La avena remojada puede convertir a las gachas de avena sosas y blandas en un bocadillo delicioso para el desayuno. Pon la avena en el refrigerador en la noche anterior para que esté lista para comerla en la mañana. Una vez que esté remojada, necesitará una preparación mínima. Todo lo que tendrás que agregar es un poco de leche y la mayor cantidad de coberturas que te guste para tener una comida sencilla, sustanciosa y sana.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Escoger la avena ideal para remojar

  1. 1
    Encuentra avena entera para tener una opción saludable. La avena cortada con frecuencia pierde los ácidos grados y otros nutrientes mientras está guardada. Escoge la variedad entera si te interesan más sus beneficios saludables. El sabor fresco de la avena entera puede favorecer bastante durante la noche a las posteriores gachas de avena.[1]
    • Debes arrollar la avena entera en casa, por lo tanto, no escojas esta variedad a menos que tengas un molino de avena.
  2. 2
    Compra avena arrollada por preservación. La avena arrollada preserva su sabor y nutrientes. Antes de guardarla, los granos de avena arrollada se cuecen al vapor y se aplanan en copos. Si los remojas durante la noche, absorberán los sabores con facilidad.[2]
    • Puedes encontrar fácilmente avena arrollada en la mayoría de las tiendas de abarrotes, a diferencia de lo que sucede con la variedad entera.
  3. 3
    Escoge avena cortada para tener gachas sustanciosas de avena. La avena cortada se destroza en pedazos pequeños antes de ser guardada. Durante el proceso de envasado, no se cuece al vapor ni se arrolla. El sabor es más sustancioso y cremoso que el de la avena entera o arrollada ya que se mantiene firme después de absorber agua.[3]
  4. 4
    Evita comprar avena instantánea o rápida. Si bien puedes hacer avena remojada a partir de marcas de avena instantánea o rápida, será más probable que tengan un sabor pastoso. Tampoco tienen un valor nutricional debido al procesamiento económico y a los preservantes añadidos. Es la opción más barata pero también la menos ideal para remojar gachas de avena durante la noche.
    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 3:
Preparar y remojar la mezcla de avena

  1. 1
    Combina avena, agua y jugo de limón en un tazón. La proporción entre avena y agua debe ser de 1 a 1. Por ejemplo, si agregas una taza (8 oz) de gachas de avena a un tazón, deberás mezclarla con una taza (8 oz) de agua. Agrega suficiente jugo de limón para darle sabor. En la mayoría de los casos, una cucharada (1 oz) será suficiente.[4]
    • Si bien el jugo de limón fresco sabe mejor, el jugo de limón embotellado puede servir como reemplazo.
  2. 2
    Agrega vinagre de sidra de manzana o jugo de manzana para darle un sabor más dulce (opcional). Agrega una cucharadita del líquido más dulce cada vez hasta que alcance la dulzura que desees. No agregues suficiente líquido al punto de sumergir la avena.[5]
    • Agrega una cantidad mínima de vinagre a las gachas de avena, ya que demasiada puede hacer que tengan un sabor agrio.
    • Dado que la avena absorberá el líquido, menos será más.
  3. 3
    Mezcla semillas de chía para darle textura a la avena. No debes agregar la mayoría de las coberturas hasta que hayas remojado la avena durante la noche. No obstante, las semillas de chía absorberán bien el líquido y se mantendrán firmes después del remojo. Para darle una textura más espesa, vierte una cucharada (1 oz) de semilla de chía cada vez.[6]
  4. 4
    Revuelve la mezcla hasta que la avena esté ligeramente húmeda. La avena no debe estar mojada ni sumergida en agua, pero sí húmeda. Si accidentalmente agregas mucha agua, agrega avena lentamente hasta que la mezcla alcance una textura más espesa. Revuelve un poco de agua cada vez si parece estar muy seca.[7]
  5. 5
    Cubre la avena y deja que remoje en el refrigerador durante 12 horas. Coloca una envoltura de plástico sobre el tazón de avena y ponlo en el refrigerador. Deja que remoje por al menos 12 horas antes de servirla. Mientras más tiempo puedas remojar la avena, absorberá más sabores.
    • Evita mantener la avena preparada en el refrigerador por más de 5 a 7 días. No es recomendable que la congeles.[8]
    Anuncio

Parte 3
Parte 3 de 3:
Preparar avena con avena remojada

  1. 1
    Coloca la avena remojada en una sartén. La avena estará lista para que la cocines justo después de que termines de remojarla. Agrega 1/3 de taza (3 oz) de leche a la sartén para darle a la avena un sabor más cremoso. Empieza en un ajuste bajo de la estufa y pásalo de forma gradual a un ajuste medio a medida que hierva a fuego lento.[9]
    • Si la avena empieza a hervir, entonces estará muy caliente. Pasa la estufa a un ajuste más bajo.
  2. 2
    Revuelve la avena a medida que se espese en la sartén. Cocina la avena en la sartén por al menos 4 a 6 minutos. Se seguirá espesando siempre que se siga calentando. Pruébala a medida que la cocines para que así sepas cuándo alcanza la textura ideal que deseas.[10]
  3. 3
    Agrega coberturas a la avena. Apaga el fuego y pon la avena en tazones para servir. La mantequilla de nueces, yogur, canela, mermelada, jarabe de arce, frutas y nueces pueden ser coberturas sabrosas. Extiende una barra de coberturas para ti y para cualquier otra persona que coma avena de tal modo que puedan agregar las que les gusten.[11]
  4. 4
    Endulza la avena con azúcar. La avena remojada necesita más condimentos que cualquier otra avena para que tenga un sabor dulce. Utiliza azúcar moreno o crudo para endulzarla, ya que tiene un sabor más rico que el azúcar granulado.[12]
    • Termina de condimentar la avena con una pizca de sal.
    Anuncio

Consejos

  • Si no quieres utilizar la avena de inmediato, consérvala para usarla después con un deshidratador de alimentos.
  • Asegúrate de elegir avena sin gluten si tienes enfermedad celíaca o intolerancia al gluten.
  • La avena remojada es más apetecible para las personas con problemas digestivos. A medida que los almidones de la avena se disuelvan durante la noche, el cuerpo humano los absorberá con más facilidad y será menos probable que causen malestar estomacal.[13]
  • Reemplaza la leche por leche de soya, coco o almendras para tener una alternativa vegana.
Anuncio

Cosas que necesitarás

  • avena
  • jugo de limón
  • agua
  • vinagre o jugo de manzana (opcional)
  • semillas de chía (opcional)
  • leche
  • coberturas (como mantequilla de maní, mermelada, yogur o frutas)
  • azúcar integral o crudo

Acerca de este wikiHow

Personal de wikiHow
Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
Nuestro equipo de editores e investigadores capacitados han sido autores de este artículo y lo han validado por su precisión y amplitud.

wikiHow's Content Management Team revisa cuidadosamente el trabajo de nuestro personal editorial para asegurar que cada artículo cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Este artículo ha sido visto 58 539 veces.
Categorías: Consejos en la cocina
Anuncio