El árbol de mango es uno de los árboles más fáciles de producir de una semilla y de cuidar. El tamaño y el sabor de la fruta dependen de la variedad que elijas, así que pruébalos primero si es posible. Dependiendo del clima, los árboles de mango pueden crecer de 9 a 20 m (30 a 65 pies) de alto y vivir por siglos.[1] Si planeas mantener el árbol en un recipiente, puedes tenerlo allí hasta que la maceta no pueda contenerlo más y luego comenzar a partir de una semilla nueva.

Parte 1
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Germinar la semilla

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    Revisa el clima del área. Los mangos son nativos de los trópicos calientes y húmedos de Asia y Oceanía. Fuera de dicha área, crecen bien en zonas de rusticidad 9B o superior. En las zonas más frías, los mangos pueden seguir creciendo en macetas y dentro de casa durante las temporadas de clima helado.[2]
    • La variedad de mango Cogshall es una alternativa popular para el cultivo en interiores, y se puede mantener permanentemente a 2,5 m (8 pies) de altura si los podas con regularidad.[3] Incluso existen variedades enanas más pequeñas para las personas que tienen un espacio limitado.
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    Encuentra un árbol de mango madre. La mejor forma de asegurarte de obtener una semilla que crezca bien en tu área es hallar un árbol madre cercano. Un árbol cercano que produce buena fruta te dará una semilla de la variedad apropiada para tu clima. Si vives en un área cálida con inviernos suaves, probablemente puedas hallar un árbol de mango saludable.
    • Si no encuentras un árbol de mango, puedes ordenar semillas o comprarlas en una tienda. Asegúrate de elegir una variedad conocida por crecer bien donde vives.
    • También puedes plantar la semilla de un mango comprado en una tienda. Sin embargo, será mucho menos probable que la semilla tenga oportunidad de sobrevivir en tu clima, en especial si el mango viajó hasta la tienda desde otro estado o país. ¡Vale la pena intentarlo de todas maneras!
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    Revisa la semilla para comprobar que sea viable. Retira la pulpa del mango para encontrar la cáscara de la semilla dentro. Retira la cáscara para revelarla. Una semilla de mango saludable se verá tostada y fresca. A veces, las semillas se marchitan y se vuelven grises si se exponen a temperaturas frías. Si esto sucede, no son utilizables.[4]
    • Troza ambos lados del mango tan cerca de la semilla como sea posible: Coloca uno de los lados en la palma de tu mano, muescando cuidadosamente la pulpa aproximadamente 2,5 cm (1 pulgada) en cada dirección. Luego, voltéalo para exponer los deliciosos cubos de pulpa de mango. Cómelos de la cáscara o retíralos con una cuchara directamente a un tazón.
    • Quizás quieras usar guantes cuando manipules la semilla. Las semillas de mango producen una savia que puede irritar la piel.
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    Elige un método para preparar la semilla. Puedes usar un método de secado o sumergirla, como se mencionó anteriormente. El método de sumergirla en agua reduce el periodo de germinación en una a dos semanas, pero aumenta el riesgo de aparición de moho.

Secar la semilla

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    Seca la semilla completamente con una toalla de papel. Colócala en un lugar ventilado y soleado por alrededor de tres semanas. Luego, intenta agrietar la semilla con una mano para abrirla, tratando de que no se parta por la mitad. Solo necesitas separar las dos mitades ligeramente. Luego, deja secar por una semana más.
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    Coloca tierra fértil y bien drenada en un contenedor. Cava un agujero de aproximadamente 20 cm (8 pulgadas) de profundidad. Empuja la semilla dentro del agujero con el ombligo hacia abajo.
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    Riega bien y mantén el nivel de agua óptimo cada día o dos, dependiendo de la tierra. Luego de unas 4 o 6 semanas, tendrás un árbol de mango o un plantón de 100 mm o 200 mm de altura. Dependiendo de la variedad de mango que utilizaste, puede ser de color morado oscuro, negro o verde claro y vibrante.
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    Cultiva el plantón hasta que haya establecido un sistema de raíces bueno y saludable. Muchas personas cultivan árboles de mango en interiores durante uno a dos años antes de plantarlos en exteriores.

Sumergir la semilla

Esta alternativa de secado es de una a dos semanas más rápida. Existe un mayor riesgo de aparición de moho, de modo que probablemente no debas probarlo si solo tienes una semilla.

