Si tu gato deja de respirar como resultado de un accidente, de asfixia o de una enfermedad, debes actuar rápidamente para despejar sus vías respiratorias y hacer que vuelva a respirar. Realizarle reanimación cardiopulmonar (RCP) a un gato puede parecerte atemorizante, aunque si conoces los pasos para hacerlo será mucho más fácil. Lo más apropiado es llevarlo al veterinario inmediatamente. Sin embargo, en el camino puedes determinar si necesita reanimación cardiopulmonar, examinar sus vías respiratorias y comenzar a realizarle este procedimiento de emergencia. Continúa leyendo este artículo para aprender más sobre cómo realizarle RCP a un gato.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Determinar si el gato necesita RCP

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    Lleva a tu gato al veterinario ante la primera señal de un problema. Lo mejor que puedes hacer es llevarlo al veterinario inmediatamente para evitar realizarle RCP por tu cuenta. Un veterinario está mejor equipado para encargarse de crisis de salud graves. Observa si presenta síntomas que podrían indicar un problema grave y llévalo a un veterinario inmediatamente si notas tiene las siguientes señales:
    • Tiene dificultad para respirar.
    • Está inconsciente.
    • Muestra señales de debilidad o letargo.
    • Tiene una lesión grave.
    • Está gravemente enfermo.[1]
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    Determina si el gato respira. Para determinar si el gato respira, puedes observar el movimiento de su pecho, sentir su respiración colocando tu mano en frente de su nariz y boca, o colocar un espejo pequeño en frente de su nariz o boca para ver si se empaña. Si el gato no respira, probablemente debas realizarle RCP.[2]
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    Verifica su pulso. La presencia o ausencia de pulso también te permitirá decidir si es necesario que le realices RCP. Para revisar su pulso, coloca los dedos sobre la parte interna del muslo del gato y espera. Si tienes un estetoscopio, puedes usarlo para escuchar el latido del corazón del gato. Si no tiene pulso, probablemente debas realizarle RCP.[3]
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    Examina las encías del gato. El color de las encías del gato también puede indicar si necesita RCP. Normalmente, las encías saludables son de color rosado. Si las encías del gato son azuladas o grises, significa que no obtiene suficiente oxígeno. Si son de color blanco, indica que probablemente tenga mala circulación. Debes considerar estos factores cuando decidas si el gato necesita RCP.[4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Realizarle RCP a un gato

