Muchas personas tienen dientes amarillos. Estas manchas pueden hacer que te cohíbas e incluso hasta que dejes de sonreír. Pero no te preocupes; no estás solo. Con el paso del tiempo, los dientes se ponen amarillos y se manchan por distintas razones, como por tener una mala higiene oral, por comer ciertos alimentos y por envejecer. Afortunadamente, existen muchos métodos que puedes aplicar para revertir el daño. Algunos son fáciles y puedes implementarlos en casa, mientras que otros requieren una visita al dentista. Pero sin importar cuál elijas, pronto emprenderás el camino a tener una sonrisa más blanca.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar remedios caseros

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    Límpiate con hilo dental. Si no lo haces regularmente, es posible que vayas acumulando materia amarilla entre tus dientes. El uso del hilo dental puede eliminar de forma instantánea los residuos acumulados entre tus dientes que producen manchas. Por tanto, asegúrate de incluir este paso en tu rutina diaria.
    • Utiliza una buena cantidad de hilo dental; debe medir alrededor de 45 cm (18 pulgadas) de largo. Sujeta bien el hilo con cada mano y muévelo entre cada diente. Sigue una curva en forma de “C” a fin de cubrir toda la superficie. Utiliza secciones limpias del hilo conforme vas limpiando toda tu boca.[1]
    • Haz por lo menos seis movimientos en vaivén en la superficie de cada diente. Recuerda ser cuidadoso para dañar tus encías.
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    Crea una pasta. Blanquear tus dientes no tiene que ser un tratamiento costoso. Puedes utilizar varios ingredientes que quizá ya tengas en casa. Un método efectivo para hacerlo es crear una pasta de bicarbonato de sodio y jugo de limón. El bicarbonato de sodio sirve para equilibrar los niveles de pH de tu boca, mientras que el jugo de limón es una especie de blanqueador natural.[2]
    • Necesitarás unas cuantas cucharaditas de bicarbonato de sodio y una pequeña cantidad de jugo de limón. Mezcla bien los ingredientes hasta obtener la consistencia de pasta (parcialmente líquida). Luego, toma un cepillo dental para aplicar la pasta a tus dientes. Déjala reposar por un minuto y enjuágate bien la boca con agua.
    • Ten cuidado de no cepillar tus dientes demasiado fuerte con la pasta, ya que podrías raspar el esmalte dental.
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    Prepara un exfoliante. También puedes combinar bicarbonato de sodio, sal y fresas para crear un exfoliante. La sal actúa como exfoliante para restregar la suciedad de los dientes, mientras que las fresas contienen mucha vitamina C, que es buena para eliminar la placa.[3]
    • Para crear el exfoliante, necesitarás dos o tres fresas. Aplástalas para crear un puré y añade una pizca de sal y una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio. Esparce el producto en tus dientes con ayuda de un cepillo dental. Déjalo reposar por cinco minutos y luego enjuágate.
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    Utiliza agua oxigenada como enjuague bucal. El agua oxigenada, o peróxido de hidrógeno, es un producto que se encuentra en la mayoría de hogares y suele emplearse para tratar rasguños y heridas leves. Pero también puede emplearse para blanquear los dientes por un bajo costo. Simplemente enjuágate la boca con un poco del agua oxigenada por unos segundos y escúpela. Luego, cepíllate los dientes como lo haces normalmente.[4]
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    Revisa tu refrigerador. Además de las fresas y los limones, existen otros alimentos que pueden ayudarte a quitar las manchas amarillas de tus dientes. Intenta utilizar una cáscara de naranja. Antes de irte a dormir, frota la cáscara contra tus dientes por unos minutos. La vitamina C te ayudará a eliminar las manchas. Con este método, verás resultados en unas cuantas semanas.
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    Compra una pasta dental blanqueadora. Si no quieres hacer tus propios productos blanqueadores, existen varias opciones que puedes comprar. Busca una pasta dental que se promocione específicamente por sus agentes blanqueadores. Asimismo, busca una marca aprobada por la Asociación Dental Americana u otra organización oficial de este tipo. De seguro encontrarás muchas opciones en una farmacia de tu localidad.[5]
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    Desarrolla una rutina. Algunos de estos métodos blanquean tus dientes de manera instantánea. Sin embargo, para obtener mejores resultados, será mejor que te acostumbres a tomar ciertas medidas para promover tu salud dental y eliminar las manchas amarillas de tus dientes. De esta manera, verás resultados más significativos y duraderos.

