Este artículo fue coescrito por Natalia S. David, PsyD. La Dra. David es profesora auxiliar de psicología en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas y consultora de psiquiatría en el Hospital Universitario Clements y en el Hospital Universitario Zale Lipshy. Es miembro de la Junta de Medicina del Comportamiento del Sueño, de la Academia para el Manejo Integral del Dolor y de la División de Psicología de la Salud de la Asociación Americana de Psicología. En 2017, recibió el premio y la beca Baylor Scott & White Research Institute’s Podium Presentation. Recibió su doctorado en psicología en la universidad Alliant International en 2017 con énfasis en Psicología de la Salud.
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Las personas suelen tener miedo de perder lo que tienen. Algunos de los apegos pueden ser positivos, como el amor y la gratitud por la familia, y pueden motivar a las personas a ser mejores cada día. Sin embargo, si no se tiene cuidado, algunos de los apegos pueden llegar a controlar la vida de una persona y cambiar su forma de pensar y actuar. Practicar el desapego o la idea de no permitir que las emociones gobiernen tu vida y tus decisiones te ayudará a pensar con claridad y tomar buenas decisiones. Para ello, enfócate en ti mismo, acepta los cambios y forma relaciones saludables.
Pasos
Método 1
Método 1 de 3:Practicar meditación y otros hábitos relajantes
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1Comprende qué significa el desapego. Quienes practican el desapego aceptan que los trabajos, las relaciones y los bienes materiales son, al fin y al cabo, fugaces. Disfrutan por completo estos regalos de la vida en el momento, en vez de desear que duraran por siempre. Cuando es obvio que algo debe terminar, se marchan sin lamentos. Cuando aceptas que todo debe pasar, te permites experimentar la vida por completo, dejándote fluir con el movimiento de las emociones sin que te impidan avanzar.[1]
- Por ejemplo, quizás tengas terror de perder un trabajo, lo que hace que te aferres mucho a él y tengas muchos nervios por hacer un trabajo exitoso. Quizás tengas miedo de perder a un ser querido, así que te aferras a él, o tienes miedo de mostrarle quién eres en verdad.
- En cambio, acepta que hay aspectos en tu trabajo o relaciones que nunca podrás controlar. Haz lo mejor posible para que la experiencia valga la pena.[2]
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2Medita todos los días. La meditación consiste en enfocarse únicamente en el presente, despojándose de las preocupaciones relacionadas con el pasado o el futuro. Estos pensamientos son apegos que te alejan de tu centro. Para liberarlos, encuentra un momento todos los días para estar solo en un lugar tranquilo. Medita por al menos 10 minutos al principio, pero extiende la duración todos los días. Enfócate en tu respiración y tu cuerpo, y evita los pensamientos externos.[3]
- Descarga aplicaciones de meditación como Meditopia o Calm para que te asistan si eres principiante.
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3Suelta las expectativas. Un aspecto fundamental del desapego es liberarse de las expectativas. A menudo, son las expectativas las que causan decepción con los demás. Cuando alguien cancela los planes o rompe tu confianza, no te enfoques en ello. En cambio, enfócate en lo que puedes hacer. Suelta el control que estas personas tienen en tu felicidad.[4]
- Por ejemplo, si un amigo llega tarde a recogerte para ir a una fiesta, no sufras. Llámalo y dile que conducirás por cuenta propia o encuentra otra cosa para hacer mientras esperas.
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4Conserva la calma sin importar las circunstancias. Otro principio del desapego es el control emocional y mental. Cuando las circunstancias comiencen a molestarte, es una señal de que te aferras demasiado a una expectativa, una idea, una persona o una cosa. Tómate un momento para enfocarte en tu respiración. Aléjate de la situación para calmarte y no reaccionar producto del enojo o la tristeza. Regresa cuando te sientas en paz y aceptes la situación.[5]
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5Vive una vida ética. Tanto como puedas, manéjate con integridad. A menudo, las personas se apegan a las cosas que no deben hacer en absoluto. Practica la honestidad con los demás, cumple tus promesas y no robes ni lastimes a los demás. Enfócate en cuidarte, pero no a costa de los demás.[6]
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6Lee libros de desapego. Encuentra libros para leer y expandir tus conocimientos y práctica del desapego. Cuanto más sepas, más fácil se volverá el proceso. Lee libros como “Camino con corazón” de Jack Kornfield o “Viviendo en el presente” de Gil Fronsdal para ampliar tu formación.[7]
Método 2
Método 2 de 3:Aceptar el cambio
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1Admite que no sabes. Parte de practicar el desapego implica reconocer que no tienes todas las respuestas. Quizás hayas atravesado una mala ruptura. Si alguien te pregunta si la has superado, tal vez finjas que sí o tengas planes para ver a alguien nuevo. Sin embargo, estos hábitos no suelen ser saludables. Está bien admitir que no sabes qué harás con respecto a una situación en el futuro.[8]
