A muchas personas les gusta ver porno. No quiere decir que esas personas sean malas o que su moralidad sea corrupta. Sin embargo, si el porno incomoda, saber que a tu esposo le gusta ver porno puede crear tensiones en tu matrimonio. La mejor manera de resolver este problema es conversando abierta y honestamente con tu esposo. Puedes seguir varios pasos para encontrarle una solución a este problema

Parte 1
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Conversar honestamente con tu esposo

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    Anota los puntos principales. Tal vez acabas de descubrir que tu esposo ve porno o quizás sea un problema constante en tu relación. De cualquier forma, es momento de que converses con sinceridad sobre tus sentimientos.[1]
    • Prepárate para conversar sinceramente sobre este problema. Tu primer paso debe ser comprender tus sentimientos.
    • Pregúntate por qué te opones a que vea porno. ¿Es por un tema religioso o es porque va contra tus valores?
    • Escoge algunas palabras que describan tus sentimientos. Debes ser descriptiva, usando palabras como “frustrada”, “preocupada” o “nerviosa”.
    • Haz una lista de lo que quieras decir. Esto te ayudará a organizarte durante la conversación y a asegurarte de dejar tus puntos en claro.
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    Escoge el momento adecuado. Es muy importante que hables con tu esposo sobre su hábito de ver porno. Querrás asegurarte de darse tiempo para lidiar con este asunto difícil. Escoge un momento adecuado para conversar al respecto.[2]
    • No converses sobre este asunto tarde por la noche o temprano por la mañana. Si están cansados, no estarán en su mejor estado emocional.
    • Infórmale de antemano. Dile “Tengo algo importante que hablar contigo. ¿En qué momento te parece bien conversar al respecto?”.
    • No apresures la conversación. Escoge un momento en que sepas que ninguno de los tendrá que salir rápido ni tendrán interrupciones de los niños.
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    No debes criticarlo. Tal vez realmente odies el porno. Esos son tus sentimientos y está bien. Sin embargo, la conversación que tengas con tu esposo no la bases solo en tu opinión.[3]
    • Habla en primera persona. Por ejemplo, puedes decirle “Me siento muy incómoda cuando ves porno en la casa”.
    • Hablar en primera persona es mucho más eficaz que hablar en segunda persona. Si le dices algo como “Cuando ves porno, me enfadas”, es probable que tu esposo se ponga a la defensiva.
    • No uses conjunciones adversativas. Por ejemplo, no digas “Te amo, pero tu hábito de ver porno es desagradable”. Las palabras como “pero” invalidan todo lo que se ha dicho anteriormente.
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    Formúlale preguntas. Es importante que le hagas saber cómo te sientes. Sin embargo, no te olvides de que una comunicación eficaz les permitirá a ambos conversar. Esfuérzate un poco en comprender su punto de vista.[4]
    • Formúlale preguntas abiertas. Por ejemplo, puedes preguntarle “¿Por qué te parece importante ver porno?”.
    • Asegúrate de preguntar información adicional. Pregúntale “Así que el porno te excita. ¿Hay alguna otra forma en que puedas conseguir esa sensación?”.
    • Pídele más información. Puedes preguntarle “¿Qué tal si solucionamos este problema?”.
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    Escúchalo atentamente. Formular preguntas es una parte importante de mantener una conversación constructiva. Es igual de importante que en realidad escuches sus respuestas. Déjale en claro que escuchas atentamente su punto de vista.[5]
    • Usa señales no verbales. Puedes indicar que lo escuchas manteniendo un contacto visual y haciendo gestos como asentir con la cabeza en señal de comprensión.
    • Parafrasea. Puedes decirle algo como “Ya ve que es un hábito antiguo, ¿no es así?”.
    • Muéstrale respeto. Déjale expresar todos sus pensamientos sin interrumpirlo.

