A menudo, los supositorios de progesterona se utilizan en los tratamientos de fecundación in vitro (FIV) o para provocar la menstruación durante la perimenopausia en mujeres con un nivel bajo de progesterona. Un farmacéutico prepara los supositorios los cuales pueden colocarse con o sin un aplicador. Antes de introducírtelo asegúrate de que las manos y la zona vaginal estén limpias. Sigue las indicaciones de tu médico sobre el uso y almacenamiento de los supositorios.

Parte 1
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Asearse

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    Lava la zona vaginal con un jabón sin olor y agua tibia. Párate en la ducha o en la tina y humedece la zona vaginal. Lávate la zona con jabón ya sea con la mano o con una esponja limpia. Una vez que te hayas jabonado, enjuágate con agua tibia hasta eliminar todo el jabón.
    • La zona vaginal puede albergar bacterias y gérmenes. Es necesario asear la zona para asegurarse de que esas bacterias y gérmenes no se introduzcan en la vagina cuando te apliques el supositorio.[1]
    • Asegúrate de utilizar un jabón sin olor, ya que las fragancias pueden originar una infección por hongos.[2]
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    Lávate las manos con jabón y agua tibia. Mójate las manos con agua tibia y aplícales jabón. Frótalas para formar espuma y jabónatelas durante 20 segundos. Luego, enjuágatelas con agua tibia del grifo hasta que el jabón desaparezca.
    • Las bacterias y los gérmenes también pueden estar en las manos, evita que se introduzcan en tu vagina.[3]
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    Sujeta el supositorio con cuidado porque puede derretirse. El supositorio se elabora con progesterona suspendida en una base líquida. Cuando lo introduces en la vagina, este líquido se derrite y libera la progesterona; por eso, tócalo lo menos posible para que no se derrite con el calor de las manos.[4]
    • Lo mejor es sujetarlo suavemente con dos dedos. Nunca lo coloques en la palma de la mano.[5]

Parte 2
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Introducir el supositorio en la vagina

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    Acuéstate sobre la cama con las rodillas flexionadas hacia el pecho. Esto ayuda a que la vagina se abra todo lo posible para que sea más fácil introducir el supositorio. De esta manera podrás colocarlo más adentro que en otras posiciones, lo que hará que resulte más efectivo.[6]
    • Lleva tus piernas hacia el pecho lo más que puedas, en lugar de simplemente flexionar las rodillas.
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    Coloca el supositorio en la punta del dedo. Probablemente puedas adherir el supositorio en la punta de tu dedo. Si no funciona, coloca el supositorio a la entrada del conducto vaginal. Luego, introdúcelo en la vagina con la punta del dedo.[7]
    • Recuerda que debes sujetarlo con cuidado, ya que puede derretirse en tus manos fácilmente.
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    Introduce el supositorio dentro de la vagina lo más adentro posible mientras puedas hacerlo con comodidad. Probablemente, esto sea hasta donde alcance tu dedo. Si sientes que ya no puedes introducirlo más al fondo, no presiones más y deja el supositorio donde está.[8]
    • No deberías sentir ningún tipo de dolor ni malestar mientras introduces el supositorio. De lo contrario, deja de presionar y retira tu dedo.
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    Retira el dedo de la vagina. Saca el dedo de la vagina y deja el supositorio donde está. Asegúrate de no retirar parte de la medicina cuando saques el dedo.[9]
    • Difícilmente el supositorio se quedará adherido a tu dedo. Sin embargo, si sucediera así, vuelve a introducirlo en la vagina. Presiónalo contra la pared vaginal para que te sea más fácil colocarlo.
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    Baja las piernas nuevamente sobre la cama. Permanece acostada y relájate por un momento antes de levantarte. El supositorio empezará a derretirse apenas lo introduzcas en la vagina.[10]
    • No es necesario que permanezcas acostada después de colocártelo.
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    Lávate las manos después de manipular los supositorios de progesterona. Lávate las manos con jabón durante 20 segundos y enjuágatelas con agua tibia del grifo. De esta manera evitarás que la piel de las manos y los dedos absorba la progesterona.[11]

Parte 3
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Utilizar los supositorios según lo indicado

