Si bien antiguamente las duchas vaginales eran muy comunes, en los últimos años han dejado de utilizarse. Ciertos estudios demuestran que las duchas vaginales pueden provocar infecciones bacterianas y problemas durante el embarazo, lo cual nos hace pensar que no son precisamente el mejor método de higiene femenina.[1] Si, a pesar de todo, tu médico te ha recomendado estas duchas, sigue los siguientes pasos para hacerlo de forma correcta y segura.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Saber cuándo es necesaria la ducha vaginal

  1. 1
    Ten en cuenta que el cuerpo desecha las secreciones vaginales, la sangre y el semen de forma natural. Muchas mujeres se dan duchas vaginales para asearse de forma profunda después de la menstruación, para eliminar restos de secreciones vaginales o para eliminar restos de semen después de tener relaciones sexuales. Lo increíble del cuerpo humano es que está hecho para eliminar las sustancias de desecho por sí mismo. La vagina se limpia de forma natural sin duchas femeninas, por lo cual no es necesario recurrir a jabones ni lavados específicos para mantener su salud y su buen funcionamiento.
  2. 2
    Date duchas vaginales solo si te lo recomienda el médico. En los últimos años se han realizado importantes estudios que demuestran que las duchas vaginales pueden resultar más dañinas que beneficiosas para el organismo. La vagina se mantiene limpia sola gracias a su alto nivel de acidez y al moco natural que segrega. La ducha vaginal, además de la suciedad, elimina estas secreciones tan necesarias. Como consecuencia del uso de duchas vaginales, puedes ser más propensa a contraer infecciones por hongos o infecciones bacterianas. Habla con tu médico antes de empezar a utilizar la ducha vaginal y sigue su consejo.
  3. 3
    No te realices duchas vaginales para eliminar el picor o la sensación de ardor. Algunas mujeres sienten la necesidad de darse duchas vaginales para aliviar la sensación de picor y de ardor dentro o cerca de la vagina. Sin embargo, estas molestias son signo de infección, y las duchas vaginales simplemente enmascaran el problema. En lugar de intentar eliminar los síntomas con lavados, visita al médico y explícale tu problema.
  4. 4
    No te realices duchas vaginales para eliminar el olor fuerte. Aunque la vagina puede desprender un olor suave y constante, si notas un olor fuerte (fuera de los días de menstruación) es muy probable que se trate del síntoma de alguna infección. En lugar de lavarte en exceso para eliminar el olor, habla con tu médico y pídele consejo. El médico puede animarte o no a utilizar la ducha vaginal, pero es mejor consultarle antes de intentar solucionar el problema por tu cuenta y empeorarlo.
  5. 5
    No te realices duchas vaginales para prevenir las ETS o el embarazo. La ducha vaginal no es una alternativa al preservativo ni a ningún otro anticonceptivo. Su función consiste en limpiar el interior de la vagina. Por lo tanto, no te des duchas vaginales después de tener relaciones sexuales si lo que quieres es prevenir enfermedades de transmisión sexual o un embarazo no deseado, ya que no servirá de nada.
  6. 6
    Lávate el exterior de la vagina como alternativa a las duchas. Si quieres mantener la vagina limpia y evitar el mal olor, puedes lavarte la zona exterior en lugar de usar duchas vaginales. Utiliza un jabón suave y agua templada cuando te duches o te bañes para eliminar cualquier resto de sudor y de suciedad que pueda haberse acumulado en el exterior de la vagina, y deja que tu propio cuerpo se encargue de eliminar los desechos del interior.[2]

Parte 2
Parte 2 de 2:
Utilizar la ducha vaginal de la forma adecuada

  1. 1
    Elige un producto para la ducha vaginal. Echa un vistazo entre los productos disponibles en tu farmacia local y elige el que parezca más apropiado para ti. Evita comprar cualquier solución que contenga perfume o colorante, ya que si utilizas este tipo de producto correrás más riesgo de contraer infecciones. Si lo prefieres, puedes hacer tu propia solución vaginal en casa con vinagre, y solo tendrás que comprar un irrigador para aplicártela.[3]
  2. 2
    Prepara la solución vaginal. Si compras un kit en la tienda, sigue las instrucciones del fabricante para preparar la solución vaginal que se incluya con el irrigador. Normalmente se necesita 1 litro (1/4 de galón) de agua para preparar la solución. Si haces la tuya en casa, mezcla 1 parte de vinagre con 3 partes de agua, en una cantidad equivalente a 2 tazas como mínimo.
  3. 3
    Llena el irrigador con la solución. Sigue las instrucciones de la caja para hacerlo, o simplemente vierte la solución dentro del irrigador. Si no cabe toda la solución, llena el irrigador al máximo y añade el resto después.
  4. 4
    Métete en la ducha o en la bañera. El uso de las duchas vaginales no suele resultar muy complicado, pero puede llegar a serlo bajo ciertas circunstancias. Para evitar que parte de la solución se derrame en el suelo, quédate dentro de la ducha o en la bañera durante todo el proceso. Probablemente quieras ducharte o bañarte después de todas formas.
  5. 5
    Enjuaga la cavidad vaginal utilizando el irrigador. Inserta el extremo más fino del irrigador y aprieta para que salga la solución. Continúa enjuagando el interior de la vagina hasta utilizar toda la solución.
  6. 6
    Lava el exterior de la vagina. Utiliza un jabón suave y agua templada para lavarte el exterior de la vagina como lo harías normalmente en la ducha o en la bañera. El objetivo ahora es eliminar cualquier resto de solución vaginal que pueda quedar en el exterior. La solución vaginal es prácticamente inocua para cualquier parte del cuerpo, así que enjuágate con agua si entra en contacto con otras zonas pero no te preocupes demasiado por ello.[4]
  7. 7
    Para terminar, limpia el material utilizado. Después de darte la ducha vaginal, limpia todo lo que creas necesario. Limpia el irrigador vaginal y cualquier otro artículo que hayas utilizado para elaborar la solución y guárdalos para futuros usos.

Consejos

  • No es necesario que intentes contener la solución dentro de la vagina. Con 1 litro (1/4 de galón), te asegurarás de que haya suficiente solución para enjuagar a fondo la vagina.
  • Si utilizas un irrigador vaginal con tubo largo, no lo introduzcas más de la cuenta ni fuerces su colocación dentro de la vagina. No debes sentir nada, excepto agua templada corriendo por el interior de la vagina.
  • Utiliza la solución solo una vez si la has hecho en casa y desecha lo que sobre después de la ducha vaginal.

Advertencias

  • Si tienes alguna infección, acude al médico inmediatamente. No intentes tratar los síntomas por tu cuenta con duchas vaginales.
  • Si notas sensación de ardor al aplicarte la solución que hayas preparado, detente inmediatamente y enjuágate con agua pura.
  • Pide cita con tu médico si notas dolor, ardor o picor, o si te aparecen granitos después de la ducha vaginal.

Acerca de este wikiHow

wikiHow es un "wiki", lo que significa que muchos de nuestros artículos están escritos por varios autores. Para crear este artículo, 28 personas, algunas anónimas, han trabajado para editarlo y mejorarlo con el tiempo. Este artículo ha sido visto 428 208 veces.
Categorías: Salud vaginal