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2Mantente activo, incluso cuando las cosas cambien. Tal vez estés lidiando con la mudanza de un amigo muy cercano. Si bien su pérdida te causará tristeza, mantente ocupado. No permitas que los cambios en las vidas de los demás detengan la tuya. Planifica una lista de cosas para hacer durante el día para no sentirte tan solo.[9]
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3Haz un cambio en tu entorno. Si bien no puedes controlar a los demás, puedes controlarte a ti. Si te has desprendido recientemente de algo o alguien, haz cambios en tu vida. Córtate el cabello o reorganiza tus muebles. Ordena tu espacio o adopta un cachorrito. Haz algo para cambiar tu enfoque hacia algo nuevo. Esto te ayudará a acostumbrarte al cambio como parte de la vida e incluso aceptarlo, lo que hará que te resulte más sencillo dejar de aferrarte a las cosas y las personas.[10]
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4Encuentra el humor en el momento. Cuando tengas la necesidad de aferrarte a alguien, encuentra algo divertido que te distraiga. Revisa tu cuenta de Twitter para ver memes graciosos o llama a un amigo que mejore tu ánimo. Incluso puedes aprovechar este momento para burlarte un poco de ti mismo.[11]
Método 3
Método 3 de 3:Mantener relaciones saludables
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1Establece límites en tus relaciones. Practicar el desapego no significa alejarte de los demás por completo. En cambio, significa que valoras tu relación contigo mismo tanto como valoras la relación con los demás. Establece límites claros con tu pareja, familiares y amigos para que ambos tengan espacio y respeto.[12]
- Por ejemplo, mantén una distancia saludable. No hagas explotar el celular de tu cónyuge si no responde; espera hasta que te llame.
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2Respeta su privacidad. Practica el desapego al mantener la privacidad mutua. No sientas que tienes que pedir o dar las contraseñas de tu teléfono, correo electrónico o redes sociales. Guarda algunas cosas para ti mismo, a menos que tengas que compartirlas.[13]
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3Pasa tiempo sin los demás. No sientas la necesidad de llamar o enviar mensajes todo el día; ¡vive tu vida! Sal con tus amigos sin tu pareja algunas veces. No sientas la necesidad de estar con tu pareja o tus amigos todos los días.[14]
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4Aborda los conflictos que surjan. En el caso de que surja un conflicto entre tú y alguien a quien te has apegado, abórdalo. Encuentra un momento tranquilo para ambos para conversar y debatir. Practica el respeto y la honestidad. Escucha sus puntos e intenta comprender su perspectiva.[15]
- Si no abordas el problema, se instalará en tu interior y hará que seas apegado.
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5Llega a un acuerdo cuando pienses distinto. No quieras que los demás vean y hagan las cosas a tu manera todo el tiempo. Suelta la necesidad de controlar a las personas y sus acciones. En cambio, llega a un acuerdo para que ambos puedan obtener cosas que desean.[16]
- Por ejemplo, quizás quieras pasar más tiempo con tu pareja, pero necesite más espacio. Acuerda una cierta cantidad de noches por semana para verse.
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6Déjalos ir si se quieren ir. No puedes y no debes hacer que alguien se quede contigo. Por más que sientas una conexión profunda, quizás la otra persona un día decida que quiere algo diferente. Si bien es difícil, lo superarás. Jamás le ruegues a alguien que esté contigo; establece tus sentimientos con calma y déjalo ir.
- Si tu pareja quiere terminar la relación, puedes decir “No quiero romper contigo, pero entiendo por lo que estás pasando. Me entristece que la relación termine, pero te deseo lo mejor”.
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7Ten un diario de tus pensamientos. Cada noche antes de acostarte, tómate unos minutos para escribir acerca de tu día. Escribe las dificultades o los logros que hayas tenido, o los momentos en que te hayas sentido apegado. Concentrarte en cómo ha sido tu día te ayudará a no enfocarte en los demás.[17]
Referencias
- ↑ https://www.elephantjournal.com/2015/09/why-non-attachment-is-one-of-the-keys-to-a-happy-life-relationship/
- ↑ https://tinybuddha.com/blog/how-non-attachment-can-benefit-your-relationship/
- ↑ https://zenhabits.net/attachments/
- ↑ https://buddhaimonia.com/blog/let-go-find-peace
- ↑ https://www.thoughtco.com/the-practice-of-buddhism-449753
- ↑ https://www.thoughtco.com/the-practice-of-buddhism-449753
- ↑ http://www.insightmeditationcenter.org/books-articles/recommended-books/
- ↑ https://www.mindbodygreen.com/articles/how-to-gracefully-accept-change
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- ↑ https://zenhabits.net/12-practical-steps-for-learning-to-go-with-the-flow/
- ↑ http://www.loveisrespect.org/healthy-relationships/
- ↑ http://www.loveisrespect.org/healthy-relationships/
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- ↑ https://zenhabits.net/12-practical-steps-for-learning-to-go-with-the-flow/