Cuando estás en una relación con alguien, es importante trabajar como equipo. Sin embargo, cuando tu pareja tiene problemas para equilibrar su lealtad ante ti y su familia, es posible que sientas todo menos unión. Es común sentirse lastimado o traicionado si tu pareja no te apoya cuando su familia te critica o te juzga. No ponerse de acuerdo sobre cómo manejar los conflictos familiares puede dañar la relación con tu pareja, así que es importante saber cómo hacerle frente a la situación. Puedes aprender a hacerlo comunicándote mejor con tu pareja, estableciendo límites con su familia y aprendiendo a defenderte por tu cuenta.

Método 1
Método 1 de 3:
Hablar con tu pareja

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    Escoge un buen momento para hablar. Conversar con tu pareja acerca de su familia es un tema delicado, así que querrás tocar el tema cuando tu pareja tenga un estado de ánimo receptivo. Evita conversar de esto cuando esté molesta, cansada o estresada. En su lugar, escoge un momento en el que ambos estén de buen humor y relativamente relajados.
    • Incluso puede ser una buena idea tener la conversación cuando están participando de una actividad mutua en la que estén sentados lado a lado en lugar de cara a cara para aliviar algo de tensión. Considera tocar el tema cuando estén manejando o doblando la ropa. Dile “Amor, quiero hablar de tu familia. Algunas veces, siento que son muy juiciosos conmigo, y tú no pareces apoyarme”.
    • Asimismo, ten en cuenta que es posible que tu pareja necesite tiempo para procesar lo que tienes que decir, así que tal vez tengas que descomponer la conversación en pequeñas conversaciones con el tiempo. Trata de ser sensible con las necesidades de tu pareja y darle tiempo.
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    Dile a tu pareja cómo su familia te hace sentir. Sé honesto con respecto a lo que te molesta. Es posible que tu pareja no se dé cuenta en qué medida el comportamiento de su familia te afecta.[1]
    • Usa oraciones en primera persona para expresar tus sentimientos. Por ejemplo, di algo como “Me siento frustrado cuando paso tiempo con tu familia debido a las cosas que me dicen”.
    • Mantén tu tono neutral durante esta conversación, incluso si estás frustrado. Es posible que tu pareja se ponga a la defensiva si estás visiblemente enojado.
    • Di algo como “Sé que amas a tu madre y que tiene buenas intenciones, pero realmente me molesta que siempre critique la manera en que crio a nuestra hija. Estoy empezando a reconsiderar si ir a los eventos de la familia porque por lo general tiene algo negativo que decir”.
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    Dile a tu pareja que necesitas que te defienda. Por lo general, es mejor para tu pareja manejar los problemas que se presentan con su propia familia. Hazle saber que necesitas apoyo de su parte.[2]
    • Podrías decir “La próxima vez que tu madre me empiece a decir cómo debo criar a Olivia de manera diferente, ¿puedes interceder y defender las decisiones que como padres hemos tomado juntos? Tu apoyo significaría mucho para mí”.
    • Evita culparla por no apoyarte en el pasado. Trata de enfocarte acerca de lo que necesitas para seguir adelante.
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    Evita hablar acerca del carácter de alguien. Si haces cualquier tipo de ataque personal con respecto a la familia de tu pareja, es posible que ella se ponga de su lado instintivamente. Mantén todo estrictamente objetivo cuando toques el tema. Refiérete a los eventos específicos que han sucedido y hacer juicios de carácter.[3]
    • De igual manera, evita usar oraciones con “siempre” y “nunca”. Estas oraciones son raramente ciertas y por lo general provocan discusiones.
    • Recuerda que tu pareja ama a su familia y es natural que se sienta leal con los miembros de esta.
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    Haz una lluvia de ideas de soluciones con tu familia. Tu pareja conoce a su familia mejor que tú, y es posible que tenga algunas buenas ideas sobre cómo manejar el asunto. Trabajen en equipo para tener algunas ideas para evitar conflictos y herir sentimientos en futuros encuentros familiares.[4]
    • Por ejemplo, tú y tu pareja pueden sentarse, evaluar lo que está sucediendo e idear un plan acerca de cómo abordar la situación basándose en las personalidades únicas de los miembros de su familia. Tal vez tu pareja conozca una manera de manejar a cierto familiar que pueda ayudarte en tus interacciones. Es posible que te diga “La tía Sara siempre ha juzgado a cada pareja con la que he salido. Es mejor que simplemente ignoremos sus comentarios”.
    • Incluso puedes tratar de idear un diálogo y ensayar lo que cada uno de ustedes podría decir en ciertas situaciones. Esto puede hacer que sea más fácil para tu pareja intervenir cuando la necesites.
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    Escucha activamente. Incluso los temas más sensibles se pueden abordar con mayor facilidad si ambos escuchan activamente. Esto implica escuchar para entender en lugar de escuchar para responder. Cuando tu pareja esté hablando, prueba lo siguiente:
    • hacer contacto visual ocasionalmente;
    • eliminar las distracciones como tu celular o la televisión;
    • mostrar un lenguaje corporal abierto (por ejemplo, brazos y piernas a tu lado y relajadas);
    • hacer preguntas de aclaración (por ejemplo, “¿Quieres decir que…?”);
    • resumir su punto para asegurarte de entender (por ejemplo, “Lo que dices es que…”);
    • esperar hasta que haya terminado su mensaje antes de responder.
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    Considera asistir a consejería de parejas. Si tú y tu pareja tienen problemas para llegar a un acuerdo acerca de cómo manejar los conflictos familiares, la consejería de parejas les puede ayudar a entenderse mejor. Un buen consejero puede enseñarles estrategias de comunicación y ayudarles a crear soluciones que beneficien a ambos.[5]
    • Es posible que puedas sugerirle “Cariño, puedo ver que tienes problemas para confrontar a tu familia. Creo que sería mejor si vamos a un terapeuta para que nos pueda ayudar a averiguar cómo manejar esta situación. ¿Qué te parece?”.

