En los EE. UU., cada año surgen más de 4,5 millones de casos de mordeduras de perros, y el 20 % de ellas desarrollan una infección.[1] Un perro que mordisquea o muerde podría no parecer un problema grave; sin embargo, este será un perro peligroso. Si tienes un perro que muerde, podrían hacerte asumir los gastos de toda lesión que tu perro cause. Asimismo, podrían acusarte de delito si tu perro mata a una persona. Afortunadamente, existen muchas medidas que puedes adoptar para enseñarle a tu perro a dejar de morder y así convertirse en un buen ciudadano canino. El entrenamiento requerirá paciencia y tiempo, pero te sentirás feliz de estar junto a tu perro bien entrenado y este se convertirá en un grandioso miembro de tu familia.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Identificar el motivo por el que tu perro muerde

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    Diferencia las mordeduras agresivas de las juguetonas. La mayoría de los perros y los cachorros mordisquean o muerden por jugar, lo cual es normal. Si este es el caso, tu perro juguetón tendrá el cuerpo relajado y no estará tenso ni agresivo. Si mordisquea o muerde, no mostrará los dientes ni dará mordeduras fuertes.[2] No obstante, la mordedura de tu perro será agresiva si su cuerpo está rígido, muestra los dientes y muerde con rapidez y fuerza.
    • Observa la actitud de tu perro, además de su lenguaje corporal. Es probable que ya tengas una noción clara de si tu perro está triste y se comporta mal, o si tan solo está jugando.
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    Identifica el motivo por el que tu perro muerde. Los perros no muerden de un momento a otro. En lugar de ello, lo hacen como una respuesta a una situación o un sentimiento. Tendrás que prestarle atención al lenguaje corporal de tu perro con el fin de identificar la razón por la que muerda. Es esencial que la identifiques, ya que tendrás que lidiar con tu perro de manera diferente si muerde por jugar o para agredir. Es probable que tu perro muerda por las siguientes causas:[3]
    • hambre;
    • sentirse asustado o amenazado;
    • defenderse o proteger su territorio;
    • enfermedad o dolor;
    • exceso de emoción durante el juego.
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    Préstale atención al estado de ánimo de tu perro. Puedes identificar el estado de ánimo de tu perro si observas su lenguaje corporal.[4] Si conoces lo que tu perro siente, esto será de utilidad para responder de forma adecuada y evitar las mordeduras en el futuro. Observa si tu perro muerde y luce de las siguientes maneras:
    • Relajado: tu perro tendrá una postura tranquila, sus músculos faciales estarán relajados y tendrá el hocico abierto. Sus orejas se encontrarán en una posición natural (levantadas o caídas, según su raza) o un poco hacia adelante si se encuentra alerta. Podría menear su cola o mantenerla en una posición natural, y su pelaje estará liso.
    • Agresivo: sus orejas y su cola estarán levantadas, y podría menear esta última con lentitud de un lado a otro. Sus músculos estarán tensos y su pelaje estará levantado en todo su lomo. Mostrará los dientes y te mirará fijamente o a lo que sea que lo moleste. Ten en cuenta que no deben cruzar la mirada, debes retroceder con lentitud y colocar una barrera entre ambos (como una silla, una puerta o una mochila).
    • Asustado: tu perro encogerá sus orejas hacia atrás, tendrá el cuerpo tenso y su cola estará metida entre sus patas. Es probable que te muerda, ya que sentirá que no podrá escapar de una situación atemorizante.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Detener las mordeduras agresivas

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    Controla y supervisa a tu perro. Tendrás que controlar a tu perro de inmediato si es agresivo o incluso si muerde sin ningún motivo aparente. Evita que vuelva a morder colocándole un arnés, un bozal o un cabestro.[5] No permitas que tu perro salga de casa sin tener su correa puesta y sin la compañía de un adulto responsable que la sostenga.
    • Nunca debes dejar que un perro que muerda esté a solas con niños. Es más, tu perro no debe estar cerca de niños en las inmediaciones de la casa, salvo que haya dejado de morder.
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    Haz que un veterinario revise a tu perro. Luego de ganar el control de tu perro, tendrás que llevarlo al veterinario para que lo examines y para consultar sobre su comportamiento. El veterinario podría descubrir que tu perro sufre una enfermedad (como una disfunción cerebral causada por un derrame o una edad avanzada) o padece de dolor (a causa de la artritis o una lesión). Si el veterinario identifica la causa del malhumor y las mordeduras, podría recomendarte un tratamiento que pueda hacer que deje de morder.[6]
    • Si no hay una causa médica para las mordeduras, consulta con el veterinario para determinar si el perro podría comportarse mal por miedo o por proteger sus posesiones.
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    Busca a un entrenador profesional para tu perro. Es probable que el veterinario te recomiende a un especialista en comportamiento animal. El especialista puede trabajar con tu perro para cerciorarse de que esté bien entrenado. Trabajar con un entrenador profesional es importante en particular si una persona ha sufrido una lesión, ya que lo más probable es que no puedas corregir el comportamiento que lo hace morder sin recibir ayuda.
    • Cerciórate de que el profesional con el que trabajes cuente con una certificación para tratar a animales agresivos. Busca a un especialista en comportamiento animal aplicado acreditado (CAAB o ACAAB, por sus siglas en inglés), un veterinario especializado en comportamiento animal (diplomado de la ACVB, en los EE.UU.) o a un entrenador de perros profesional acreditado (CPDT, por sus siglas en inglés) en tu localidad.[7]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Detener las mordeduras juguetonas o por miedo

