Este artículo fue coescrito por Karen Litzy, PT, DPT. La Dra. Karen Litzy, PT, DPT es fisioterapeuta con licencia, oradora internacional, propietaria de Karen Litzy Physical Therapy, Sociedad Limitada Profesional y presentadora del podcast Healthy Wealthy & Smart. Con más de 20 años de experiencia, se especializa en un enfoque integral para practicar fisioterapia utilizando ejercicios terapéuticos, terapia manual, educación sobre el dolor y programas de ejercicios en casa. Karen tiene una maestría en Ciencias en Terapia Física y un doctorado en Terapia Física de la Universidad de Misericordia. Karen es miembro de la Asociación Estadounidense de Terapia Física (APTA por sus siglas en inglés) y es portavoz oficial de la APTA como miembro de su unidad de medios de comunicación. Vive y trabaja en la ciudad de Nueva York.
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La rigidez y el dolor de espalda son tan comunes que no les prestamos la debida atención. Generalmente se alivian con descanso y a lo mucho luego de tomar algún analgésico. No obstante, debes tomar en serio estas molestias, ya que podrían ser el primer indicio de pérdida progresiva de agua en los discos intervertebrales. Si este problema no se trata a tiempo, puede causar su degeneración. la columna de un adulto pierde hasta 20 mm (alrededor de 3/4 de pulgada) de altura de discos cada día debido a la pérdida de líquido en el mismo. Dormir ayuda a recuperar una parte, pero no todo el líquido. Esta es la razón por la que la altura de los discos empieza a reducirse de forma gradual a los 30 años, lo que genera una pérdida de 5 cm (2 pulgadas) al llegar a los 60.[1] Rehidratar los discos de la columna puede hacer que tengas huesos saludables y una espalda fuerte por años.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Mejorar la salud de tu espalda y huesos
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1Toma mucha agua. Los discos intervertebrales forman parte del cuerpo. Si el cuerpo se deshidrata, los discos también. El agua es esencial para la salud óptima del fibrocartílago de los discos intervertebrales. La deshidratación hace que sea difícil que el fibrocartílago recupere su forma natural y funcione adecuadamente.
- Toma 3 litros de agua al día. Para que el agua llegue a la zona de la espalda, debes tener una buena circulación en esa área.
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2Mantén un nivel de alcalinidad adecuado en tu sangre. Nuestro cuerpo en estado normal tiene un pH de 7,4, que es ligeramente alcalino (un pH de 7 es neutro). Esto ayuda a que el calcio se deposite en los huesos y cartílagos inmaduros. Si el pH del cuerpo se vuelve ácido, muchas sustancias alcalinas, incluyendo el calcio, tienden a neutralizar el exceso de ácido. Por lo tanto, los huesos y cartílagos pierden calcio, lo que causa que se sequen.
- El café, los cigarros, el alcohol, el azúcar refinada, la comida chatarra, la comida rápida, los alimentos recocidos, los panes refinados, la carne, etc. hacen que el organismo se vuelva ácido. Evita consumirlos.
- Los alimentos crudos, especialmente los vegetales, son buenos para mantener la alcalinidad en la sangre y los tejidos del cuerpo.
- Tomar demasiada leche también hace que el pH de la sangre se vuelva ácido, aunque es una buena fuente de calcio.
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3Consume alimentos ricos en calcio. El calcio es el componente básico de los huesos. También es importante para la salud óptima del cartílago. Consumir calcio fortalece los discos intervertebrales y los fibrocartílagos. Esto es especialmente importante para las personas ancianas y las mujeres postmenopáusicas que son más propensas a padecer de déficit de calcio y fracturas.
- Entre los alimentos ricos en calcio se encuentran las leches de frutos secos, las mantequillas de frutos secos (no mantequilla de maní), las nueces, las semillas, los vegetales verdes como el brócoli, las hojas verdes y los brotes.
- Si no estás seguro sobre las fuentes dietéticas o si te han detectado déficit de calcio, también puedes tomar suplementos de calcio. Toma una tableta de calcio de 500 mg o una tableta de calcio junto a un compuesto de vitamina D 1 vez al día hasta que tus síntomas desaparezcan completamente.
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4Haz ejercicio. Hacer ejercicio regularmente es bueno para el funcionamiento de los huesos y las articulaciones. Puedes hacer cualquier tipo de ejercicio como yoga, aeróbicos o simplemente caminar. Los siguientes son sus beneficios:[2]
- Fortalecer los músculos de la espalda mejora la capacidad para soportar peso.
- Incrementa la flexibilidad de la columna vertebral.
