cacao sin azúcar (tamizado)
    • 2 cucharaditas de polvo de hornear
    • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  3. 3
    Bate la mantequilla, el azúcar, el colorante alimentario y la vainilla. Coloca 7 cucharadas (100 g) de mantequilla salada suave y 1 taza (200 g) de azúcar granulada en un bol grande. Mezcla todo con una batidora fija o una manual. Bate la mantequilla con el azúcar por varios minutos hasta que la mezcla esté suave y esponjosa. Añade 1 cucharada colmada de colorante alimentario rojo en pasta y 2 cucharaditas de extracto de vainilla. Bate hasta combinar el color y el sabor.[3]
    • Si prefieres omitir el colorante alimentario, los pastelillos solo tendrán un ligero tono rojizo. Podrás encontrar colorantes alimentarios naturales en algunos supermercados especializados.
  4. 4
    Revuelve entre cada adición de ingredientes secos y huevos. Enciende la batidora a baja velocidad y añade 1/3 de la mezcla seca. Una vez que esté combinada con la mezcla de mantequilla endulzada, añade un huevo y revuelve hasta incorporarlo. Añade otro 1/3 de la mezcla seca y bate hasta combinarla. Añade el último huevo y revuelve hasta incorporarlo. Añade el último 1/3 de la mezcla seca y revuelve hasta combinarlo.[4]
    • Si la batidora fija tiene un protector contra salpicaduras, colócalo en el bol. Así evitarás que la mezcla seca salga volando. También puedes asegurarte de que la batidora esté a baja velocidad.
  5. 5
    Termina de mezclar la masa y distribúyela entre los moldes. Añade 3/4 de taza de suero de leche y 1 cucharadita de vinagre de sidra y bate hasta incorporarlos por completo a la masa. La masa ahora está lista para dividirla en los dos moldes para muffins preparados. Debes empezar llenándolos hasta la mitad y luego añadir más masa hasta que estén iguales.[5]
    • Intenta utilizar una cuchara para galletas para sacar la masa y colocarla en los pirotines. En caso de no tener una cuchara para galletas, puedes sacar la masa con una cuchara medidora grande.
  6. 6
    Hornea los pastelillos. Si el horno se ha calentado a 170 °C (325 °F), mete los pastelillos en el horno y cocínalos por 20 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, sácalos para ver si están listos. Inserta un mondadientes o un probador de pasteles en el centro de un pastelillo. Si está listo, el mondadientes debe salir limpio. De lo contrario, hornea los pastelillos por unos minutos más antes de volver a probarlos.[6]
    • Después de retirar los pastelillos del horno, déjalos enfriarse en una rejilla de alambre hasta que ya no estén calientes.
    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 2:
Preparar el glaseado y glasear los pastelillos

  1. 1
    Bate el queso crema, la mantequilla y la vainilla. Coloca 250 g (8 onzas) de queso crema, 250 g (8 onzas) de mantequilla y 1/2 cucharadita de extracto de vainilla en un bol grande. Si tienes una batidora fija, pon el bol en la batidora con un accesorio de paleta o puedes utilizar una batidora manual. Bate los ingredientes a velocidad media hasta que estén combinados por completo y tengan una consistencia homogénea. Asegúrate de raspar los lados del bol con una espátula de goma.[7]
    • Si los ingredientes no están suaves o a temperatura ambiente, el glaseado tendrá grumos. Sabrás que el queso crema y la mantequilla están lo bastante suaves si los presionas y puedes ver una huella de tu dedo.
  2. 2
    Incorpora el azúcar en polvo. Pon la batidora a baja velocidad y añade poco a poco 2 tazas de azúcar en polvo. Mantén la batidora funcionando hasta añadir todo el azúcar y combinarlo con la mezcla de mantequilla y queso crema. El glaseado de queso crema debe estar ligero y esponjoso y listo para su uso.[8]
    • El azúcar en polvo también se llama azúcar glas. Es importante tamizarlo antes de añadirlo a la mantequilla para evitar la formación de grumos.
    • Si deseas un glaseado más firme, puedes añadir más azúcar en polvo, 1/4 de taza a la vez mientras bates.
  3. 3
    Glasea los pastelillos. Una vez que estén del todo fríos, cúbrelos con el glaseado de queso crema. Utiliza una espátula de codo pequeña o una cuchara para colocar el glaseado sobre cada pastelillo. Esparce el glaseado alrededor de la parte superior de cada pastelillo de modo que quede cubierto de manera uniforme.
    • Si glaseas los pastelillos mientras aún están calientes, el glaseado se deslizará del pastelillo o se derretirá en él. Por eso es importante dejar que se enfríen primero.
  4. 4
    Sirve los pastelillos o guárdalos. Puedes servir de inmediato los pastelillos glaseados o decorarlos antes de servirlos. Considera espolvorearlos con confites rojos un poco de cacao en polvo. Si piensas guardarlos para servirlos más adelante, guárdalos en un recipiente hermético y refrigéralos hasta por 1 día.[9]
    • Si sabes que no vas a servirlos el mismo día, lo mejor es preparar los pastelillos y el glaseado sin glasearlos. Refrigera ambas preparaciones por separado. Luego, podrás sacarlos y glasearlos 1 o 2 horas antes de servirlos.
    Anuncio

Consejos

  • Recuerda raspar los lados del bol al batir la masa para pastel y el glaseado.
  • Puedes comprar pirotines de papel manteca si los pastelillos se pegan a un pirotín de papel normal. Los pastelillos saldrán mucho más fácilmente sin quedarse pegados al revestimiento.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 4671 veces.
Categorías: Cupcakes | Recetas
Anuncio