No existe una fórmula especial a seguir para rezar por un milagro. Tu forma de rezar y pedir un milagro es única y distintiva, al igual que tu camino espiritual. Desarrolla una rutina de oración que se adapte a tu manera de entender lo que significa rezar con pasión, persistencia, exactitud, positivismo y alabanzas.

Parte 1
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Rezar con pasión, positivismo y alabanzas

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    Reza con pasión. Permite que el poder y gracia de Dios te conmueva al rezar. Reza con el corazón abierto y preparado para recibir. No doblegues tus emociones, déjalas salir. Cuando te sientas conmovido y a punto de llorar, permítete hacerlo. Cuando sientas la necesidad de gritar, ¡grita! Cuando el espíritu te llame a cantar, ¡entona un salmo! Deja que tus emociones te limpien. Exprésale a Dios cómo te sientes y no te guardes nada. Reza por tu milagro con fe ciega y apasionada.[1]
    • Puedes rezar de muchas formas. Tal vez te sientas más conectado a Dios al cantar, o leer y estudiar la biblia. Deja que tus momentos de adoración se conviertan en oraciones para Dios.[2]
    • ¡Encuentra la manera que mejor funcione para ti! Todos estamos en un punto diferente de nuestro propio camino espiritual. Existe más de una manera para conectarte con Dios.
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    Reza con positivismo. Deposita tu fe en Dios y confía que responderá tus oraciones. Mantente positivo al rezar. Evita las frases y pensamientos negativos, como: "Yo sé que es una posibilidad muy remota". Rezar con un corazón lleno de duda te hará desconfiar de la capacidad de Dios. Confiesa tus miedos y dudas a Dios. Permite que tu fe apasionada y confianza ciega en Él elimine el agobio de duda en tu corazón. Mantente enfocado en lo que Dios es capaz de hacer. Siéntete reconfortado sabiendo que Él es un ser amoroso y todo poderoso.[3]
    • No te dejes sumergir en las dudas y miedos que aparezcan. ¡Déjalos pasar! No permitas que la preocupación de si tus deseos se harán o no realidad te domine. Solo confía en que has hecho todo lo posible por cumplirlos. Dirígete a Dios en tu oración y pídele que alivie tus dudas y miedos.[4]
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    Reza con alabanzas. Encuentra una manera significativa y personal de agradecer a Dios. Alábale con tu oración, pensamientos y acciones. Agradécele cantando una oración, con pensamientos de gratitud o con una acción noble. Alaba a Dios por Su guía y sabiduría. Alábalo por calmar tus miedos, aliviar tu inseguridad y darte esperanza. Alábale por su fidelidad y compromiso hacia ti. Canta Sus alabanzas cuando tu vida esté en sus mejores y peores momentos. Agradece a Dios en todas las cosas que hagas.[5]
    • Agradece a Dios por lo que ha hecho en la vida de los demás.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Zachary Rainey

    Zachary Rainey

    Sacerdote ordenado
    El reverendo Zachary B. Rainey es un sacerdote ordenado con más de 40 años de ministerio y práctica pastoral, incluyendo más de 10 años como capellán de hospicio. Se graduó en el Colegio Bíblico de Northpoint y es miembro del Consejo General de las Asambleas de Dios.
    Zachary Rainey
    Zachary Rainey
    Sacerdote ordenado

    "Dios por su propia naturaleza es una poderosa entidad sobrenatural. Puedes pedirle que actúe de formas sobrenaturales; solo no seas egoísta o tonto".

Parte 2
Parte 2 de 2:
Rezar con persistencia, exactitud y paciencia

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    Reza con persistencia. ¡Acércate a Dios con oraciones hasta que algo suceda! Reza continuamente. Pídele a Dios que te guíe y te mantenga sano a cada hora del día, no solamente cuando sea conveniente para ti. Reza en al trasladarte a algún lugar, en tu escritorio por 5 minutos, y durante la hora de comida o descanso. Demuestras tu dedicación al rezar continuamente por un milagro. También debes ser persistente al momento de escuchar a Dios cuando hagas oración. Escucha el camino que Dios te indique. Siempre busca y pide Su consejo.[6]
    • Dedica una mañana entera, un día o toda la semana para rezar continuamente. Libérate de las distracciones. Ve a un parque, siéntate a la orilla de un lago, en un santuario o retírate a tu habitación. También asegúrate de escuchar la voluntad y el camino que Dios tenga para ti.[7]
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    Reza con exactitud. No tengas miedo de aclarar plena y directamente lo que quieres. Pídele a Dios un milagro. No tiene nada de malo ser directo e ir al grano. Las oraciones precisas necesitan enfoque y dedicación. Evita las ideas divagantes dejando a un lado las afirmaciones innecesarias y el lenguaje pomposo en tus oraciones, ¡eso no te dará ningún punto extra![8]
    • Repite frases sencillas y directas cuando hagas una oración.
    • Tal vez quieras repetir la “oración milagrosa” católica para enfocarte. La oración dice así: “Señor Jesús, me presento ante ti, tal como soy. Te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos, por favor, perdóname. En tu nombre perdono a todos los que me han ofendido. Renuncio al pecado, a Satanás, a los espíritus maléficos y a todas sus obras. Me entrego por completo a ti con todo mi ser. Señor Jesús, ahora y siempre, te invito a entrar en mi vida, te acepto como mi Señor, Dios y salvador. Cúrame, cámbiame, fortaléceme en cuerpo, alma y espíritu. Ven señor Jesús, cúbreme con tu preciosa sangre y lléname del Espíritu Santo. Te amo, Señor Jesús. Te alabo, Señor Jesús y te doy gracias. Te seguiré cada día de mi vida. María Madre mía. La Eterna Peregrina, Reina de la Paz, de los ángeles y de todos los santos, ayúdame. Amén”.[9]
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    Reza con paciencia. Esperar a que un milagro suceda es frustrante. Es posible que te sientas desamparado, sin esperanza y perdido. Tal vez quieras disputarle el control de tu vida a Dios. Toma un respiro hondo y cálmate. No pierdas la fe en Dios. Tus oraciones no son escuchadas por oídos sordos. Dios actúa a su propia manera y tiempo. Sé paciente y espera a que tus oraciones sean contestadas, apoyándote en Dios y los demás.[10]

Consejos

  • Deja tus problemas ir y confía.
  • Ten fe en Dios.
  • Este es un proceso personal y único de cada quien. Tu camino espiritual es diferente. La manera en la que un amigo tuyo rece por un milagro es diferente a la tuya. ¡Encuentra lo que funcione mejor para ti! No hay una manera equivocada.
  • Ten la confianza de que Dios escuchará tu oración y obtendrás lo que necesitas.
  • Cree en tu milagro.
  • No te desalientes si tu milagro no sucede de inmediato o de la manera en que tú querías. Dios sabe qué es lo mejor para ti.

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Categorías: Cristianismo