Método 2
Método 2 de 3:
Establecer límites

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    Separa tu relación de su familia. Estás saliendo o estás casado con tu pareja, no con toda su familia. No dejes que los problemas con la familia de tu pareja se conviertan en problemas en tu relación.[6]
    • Si sientes que el conflicto está afectando tu relación, tómate un momento para recordar todas las cosas que aprecias acerca de tu pareja que no tienen nada que ver con su propia familia. Haz una lista y léela de vez en cuando.
    • Por ejemplo, si solo ves a la familia de tu pareja los días festivos y en ocasiones especiales, tal vez no debas preocuparte tanto acerca de cualquier tensión porque no tendrás que lidiar con ellos con tanta frecuencia.
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    Conversa acerca de los límites con tu pareja. Siéntate con tu pareja y establezcan algunos límites razonables juntos. Piensen acerca de lo que ambos pueden acerca para minimizar el conflicto y mantener la paz en la familia.[7]
    • Por ejemplo, uno de los límites puede ser que los miembros de la familia de tu pareja no se puedan quedar toda la noche cuando vengan de visita.
    • Otro límite puede ser no permitir que la familia se involucre en ciertas decisiones como tener bebés, practicar una cierta religión o decidir dónde viven.
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    Pídele a tu pareja que le comunique a su familia los límites establecidos. Es posible que los miembros de la familia de tu pareja necesiten saber acerca de las nuevas reglas que tanto tú como tu pareja han establecido. Tu pareja debe comunicar estos límites a los miembros de su familia, y ambos pueden reforzarlos tanto como sea necesario. Sé amable y educado pero firme.[8] Sin embargo, si alguien te insulta a causa de estos nuevos límites, entonces hazte respetar.
    • Asimismo, asegúrate de que la familia de tu pareja sepa las razones detrás de los límites.
    • Tú o tu pareja pueden decir algo como “Estamos felices de que se preocupen por nosotros, pero hemos decidido ya no discutir acerca de nuestras finanzas. Nuestras decisiones monetarias son personales”.
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    Haz respetar tus límites. Es posible que tengas que recordarle a la familia de tu pareja tus nuevos límites de vez en cuando. A las personas les toma tiempo aprender nuevos comportamientos cuando han estado acostumbradas a actuar de cierta manera.[9]
    • Si no respetan tus límites, tendrás que reforzarlos al decir “Recuerda que hemos decidido que no vamos a tener hijos, suegra. ¿Puedes apoyar nuestra decisión así no te guste?”.