Parte 2
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Esfuércense juntos en encontrar una solución

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    Dense tiempo. Una vez que hayan tenido una conversación constructiva sobre este tema, será momento de empezar a trabajar para encontrar una solución. No esperes poder resolver este problema de la noche a la mañana. Es un asunto delicado que puede requerir un poco de tiempo resolver.[6]
    • Dense tiempo para reflexionar. Recuerda que tal vez la primera vez que conversen sobre este tema no encuentren una solución.
    • Después de conversar con tu esposo, piensa en tus sentimientos por unos días. ¿Te pudiste comunicar con eficacia? ¿Te sientes mejor con respecto a esta situación?
    • Empieza a pensar en las posibles soluciones. Anota cualquier idea que tengas. Las anotaciones pueden ayudarte a aclarar tu mente.
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    Comuníquense abiertamente. Una vez que hayan abordado este asunto por primera vez, asegúrate de que sigan conversando al respecto. No es necesario que hablen sobre esto todos los días, pero debes hacerle saber a tu esposo que todavía tienen asuntos sobre los cuáles hablar. Dile que te gustaría que se esfuercen juntos en encontrar una solución.[7]
    • Es posible que esta conversación dé lugar a una discusión. Es normal. Muchas parejas pelean por temas candentes.
    • Tómense un poco de tiempo para calmarse. Dile “Esta conversación no es productiva ahora. Dejémosla para después y démonos un poco de tiempo para respirar”.
    • Déjale en claro que no han terminado de conversar. Puedes decirle “Este tema es importante para mí, así que hablemos al respecto mañana después de que hayamos tenido tiempo de haber analizado la situación”.
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    Lleguen a un acuerdo. Tal vez sea importante para ti que tu esposo deje de ver porno de inmediato. Sin embargo, puede serle difícil prometértelo. Pregúntate si estás dispuesta a llegar a un acuerdo.[8]
    • Los acuerdos pueden ser muy útiles para resolver problemas maritales. Pueden hacer que cada uno sienta que el otro está poniendo de su parte para llegar a una solución.
    • Averigua si puedes lidiar con el hecho de que tu esposo deje de ver porno poco a poco. Por ejemplo, quizás puedes preguntarle “¿Estás dispuesto a empezar a ver porno con menos frecuencia?”.
    • Si estás dispuesta a ello, es probable que tu esposo esté dispuesto a esforzarse. Al final, es probable que puedas alcanzar tu meta de que deje de ver porno por completo.
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    Dale vitalidad a tu vida sexual. Muchos hombres dicen que les gusta ver porno porque los excita. Eso no quiere decir que no seas atractiva o que no le guste tener relaciones sexuales contigo. Significa que a veces busca algo diferente.[9]
    • Haz algunos cambios en tu vida sexual. A lo mejor se han quedado atascados últimamente.
    • Esfuérzate por tener relaciones sexuales en momentos pocos usuales y en lugares diferentes. Por ejemplo, puedes acercártele cuando esté en la ducha por la mañana.
    • Hablen sobre sus deseos sexuales. Puedes explicarle lo que quieres lo que le haría feliz.
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    Prioriza la intimidad. La intimidad es un componente importante de un matrimonio saludable. Existen diferentes tipos de intimidad. La intimidad emocional y la intimidad física son dos ejemplos.[10]
    • Debes tener más intimidad emocional con tu esposo. Esto quiere decir que puedan decirse cualquier cosa. Déjale en claro que pueden hablar de cualquier tema.
    • Dile “Sé que a veces tienes ganas de ver porno. Quiero que sepas que puedes decirme cómo te sientes”.
    • Conéctense a un nivel físico. La intimidad física no solo se trata de relaciones sexuales.
    • Deben tener una intimidad física al tomarse el tiempo de besarse y abrazarse todos los días. Tóquense con cariño y hagan cosas aparentemente insignificantes como tomarse de las manos.

