El jengibre tiene muchos usos culinarios y medicinales. Dado que su textura es densa y fibrosa, rallarlo puede ser una tarea difícil para alguien que no está preparado para hacerlo. Hay diferentes métodos para preparar el jengibre, ya sea que uses un rallador u otros utensilios de cocina comunes.

Método 1
Método 1 de 3:
Pelar el jengibre

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    Revisa si el jengibre está suave o húmedo. El jengibre debe sentirse firme y no tener puntos blandos. Toca toda la raíz con las manos y busca puntos de putrefacción evidentes.[1]
    • Los bordes del jengibre pelado se obscurecerán cuando comience a echarse a perder.[2]
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    Endereza los bordes con un cuchillo de chef. Corta los bordes de la raíz con un cuchillo de chef afilado. Cortar un poco el jengibre a cada lado, hará que sea más fácil sostenerlo en lugar de trabajar con una figura irregular.[3]
    • Intenta cortar solo una pequeña porción de los bordes para que no desperdicies nada del jengibre utilizable.
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    Pela el jengibre con un cuchillo para pelar o un pelador de verduras. Coloca el jengibre sobre uno de sus extremos y usa un cuchillo afilado o un pelador de verduras para retirar el resto de la cáscara. Corta en un movimiento descendiente, hacia la tabla para cortar. Recuerda intentar retirar la menor cantidad de cáscara posible.[4]
    • Como alternativa, puedes usar el borde de una cuchara para raspar la cáscara del jengibre fresco. Esta técnica funciona especialmente bien en los bultos redondos que pueden ser difíciles de alcanzar con un cuchillo.[5]
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    Congela el jengibre para que sea más fácil de rallar. El jengibre pelado debe almacenarse en una bolsa resellable apta para congelador y se conserva durante una semana.[6] El jengibre congelado es más fácil de rallar debido a que se endurece.[7]
    • El jengibre sin pelar se puede conservar en el congelador hasta por 3 meses. Deja que se descongele antes de pelarlo.[8]
    • El jengibre puede pelarse tan pronto como se saque del congelador.[9]

Método 2
Método 2 de 3:
Usar un rallador

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    Busca un rallador con una superficie grande y orificios finos grabados. No importa si es un rallador de mano o de caja. Evita los ralladores que tengan protuberancias o dientes de metal porque serán ineficientes y en general consumirán más tiempo.[10] Puedes comprar estos rayadores en muchos supermercados o tiendas especializadas en cocina.
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    Sostén la raíz de jengibre pelado de forma que las fibras queden en posición perpendicular al rayador. Las fibras del jengibre van de la parte superior a la parte inferior de la raíz. Si lo rayas desde arriba o abajo, es probable que el rayador se obstruya. Al sostener el jengibre por el costado en contra de los dientes del rallador, serás capaz de evitar que las fibras queden atrapadas.[11]
    • Si los dientes del rallador se obstruyen, enjuágalo bajo agua tibia y usa una esponja para frotar y retirar el residuo.[12]
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    Arrastra la raíz contra los dientes del rallador. En movimientos pequeños de ida y vuelta, frota el jengibre a lo largo de los dientes de metal. Aplica con los dedos una presión uniforme en contra del rallador para que el jengibre se ralle de manera homogénea.[13]
    • Usa un trozo de jengibre lo suficientemente grande para que no te cortes la mano con los dientes del rallador por accidente. Se requieren 35 g (1¼ oz) de jengibre crudo para formar 1 cucharada de jengibre rallado.[14]

Método 3
Método 3 de 3:
Rallar con un tenedor

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    Coloca un tenedor sobre la tabla para cortar. Coloca un tenedor de metal con los dientes mirando hacia arriba sobre la tabla para cortar.[15] Sostén el mango del tenedor con la mano no dominante para que no se mueva.
    • Usa un tenedor con dientes más pequeños para trozos de jengibre más pequeños.
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    Frota el jengibre pelado a lo largo de los dientes del tenedor. Sostén el jengibre con la mano dominante. Mantén una presión constante y uniforme sobre el jengibre mientras lo arrastras a lo largo del borde del tenedor. Observarás tiras de jengibre molido que caerán desde el bulto que estés rayando.[16]
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    Empuja el jengibre en todas direcciones. Esto te ayudará a trabajar en las fibras interiores y liberará la mayor parte del jengibre utilizable. Continúa rallando el jengibre en los dientes del tenedor hasta que tengas la cantidad que necesitas para tu receta.[17]

Consejos

  • Puedes almacenar en el congelador el jengibre rallado que no uses y trozos enteros de raíz de jengibre hasta por 3 meses.[18]
  • Se dice que el centro de la raíz de jengibre es el que tiene más sabor. Sin embargo, también puede ser la parte más difícil de rallar. Prepárate para aumentar tus esfuerzos de rallado cuando alcances el centro.

Advertencias

  • No ingieras más de 4 gramos de jengibre al día.[19]
  • Si actualmente tomas medicamentos anticoagulantes, consume jengibre únicamente bajo la supervisión de un médico o un profesional médico autorizado.[20]

Cosas que necesitarás

  • cuchillo de chef
  • cuchillo para pelar
  • pelador de vegetales
  • rallador escofina
  • tabla para cortar
  • tenedor

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Resumen del artículoX

Para rallar jengibre, primero pélalo con un cuchillo o un pelador de vegetales. Luego coloca un tenedor en una tabla de picar con los picos hacia arriba, y sostén el mango con la mano. Ahora toma el jengibre pelado con la mano libre y frótalo por los picos del tenedor de un lado a otro. ¡Sigue haciéndolo hasta rallar suficiente como para tu receta! Si tienes un rallador metálico, podrás usarlo sosteniéndolo sobre un tazón y frotando el jengibre pelado contra él de un lado a otro.