El camino para llegar a ser cardenal de la Iglesia católica romana no es corto, no es fácil y no tendrás casi ningún control sobre el asunto después de cierto punto. Sin embargo, si te sientes llamado a seguir este camino a nivel espiritual y religioso, te presentaremos lo que deberás saber.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Al principio

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    Determina si cumples los requisitos. Para empezar el proceso de llegar a ser un cardinal de la Iglesia católica, necesitarás cumplir unos cuantos requisitos esenciales. Deberás ser católico, varón y soltero.
    • Además de ser soltero, deberás hacer un voto de castidad durante toda la vida.
    • Siempre y cuando se cumplan los demás requisitos, aunque seas viudo podrás convertirte en un miembro del clero. Sin embargo, todavía necesitarás hacer un voto de castidad para el futuro.
    • Si quieres ser miembro del clero, no podrás ser un hombre divorciado, pero podrías llegar a serlo si obtienes una anulación.
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    Sé activo en tu parroquia y en la comunidad católica. Se espera que el clero católico participe activamente en las vidas de aquellos católicos a quienes sirven. Sé activo en tu parroquia y en la comunidad católica más amplia antes de que empieces el proceso para que tengas una idea de cómo será y ciertas personas clave podrían verte con mejores ojos.
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    Discierne el llamado a la vida religiosa. Podría parecer algo obvio, pero llegar a ser cardenal (u obispo o sacerdote) exige que tengas un compromiso espiritual a tiempo completo. Una vocación es un llamado, así que antes de adentrarte más en el proceso, deberás asegurarte de que Dios te llame a una vida religiosa.
    • Como parte del proceso de discernimiento, pídele orientación a tu sacerdote.[1] El párroco y otros líderes de tu comunidad católica podrían brindarte más información y orientación. Estas personas también podrían orar por ti y contigo para que te ayuden en tu discernimiento personal.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Llegar a ser sacerdote

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    Obtén un título universitario.[2] Necesitarás obtener un título universitario de cuatro años de una institución acreditada. Técnicamente, el título podría ser de cualquier carrera, pero lo preferible será un título de filosofía católica.
    • Al momento de graduarte, no será necesario que tus calificaciones sean las más altas de la promoción, pero deberás ser un estudiante promedio o superior.
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    Inscríbete en un programa preteológico. Necesitarás llevar un programa de preteología de dos años que consiste en 30 horas crédito de cursos de filosofía y 12 horas crédito de cursos de teología.
    • Ten presente que será probable que cumplas los requisitos parcial o completamente durante tus años de educación universitaria si tomas cursos en una universidad católica que concuerden con los cursos requeridos en un programa preteológico.
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    Obtén un título de maestría en divinidades en un seminario. Asiste a un seminario católico y obtén un título de maestría de cuatro años.
    • Para poder ingresar a un seminario, es probable que necesites cartas de recomendación de los líderes actuales de tu iglesia.
    • Académicamente, el seminario te preparará con cursos de estudios bíblicos, filosofía y teología católica, liturgias, estudios pastorales, historia de la Iglesia y prédicas.
    • Además, el seminario te ayudará a discernir definitivamente tu llamado a una vocación religiosa. Esto quiere decir que serás preparado a nivel académico y espiritual.
    • Ingresar a un seminario no es una decisión permanente. No estarás obligado a tener la vida y a realizar la obra de un sacerdote hasta que hagas tus votos finales.
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    Pasa algún tiempo como diácono. Por lo general, necesitarás dedicarte como diácono durante seis meses antes de que puedas ser ordenado sacerdote. Como diácono, tendrás que formar parte activamente en el funcionamiento de la parroquia que te asignarán.
    • En esencia, el tiempo que pases como diácono será como el periodo de prueba para el sacerdocio. El sacerdote de la parroquia asignada te encomendará muchos deberes, entre los cuales muy a menudo tendrás que cumplir el rol de sacerdote cuando sea el momento apropiado.
    • El sacerdote de la iglesia asignada podrá emitir su opinión sobre si te considera apto para el sacerdocio o no.
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    Haz que te ordenen. Habiendo cumplido todos los requisitos a nivel de preparación académica, la etapa final en el camino al sacerdocio consiste en obtener la aprobación del obispo. Si el obispo de tu diócesis determina que tienes lo necesario para ser un buen sacerdote, te ordenará.
    • Cuando el obispo de tu diócesis te apruebe, se llevará a cabo una ceremonia oficial de ordenación en la cual harás tus votos y te convertirás oficialmente en sacerdote.
    • Después de tomar la orden sacerdotal, el obispo de tu diócesis te asignará una posición. Por lo general, serás nombrado sacerdote o sacerdote asistente en una parroquia perteneciente a la diócesis, pero en ocasiones, podrías ser nombrado capellán de un hospital católico o un puesto semejante. Podrás hacer alguna solicitud, pero podría o no influir en tu posición final.