Método 3
Método 3 de 3:
Defenderte por tu cuenta

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    Sé seguro y firme. Recuerda que también eres un adulto. Lidiar con familiares mayores, como los abuelos de tu pareja, puede hacerte sentir como un niño de nuevo, pero no debería. Si sientes que te están atacando o te están juzgando negativamente, es tu derecho defenderte por tu cuenta.[10]
    • Ser firme no necesariamente significa ser irrespetuoso. Puedes defender tus puntos de vista mientras sigues siendo respetoso y amable.
    • Por ejemplo, puedes decir firmemente “Sé que no comprendes mi cultura, pero es importante tanto para mí como para Henry celebrar este día festivo. Respeto tus creencias, y apreciaría que respetes las mías”.
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    Habla con la familia de tu pareja. Si tienes problemas con una persona en particular, trata de tocar el tema con ella. Tomar la iniciativa para resolver el problema mostrará tu madurez, y es posible que esa persona te respete más por decir lo que piensas.[11]
    • Es mucho mejor hablar de los problemas cuando suceden que dejarlos pasar durante años. Puedes decir algo como “Cuando me hablas de esa manera, Joselyn, haces que sienta que no tengo voz. Realmente apreciaría si me dejas terminar de hablar antes de compartir tu opinión”.
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    Desvía los consejos o los comentarios no deseados. Si la familia de tu pareja te ofrece frecuentemente consejos o críticas no solicitadas, prepara algunas respuestas evasivas para redirigir la conversación. Practica estas respuestas antes de usarlas. Esto te ayudará a mantener la calma y la compostura en el momento.[12]
    • Si estás hablando con alguien mayor, una buena manera de manejar los consejos no solicitados es responder educadamente con algo como “¡Qué interesante!” o “¡Qué buena historia!”. Por ejemplo, si la madre de tu pareja te dice que debes alimentar a tus hijos de otra manera, pregúntale cómo alimentó a sus hijos cuando eran pequeños.
    • Otra buena respuesta incluye “Eso es interesante. Lo probaré alguna vez” y “Gracias por el consejo, pero hemos decidido hacerlo de otra manera”.
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    Considera limitar tu contacto con la familia de tu pareja. Si realmente no puedes resolver tus conflictos con la familia de tu pareja, la mejor decisión que podrías tomar es limitar tu contacto con ella. Faltar a los eventos familiares puede ser la mejor manera de mantener la paz y evitar crear tensión en la relación con tu pareja.[13] Sin embargo, si no quieres faltar a los eventos familiares, entonces puede establecer un límite de tiempo para tu estancia.
    • Limitar el contacto es probablemente una buena idea si la familia de tu pareja es completamente abusiva o irrespetuosa contigo. Lo más probable es que las personas que actúan de este modo no cambien su comportamiento.

Acerca de este wikiHow

Paul Chernyak, LPC
Coescrito por:
Consejero profesional licenciado
Este artículo fue coescrito por Paul Chernyak, LPC. Paul Chernyak es un consejero profesional con licencia en Chicago. Se graduó en la Escuela Americana de Psicología Profesional en 2011. Este artículo ha sido visto 75 093 veces.
Categorías: Problemas maritales