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    Escarifica la semilla. "Escarificar" significa corroer ligeramente el exterior de la semilla para que sea más fácil su germinación. Haz un corte pequeño en la semilla de mango cuidadosamente o frota el exterior con lija o lana de acero lo suficiente para atravesar la capa exterior.
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    Sumerge la semilla. Coloca la semilla en un jarro pequeño con agua y coloca este en un lugar cálido, como una despensa o un estante.
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    Quita la semilla del jarro y envuélvela en toallas de papel húmedas. Coloca la semilla envuelta en una bolsa plástica con una de sus esquinas cortada. Mantén la toalla húmeda y espera a que la semilla brote. Por lo general, tarda una o dos semanas. Asegúrate de mantener la semilla en un lugar cálido y húmedo para ayudarla a germinar.[5]
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    Prepara una maceta para el plantón. Empieza el crecimiento del plantón en una maceta. Elige una lo suficientemente grande para albergar la semilla y llénala con una mezcla de tierra para macetas y composta. Puedes plantarla directamente en la tierra, pero hacerlo primero en una maceta te permite controlar la temperatura durante la etapa vulnerable de su crecimiento.[6]
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    Acostumbra la semilla al sol. Coloca la maceta en el exterior en luz solar parcial. Esto le permite al plantón acostumbrarse al sol, o curtirse, antes de trasplantarlo a su lugar final en plena luz solar.

Parte 2
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Plantar el plantón

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    Trasplanta el plantón a un lugar con luz solar plena. Elige un área con luz solar plena para plantar tu semilla de mango. Asegúrate de que sea un lugar donde quieras un árbol grande. Crecerá hasta una altura de 20 m (65 pies).
    • Para plantarlo en su posición final, encuentra un área de tu jardín con buen drenaje. También piensa en el futuro. Debe ser un área donde no interfiera con edificios, tuberías subterráneas o con líneas de alta tensión.
    • Transfiere el plantón cuando haya echado un sistema de raíces bueno y saludable. El grosor de la base del tronco debe ser de alrededor de 5 cm (2,5 pulgadas). La mayoría de los árboles demoran unos dos años en alcanzar este tamaño.
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    Deja la planta en la maceta. Es ideal que dejes un árbol de mango en la maceta si vives en un lugar con inviernos fríos, para que puedas llevar la maceta adentro cuando la temperatura descienda. A medida que el árbol crezca, necesitarás podarlo para mantenerlo pequeño o transferirlo a una maceta.
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    Planta el plantón. Cava un agujero de tamaño suficiente para el cepellón diminuto del plantón. El agujero debe tener tres veces el tamaño del cepellón. Añade un tercio de mezcla para macetas de calidad, un tercio de arena para jardín (no marga), y llena el resto con la tierra que retiraste. Coloca el plantón en el agujero, da unas palmadas alrededor de la base y riega plenamente.
    • Ten mucho cuidado de no romper el plantón al momento de traspasarlo.
    • Mantén la base del tronco libre para evitar anillar al joven árbol.
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    Riega la planta de mango regularmente y usa fertilizante con moderación. La mayoría de los árboles de mango tardan de cinco a ocho años para dar frutos.[7] Son lentos para alcanzar la madurez, pero la espera vale mucho la pena.
    • No fertilices en exceso. Si lo haces, el árbol se concentrará más en producir hojas que en producir frutos.

Consejos

  • También puedes comprar semillas de mango de una compañía comercializadora de semillas.
  • Los árboles crecidos de plantones pueden tardar de seis a ocho años en dar frutos.[8]
  • No satures el árbol con agua.

Acerca de este wikiHow

Andrew Carberry, MPH
Coescrito por:
Especialista en sistemas alimentarios
Este artículo fue coescrito por Andrew Carberry, MPH. Andrew Carberry ha estado trabajando en sistemas alimentarios desde 2008. Tiene una maestría en Nutrición de Salud Pública y, Planificación y Administración de Salud Pública de la Universidad de Tennessee-Knoxville. Este artículo ha sido visto 474 765 veces.
Categorías: Siembra y cultivos
Resumen del artículoX

Antes de plantar un árbol de mango, asegúrate de conocer tu zona climática. Los mangos crecen mejor en lugares cálidos con inviernos suaves. Si tu clima es apto para cultivar un árbol de mango, compra una semilla de un vivero o toma una de un árbol de mango local, si puedes. Si no, planta la semilla de un mango comprado en una tienda. Para plantar la semilla, entiérrala a 20 cm (8 pulgadas) de profundidad en un contenedor lleno con tierra rica en nutrientes y de buen drenaje. Riega la semilla a diario hasta que salga una plántula y trasplántala en exteriores pasados 1 o 2 años. Para aprender a germinar la semilla de mango, lee las instrucciones de nuestro experto en jardinería a continuación.