La violencia entre los padres o hacia sus hijos se considera como un tipo de violencia en el hogar. Esta puede ser física, emocional, mental o sexual. Si crees que tienes padres violentos, debes desarrollar y usar maneras de protegerte lo más pronto posible. Sin importar si eres menor de edad y sigues viviendo en su casa, o si eres un adulto con padres violentos, hay maneras de protegerte del abuso. Estas son algunas sugerencias para protegerte como menor o adulto, y maneras de evitar el abuso en el futuro.

Método 1
Método 1 de 3:
Protegerte si eres menor de edad

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    Ve a un lugar seguro. Si vives con padres violentos, ir a un lugar seguro debe ser tu principal prioridad. Ve a un lugar en el que te sientas a salvo, como la casa de un amigo o familiar, tu escuela, un refugio, o cualquier otro lugar en el que te sientas protegido.[1] Debe ser un lugar en donde haya personas que puedan cuidarte y mantenerte a salvo. Indícales el motivo por el que estás allí y qué ocurre en tu casa.
    • Si no puedes abandonar la casa y eres víctima de abuso emocional por parte de tus padres, ve a tu habitación y cierra la puerta.
    • Si sientes que estás en peligro inmediato y no puedes abandonar la casa, debes protegerte lo más que puedas. Bloquea la puerta, cierra las ventanas con seguro y escóndete si esto te hace sentir más seguro. Llama a los servicios de emergencia y espera a que lleguen las autoridades.
    • Si puedes salir de la casa, pero no sabes con certeza a dónde ir, ve a la estación de policía más cercana.
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    Ten un teléfono a la mano. El mejor elemento para protegerte será la capacidad de llamar para pedir ayuda o conversar con alguien de confianza. Ten tu teléfono contigo en todo momento. Si te quitan el teléfono con frecuencia, ten uno prepago escondido en un lugar del cual puedas tomarlo con facilidad. Si te preocupa tu seguridad o la de otros miembros de la casa, llama a los servicios de emergencia. No dudes en hacerlo; ya que no solo te ayudará a ti, sino también a todos en casa.
    • Además de usar el teléfono para llamar a los servicios de emergencia, también puedes usarlo para llamar a líneas de ayuda contra el abuso en el hogar u otras similares (como 1-800-4-A-CHILD).[2]
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    Conversa con alguien de confianza. Si tus padres son violentos contigo, debes conversar con un adulto de confianza sobre ello. En este tipo de situaciones, los niños no suelen contárselo a nadie por miedo y vergüenza. Si tienes miedo o vergüenza de tus padres, este es un signo importante de que algo anda mal. Tienes que conversar con alguien para que te ayude. Recuerda que no has hecho nada malo. Conversa con varios adultos, como amigos, otros familiares de confianza, consejeros, profesores o doctores.
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    Distráete. Vivir con padres violentos tiene muchos desafíos. Uno de ellos podría ser la incapacidad de salir de la casa cuando estás alterado. Podría ser de utilidad que te distraigas mientras estés cerca de ellos, hasta que puedas ir a otro lugar para conversar con alguien. Esto puede ser muy útil si tus padres abusan de ti o el uno del otro a nivel mental o emocional. Realiza las siguientes actividades para distraerte:
    • Escribe en un diario. Escribir te ayudará a proteger tu salud emocional y a lidiar con la negatividad que te transmitan tus padres. Tu diario será un lugar en el que podrás expresar tus pensamientos o sentimientos sin sufrir consecuencias.[3]
    • Escucha música. Si tus padres pelean con frecuencia, puede ser molesto escucharlos. Distráete con unos audífonos y tu música favorita.
    • Realiza una actividad que te guste como el arte, las películas o la lectura. Esto puede ser de utilidad para tomarte un descanso de aquello con lo que tengas problemas, incluso si solo es por un momento.

Método 2
Método 2 de 3:
Lidiar con padres violentos si eres adulto

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    Establece límites. Como adulto, tienes más control sobre la relación con tus padres violentos. Si eres más independiente, tendrás diferentes opciones para lidiar con las interacciones que tengas con ellos. Si eres adulto, tendrás la oportunidad de fijar límites con tus padres y alejarte de forma afectuosa para así protegerte.[4] Cuando fijes límites, ten en cuenta lo siguiente:
    • Sé claro y directo cuando fijes límites con tus padres.
    • Usa frases en primera persona (no en segunda persona) cuando expliques lo que ocurre o el motivo.
    • Si la conversación se vuelve violenta o abusiva, di “Merezco que me traten con respeto. Esta conversación ha terminado”.
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    Dales los cuidados que necesitan. Si eres su cuidador, la situación podría requerir la intervención de otros profesionales o agencias. Podrías tener que llevarlos a residencias de vivienda asistida o centros especiales. Algunas afecciones (como el alzhéimer) pueden hacer que las personas no violentas actúen así. Si la enfermedad de tu padre está empeorando y necesitas más que solo un descanso de él, considera internarlo en un centro en el que reciba cuidados constantes.
    • También puede ser beneficioso que solicites atención de relevo. Esto te permitirá tomarte un descanso del cuidado de tu padre violento y ayudará a evitar el abuso contra las personas de edad avanzada.[5] Sin embargo, esta atención no brinda la mejor solución, solo un descanso de tu padre.
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    Asiste a un grupo de apoyo. Mientras te dedicas a establecer límites y determinar el nivel de cuidado que necesitas para tus padres, podría ser beneficioso que recibas ayuda y apoyo. Unirte a un grupo de apoyo para adultos con padres abusivos puede ser muy útil. Si asistes a uno, esto puede ayudarte a hablar o asimilar lo siguiente:
    • furia hacia tus padres o tu persona
    • culpa por tener que separarte de tus padres por tu propia salud
    • vergüenza por querer una relación con personas que te han tratado mal
    • tristeza por el estado de la relación que tienes con ellos
    • dolor por perder la relación que debías haber tenido con ellos

