Los lirios son perfectos tanto para los jardineros principiantes como para los expertos. Estas resistentes flores no son difíciles de cultivar, y se adaptan a un amplio rango de climas, ya que toleran bastante bien la sequía y requieren pocos cuidados.[1] Cuando florecen, los lirios son preciosos, y sus pétalos pueden aparecer en diversos colores, desde el morado hasta el blanco con manchas amarillas. El lirio es una de las plantas perennes más fáciles de plantar y cultivar, así que hazlo hoy para conseguir cuanto antes unas flores hermosas y duraderas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Plantar un nuevo lirio

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    Elige una especie adecuada de lirio. Aunque prácticamente todos los lirios son bastante resistentes y fáciles de mantener, unos son más adecuados que otros para determinadas condiciones. Dependiendo del clima y de las condiciones del terreno donde plantes los lirios, puede que la mejor elección sea una variedad específica. Aquí tienes información sobre algunas de las variedades más corrientes de lirios:[2]
    • Lirio siberiano. A pesar de su nombre, es nativo del centro y el este de Europa y de Turquía. Se trata de una de las especies más adaptables; es muy fácil de cultivar y de mantener. Crecen especialmente bien en climas templados.[3]
    • Lirio de Luisiana. Nativo del cálido y húmedo sureste de los Estados Unidos. A pesar de ello, crece bien en una amplia variedad de condiciones. Sin embargo, no florecen con éxito si reciben menos de 250 pascales (1 pulgada) de agua durante los meses más cálidos de la temporada de crecimiento.[4]
    • Lirio barbado. Nativo del centro y del sur de Europa. Crece bien en las zonas que reciben luz solar intensa durante la mitad del día como mínimo. Pueden sobrevivir, incluso, al sol constante, aunque no es necesario que reciban tanta luz natural.[5]
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    Plántalos al final del verano. La mayoría de los lirios responden mejor si se plantan al final del verano (o al comienzo del otoño como muy tarde). Esto le dará a la planta una oportunidad para asentar sus raíces mientras aún haya luz solar suficiente para favorecer su crecimiento, permitiéndole sobrevivir al invierno. En el caso de la mayoría de las variedades de lirios, julio y agosto son los meses más indicados para plantarlos.[6]
    • Ten en cuenta, sin embargo, que en las zonas con veranos largos e inviernos templados, puedes plantar los lirios en septiembre e, incluso, en octubre; en estos casos, a esas alturas del año suele haber todavía luz solar suficiente para favorecer el crecimiento de las raíces de la planta antes de la llegada del invierno.
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    Elige una zona que reciba de seis a ocho horas diarias de luz solar intensa. La mayoría de los lirios crecen estupendamente si reciben una cantidad generosa de luz solar a diario. No es necesario que tengas los lirios constantemente expuestos al sol (aunque seguirían creciendo bien en tal situación), pero, por lo general, toleran mejor el sol que otras flores de tamaño parecido. Prueba a plantar los lirios en un macizo de flores al que le dé la sombra de algún árbol al final del día o en el lado de la casa que quede expuesto al sol durante la tarde para que reciba una buena cantidad de luz natural.
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    Plántalos en tierra ligeramente ácida y con un buen drenaje. Los lirios responden mejor a la tierra de neutra a ligeramente ácida; es preferible que tenga un nivel de pH de 6.8-7.0. Además, los lirios necesitan tierra aireada y con buen drenaje.[7] Esto es importante para evitar que las raíces se pudran, problema frecuente en los lirios cuando reciben agua en exceso.
    • Para acondicionar las tierras duras, arcillosas y con mal drenaje, prueba a añadir humus u otra materia orgánica que mejore su permeabilidad.
    • Plantar los lirios en una zona con pendiente o en una cama de cultivo elevada puede favorecer el drenaje de la tierra; en estos casos, el exceso de agua se eliminará de forma natural.
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    Planta el rizoma de forma que la parte de arriba quede expuesta. Un error muy común de los principiantes consiste en plantar los lirios a demasiada profundidad. A diferencia de la mayoría de las plantas, los lirios crecen mejor cuando su rizoma (la estructura marrón de la base, con aspecto de raíz o de patata) queda ligeramente expuesto al aire. Las raíces de la planta deben colocarse de forma que puedan extenderse por debajo del rizoma.
    • Ten en cuenta que en las zonas de clima muy cálido, cubrir los rizomas con una capa fina de tierra de 2.5 cm (1 pulgada) de grosor como mucho puede ayudar a evitar que la planta se seque.
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    Planta los rizomas de forma que queden bien espaciados. Los lirios tienden más que otras flores a crecer amontonados cuando se plantan unos cerca de otros. Cuando esto sucede, las plantas se ven obligadas a competir por la tierra, el agua y los nutrientes, dificultando el crecimiento de las demás. Para evitarlo, prueba a plantar los rizomas dejando una distancia de 30.5 cm (1 pie) como mínimo entre unos y otros.[8]
    • Aun tomando esta medida preventiva, cuando pasen unos años, puede que los lirios tiendan a amontonarse. Si esto sucede, no te preocupes; puedes solucionarlo sacando algunos de los rizomas y trasplantándolos a mayor distancia para que continúen creciendo con espacio suficiente.
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    Si las condiciones son poco favorables para el crecimiento, planta los lirios en macetas. Dependiendo de dónde vivas y de la época del año en la que estés, las condiciones ambientales en el exterior pueden no ser la más adecuadas para cultivar plantas nuevas. En lugar de plantar los lirios en la tierra, al exterior, donde probablemente no crezcan bien, plántalos en macetas. Esto te permitirá controlar el tiempo que la planta quede expuesta al exterior hasta que mejore y puedas trasplantarla al jardín. Si las condiciones son muy malas (como, por ejemplo, si hay heladas), puedes incluso dejar las plantas dentro de casa todo el día.
    • Para la mayoría de los lirios, una maceta de unos 30.5 cm (12 pulgadas) funcionará bien. Los lirios excepcionalmente pequeños pueden crecer bien, en macetas de 15-21 cm (6-8 pulgadas).[9]
    • Independientemente del tamaño de la maceta que utilices, asegúrate de que tenga buen drenaje; al menos un agujero grande en la base (o varios pequeños) para permitir que salga el exceso de agua.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cuidar los lirios en fase de crecimiento

