Si estás familiarizado con el blanqueamiento dental, es muy probable que lo estés también con la sensación dolorosa y con el hormigueo que suele acompañarlo. Esto es producto de las sustancias químicas de los agentes blanqueadores que irritan los nervios de los dientes y que provocan sensibilidad. Afortunadamente, hay varias maneras de afrontar la sensibilidad causada por el blanqueamiento dental. Puedes preparar tus dientes con anticipación usando un gel o una pasta dental desensibilizante. Seguir las instrucciones cuidadosamente durante el tratamiento también es una buena idea. En el periodo posterior al tratamiento cuida de tu boca evitando ciertos alimentos y cepillándote cuidadosamente los dientes.[1]

Parte 1
Parte 1 de 3:
Tomar medidas preventivas antes del tratamiento

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    Cepíllate los dientes con una pasta dental desensibilizante. Al menos diez días antes del tratamiento, empieza a cepillarte los dientes tres veces al día con una pasta desensibilizante. Sensodyne y Colgate Sensitive son dos buenas opciones. Estas pastas dentales ayudan a bloquear las señales de dolor que van de la superficie de los dientes a los nervios internos.[2]
    • Usa un cepillo de cerdas suaves para frotar la pasta dental en los dientes con un movimiento circular (no hacia atrás y hacia adelante). De manera ideal, debes cepillarte los dientes por 3 minutos en cada sesión.
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    Aplica un gel, un líquido o una pasta dental desensibilizante. Consigue un bastoncillo limpio. Coloca un poco del producto en la punta del bastoncillo y frótalo en la superficie de tus dientes. Deja el producto en tus dientes por la cantidad recomendada de tiempo antes de enjuagarte la boca con agua.[3]
    • Por lo general, estos productos contienen nitrato de potasio, lo cual adormece los nervios de los dientes y limita la sensibilidad. Dos buenos productos son AcquaSeal y Ultra EZ, los cuales se pueden adquirir en la farmacia. También puedes usar ambos antes y después del blanqueamiento dental.
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    Llena el molde para el blanqueamiento con gel desensibilizante. Aproximadamente 30 minutos antes del tratamiento, llena el molde con el gel desensibilizante y colócalo en tus dientes. Cuando estés listo para empezar el tratamiento, simplemente quita el molde, enjuágalo y vuelve a llenarlo con el agente blanqueador. Además, debes enjuagarte la boca para eliminar cualquier residuo de gel.
    • Asegúrate de que el molde blanqueador quepa apropiadamente (solo debe cubrir tus dientes y no tus encías). Si alcanza las encías, algo del agente blanqueador pueden entrar en contacto con ellas, lo que dará como resultado un aumento de la sensibilidad.
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    Toma medicamentos para el dolor antes del tratamiento. Aproximadamente una hora antes del tratamiento, toma la dosis sugerida de un medicamento antiinflamatorio (como Advil o Aleve). Tomarlo con anticipación hará que haga efecto antes del procedimiento. Puedes seguir tomándolo después del tratamiento, en caso de que experimentes cualquier sensibilidad persistente.[4]
    • Si no estás seguro de qué medicamentos tomar, pide recomendaciones al dentista.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Controlar el malestar durante el tratamiento

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    Escoge un kit de blanqueamiento casero. La mayoría de los kits de blanqueamiento caseros usan peróxido de hidrógeno como ingrediente blanqueador principal. El peróxido es efectivo, pero puede irritar las terminaciones nerviosas de los dientes y causar sensibilidad. Escoge un kit que contenga un nivel de peróxido de 5 o 6 %. Una dosis mayor no garantiza la efectividad y puede causar mucho dolor.[5]
    • Hay una gran variedad de opciones caseras de blanqueamiento: tiras, aplicaciones tópicas, moldes bucales con gel, pasta dental blanqueadora e incluso goma de mascar blanqueadora. Si tienes alguna duda sobre la seguridad de estos productos, consulta con un dentista.
    • Si escoges el tratamiento con un molde, asegúrate de que el molde quepa perfectamente en tus dientes. Si está flojo, el gel puede filtrarse, lo cual hará que la irritación se generalice en las encías y aumentará la sensibilidad.[6]
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    Aplica la cantidad recomendada del agente blanqueador y no más. Puede ser tentador usar más gel para obtener resultados más rápidos y más intensos. No lo hagas. En lugar de eso, sigue las instrucciones cuidadosamente y haz de la salud bucal una prioridad. Usar una cantidad excesiva puede causar irritación en las encías e incluso vómito, si tragas el producto.
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    Deja de usar el blanqueador por el tiempo sugerido. Prolongar el tiempo más allá de las recomendaciones del paquete no hará que tus dientes luzcan más brillantes o más blancos. Sin embargo, puede erosionar el esmalte dental, lo que causará problemas futuros de sensibilidad y caries.[7]
    • Por lo general, el tiempo recomendado dependerá del porcentaje de peróxido activo, lo cual varía de producto en producto.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Recuperarse después del tratamiento