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    Lee toda la información que viene con los supositorios. Sigue las indicaciones de tu médico y del farmacéutico. Estas indicaciones pueden variar de acuerdo a tus necesidades particulares, así que procede según lo indicado.[12]
    • Los supositorios tienen forma de óvalos o de balas. Generalmente, un farmacéutico se encarga de prepararlos, así que puedes consultar con él si tuvieras alguna duda.
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    Recupera la dosis que perdiste lo más pronto posible, a menos que falte poco tiempo para la siguiente. Si perdiste una dosis de progesterona, recupérala apenas te acuerdes. Es importante que te coloques los supositorios según lo indicado sin olvidar ninguno. No obstante, no debes colocarte dos al mismo tiempo.[13]
    • Si falta poco para la hora en que está programada la siguiente dosis, omite la que olvidaste.
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    Elige prendas de vestir holgadas y transpirables mientras estés usando los supositorios. El uso de supositorios hará que tu zona vaginal se mantenga húmeda, ya que la progesterona irá descendiendo lentamente por la vagina. Utiliza calzones de algodón, faldas y pantalones holgados hasta que termine el tratamiento.
    • Mientras estés utilizando progesterona vía vaginal, evita ponerte pantalones ajustados, pantis de nailon o mallas. Estas prendas están hechas con materiales no transpirables, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una infección por hongos.[14]
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    Utiliza una toalla higiénica para proteger tu ropa interior del descenso de fluido. El supositorio se derretirá lentamente dentro de tu cuerpo y descenderá por la vagina. Puedes usar una toalla higiénica para proteger tu ropa interior.[15]
    • Recuerda que debes cambiarte la toalla cada 2 o 3 horas. Debes mantener tu zona vaginal lo más seca posible, ya que esto ayudará a prevenir una infección por hongos.
    • Si te pones el supositorio antes de acostarte, el descenso de fluido será menor que el que se produciría si después de ponértelo andas por ahí dando vueltas.
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    Evita el uso de tampones mientras estés usando progesterona vía vaginal. Los tampones podrían absorber la progesterona y limitar su efectividad. Siempre debes usar toallas higiénicas en lugar de tampones.[16]
    • Es posible que empieces a menstruar mientras estás usando la progesterona. Si esto sucede, sigue usando únicamente las toallas higiénicas. No uses tampones.
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    Almacena los supositorios en el refrigerador para evitar que se derritan. Es mejor que los guardes en un lugar frío y seco como el refrigerador. Esto ayudará a que mantengan su forma y hará que te los puedas colocar con mayor comodidad, ya que pueden derretirse rápidamente.[17]
    • Algunos supositorios de progesterona pueden almacenarse a temperatura ambiente. Revisa la etiqueta para mayor seguridad.
    • Evita congelar los supositorios.[18]
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    Conversa con tu médico acerca de los riesgos que implica el uso de progesterona. Se considera que el tratamiento con progesterona es seguro; sin embargo, toda medicina acarrea riesgos. El médico puede explicarte de qué forma el uso de progesterona podría ser riesgoso teniendo en cuenta tu historial médico en particular. Los siguientes son algunos de los riesgos que tu médico podría discutir contigo:[19]
    • Si estás embarazada no debes tomar progesterona, a menos que sea prescrita como parte de un tratamiento de fertilidad.
    • La progesterona puede aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos, derrame cerebral, ataque cardíaco o cáncer de mama. Si tienes antecedentes familiares de alguna de estas enfermedades, el riesgo será aún mayor.

Consejos

  • Colócate los supositorios todos los días a la misma hora para asegurarte de usarlos de acuerdo a las indicaciones.
  • Infórmale a tu médico si quedas embarazada mientras estás usando los supositorios. Sin embargo, no dejes de usarlos a menos que te lo indique. En la mayoría de los casos, el tratamiento con progesterona continúa durante 10 semanas aproximadamente.[20]

Advertencias

  • Nunca los uses vía oral.[21]
  • La progesterona puede causar somnolencia. Evita manejar o manipular maquinaria pesada durante el tratamiento. Se recomienda que la uses justo antes de acostarte.[22]
  • Evita usar cualquier otro producto vaginal mientras estés utilizando supositorios, ya que podrían limitar su efectividad.[23]
  • Si vas a utilizar un aplicador, no lo uses por segunda vez a menos que la etiqueta indique que es reutilizable. Normalmente, están diseñados para utilizarse solo una vez.[24]

Acerca de este wikiHow

Luba Lee, FNP-BC, MS
Coescrito por:
Junta de revisión médica
Este artículo fue coescrito por Luba Lee, FNP-BC, MS. Luba Lee es una enfermera profesional certificada en Tennessee. Recibió su maestría en Ciencias de Enfermería en la Universidad de Tennesee en 2006. Este artículo ha sido visto 6181 veces.
Categorías: Salud vaginal