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    Riega los lirios generosamente después de plantarlos. Una vez que plantes los lirios, riégalos con agua abundante. Si el clima es seco, riégalos cada 7-10 días o cuando sea necesario, siempre por la mañana o por la noche.[10] Suponiendo que hayas plantado los lirios al final del verano o al comienzo del otoño, deberás parar de regarlos en cuanto empiece a refrescar y a llover.
    • Un error frecuente que debes evitar es regar en exceso los lirios. Si el rizoma o las raíces se mantienen constantemente en contacto con la humedad sin ocasión de drenar el exceso de agua, pueden podrirse. Las enfermedades por hongos pueden ser fatales para los lirios y se extienden fácilmente de unas plantas a otras, por lo que es fundamental prevenirlas.[11]
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    Reduce la frecuencia de riego y la cantidad de agua suministrada conforme la planta se vaya asentando. Con el tiempo, la planta irá necesitando cada vez menos agua. Una vez que empiece a hacer más frío durante el otoño, podrás parar de regar los lirios hasta que llegue la temporada de verano. Por lo general, los lirios necesitan menos agua cada verano que pasa; en zonas con veranos suaves, templados, es posible que no haga falta regarlos apenas.
    • La excepción está en el caso de las zonas de veranos muy cálidos y secos. En estos casos, puede ser necesario regar de vez en cuando los lirios a lo largo del verano para evitar que se sequen. Aunque los lirios son bastante resistentes, no pueden sobrevivir en condiciones extremas sin nada de ayuda.
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    Mantén los rizomas descubiertos y las raíces bien aireadas. Conforme los lirios vayan creciendo, tendrás que examinarlos periódicamente para asegurarte de que el rizoma no haya quedado cubierto de tierra, materia orgánica u otros desechos. Si esto sucede, cepíllalo suavemente sin mover la planta ni dañar las raíces. Además, debes asegurarte de que la tierra se conserve bien aireada y drenada (si no es así, añádele humus u otra materia orgánica cuando lo necesite).
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    Poda las hojas secas o marchitas y los tallos de las flores. A diferencia de otras plantas de jardín que requieren un mantenimiento constante, los lirios no necesitan ser podados para crecer sanos. De hecho, dejar las hojas intactas después de la temporada de crecimiento es aconsejable para que los lirios acumulen nutrientes durante la fotosíntesis para el próximo año.[12] Por lo general, solo tendrás que podar los lirios para eliminar las hojas secas o totalmente marchitas; la materia muerta no ofrece ningún beneficio al resto de la planta.
    • Ten en cuenta que, antes del invierno, puede que también tengas que cortar el tallo de la flor por la base. Si la flor muere durante el invierno y cae junto a la base de la planta, al descomponerse puede hacer que el rizoma se pudra también.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Mantener los lirios durante todo el año