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    Evita las bebidas calientes o heladas. Las primeras 24 o 48 horas posteriores al tratamiento sentirás los dientes muy sensibles, independientemente de tu historial dental previo. Es mejor evitar las bebidas que estén muy calientes o muy frías. Trata de beber y de comer alimentos a temperatura ambiente. Por ejemplo, en vez de comer helados puedes probar algo de gelatina a temperatura ambiente.
    • Aunque no sientas ningún dolor después del procedimiento, es mejor ser precavido y no exponer los dientes a temperaturas extremas.
    • Trata de evitar también las bebidas y los alimentos ácidos. Las gaseosas y los jugos cítricos pueden irritar e inflamar una boca en recuperación.[8]
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    Cepíllate los dientes con un cepillo de cerdas suaves. Siempre es recomendable usar un cepillo de cerdas suaves antes y después de cualquier procedimiento para blanquear los dientes. Cepíllate con un movimiento circular suave. Las cerdas suaves limpiarán tus dientes sin irritar la superficie. Debes esperar 30 minutos o una hora después del tratamiento para lavarte los dientes. Mientras tanto, si deseas, puedes enjuagarte la boca con agua.[9]
    • Cuando te enjuagues y te cepilles, usa agua tibia para minimizar el malestar.
    • Si no te sientes cómodo cepillándote, puedes colocar un poco de pasta dental en un bastoncillo y aplicar una capa delgada a tus dientes antes de ir a dormir. Esta acción te dará el beneficio del flúor sin causar irritación.[10]
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    Usa productos que contengan flúor para remineralizar los dientes. Las marcas particulares de pasta dental y de enjuague bucal contienen grados variantes de flúor. Se cree que el flúor ayuda a bloquear las señales de dolor de los nervios orales, lo que conduce a una menor sensibilidad. Si usas flúor, trata de no comer nada por 30 minutos, ya que esto le dará más tiempo para surtir efecto.[11]
    • Algunos buenos ejemplos de enjuagues bucales que contienen flúor son: Listerine Fluoride Defense, Fluoride Listerine, Colgate Neutrafluor y Colgate Fluorigard.
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    Mastica un paquete de goma de mascar sin azúcar. Inmediatamente después del tratamiento, extrae tu paquete de goma de mascar sin azúcar y empieza a masticar una pieza a la vez. Cada diez minutos escupe la pieza masticada y empieza a masticar una nueva. Continúa hasta que hayas terminado el paquete. Se cree que esta acción reduce la sensibilidad dental después del blanqueamiento.[12]
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    Dale a tus dientes un descanso entre los tratamientos para blanquearlos. Por lo general, está dentro del rango de lo normal hacerte 1 o 2 blanqueamientos (ya sea que uses el molde o que vayas a una clínica dental) al año. Una mayor cantidad puede comprometer la integridad de tus dientes y aumentar la sensibilidad. Piensa en el blanqueamiento como un procedimiento serio y no como parte regular de tu rutina dental.[13]
    • Si usas pastas blanqueadoras o tiras en casa, trata de usarlas cada dos días. Esto les dará a tus dientes más tiempo para recuperarse entre los tratamientos.
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    Visita a un dentista si la sensibilidad persiste. Si los dientes te siguen molestando más de 48 horas después del procedimiento, es una buena idea hacer una cita con el dentista. Este examinará con atención tus dientes para determinar si el blanqueamiento ha aumentado la sensibilidad o si hay otro problema subyacente, como una caries.[14]
    • Si visitas al dentista, puede ser útil que lleves el paquete o el producto que usas para el blanqueamiento casero. El dentista podrá recomendarte una mejor alternativa.

Consejos

  • Solo recuerda que la duración de la sensibilidad se debe limitar a 24 o 48 horas. Lograrás superar el proceso.[15]

Advertencias

  • Es posible hacerse adicto al blanqueamiento dental. Una adicción de este tipo recae en la categoría de un trastorno dismórfico corporal (TDC). Si sientes que el deseo de blanquear los dientes está afectando todos los aspectos de tu vida o tu salud de una manera negativa, busca la ayuda de un doctor.[16]

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Categorías: Blanqueamiento dental