Si bien el abuso infantil es común, constituye un problema serio que puede poner en riesgo la vida. En caso de que tú o una persona a quien conozcas estén lidiando con padres abusadores, es fundamental pedir ayuda (no solo inmediata sino también de largo plazo) de forma que puedas permanecer a salvo y trabajar para afrontarlo de una manera saludable.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Pedir ayuda

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    Toma cartas en el asunto en caso de que tú o alguien a quien conozcas se encuentren en peligro inmediato. En caso de que estés sufriendo daños físicos o de que tu vida esté en peligro, debes llamar de inmediato al servicio de emergencias.[1]
    • Entre las señales de que podrías encontrarte en peligro inmediato se encuentran el que alguien amenace con lastimarte o abusar de ti seriamente (por ejemplo, si grita que va a pegarte o lastimarte de alguna otra forma), el que una persona tenga un arma u objeto, el que alguien te persiga con la intención de lastimarte, el que temas por tu seguridad y el que en la actualidad estés sufriendo daños físicos o abuso por parte de otra persona.
    • Los operadores de emergencia están capacitados para ayudarte a superar las situaciones de este tipo. Ellos pueden enviar a agentes del orden público o un equipo de respuesta médica para ayudarte.
    • Asimismo, los agentes del orden público por lo general están capacitados para lidiar con estas situaciones. Lo más probable es que hablen contigo en persona y te hagan preguntas sobre tu situación para así poder determinar la forma de lidiar con el problema.
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    Identifica si es que estás experimentando abuso. Si quieres recibir ayuda, es necesario que sepas si es que lo que estás experimentando de verdad constituye abuso o una crianza normal. El abuso infantil se define en términos del daño físico, el abuso sexual, el daño emocional y la negligencia.[2]
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    Comprende el abuso físico. Las lesiones físicas que tienen relación con el abuso constituyen todo aquello que ocasione un daño corporal, incluyendo los golpes, los puñetazos, las cachetadas o cualquier otra acción que pueda dejar una marca. El abuso de este tipo puede transmitirse a un reportero obligatorio (como un profesor, un terapeuta, etc.), al departamento local de servicios infantiles o familiares, o a las agencias del orden público (por ejemplo, los alguaciles, la policía).[3]
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    Reconoce el abuso sexual infantil. El abuso sexual a un niño involucra tocar o acariciar las partes íntimas de un niño, el contacto sexual con un niño, el coito u otros actos sexuales, o la exposición a un niño a imágenes o contenido sexual.[8] ]
    • Entre las señales comunes del abuso sexual infantil se encuentran una comprensión del sexo que sea demasiado madura para la edad del niño; los comportamientos seductores o el desarrollo de un interés inapropiado en el sexo; la dificultad para sentarse, estar de pie o caminar; la evasión de una persona en particular por motivos desconocidos; la vergüenza del propio cuerpo o evitar cambiarse en un vestuario o en casa; y escaparse de casa.[9]
    • Algunas señales adicionales podrían ser que el niño consuma sustancias como las drogas o el alcohol, que desarrolle enfermedades de transmisión sexual o que una niña quede embarazada.
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    Conoce sobre la negligencia. Esta se define como no proporcionarle al niño sus necesidades vitales, entre ellas la comida, la ropa, el refugio y el tratamiento médico.
    • Entre las señales de la negligencia se encuentran que el niño esté visiblemente sucio o tenga mal olor, use ropa que no le quede o que no sea apropiada para el clima, no tenga una buena higiene y tenga problemas médicos o físicos sin tratar.[10] Otras señales alarma abarcan que el niño se quede solo por periodos largos de tiempo sin la supervisión de un adulto o que el niño falte o llegue tarde a la escuela con frecuencia.
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    Comprende el abuso emocional. El abuso emocional o verbal abarca gritar, avergonzar, amenazar, insultar, menospreciar y otros actos verbales que podrían generar daños psicológicos.[11]
    • Algunos indicios y señales de alarma del abuso verbal incluyen que el niño sea retraído socialmente, no tenga apego a su padre o tutor, sienta vergüenza o culpa, se preocupe por su comportamiento, y se comporte de formas extremas que no sean normales para él (por ejemplo, ser muy obediente o tímido o muy obstinado o discutidor, o bien comportarse como si tuviera una mayor o menor edad).[12]
    • La violencia doméstica también constituye un problema. En caso de que un niño sea testigo de violencia en la familia, esto constituye una inquietud que debe reportarse.
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    Reduce la culpa hacia ti mismo. Es común que las personas que hayan sobrevivido al abuso se culpen a sí mismas por ello o justifiquen la situación. Debes darte cuenta de que el abuso no es culpa tuya y comprender que, si es que tu situación encaja con alguno de los cuatro tipos de abuso (físico, sexual, emocional o negligencia), esto no es aceptable y no mereces que se te trate de esta forma, pase lo que pase.[13]
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    Reporta el abuso. Lo más importante al lidiar con padres abusivos es notificar a un adulto que no sea el abusador. El abuso no constituye algo con lo que puedas lidiar por tu cuenta con facilidad. Puedes comunicarte con un adulto de confianza, un reportero obligatorio (como un profesor o terapeuta), una entidad de servicios de protección al menor o una agencia del orden público.[14] [15] [16]
    • El personal de una entidad de servicios de protección al menor y otras agencias gubernamentales está capacitado para lidiar con las situaciones de este tipo. Te harán preguntas y te dirán qué es lo que debes esperar.
    • Lo más probable es que la agencia local gubernamental o del orden público lleve a cabo una investigación y es posible que te entrevisten a ti y a determinados miembros de tu familia.
    • Es posible que, al reportar el abuso, un trabajador social se involucre con tu caso, y podría ser necesario que tanto tú como tus padres reciban educación o terapia. En el peor de los casos, te sacarían de tu casa por tu propia seguridad. En los casos como este, por lo general a los niños se les coloca en hogares de acogida hasta que se resuelva la situación de abuso.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Mantenerte a salvo