Parte 3
Parte 3 de 4:
Llegar a ser obispo

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    Obtén un doctorado en teología. Si bien no es requisito oficial, obtener un doctorado en teología aumentará tus probabilidades de ser seleccionado para ser obispo.
    • Para tener inclusive más probabilidades, cursa el programa en una universidad católica, puesto que una institución católica te enseñará teología desde su perspectiva.
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    Gana la experiencia suficiente. La experiencia tampoco es un requisito oficial, pero es otra cualidad requerida “no oficial” importante que deberás tener si quieres ser elegido. Necesitarás experiencia vital y vocacional para pasar la prueba, además deberás tener 35 años de edad o más y 5 años o más de sacerdote.
    • Durante ese periodo de tiempo, te será muy útil hacerte de un nombre. Entre más activo y dedicado seas como sacerdote, será más probable que tus esfuerzos sean reconocidos por las personas adecuadas.
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    Espera a que un obispo local se jubile o fallezca. El número de obispos está determinado por el número de diócesis. La única manera para llegar a ser obispo es esperar a que el obispo de tu diócesis, o un obispo de una diócesis cercana, se jubile o fallezca, creando así un puesto disponible.
    • Es obligatorio que los obispos se jubilen a los 75 años.
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    Espera alguna novedad. Desafortunadamente, no podrás postular ni presentarte como candidato para llegar a ser obispo. Los obispos locales de las diócesis vecinas harán la selección inicial de candidatos, la cual deberá pasar por diversos canales antes de que se elija a un obispo nuevo. Sin embargo, si te eligen, probablemente te lo informen unos cuantos meses después de abierto el puesto.[3]
    • Los obispos locales seleccionarán a los sacerdotes de la zona y harán una lista de los candidatos potenciales que consideren capaces de desempeñar los deberes de un obispo. Se incluyen estos candidatos en una lista no revelada y se la envía al nuncio apostólico.
    • El nuncio apostólico es el embajador de Roma en un país. Es el encargado de revisar los nombres de la lista enviada por los obispos y luego de realizar una serie de entrevistas e investigaciones, elige tres candidatos de la lista. Luego, pasa los tres nombres al congreso de obispos en Roma.
    • El congreso de obispos en Roma examinará los tres candidatos y determinará quién, acaso uno, deberá seleccionarse como el nuevo obispo. Si no está conforme con ninguno, el nuncio apostólico necesitará seleccionar otros tres candidatos. Si le gusta alguien, el nombre pasará al Papa.
    • El Papa examinará el candidato final. Si lo aprueba, el candidato llegará a ser el nuevo obispo. Si lo veta, el nuncio apostólico necesitará elegir otros candidatos.