- Al fortalecer los músculos del vientre, piernas y brazos, el peso se distribuye de manera equitativa y reduce la tensión en la espalda.
- La pérdida de hueso relacionada a la edad se minimiza de manera significativa y, como consecuencia, la columna vertebral se fortalece y puede resistir la presión.[3]
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5Baja de peso. Quizá has notado que las personas obesas se quejan más de dolores de espalda, hernia discal y otros tipos de problemas lumbares. La columna vertebral soporta el peso cuando se está erguido. Por lo tanto, es normal que en las personas obesas, la columna tenga que soportar la presión y debido a eso presente lesiones leves o se degenere. Trata de mantener tu peso en un límite adecuado de acuerdo a tu estatura.[4]
- Tu doctor te indicará el peso adecuado que debes mantener y te iniciará en un plan para perder peso y hacer ejercicio de manera segura. ¡Hasta unos cuantos kilos menos pueden marcar la diferencia!
Parte 2
Parte 2 de 3:Cuidar tu espalda
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1Mejora la circulación sanguínea en la zona de tu espalda. Es necesario que tengas una buena circulación para facilitar el transporte de nutrientes y agua a los discos intervertebrales y así mantenerlos hidratados. Si te recuestas todo el día o te sientas sin hacer nada, tu circulación sanguínea será lenta. ¿Cuál es la mejor forma de cuidar la espalda? Mantenerse activo y hacerse masajes.
- Haz actividades simples que puedan mejorar tu circulación. Si debes estar sentado durante mucho tiempo, ponte de pie con frecuencia y camina un poco.
- Masajea tu espalda para mejorar un poco el suministro de sangre. Es posible que necesites la ayuda de una persona especializada en este campo. Recibir masajes en esa zona 1 o 2 veces al día durante 10 minutos te ayudará mucho.
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2Considera la posibilidad de tomar un suplemento. La glucosamina y la condroitina son componentes esenciales del cartílago, porque mantienen su flexibilidad. Puedes usar estos suplementos para estimular y renovar tu cartílago.
- Toma 1 tableta de glucosamina de 500 mg tres veces al día o ingiérela junto a 1 o 2 tabletas de condroitina tres veces al día. La dosis se puede adaptar luego de 60 días o según sus resultados.
- También puedes aplicar sulfato de glucosamina en crema sobre el área afectada. Esto ayudará a reducir la inflamación y acelerar la curación del fibrocartílago. Aplica una capa delgada de crema sobre el área adolorida y frótala cuidadosamente con la yema de los dedos. Úsala 2 veces al día hasta que se vaya el dolor.
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3Considera la posibilidad de recibir algún tipo de terapia para la espalda. Si tomas tus precauciones contra la degeneración de los discos intervertebrales, al mismo tiempo los protegerás de la deshidratación. Tienes varias opciones:
- Terapias médicas alternativas y complementarias (MAC): funcionan muy bien en las etapas iniciales de deshidratación de los discos intervertebrales, ya que reducen su degeneración progresiva y a veces los regeneran.
- Cuidado quiropráctico: en este tipo de tratamiento, se manipula la columna vertebral con las manos para restaurar la alineación de las articulaciones de esa zona. El quiropráctico, controlando la fuerza aplicada, manipula las articulaciones y restaura su alineación. De esa manera se logra aliviar la presión de esa zona en gran medida. Solo un quiropráctico experto debe realizar este tratamiento.[5]
- Terapia de masaje: este tratamiento alivia la tensión muscular relacionada a este problema y mejora la circulación sanguínea de la articulación afectada. Existen varios tipos de terapias de masaje que ofrecen resultados diversos como la terapia de masaje que alterna calor y frío, la terapia de masaje panchakarma, etc.[6]
- Otras modalidades conocidas son las terapias ultrasónicas o de estimulación eléctrica, la terapia tonificante, la hidroterapia, la rehabilitación de postura, el entrenamiento para desarrollar flexibilidad y fuerza. Todas estas modalidades pueden hacer maravillas en algunas personas y vale la pena intentarlas bajo la supervisión de un experto.
- Descompresión espinal por tracción: esto ayuda a incrementar el espacio del disco y facilitar el flujo de agua para rehidratar el disco dañado. Este tipo de terapia se restringe solo a casos crónicos. No se debe aplicar en caso de inflamación y dolor agudos en la zona lumbar.
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4Evita las malas posturas. Es necesario que adoptemos otras posturas para las actividades diarias, porque ejercen un impacto crucial en nuestros discos intervertebrales y en su deshidratación. Algunas posturas tienden a desplazar los discos y a ejercer presión sobre ellos. Debes realizar todo movimiento y actividad de tal manera que tus discos permanezcan relajados.