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    Lleva a tu gato a un lugar seguro. A veces los gatos requieren de RCP después de ser golpeados por un vehículo en movimiento. Si vas a atender a un gato en una autopista o entrada de automóviles, llévalo fuera de la vía de tránsito antes de comenzar a realizarle RCP.
    • Si es posible, haz que alguien los lleve en su auto al hospital de animales o la veterinaria más cercana. De esa forma, podrás realizarle RCP en el trayecto.
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    Coloca el gato inconsciente o semiconsciente en la posición de recuperación. Asegúrate de que se recueste de lado sobre algo cómodo como una manta o una cobija. De esa forma, conservará el calor y se sentirá más cómodo.[5]
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    Examina las vías respiratorias del gato. Una vez que esté recostado de lado, inclina un poco su cabeza nuevamente. Abre su boca y extiende su lengua usando los dedos. Presta atención si puedes ver una obstrucción en la garganta del gato.[6] Si no puedes ver nada, roza suavemente la parte interna de su boca con tu dedo para palpar si hay un objeto extraño que podría estar obstruyendo las vías aéreas. Si sientes una obstrucción, determina si puedes retirar el objeto con los dedos o si necesitas hacer compresiones abdominales.
    • No retires los huesos pequeños de la parte trasera de la boca del gato. Son parte de su laringe.[7]
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    Realiza compresiones abdominales si es necesario. Si no puedes extraer un objeto de la garganta del gato usando los dedos, puedes hacerle compresiones abdominales. Primero, levanta al gato, de manera que su columna vertebral se sitúe contra tu pecho, y luego usa tu otra mano para ubicar la parte inferior de su caja torácica. Si el gato no se resiste, sostenlo por el cogote y sostenlo con ambas manos debajo de la última costilla. Si el gato lucha por liberarse, sostenlo del cogote con una mano mientras haces puño debajo de la última costilla con la otra mano. Haz presión con el puño o las manos sujetadas contra su cuerpo y empuja hacia arriba. Continúa comprimiendo hacia arriba cinco veces.
    • No intentes hacerlo si tu gato está consciente y luce enfadado. Colócalo en un transportador y llévalo al veterinario inmediatamente. [8]
    • Si el objeto no sale, voltea al gato y sopla cinco veces sobre su espalda. Luego, colócalo sobre tu antebrazo, de manera que su cabeza cuelgue hacia el piso y apoyes su cuerpo con tu brazo debajo de sus caderas. Usa la mano con la que no sostengas al gato para ubicar los omóplatos. Golpea fuertemente al gato cinco veces entre los omóplatos usando la palma abierta de tu mano libre.
    • Si el objeto no se desprende, trata de retirarlo nuevamente con tu dedo y continúa usando los métodos de extracción secuencialmente hasta que lo hayas extraído.
    • Una vez que hayas retirado el objeto, continúa revisando la respiración del gato y comienza o continúa con los procedimientos de RCP según sea necesario.
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    Realiza respiraciones de rescate si es necesario. Si el gato no respira, tendrás que darle inmediatamente dos respiraciones de rescate. Para llevarlas a cabo, cierra la boca del gato con una mano y extiende cuidadosamente su cuello para enderezar las vías respiratorias. Con la boca del gato cerrada, forma una cuchara con la mano alrededor de su nariz y coloca tu boca en el hocico del gato. [9]
    • Respira directamente hacia la nariz del gato durante 1 segundo.
    • Si sientes que el aire ingresa, respira nuevamente y reanuda la RCP si no sientes el latido del corazón del gato. Si tiene latidos pero no respira, continúa con la respiración de rescate en un ritmo de 10 respiraciones por minuto hasta que respire por su cuenta o llegue la ayuda.
    • Asegúrate de vigilar el ritmo cardíaco del gato. Si este si cesa, comienza con las compresiones. Si el aire no ingresa, endereza su cuello e inténtalo nuevamente. Si todavía no ingresa, revisa nuevamente si hay alguna obstrucción.
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    Realiza compresiones torácicas si es necesario. Coloca el gato de lado y envuelve su pecho con tu mano detrás de sus patas frontales. Tu pulgar debe situarse en la parte lateral de su pecho apuntando hacia arriba y el resto de los dedos debajo del gato. Si vas a usar esta posición, oprimirás el pecho del gato para realizar compresiones torácicas. Si no puedes alcanzar fácilmente el pecho del gato con tu mano o la posición es incómoda, coloca una mano sobre la parte del gato que apunte hacia arriba. Luego, coloca las manos con la base contra la pared torácica. Asegúrate de mantener los codos cerrados y los omóplatos directamente sobre tus manos.
    • Dependiendo de que uses una o dos manos, aprieta o ejerce presión contra el pecho con la fuerza suficiente para comprimirlo de 1/3 a 1/2 de su profundidad norma. Luego, deja que regrese a la normalidad antes de comprimirlo nuevamente.
    • Evita apoyarte sobre el pecho y permitir que permanezca parcialmente comprimido entre las compresiones.
    • El ritmo de las compresiones debe ser de 100 a 120 por minuto. Una recomendación común es comprimir el pecho al compás de la canción "Stayin' Alive" de Bee Gees.[10]
    • Después de hacer las primeras 30 compresiones, verifica las vías aéreas del gato y su respiración nuevamente. Si el gato puede respirar por su cuenta nuevamente, deja de realizar las compresiones.
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    Continúa administrándole RCP. Debes continuar dándole al gato RCP hasta que comience a respirar por su cuenta y el corazón comience a latir nuevamente, o hasta que llegues a la veterinaria. Probablemente necesites la ayuda de un amigo si la veterinaria está muy lejos del lugar en el que te encuentres. Sigue esta secuencia de medidas de RCP cada dos minutos:
    • Realiza entre 100 a 120 compresiones torácicas por minuto junto con una respiración de rescate por cada 12 compresiones.[11] [12]
    • Verifica el latido del corazón y la respiración.
    • Repite la secuencia.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Cuidar un gato después de realizarle RCP

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    Examina el gato con frecuencia para observar su respiración, el latido de su corazón o pulso. Cuando el gato comience a respirar por su cuenta nuevamente, mantenlo en observación estricta. Si no lo has hecho antes, llévalo al veterinario para que lo revise y cure cualquier lesión o sangrado que pueda tener.[13]
    • Es muy importante que visites a un veterinario. El gato necesita que lo examinen para detectar heridas internas, fracturas o huesos rotos. En algunos casos, posiblemente sea necesario realizarle una cirugía de emergencia después de que se haya estabilizado.
    • Es muy probable que tu mascota todavía esté en estado de shock. Un gato en ese estado debe ser llevado al veterinario.
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    Sigue las instrucciones del veterinario para cuidar al gato. Ten en cuenta que probablemente el veterinario necesite que el gato se quede en su consultorio durante algunos días para que su estado de salud vuelva a ser óptimo.[14] Después de que hayas liberado nuevamente al gato, asegúrate de seguir las instrucciones del veterinario para cuidarlo. Adminístrale cualquier medicamento que el veterinario prescriba y obsérvalo de cerca.
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    Comunícate con el veterinario nuevamente si el gato muestra signos de un problema. Un gato con un problema de salud grave que requiera de RCP puede estar en riesgo de tener otros problemas o incluso en peligro de muerte. Asegúrate de notificar a tu veterinario inmediatamente si el gato muestra señales de tener un problema, y programa chequeos regulares para ayudarlo a permanecer saludable.[15]
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Consejos

  • Considera tomar clases de primeros auxilios para mascotas. Saber cómo realizar RCP en mascotas puede salvarles la vida si no tienes un veterinario cerca.
  • Si vas a cargar al gato o transportarlo, mantenlo cubierto con una cobija para proporcionarle comodidad, asegurar su seguridad y la tuya.
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Advertencias

  • Nunca intentes realizarle RCP a un animal saludable y consciente.
  • El temperamento de un gato adolorido es impredecible. Podría morderte y arañarte en su intento por defenderse o como una reacción al dolor.
  • Muchos gatos que requieren de RCP no sobreviven. Haz tu mejor intento por salvar la vida del gato. Sin embargo, si él no sobrevive, siéntete tranquilo sabiendo que hiciste todo lo que pudiste. [16]
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 16 386 veces.
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