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    Haz que tu perro temeroso pierda la sensibilidad. Puedes exponer a tu perro a lo que lo asuste, pero en versiones menos intensas. Aumenta poco a poco la intensidad de la situación para hacer que se sienta cómodo con lo que lo asuste.[8] Debes empezar con poco, empleando tiempos de exposición breves antes de aumentarlos. Tu perro debe sentirse cómodo con cada nueva exposición.
    • Por ejemplo, si tu perro les teme a los hombres con sombrero, deja que mire a uno en tu patio a través de la ventana o una puerta de vidrio (podías requerir la ayuda de un amigo). La persona simplemente debe hacer cosas sencillas como sentarse y leer. Hazlo por algunos días seguidos y haz que el hombre se acerque cada vez más.
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    Deja que tu perro afronte su miedo. Sin importar lo mucho que quieras ayudar a tu perro para que supere su miedo, tendrás que dejar que lo haga por su cuenta. No lo abraces ni lo reconfortes mientras hagas que pierda la sensibilidad a ello. Puedes tener golosinas cerca para premiar a tu perro por comportarse bien. Asimismo, debes mantenerlo con su correa puesta por si reacciona mal y necesitas controlarlo.
    • Por ejemplo, si tu perro les teme a los hombres con sombrero, pero no ha huido al ver a uno, haz que el hombre arroje con cuidado algunas golosinas en dirección a tu perro. Esto hará que sepa que el hombre no es una amenaza. Con el tiempo, tu perro deberá aceptar al hombre e incluso este podría entrar a la misma habitación en la que se encuentre el animal. Luego el hombre podrá darle golosinas a tu perro con la mano.
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    Enséñale a tu perro a inhibir las mordeduras. Si tu cachorro o perro empieza a mordisquear o morder mientras juegan, emite un chillido agudo. Al mismo tiempo, deja tu mano suelta y detén el juego. Esto asustará a tu perro y este deberá dejar de mordisquear tu mano. Premia de inmediato a tu perro si retrocede y empieza a jugar nuevamente. Vuelve a hacerlo cada vez que te mordisquee o te muerda, así asociará las mordeduras con la falta de atención.[9] [10]
    • La mayoría de los perros aprenden a inhibir las mordeduras en la etapa de cachorro, cuando jugaban con sus hermanos. Si un cachorro muerde a otro con demasiada fuerza, el cachorro mordido emitirá un aullido fuerte que asustará al otro. Esto le enseñará a ser un buen ciudadano canino.
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    Controla a tu perro enseñándole las órdenes básicas. Puedes eliminar el comportamiento que hace morder a tu perro si le enseñas las órdenes básicas como “sentado”, “echado”, “quieto” y “ven”. Entrena a tu perro todos los días hasta que domine estas órdenes. Divide las sesiones en 2 periodos de entrenamiento de 10 minutos y solo trabaja con tu perro cuando esté relajado. Puedes emplear estas órdenes para controlar a tu perro si alguna vez está sin correa y empieza a comportarse mal.[11]
    • Sé constante cuando le enseñes las órdenes y emplea el refuerzo positivo, como los elogios y los premios. Nunca castigues ni golpees a tu perro, ya que esto solo reforzará el comportamiento negativo y hará que te tema.
    • Practiquen en un entorno tranquilo (un patio cercado o una habitación tranquila de la casa) y ten paciencia. Si notas que no pueden entrenar, inscribe a tu perro en clases de obediencia.
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    Bríndale mucho ejercicio y estimulación a tu perro. Intenta llevar a tu perro a dar 3 o 4 paseos largos en el transcurso del día. Esto hará que tu perro salga y le brindará la oportunidad de distraerse y agotarse. Asimismo, puedes estimularlo, en particular si has estado fuera durante el día. Para ello, bríndale juguetes de goma resistentes que expulsen golosinas o alimentos, y que puedas llenar con croquetas o mantequilla de maní. El perro dedicará un tiempo a morder el juguete para obtener las golosinas, lo que también será de utilidad para que gaste energía.
    • Si no puedes llevar de paseo a tu perro durante el día, puedes contratar a un paseador de perros o llevar a tu mascota a una guardería para perros. Si pasea o permanece en una guardería, esto también lo estimulará a nivel mental con nuevos lugares, olores y sonidos.[12]
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    Redirige la atención de tu perro. Redirigir es un comportamiento útil que se puede aprender para evitar diversos comportamientos indeseados. Si notas que tu perro empieza a mordisquear o morder, redirige su atención hacia algo más deseable, como un juguete, una golosina o una actividad. Por ejemplo, si tu perro empieza a mordisquear, jueguen al tira y afloja. También pueden jugar a traer el objeto para que deje de pensar en morder.
    • No intentes redirigir a un perro que muerda por agresividad. Esto tan solo redirigirá la agresividad, lo que puede ser impredecible y peligroso.[13]

Consejos

  • Si no puedes determinar si tu perro muerde por agresividad o por juego, consulta con un entrenador de perros profesional o un experto en comportamiento animal.
  • Si tu cachorro o perro se siente provocado cuando lo molestan en exceso o afronta una amenaza de lesión (protegiéndose), puedes entrenarlo tú mismo siempre y cuando ninguna persona haya sufrido una lesión.
  • Puedes premiar a tu perro con pequeñas golosinas deliciosas, como pedazos pequeños de queso o pollo cocido.

Advertencias

  • No dejes a los niños pequeños solos con cachorros o perros. Los niños siempre corren un mayor riesgo de sufrir mordeduras, en particular en la cara; estas mordeduras pueden dejar cicatrices grandes.
  • Nunca permitas que los niños o los adultos molesten a los perros. Si molestan a un perro, este podría mordisquear o morder si siente la necesidad de defenderse.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 10 077 veces.