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    Prepara las plantas para la llegada del invierno. Conforme las raíces de la planta se vayan estableciendo al final del verano y al comienzo del otoño, deberás ir planeando cómo proteger los lirios de las temperaturas bajas, especialmente si vives en una zona de inviernos muy fríos. La nieve puede evitar de forma natural que la tierra se endurezca y se agriete desplazando los rizomas, lo cual suele ocurrir cuando hace mucho frío.[13]
    • Si en tu zona no nieva todos los inviernos, puedes extender mantillo (de ramas de pino, por ejemplo) sobre el suelo para proteger la tierra. No eches una capa gruesa de mantillo, ya que esto podría favorecer la retención de humedad en la tierra, haciendo que las plantas se pudran.
    • Desecha los lirios que hayan quedado expuestos a heladas fuertes; las plantas marchitas pueden convertirse en el refugio perfecto para que los insectos pongan sus huevos.[14]
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    Elimina las malas hierbas y protege las plantas de las plagas en primavera. Cuando suba la temperatura y el clima se temple, puedes dejar que la nieve se derrita de forma natural y eliminar la capa protectora de mantillo. Cuando empiecen a aparecer nuevos brotes, échale un vistazo a la planta de vez en cuando para detectar las malas hierbas que salgan junto a los lirios y eliminarlas cuanto antes. Utiliza herbicidas respetuosos con el medio ambiente o productos para mantener las malas hierbas y el césped alejados de la base de los lirios.
    • Además, debes prestar atención a las plagas invasivas, especialmente a las babosas. Existen muchas formas de eliminar las babosas, desde productos comerciales hasta soluciones caseras improvisadas. Una manera sencilla de hacerlo consiste en preparar una trampa con cerveza; llena un tarro de boca ancha por la mitad con cerveza y entiérralo hasta el borde. Las babosas, atraídas por la cerveza, caerán dentro y se ahogarán.[15]
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    Controla el crecimiento y añade nutrientes a la tierra durante la primavera. Una pequeña cantidad de fertilizantes añadida a la tierra de vez en cuando al comienzo de la temporada de crecimiento después de plantar los lirios puede ser beneficiosa. No utilices un fertilizante con alto contenido en nitrógeno, ya que podría provocar un crecimiento excesivo del follaje y, al final, la putrefacción de la planta. Riega la planta después de echarle fertilizante para evitar que se "queme". Abajo tienes una selección de fertilizantes que puedes echarle a los lirios:[16]
    • Fertilizante de uso general "5-10-10"
    • Fertilizante de uso general "5-10-5"
    • Nutriente a base de huesos
    • Superfosfato
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    Repite el proceso cuantas veces lo necesites. Conforme los lirios vayan madurando, el tiempo que tendrás dedicar a mantenerlos disminuirá drásticamente. Aun así, incluso años después de que la planta se haya asentado, es aconsejable examinarla cada dos o tres semanas, solo para detectar cualquier problema posible. Siempre que la planta reciba una buena cantidad de luz solar durante la temporada de crecimiento, lluvia de vez en cuando y nutrientes de la tierra, estará bien. Los lirios son perennes, así que irán extendiéndose desde la raíz durante muchas temporadas.
    • Cada 3-5 años, deberás dividir los lirios en camas de cultivo y volver a plantarlos para que no se vean obligados a competir por el agua y por la tierra.[17]

Consejos

  • Los lirios son bastante resistentes a los ciervos.

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