Método 3
Método 3 de 3:
Planificar el futuro

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    Conversa con un profesional de la salud mental. El efecto de los padres violentos puede ser más grave y duradero que lo que te imaginas.[6] Si solicitas la ayuda de un profesional de la salud mental, esto te ayudará a lidiar con los efectos de tus padres violentos y a planificar un futuro más saludable. Es esencial que solicites atención médica mental si tus padres te han lastimado de forma física, pero también puede ser de ayuda para el daño emocional y mental. Conversar con un profesional de la salud mental puede ayudarte con lo siguiente:
    • trauma
    • baja autoestima
    • ansiedad
    • depresión
    • desarrollo de habilidades para afrontar la situación
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    Busca recursos para niños. Si eres un niño o tratas de ayudar a uno, podrías toparte con algunos obstáculos porque los psicólogos solo pueden conversar con niños bajo la autorización de los padres. No obstante, si eres menor o tratas de ayudar a uno, tienes algunas opciones:
    • Llama a una línea de ayuda para niños, como la Childhelp National Child Abuse Hotline (1-800-4-A-CHILD). Si no vives en los EE. UU., navega en internet para encontrar líneas de ayuda contra el abuso infantil en tu país.
    • Llama al 911 o la policía. Si eres un niño y corres un peligro físico inmediato, llama al 911. Conversa con los socorristas y explícales lo que ocurre. También puedes llamar a la policía si no corres un peligro físico inmediato, pero te gustaría hablar con los agentes del orden.
    • Cuéntaselo a un profesor, una enfermera o un consejero de la escuela. Si se lo cuentas a uno de tus profesores o consejeros de la escuela, podrá ayudarte y dirigirte a incluso más recursos.
    • Cuéntaselo a un adulto de confianza. Puedes hacerlo en persona, por teléfono o en una carta. Por ejemplo, si tienes un amigo cuyo padre te agrada y es de tu confianza, cuéntale sobre el abuso para que pueda ayudarte. Puedes conversar con todo adulto en el que confíes, incluidos los hermanos y abuelos de tus amigos.[7]
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    Ten un plan de contacto. Determina el nivel de contacto que quieres tener con tus padres de ahora en adelante. Si eres menor, esta puede ser una situación más delicada, pero igual de importante. Si eres adulto, puedes tomar la decisión de no dejar que tu padre violento sea parte de tu vida por tu propia salud mental y emocional.[8] Elegir el nivel de contacto con tus padres tiene que ser una decisión informada que tomes por tu cuenta. Estas son algunas opciones:
    • No tener contacto alguno. Esto consiste en detener todo contacto con ellos. En este caso, debes dejar de leer sus mensajes y correos electrónicos, y no escuchar sus correos de voz.[9]
    • Mantener poco contacto. Esto puede consistir en limitar el contacto telefónico con ellos a una vez a la semana o la frecuencia con la que estés cómodo. También podrías reducir el tiempo que pases con ellos en persona a solo festividades u ocasiones especiales.[10]
    • Tener un contacto limitado. Esto puede consistir en comunicarte con ellos solo cuando sea necesario.
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    Ten un plan de acción. Además de establecer un plan de contacto, también debes tener uno para lo que harías si vuelven a actuar de forma violenta en el futuro. El plan de acción o seguridad debe ser específico para ti y tus circunstancias.[11] Lo ideal es que incluya como mínimo planes para el lugar en el que dormirás, quién estará dispuesto a ayudarte y qué dirás o harás si tus padres actúan de forma violenta.
    • Si abusan de ti de forma física y te preocupa tu seguridad, podrías tener que incluir un bolso de emergencia en tu plan. Un bolso de emergencia incluirá todo lo que podrías necesitar si tienes que salir de la casa con prisa.[12]
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    Desarrolla una red de apoyo. Podrías tener una sensación o un deseo duraderos de que tus padres te traten con el cuidado amoroso que mereces. En el caso de los padres violentos o tóxicos, no siempre podrás desarrollar una relación de este tipo con ellos. Es esencial que te rodees de un sistema de apoyo sólido compuesto por otros familiares y amigos que te brinden el amor que tus padres no te dan. Desarrolla una red de apoyo que incluya a toda persona de confianza con la que puedas conversar sobre tus padres con comodidad. También debe incluir a personas que formen parte de tu plan de acción o que puedan ayudarte.

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011.