- Mantén tu torso tan recto como sea posible. Cuando te recuestes boca arriba, coloca almohadas debajo de tus rodillas y cuando te recuestes de lado, coloca almohadas entre tus piernas para soportar la parte baja de tu espalda.
- Siéntate derecho manteniendo toda tu espalda en contacto con el respaldo de la silla. Cuando te sientes, coloca las nalgas tan cerca como puedas del respaldo de la silla.
- Mientras estés de pie, mantén tu espalda derecha y contrae los músculos abdominales todo el tiempo.
- Si necesitas levantar un objeto del piso, primero ponte en cuclillas y luego sostén el objeto con las manos. Levanta una rodilla y mantén el objeto sobre esa rodilla. Ponte de pie manteniendo tu espalda recta.
- No permanezcas parado o sentado durante mucho tiempo.
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5Evita los movimientos repetitivos y las malas posturas para levantar. Los movimientos repetitivos con las posturas incorrectas pueden desgastar los discos. La posición principal a evitar es la flexión (doblarse hacia delante). Si vas a flexionarte para levantar algo, hazlo con las piernas y la espalda recta. Asegúrate de mantener los objetos cerca de tu cuerpo.
- Evita también los giros y las rotaciones repetitivas. Si vas a girar, asegúrate de primero mover los pies y voltear todo el cuerpo, no solo a la altura de la cintura. Por ejemplo, si vas a girar a la derecha, primero rota el pie derecho hacia fuera y luego el cuerpo. Así el cuerpo podrá minimizar la rotación a la altura de la columna.
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6Duerme cuando necesites hacerlo. Dormir es obligatorio en todos los casos, porque reduce el dolor de espalda de una manera muy efectiva. Al estar de pie, la columna vertebral sostiene el peso, pero al dormir, el peso de la columna vertebral y los músculos de la espalda se trasladan. Esto alivia la tensión y hace sentir cómodo.
- No permanezcas en cama durante más de 2 a 3 días o de lo contrario tus músculos se debilitarán, lo cual no es nada deseable. Por lo tanto, continúa con tus actividades una vez que el dolor de tu espalda disminuya.
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7Considera la posibilidad de comenzar a tomar medicamentos. A menudo, los analgésicos y antiinflamatorios ayudan a que el paciente continúe con sus actividades normales. También permiten continuar con la rutina de ejercicios, eliminando el dolor y estirando la espalda para que los discos puedan lubricarse adecuadamente. Las siguientes son características de aquellos medicamentos:[7]
- Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son la primera línea de tratamiento para el dolor de espalda asociado a la degeneración de los discos intervertebrales. Entre ellos se encuentran el ibuprofeno, el ketoprofeno, la aspirina, la indometacina, el diclofenaco, etc.
- En casos en los que se presenta dolor excesivo que no puede aliviarse con los AINE, a veces se administran narcóticos como la morfina, la codeína, la pentazocina, etc. Tómalos durante un período de tiempo corto, porque los efectos secundarios pueden causar otros problemas. Los efectos secundarios más comunes son nauseas, vómitos, estreñimiento, mareos y sobretodo riesgo de adicción.
- Los relajantes musculares que normalmente se administran como la clorzoxazona se asocian con la somnolencia, tendencias a la depresión y el letargo, así que no debes tomarlos durante más de 2 o 3 días. Se dice que estos medicamentos ayudan a controlar los espasmos musculares.
- Cuando se presenta dolor excesivo y todas las modalidades de tratamiento han fallado, a veces los doctores recomiendan inyectar una mezcla de cortisona y un anestésico local en el espacio alrededor de la médula espinal. Este procedimiento recibe el nombre de "bloqueo epidural". Antes de aplicar una epidural se debe determinar la causa del dolor ya sea mediante una tomografía computarizada (TC) o una imagen por resonancia magnética (IRM) de la espalda además de una investigación de base.[8]
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8Considera la posibilidad de someterte a una cirugía de corrección. El tipo de cirugía dependerá de la causa de la lesión del disco, por ejemplo:
- La laminectomía y la estabilización dinámica lumbar pueden mejorar la rehidratación de los discos en caso de estenosis de la columna lumbar.
- La artrodesis vertebral es el tratamiento indicado para todos los casos de espondilosis degenerativa difíciles de tratar.[9]
- La regeneración de discos intervertebrales usando células madre mesenquimales indudablemente es el futuro de todos los trastornos degenerativos de este tipo aunque actualmente aún está en fase de prueba.[10]
- La corrección quirúrgica no es exitosa en todos los casos e implica ciertos riesgos. Por lo tanto, solo se debe llevar a cabo si todos los métodos tradicionales han fallado.