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    Elabora un plan para protegerte. Es importante que establezcas un plan de seguridad, no solo para mantenerte fuera de peligro sino también para evitar el abuso en el futuro.[17] En tu plan, debes incluir las señales de alarma, la forma de escapar, los lugares a los que puedas ir y las personas con las que puedas hablar.
    • Escribe el plan.[18] No será fácil mantener esta información en tu cabeza, por lo que debes tener cuidado de tomar nota de cada paso de tu plan conforme vayas elaborándolo.
    • En caso de que no te sientas seguro o de que consideres que el abuso esté a punto de ocurrir, debes poner en práctica de inmediato tu plan de seguridad.
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    Identifica las señales de alarma. Es importante saber a una etapa temprana si es que es probable que se dé una situación de abuso para así poder mantenerte a salvo, tomar cartas en el asunto o escapar. Algunas de las situaciones que suelen estar asociadas al abuso son el consumo de drogas o alcohol, la ira o el estrés agudizados, los problemas en las relaciones y la violencia doméstica.[19] Sin embargo, si consideras que te encuentras en peligro inminente, es necesario que escapes de la situación, consigas un teléfono y llames al servicio de emergencias.
    • No olvides que está bien estar enojado, pero la violencia o el abuso nunca son aceptables.
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    Planifica la forma de escapar. No mereces ser víctima de abuso. En caso de que esté a punto de ocurrir, es importante que permanezcas a salvo del abuso o los daños. Debes identificar las situaciones que podrían darse según lo que haya ocurrido anteriormente (el tipo y la naturaleza del abuso).
    • Identifica los lugares comunes en los que podría darse el abuso. En caso de que el abuso haya ocurrido en una habitación en particular, debes tener cuidado de poder salir con facilidad de allí (ya sea por una puerta, una ventana, etc.). Ten cuidado de que no haya muebles ni otros objetos que podrían interponerse en tu camino.
    • No debes tratar de esconderte en tu propia casa, ya que esto podría conducir a que te quedes atrapado en algún lugar y no puedas escapar a un lugar seguro.
    • Identifica las rutas de escape de tu casa. En muchos casos, los edificios de apartamentos publican un plan de escape contra incendios, con lo que puedes informarte sobre la forma más rápida de salir de tu edificio. Utiliza las escaleras en lugar del elevador.
    • Comprende la forma de quitar el cerrojo a las ventanas y puertas y también la ubicación de las llaves importantes de tu casa.
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    Planifica a dónde irás. Debes identificar los lugares seguros específicos a donde puedas ir en caso de que te encuentres en peligro (por ejemplo, la casa de un amigo o vecino).[20] Ten cuidado de que estas personas estén al tanto de tu plan y toma nota de los momentos en los que suelan estar en casa y en los que no.
    • Identifica la forma más rápida y segura de llegar a tu lugar seguro. En caso de que te sea posible correr, hazlo. Si puedes acceder con facilidad a un transporte que puedas operar legalmente (por ejemplo, un auto, una patineta, una bicicleta, etc.), úsalo.
    • Ten varios planes de contingencia en caso de que no te sea posible ir a tu lugar seguro específico. Por ejemplo, puedes identificar los lugares públicos cercanos que abran las 24 horas o en donde puedas acceder con facilidad a un teléfono.
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    Planifica con quién hablar. Debes identificar a aquellas personas seguras (por ejemplo, amigos cercanos y parientes) que te mantendrán fuera de peligro o que intervendrán en caso de que te encuentres en problemas.[21]
    • Debes tener contigo en todo momento los números telefónicos importantes (por ejemplo, tus contactos de emergencia).
    • De ser necesario, al llegar a tu lugar seguro, puedes llamar para pedir ayuda adicional (por ejemplo, al servicio de emergencias o a una estación de policía local).
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Lidiar con el abuso a largo plazo