Parte 4
Parte 4 de 4:
Llegar a ser cardenal

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    Comprende el papel de un cardenal. El cardenal no es el jefe de los demás obispos, como la jerarquía de la Iglesia católica podría dar a entender. El cardenal en realidad sigue siendo un obispo y el título de “cardenal” es solamente uno adicional.
    • Ten presente que según las leyes eclesiásticas, los cardenales nuevos deberán ser ordenados obispos antes de que sean considerados para nombrárseles cardenales. No obstante, en ciertos casos muy escasos, aquellos sacerdotes de edad avanzada que se hayan ganado una gran estima y se hayan desempeñado de manera admirable en la iglesia podrán ser nombrados cardenales sin haber sido primero nombrados obispos.[4]
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    Observa las diversas categorías de cardenales. Entre los cardenales, existen tren rangos distintos: cardenal obispo, cardenal presbítero y cardenal diácono. Ningún rango es “mayor” que otro en sí, pero cada rango tiene sus propias responsabilidades.
    • Los cardenales obispos son los obispos dentro de Roma quienes sirven a tiempo completo en la administración central de los asuntos de la Iglesia dentro de la Curia Romana, o cuerpo gubernamental de la Iglesia.
    • Los cardenales presbíteros son los obispos cuyas diócesis están fuera de Roma.
    • Los cardenales diáconos son los obispos de título entre cuyos deberes principales es servir a la Curia Romana a tiempo completo.
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    Aumenta las probabilidades de llegar a ser arzobispo de la diócesis correcta. Técnicamente, podrás ser nombrado cardenal siempre y cuando seas obispo de cualquier diócesis, pero los obispos o arzobispos de ciertas diócesis, según la historia, tienen más posibilidades de ser seleccionadas que muchas otras.
    • Cuando llegues a esta etapa de preparación, observa a los obispos que hayan llegado a ser cardenales durante las últimas décadas para determinar tus probabilidades. Tradicionalmente, en los EE.UU., Baltimore y Boston son las diócesis de las que más cardenales han salido.[5]
    • Ten presente que un arzobispo es un obispo que gobierna su propia diócesis mientras también lidera a los obispos de otras diócesis menores dentro de un distrito metropolitano más amplio.
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    Sé nombrado por el Papa. Al igual que para llegar a ser obispo, no existe la posibilidad de presentarte como candidato o postular para el trabajo de cardenal. Más bien, será necesario tener la esperanza de que el Papa actual vea tus esfuerzos, reconozca su significado espiritual y decida que deberás ser cardenal por voluntad de Dios.
    • Además de las sugerencias ya mencionadas, te ayudará mucho ser un obispo notoriamente piadoso. Sea cual sea la diócesis en la que sirvas, como obispo deberás demostrar tu dedicación a la voluntad de Dios y tu deseo de liderar la fe católica del rebaño que te haya sido encomendado para poder ser reconocido y tomado en cuenta.
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    Haz el juramento de los cardenales. Cuando te hayan seleccionado para ser cardenal, se te dará el atuendo adecuado durante una ceremonia oficial en la que también necesitarás hacer un voto para expresar tu dedicación a tu nuevo puesto.
    • Durante la ceremonia, recibirás un solideo escarlata (gorro) y una birreta escarlata (un sombrero de seda de cuatro esquinas) además de un anillo que representa tu nuevo título.
    • El juramento de los cardenales se podría traducir aproximadamente así:
      • “Yo [nombre y apellido], cardenal de la Santa Iglesia de Roma, prometo y juro ser leal a partir de hoy y para siempre, mientras viva, a Cristo y a su Evangelio, ser obediente constantemente a la Santa Iglesia Apostólica Romana, a Pedro bendito en la persona del Supremo Pontífice Francisco y de sus sucesores elegidos canónicamente; mantener siempre la comunión con la Iglesia católica, de palabra y de hecho; no revelar a nadie lo que se me confíe en secreto, no divulgar lo que podría perjudicar o deshonrar a la Santa Iglesia; llevar a cabo aquellas tareas a las que soy llamado por mi servicio a la Iglesia con gran diligencia y lealtad, según las normas de la ley. Así que ayúdame Dios Todopoderoso”.[6]

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Categorías: Cristianismo