Parte 3
Parte 3 de 3:Ejercitar tu espalda
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1Haz levantamientos de rodilla. Esto ayuda a aliviar el dolor causado por la compresión del nervio (lumbago o ciática). No obstante, antes de hacer cualquier ejercicio es mejor que consultes a un doctor o a un fisioterapeuta. Esto se debe a que algunos ejercicios podrían causar más daño al disco en lugar de beneficiarlo. El propósito del ejercicio es fortalecer los músculos de la espalda para sostener la columna vertebral y volver el disco a su posición normal. Luego de aclarar esto, así es como se hacen los levantamientos de rodilla:[11]
- Recuéstate boca arriba y sujeta una rodilla con los dedos entrelazados.
- Lleva tu rodilla hacia el pecho manteniendo la espalda recta. Sostén esa posición durante 20 segundos.
- Haz lo mismo con la otra rodilla. Repite este procedimiento 20 veces en cada sesión. Realiza 2 sesiones diarias.
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2Inclina la pelvis. Esto sin duda ayudará a inclinar la pelvis hacia adelante.
- Recuéstate boca arriba en el piso con las rodillas flexionadas y los pies planos.
- Presiona el piso con la parte baja de la espalda y los glúteos relajando los músculos traseros y ajustando los músculos abdominales y de los glúteos.
- Sigue presionando durante 20 minutos. Haz el mismo número de repeticiones para el estiramiento de la frente hasta las rodillas.
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3Haz abdominales. Esto te ayudará a desarrollar los músculos abdominales y laterales.
- Recuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies rectos contra el piso.
- Coloca las manos detrás de la cabeza con los dedos entrelazados.
- Levanta tu cabeza y omóplato lenta y gradualmente mientras mantienes la espalda contra el piso. Sentirás la tensión en tus músculos abdominales.
- Sostén la cabeza durante 5 segundos y luego bájala gradualmente.
- Al principio, repite ese procedimiento 5 veces en cada sesión. Incrementa gradualmente las repeticiones a 20.
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4Haz abdominales inversos. Mientras aprendes a mantener el equilibrio, incrementa gradualmente el grado de inclinación a una posición recostada y regresa nuevamente a una posición recta. Hazlo de la siguiente manera:
- Siéntate en el piso con la espalda recta y las rodillas flexionadas.
- Estabilízate colocando tus brazos extendidos en frente de ti.
- Luego, inclínate hacia atrás lenta y ligeramente manteniendo los músculos abdominales apretados.
- Usa tus músculos abdominales y laterales para evitar caerte hacia atrás. Mantén esta posición durante 20 segundos.
- Repite este procedimiento 20 veces por sesión. Al principio será suficiente que realices de 2 a 3 sesiones al día.
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5Haz extensiones con la espalda. Este ejercicio ayuda a empujar los discos intervertebrales hacia delante y libera la compresión en las raíces nerviosas.
- Recuéstate boca abajo cómodamente.
- Levanta la cabeza y los hombros, y sostente colocando las palmas de las manos en el piso.
- Mantén esa posición durante 10 segundos y regresa a la posición normal.
- Relájate durante 20 segundos y repite el ejercicio. Al principio realiza 5 repeticiones e incrementa 2 más.
Consejos
- Si sientes molestias en la espalda, primero consulta a un especialista en problemas de la columna.
- Si padeces un trastorno degenerativo del disco, nunca comiences un plan de ejercicios sin consultar a un buen fisioterapeuta especializado en la columna vertebral.
- La buena postura, el ejercicio adecuado y la buena nutrición son elementos claves para la rehidratación de los discos.
- Tu historia familiar puede hacerte más susceptible a padecer de trastornos degenerativos del disco.
Referencias
- ↑ http://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2005/06/11/spinal-regeneration.aspx
- ↑ http://www.spine-health.com/conditions/degenerative-disc-disease/controlling-%20degenerative-disc-disease-pain-three-things-you-can
- ↑ http://www.nhs.uk/Conditions/Slipped-disc/Pages/Treatment.aspx
- ↑ http://www.patient.co.uk/health/Prolapsed-Disc-%28Slipped-Disc%29.htm
- ↑ http://www.spine-health.com/
- ↑ http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3457722/
- ↑ http://www.spine-health.com/conditions/herniated-disc/nonsurgical-treatments-a-lumbar-herniated-%20disc
- ↑ http://www.webmd.com/back-pain/guide/back-pain-injection-treatments?page=2
- ↑ http://umm.edu/programs/spine/health/guides/degenerative-disc-disease