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    Comprende cuáles son los efectos del abuso. El abuso infantil puede ocasionar muchas dificultades, entre ellas la vergüenza, la culpa, la autoestima baja, la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático (TEPT).[22] Asimismo, las acciones de tus padres habrán formado la persona que seas, lo que pienses acerca de ti mismo y lo que consideres como un comportamiento normal, por lo que puede ser difícil saber cómo debería ser una relación saludable entre padre e hijo. En caso de que tus acciones diarias tengan como base el miedo a ser lastimado o menospreciado, algo debe cambiar. Tú eres un ser humano digno y mereces ser feliz.
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    Expresa tus sentimientos. Tratar de "esconderte" constituye un instinto natural al momento de lidiar con las situaciones que no puedas controlar. Sin embargo, expresar tus emociones puede serte útil para tu bienestar.
    • Para empezar, habla con un amigo. Si bien esto podría parecer difícil, reunir el valor para hacerlo puede cambiarte la vida. Podría serte de ayuda para lidiar con la situación y hacer que su amistad se fortalezca aún más.
    • Lleva un diario. Esto te será útil para expresar tus sentimientos y la situación en la que te encuentres para así poder encontrar la mejor forma de proceder.
    • Como otra forma de expresar tus sentimientos, puedes hablar con otras personas que se encuentren en tu situación.
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    Conversa con un adulto de confianza. Los adultos, además de poder brindarte apoyo, pueden ayudarte a idear un plan de acción. No tiene nada de malo estar enojado o tener miedo. Debes conversar sobre la forma como te sientas y el motivo para ello. Estas son algunas buenas opciones de personas con quienes puedes conversar:
    • tu profesor
    • tu orientador académico o terapeuta escolar
    • el padre de tu mejor amigo
    • otro pariente en quien confíes
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    Considera la terapia. En caso de que observes cambios negativos en tus pensamientos (por ejemplo, preocuparte por sufrir abuso), tus sentimientos (estar triste o sentir miedo) o tus comportamientos (evitar determinadas situaciones), quizás te sea de ayuda obtener una opinión profesional.[23] Entre otras señales de que quizás necesites tratamiento se encuentran el que no te vaya bien en la escuela o que descuides actividades de las que solías disfrutar.
    • En caso de que tu situación de abuso se haya reportado a una agencia del orden público, es posible que la agencia que esté a cargo de por sí exija que tanto tú como tus padres asistan a terapia. Es importante que estés abierto a esta experiencia y sepas que tu terapeuta está allí para ayudarte.
    • Si es que actualmente no te encuentras en tratamiento, puedes conversar con tu doctor para que te derive a un terapeuta.
    • En caso de que seas menor de 18 años, es necesario que tu tutor legal (tu padre u otra persona) consienta que participes en el tratamiento.[24] Tu tutor legal deberá firmar el papeleo adecuado cuando te reúnas por primera vez con un terapeuta.
    • Si es que no te sientes cómodo con hablar con tus padres en cuanto a recibir tratamiento, podrías conversar con otro adulto o pariente de confianza o bien con el orientador académico de tu escuela.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Emplear habilidades de afrontamiento