Parte 3
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Reflexionar sobre tus emociones

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    Autoevalúate. En un mundo perfecto, tu esposo aceptaría dejar de ver porno de inmediato. Sin embargo, es probable que la situación tenga más matices. A medida que avances en el proceso de resolver una situación, fíjate cómo lo vas haciendo.[11]
    • Pregúntate cómo te siente con el progreso que has realizado. ¿Te sientes bien con la posibilidad de llegar a un acuerdo?
    • ¿Cómo mejorarías la situación? ¿Quieres que conversen de nuevo?
    • Sigue pasos para controlar la situación. Debes recordarte que estás esforzándote activamente en encontrar una solución.
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    Reconoce tus sentimientos. Encontrar una solución puede ser un largo proceso. Puedes sentirte más sensible de lo normal. Debes recordarte de que es normal. Date tiempo para sentir una amplia variedad de emociones.[12]
    • Puedes guardar la esperanza o sentirte frustrado en un solo día. Está bien que te sientas así.
    • No juzgues tus sentimientos. Simplemente acéptalos y sigue adelante.
    • Considera llevar un diario. Anotar tus sentimientos puede ayudarte a liberarlos. También puede ayudarte a llevar un registro de tus emociones.
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    Considera llevar una terapia. Cuando una persona quiere ver porno y su pareja no quiere, puede ser una situación muy complicada. Considera hablar con un experto. El asesoramiento matrimonial puede ser muy útil para ayudarles a las parejas a tratar asuntos delicados.[13]
    • Encuentra el consejero adecuado. Pídele a tu médico de cabecera que te recomiende a alguien.
    • Lee comentarios en línea. Busca un terapeuta profesional que se especialice en temas de relaciones sentimentales.
    • Saca una consulta. Querrás asegurarte de sentirte a gusto con la estrategia y conducta terapéuticas.
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    Recibe algunos consejos. Tratar de que tu esposo deje de ver porno puede ser una situación frustrante. Recuerda que no tienes que pasar por esto sola. Puedes buscar un asesoramiento individual.[14]
    • También puedes buscar fuentes de apoyo alternativas. A lo mejor tengas un consejero espiritual, como un párroco o ministro que pueda guiarte un poco.
    • Apóyate en tus amigos y familiares. Está bien si no quieres dar ningún detalle sobre tus problemas maritales. Pero aun así puedes decirles “Estoy pasando por un momento difícil y podría necesitar un poco de su cuidado y atención”.

Consejos

  • Evita darle un ultimátum.
  • Mantén las vías de comunicación abiertas y conversen con honestidad.

Acerca de este wikiHow

Rebecca Tenzer, MAT, MA, LCSW, CCTP, CGCS, CCATP, CCFP
Coescrito por:
Terapeuta clínica y profesora adjunta
Este artículo fue coescrito por Rebecca Tenzer, MAT, MA, LCSW, CCTP, CGCS, CCATP, CCFP. Rebecca Tenzer es la propietaria y médica principal en Astute Counseling Services, un consultorio de asesoría privada en Chicago, Illinois. Con más de 18 años de experiencia clínica y educativa en el campo de la salud mental, Rebecca se especializa en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, el pánico, los traumas, el duelo y las relaciones interpersonales a través de una combinación de terapia cognitivo-conductual, terapia psicodinámica y prácticas basadas en evidencias. Tiene una licenciatura en sociología y antropología de la Universidad DePauw, una maestría en docencia de la Universidad Dominicana y otra en trabajo social de la Universidad de Chicago. Se ha desempeñado como miembro de AmeriCorps y también es maestra de psicología a nivel universitario. Rebeca está capacitada en terapia cognitivo-conductual (CBT), es una profesional certificada en trauma clínico (CCTP), especialista certificada en asesoría de duelo (CGCS), profesional en el tratamiento de la ansiedad clínica (CCATP) y profesional certificada en fatiga por compasión (CCFP). Es miembro de la Sociedad Estadounidense de Terapia Cognitivo-conductual y de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales. Este artículo ha sido visto 144 729 veces.
Categorías: Problemas maritales