Método 2
Método 2 de 3:
Ir al dentista

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    Elige un dentista en quien confíes. Elegir a tu dentista es tan importante como elegir a cualquier otro profesional de la salud. Pregúntale a tus amigos o colegas si tienen un dentista que les agrade. También puedes conseguir información sobre médicos mediante algunas reseñas en Internet. Cuando finalmente vayas donde el dentista, asegúrate de que esté dispuesto a contestar todas tus preguntas sobre el procedimiento que te interesa.[6]
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    Utiliza un gel blanqueador. Es probable que tu dentista te recomiende un tratamiento que requiera el uso de un agente blanqueador, posiblemente en forma de gel. Para ello, el dentista tomará una impresión de tus dientes y la utilizará para crear un molde de tu boca. El gel se debe aplicar en esta bandeja, que debes conservar en tu boca por un periodo determinado.[7]
    • Este procedimiento es indoloro, pero siéntete libre de hacerle preguntas al dentista para aclarar cualquier duda.
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    Utiliza tiras abrasivas. Es probable que tu dentista cuente con este producto, que son tiras con una textura similar a una lija que se deslizan entre los dientes para eliminar las manchas amarillas. El dentista moverá las tiras lentamente en vaivén, de adelante hacia atrás y de arriba hacia abajo para pulir tus dientes. Dado que las tiras son abrasivas, es mejor dejar que tu dentista se encargue y no intentarlo en casa, ya que corres el riesgo de dañar el esmalte dental.
    • No tomes bebidas que tiñan (como vino, café o gaseosa negra) luego del tratamiento.
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    Prueba el método de blanqueamiento láser. Este método es uno de los más novedosos que emplean los dentistas. Implica pintar tus dientes con una solución de peróxido y exponerlos a una luz muy potente. Este procedimiento es rápido e indoloro. Sin embargo, puede ser bastante costoso y es posible que tu seguro no lo cubra. No olvides preguntarle a la aseguradora antes de concertar la cita para someterte a este tratamiento.[8]
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    Ve a un spa dental. Muchas personas tienen miedo de ir donde un dentista. Si este es tu caso, entonces intenta ir a un spa dental.

En estos consultorios ofrecen blanqueamiento dental además de incluir otros tratamientos de spa. Imagínate las sábanas suaves y quizá un masaje de hombros. Esta opción es excelente para quienes se ponen nerviosos al pensar en cualquier procedimiento oral.[9]

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    Conoce los riesgos. Antes de someterte a cualquier procedimiento de este tipo, asegúrate de conversar con tu dentista sobre los posibles efectos secundarios. Si bien el blanqueamiento dental se considera mayormente seguro, sí existen problemas potenciales. Entre los más comunes se encuentra el incremento de la sensibilidad en tus dientes y encías.[10]
    • Tu dentista te recomendará un procedimiento que se adapte a ti. La forma de tu mordida o de tu sonrisa son características importantes a considerar para un tratamiento de blanqueado correcto.

Método 3
Método 3 de 3:
Evitar la aparición de manchas amarillas

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    Practica una buena higiene oral. La mejor manera de evitar que tus dientes se manchen de amarillo es cuidar bien tu boca. Pídele algunos consejos a tu dentista sobre el cuidado oral apropiado. Asegúrate de conocer la forma correcta de cepillarte los dientes y de usar hilo dental.[11]
    • Cepillarte es lo más importante que puedes hacer por tus dientes. Por lo tanto, asegúrate de hacerlo por lo menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con fluoruro. Asimismo, procura cambiar tu cepillo al menos cada dos meses.
    • Limpiarse con hilo dental es otra forma excelente de mantener tu boca saludable y evitar que tus dientes se manchen de amarillo. Debes hacerlo todos los días, prestando atención a las áreas entre cada par de dientes. Sé cuidadoso pero firme.
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    Evita comer ciertos alimentos. Lo que comes y bebes puede afectar el color de tus dientes. Si te preocupan las manchas, limita tu consumo de café, gaseosas oscuras y vino tinto. Asimismo, será mejor que evites las papas, ya que el almidón puede elevar los niveles de ácido de tu boca y corroer el esmalte dental.[12]
    • Siempre que puedas, utiliza una pajilla para tomar café o bebidas de color oscuro. Así reducirás el contacto del esmalte dental con elementos pigmentados.
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    Presta atención a los medicamentos que tomas. Si notas que tus dientes están demasiado amarillos, pregúntale a tu doctor si algún medicamento podría ser la causa. Se sabe que determinados antibióticos pueden manchar los dientes. Otros culpables son algunos antihistamínicos y reguladores de presión sanguínea.[13]
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    Deja de fumar. Existen muchas razones por las cuales deberías dejar de fumar. La higiene oral es una de ellas. Si fumas, pregúntale a tu doctor cuáles son los métodos seguros para dejarlo.[14]
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    Utiliza ciertos productos regularmente. Además de las pastas dentales blanqueadoras, puedes utilizar tiras blanqueadoras y enjuagues bucales para evitar que tus dientes se manchen. Pídele a tu dentista que te recomiende un producto de confianza. Acostúmbrate a utilizar productos blanqueadores regularmente y así evitarás que tus dientes se tornen amarillos.[15]

Consejos

  • Prueba distintos métodos antes de decidir cuál es el más adecuado para ti.
  • Pide consejos. No temas pedirle recomendaciones al dentista o al farmacéutico.

Advertencias

  • No intentes blanquear tus dientes sin antes consultarlo con tu dentista.

Acerca de este wikiHow

Alina Lane, DDS
Coescrito por:
Dentista
Este artículo fue coescrito por Alina Lane, DDS. La Dra. Alina Lane es una dentista que dirige All Smiles Dentistry, un consultorio dental de práctica general con sede en la ciudad de Nueva York. Después de completar un doctorado en Ciencias Odontológicas en la Universidad de Maryland, la Dra. Lane completó una pasantía de un año en Implantología en la Universidad de Maryland, donde se centró en la restauración avanzada de implantes dentales. Continuó su educación avanzada al completar una residencia de práctica general en Woodhull Medical Center, una filial de la Facultad de medicina de la NYU. Fue galardonada como residente del Centro Médico Woodhull entre el periodo 2012 y 2013. Este artículo ha sido visto 59 095 veces.
Categorías: Blanqueamiento dental