Es necesario ralear las plántulas para que se conviertan en plantas adultas saludables y fuertes. Aunque puede parecer incorrecto quitar plantas saludables, esto evita problemas de crecimiento y hongos más adelante. Crear suficiente espacio entre las plantas permite que cada una reciba toda la luz solar, el agua y los nutrientes que necesitan. Espera hasta que las plántulas tengan de 5 a 7,5 cm (2 a pulgadas) de altura y elige un día templado para empezar a ralearlas. Las plantas separadas adecuadamente ayudarán a que tu jardín sea fructífero y próspero.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Elegir qué plántulas cortar

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    Ralea las plántulas cuando tengan de 5 a 7,5 cm (2 a 3 pulgadas) de altura. Supervisa de cerca el crecimiento de las plántulas. No dejes que crezcan mucho, ya que se formarán más hojas, lo que puede provocar un apiñamiento.[1]
    • Es más fácil esperar hasta que las plántulas sean lo bastante altas para agarrarlas.
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    Busca 1 o 2 grupos de hojas verdaderas en cada plántula. Las hojas de semillas se reemplazan por hojas verdaderas a medida que crecen las plántulas. Busca hojas que coincidan con las adultas, puesto que las hojas de semillas son más redondeadas y simples que las verdaderas. Esperar a que aparezcan las hojas verdaderas te ayuda a identificar las plántulas más saludables que debes conservar.[2]
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    Elige un día templado cuando la tierra esté húmeda. Las plántulas raleadas tienen una mayor probabilidad de supervivencia si el clima no es muy cálido o frío. Humedece la tierra con una manguera o una regadera si está muy seca.[3]
    • Es más fácil arrancar las raíces de la tierra húmeda.
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    Espera hasta la noche para darles a las plántulas la oportunidad de adaptarse. Solo empieza a ralearlas cuando la temperatura sea más fría. Las plántulas restantes necesitan tiempo para adaptarse al aire y la luz adicionales antes de la mayor exposición a la luz solar durante el día siguiente. Esto evita que las plántulas se estresen y ayuda a que se conviertan en plantas adultas saludables.[4]
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    Localiza las plántulas más fuertes y saludables para conservar. Busca las plántulas que parezcan vivaces, saludables y libres de enfermedades. Utiliza palitos de madera delgados como los mondadientes o los palitos de paleta para marcar dichas plántulas. Verifica que solo haya una plántula por celda o que haya seguido el espacio recomendado.[5]
    • Las plántulas más altas no son siempre más fuertes. Evita elegir las plántulas altas y delgadas, ya que es posible que no lleguen a ser adultas saludables.

Parte 2
Parte 2 de 2:
Retirar las plántulas

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    Trata de dejar una plántula por sección si la empezaste en celdas o canastillas. Con frecuencia se empiezan varias plantas en el mismo lugar para hacer que la germinación sea más probable. Deja solo una plántula en cada celda o canastilla para darle la mejor probabilidad de supervivencia.[6]
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    Conoce la separación recomendada para las plántulas que comparten una parcela. Lee el paquete de semillas para averiguar la separación recomendada para ralear tu planta en particular. Sigue las recomendaciones de modo que las plántulas restantes tengan la mejor probabilidad de crecer.[7]
    • Si la separación es muy pequeña, es posible que debas ralear de nuevo las plántulas más adelante.
    • La separación recomendada varía entre plantas. Por ejemplo, para los frijoles la separación es de 10 cm (4 pulgadas) y para el maíz es de 30 a 45 cm (1 a 1,5 pies).[8]
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    Saca las plántulas frondosas de la tierra. Sujeta firmemente donde los brotes se encuentran con la tierra. Tira con suavidad de la plántula hacia arriba para arrancar las raíces. Las plántulas frondosas son fáciles de retirar con las manos.[9]
    • Presiona con los dedos la tierra alrededor de cada plántula deseada cuando retires las plántulas vecinas si te preocupa perturbar las raíces.
    • Tira las plántulas cuando hayas terminado. Como alternativa, puedes lavar los brotes y utilizarlos en una ensalada.
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    Corta las plántulas al nivel de la tierra para ralear las verduras de raíz. Utiliza un par de tijeras pequeñas para cortar los brotes de las plántulas que no vas a conservar. Hazlo para verduras como la remolacha, la zanahoria, la chirivía y la papa. Esto se debe a que arrancar las verduras de raíz puede perturbar fácilmente las plantas vecinas.[10]
    • Puedes ralear las plántulas con tijeras si te preocupa dañar las raíces de las plantas deseadas. Sin embargo, tarda más tiempo que solo arrancar las raíces.[11]
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    Riega las plántulas restantes para asentar la tierra. Riégalas ligeramente después de ralearlas utilizando una regadera o una manguera con una boquilla de rociado fino. Mantenlas bien regadas para ayudarlas a convertirse en plantas adultas saludables.[12]

Consejos

  • Pincha con suavidad las plántulas pequeñas y trasplántalas a sus propias celdas si tienes cuidado de deshacerte de los brotes adicionales.
  • Si no estás satisfecho con la idea de ralear las plántulas, trata de esparcir las semillas que siembres. Sin embargo, con frecuencia las semillas son diminutas, así que esto puede resultar difícil.

Cosas que necesitarás

  • plántulas
  • una regadera o una manguera con boquilla de rociado fino
  • palitos de madera
  • tijeras

Acerca de este wikiHow

Lauren Kurtz
Coescrito por:
Horticultora profesional
Este artículo fue coescrito por Lauren Kurtz. Lauren Kurtz es especialista en naturalismo y horticultura. Lauren ha trabajado para Aurora, Colorado administrando el jardín Water-Wise en el Centro Municipal de Aurora para el Departamento de Conservación del Agua. Recibió una licenciatura en estudios ambientales y de sostenibilidad en la universidad Western Michigan en 2014. Este artículo ha sido visto 3809 veces.
Categorías: Siembra y cultivos