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    Comprende el afrontamiento. Las habilidades de afrontamiento constituyen formas en las que puedes sentirte mejor o lidiar con una situación con mayor eficacia. Si tienes más habilidades de afrontamiento para sentirte menos abrumado o fuera de control, esto está asociado a un mejor resultado para las personas que hayan sobrevivido a las situaciones de abuso.[25]
    • Las habilidades de afrontamiento pueden ser divertidas y entretenidas (por ejemplo, escuchar música, ver películas y jugar juegos o practicar deportes).
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    Lidia con tus sentimientos. Reduce la intensidad de tus emociones, descarga tus sentimientos, divídelos en partes manejables o recibe apoyo externo. Algunas habilidades de afrontamiento específicas para lidiar con los sentimientos son escribirlos, expresarlos usando el arte y hacer ejercicio para liberar la tensión del cuerpo.[26]
    • Imagina que tu abusador se encuentra sentado en una silla y dile lo que quieras decirle. Grita, insulta y deja salir todo.
    • Escríbele una carta de confrontación a tu abusador. Si bien no es necesario enviarla, esto podría serte útil para procesar y resolver algunos de tus sentimientos.
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    Emplea técnicas de relajación, la consciencia plena o la meditación. Se ha vinculado a las técnicas de relajación con un nivel más bajo de estrés.[27]
    • Una técnica es la relajación muscular progresiva, en la que tensas y relajas distintos grupos musculares de manera progresiva por todo tu cuerpo hasta que te relajas. Para empezar, tensa los dedos de los pies durante 5 segundos, relájalos durante entre 10 y 30 segundos, y luego desplázate hacia arriba por tu cuerpo con lentitud hasta llegar a la coronilla (de los dedos de los pies a los pies, las piernas, etc.).[28]
    • Otra opción es la respiración profunda. Para ello, tan solo inhalas profundamente por la nariz y exhalas por la boca. Presta atención a tu respiración y, en el momento en el que te distraigas, vuelve a pensar únicamente en tu respiración.[29]
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    Identifica las estrategias de afrontamiento que no sean útiles y limítalas. Existen algunas estrategias que no son útiles a largo plazo, entre ellas culparte a ti mismo, minimizar el abuso (decir o pensar que no es tan malo), negarlo y racionalizarlo (pensar que el abuso es normal o que está bien).[30]
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    Trabaja en controlar otras partes de tu vida. Enfócate en lo que te sea posible controlar y no en lo que no puedas.[31]
    • Enfócate en tus propios objetivos (por ejemplo, que te vaya bien en la escuela o aprender a practicar algún deporte o a tocar un instrumento).
    • Enfócate en tus propios sueños y esperanzas. Considera lo que quieras ser y empieza a obtener información al respecto o a trabajar hacia ello.
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Consejos

  • Evita culparte. Tu comportamiento no determina lo que tus padres opten por decir o hacer. Ellos son quienes deciden responder o reaccionar de la forma como deseen. No eres tú quien ocasiona que ellos se comporten de la forma como eligen hacerlo. No es culpa tuya.
  • Busca algo que te distraiga. No te será nada útil pensar en la situación una y otra vez. Toca un instrumento, reproduce música a todo volumen o, en caso de que seas más creativo, podrías probar con un frasco tranquilizante. Independientemente de lo que hagas, debes hacer tu mejor esfuerzo por olvidar lo que haya ocurrido.
  • En caso de que tengas ganas de lastimar a tu abusador, no debes hacerlo. En cambio, dale un puñetazo a una almohada.
  • Busca un lugar y un objeto seguros. Permanece allí para tranquilizarte y concéntrate en el objeto, tan solo pensando en él. Esto te distraerá del abuso.
  • Te será útil golpetearte la muñeca y respirar hondo para superar los ataques de pánico o de ansiedad.
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Advertencias

  • En caso de que alguna vez te encuentres en peligro inmediato de cualquier tipo, no dudes en llamar al servicio de emergencias. Si hacerlo es demasiado peligroso, puedes inventar alguna excusa para ir a un lugar en donde sea seguro llamar (por ejemplo, la casa de un amigo). No olvides que siempre es mejor prevenir que lamentar.
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  1. http://www.helpguide.org/articles/abuse/child-abuse-and-neglect.htm
  2. http://www.helpguide.org/articles/abuse/child-abuse-and-neglect.htm
  3. http://www.helpguide.org/articles/abuse/child-abuse-and-neglect.htm
  4. https://drkathleenyoung.wordpress.com/2010/01/25/shame-and-self-blame-after-trauma/
  5. http://www.yourlifecounts.org/need-help/emergency-services-worldwide-contact-numbers
  6. http://ec.europa.eu/digital-agenda/en/116-helplines
  7. http://www.thecode.org/report-a-concern/
  8. http://udvc.org/children-teens/children-domestic-violence
  9. http://udvc.org/media/PDF/children/children_childsafetyplan.pdf
  10. http://www.helpguide.org/articles/abuse/child-abuse-and-neglect.htm
  11. http://stoprelationshipabuse.org/develop-a-safety-plan/
  12. http://stoprelationshipabuse.org/get-help/safety-planning/
  13. http://www.helpguide.org/articles/abuse/child-abuse-and-neglect.htm
  14. http://www.helpguide.org/articles/abuse/child-abuse-and-neglect.htm
  15. http://www.apa.org/monitor/mar02/confidentiality.aspx
  16. http://www.asca.org.au/Health-Professionals/Information/Coping-into-Adulthood.aspx
  17. http://www.yourlifeyourvoice.org/pages/tip-99-coping-skills.aspx
  18. http://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/relaxation-technique/art-20045368
  19. http://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/relaxation-technique/art-20045368?pg=2
  20. http://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/relaxation-technique/art-20045368
  21. https://www.asca.org.au/HealthProfessionals/Information/ChildhoodResponsestoThreatCopingStrategies.aspx
  22. http://www.asca.org.au/Health-Professionals/Information/Coping-into-Adulthood.aspx

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 7390 veces.
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