La raíz de jengibre (conocida en algunos países como “kion”) se cultiva principalmente en Australia, India, Jamaica, China y África y está disponible en los supermercados y en las tiendas de productos agrícolas de todo el mundo. Es un ingrediente popular en muchos platos, desde frituras asiáticas hasta tés relajantes y productos horneados. Puedes preparar raíz de jengibre pelando la piel y luego cortándolo, rebanándolo o picándolo. Empieza con el primer paso de este artículo para aprender más sobre cómo seleccionar, preparar y usar la raíz de jengibre fresca.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Elegir una raíz de jengibre de buena calidad

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    Busca trozos regordetes de raíz de jengibre. Busca trozos grandes de jengibre que estén húmedos y pesados para su tamaño. Esto te dará más jengibre que vas a poder utilizar.
    • También busca los trozos de raíz de jengibre que sean rectos y tengan forma rectangular, con la menor cantidad de golpes y baches como sea posible. Esto hará que sean más fáciles de pelar y preparar.
    • La raíz de jengibre se puede congelar, sin pelar, durante un máximo de 6 meses, así que no tengas miedo de comprar más de lo que necesitas para tu receta actual.
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    Busca trozos firmes y sin manchas de raíz de jengibre. La piel de la raíz de jengibre debe ser firme y sin manchas, aparte del área donde ser cortó el trozo. No querrás comprar raíz de jengibre con la piel arrugada, suave o cubierta de moho.
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    Escoge raíz de jengibre que huela fuerte. El jengibre de calidad olerá a pimienta o tendrá un ligero aroma a cítricos. Si es fresco, el olor debe ser penetrante y agudo.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Pelar raíz de jengibre

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    Corta la cantidad apropiada de jengibre. Si vas a seguir una receta en particular, utiliza la cantidad de jengibre que se indica en las instrucciones, que por lo general se cuantifica en milímetros en vez de peso o volumen.
    • Algunas veces las recetas piden “un pulgar” de jengibre, lo cual es exactamente eso: ¡un trozo de raíz de jengibre de la longitud de tu dedo pulgar![1]
    • Si no vas a seguir ninguna receta específica, ten en cuenta que un poco de jengibre es muy fuerte, así que empieza con un trozo pequeño, haz una prueba de sabor y añade más si es necesario.
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    Usa una cuchara de metal para raspar suavemente la piel. Una cuchara es la mejor manera de quitar la piel de la raíz de jengibre, ya que es rápida, fácil y evita malgastar el jengibre.
    • Sostén el jengibre en una mano y la cuchara en la otra. Ahora, usa la parte superior interna de la cuchara para hacer trazos firmes hacia abajo a lo largo del trozo de jengibre.
    • Cava la cuchara sobre las pequeñas protuberancias que por lo general se encuentran en la raíz de jengibre. La piel debe salir con una raspadura suave, dejando el resto en su lugar.
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    Como alternativa, usa un pelador de verduras o un cuchillo de cocina pequeño. Si tienes problemas con la cuchara, puedes utilizar un pelador de verduras o un cuchillo de cocina pequeño en su lugar.
    • Quizás este sea un método más rápido de pelar jengibre, pero el beneficio de usar una cuchara es que conserva más del jengibre.
    • Un pelador de verduras o un cuchillo despegarán capas adicionales de jengibre con la piel, ¡así que solo úsalos si eres muy hábil!
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    No peles la raíz de jengibre en lo absoluto. Para muchos platos, no es absolutamente necesario pelar la raíz de jengibre, especialmente cuando estás usando jengibre con piel más fina, joven y fresca.
    • Todo lo que tienes que hacer es cortar o rallar el jengibre con la piel todavía en él (aunque es posible que quieras cortar la pieza seca al final) y continuar con tu receta.
    • Sin embargo, si estás preocupado de que la piel de jengibre interfiera con el aspecto o la textura de tu plato, quítala.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Preparar raíz de jengibre para cocinar

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    Repasa cualquier receta que vayas a seguir. Es posible que una sopa requiera el jengibre rallado, mientras que una receta de salteado te pida que lo cortes en palillos.
    • Recuerda que el jengibre pierde su sabor mientras más tiempo se cocina, así que si realmente quieres sacarle provecho a su sabor y olor, añádelo a tu comida al final de su tiempo de cocción. Esto conservará su frescura.
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    Corta o pica el jengibre si quieres tanto textura como sabor. Cuando lo cortes en palillos, el jengibre es crujiente y duro.
    • Los trozos pequeños de jengibre en una pasta o arroz proporcionarán explosiones de sabor en cada bocado. Los trozos más grandes son buenísimos en sopas y tés.
    • Para picar el jengibre, coloca la raíz de costado y haz rebanadas finas. Luego, aplica varias rebanadas juntas y haz una serie de cortes verticales para hacer los palillos.
    • Pica el jengibre girando los palillos a un lado y cortándolos para formar cubos finos. Si deseas, puedes pasar tu cuchillo a través del jengibre una vez más para deshacerte de los bultos más grandes.[2]
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    Ralla el jengibre cuando quieras añadir un fuerte aroma y un sabor dulce a los alimentos. Rallar el jengibre es una manera rápida y fácil para obtener jengibre súper fino o incluso puré, lo cual es una excelente adición para las salsas de tomate o los adobos.
    • Para rallar el jengibre, frota un trozo contra un rallador de queso. Esto producirá el jengibre rallado jugoso que se ve y se siente como una pasta. Es posible que desees rallar el jengibre en un recipiente para obtener también el jugo.
    • Ten cuidado cuando llegues al final del jengibre, ya que te puedes cortar los dedos en el rallador. Es posible que necesitas usar un cuchillo para raspar cualquier resto de jengibre que esté pegado al rallador.
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    Utiliza el jengibre en una variedad de recetas. EL jengibre tiene un sabor tan versátil que puedes utilizarlo en una serie de recetas, desde frituras y sopas hasta panes y tés. Si estás buscando nuevas ideas sobre cómo usar el jengibre, ¿por qué no intentas seguir una de las recetas que figuran a continuación?
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Almacenar raíz de jengibre

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    Guarda el jengibre en el refrigerador. Para guardar el jengibre en el refrigerador, envuelve la raíz de jengibre en una toalla de papel, luego en plástico y finalmente colócala en la gaveta. Puedes guardarla aproximadamente durante dos semanas.
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    Mantén el jengibre fresco en el congelador. Para guardar el jengibre en el congelador, envuelve fuertemente la raíz en plástico (puedes pelarla primero si deseas) y mantenla ahí durante un máximo de seis meses. Cuando necesites usar el jengibre, puedes rallarlo mientras aún esté congelado. De hecho, es más fácil trabajar con el jengibre mientras aún está congelado, ya que es menos fibroso.
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    Listo.
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Consejos

  • Busca recetas que incluyan jengibre en tus libros de cocina favoritos o en sitios en línea como Allrecipes, Epicurious y Cooking.com.
  • El jengibre tiene muchos beneficios increíbles para la salud: combate la inflamación, alivia los malestares estomacales y previene muchas enfermedades. Bebe té de jengibre si sufres de movilidad o tienes mareos matutinos y verás que pronto te sentirás mucho mejor.
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Cosas que necesitarás

  • una cuchara de metal
  • un cuchillo
  • un pelador
  • un rallador

Acerca de este wikiHow

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Categorías: Hierbas y especias
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