Este artículo fue coescrito por Shaun Berger, MD. El Dr. Shaun Berger es un pediatra certificado por el colegio oficial que reside en el Área Metropolitana de San Diego, California. El Dr. Berger brinda atención primaria integral para recién nacidos, niños y adolescentes, y se enfoca en la medicina preventiva. El Dr. Berger está certificado por el Consejo Americano de Pediatría en Pediatría y Medicina Deportiva. El Dr. Berger obtuvo una licenciatura en Psicología en la Universidad de California, San Diego y un doctorado en Medicina en la Universidad de Illinois en Chicago. Finalmente, el Dr. Berger completó una residencia en la UCSF/Fresno, los Centros Médicos Comunitarios de Fresno y el Hospital de Niños Valley, donde fue elegido jefe de residentes. Ha sido galardonado con el premio de la Fundación UCSF y es miembro de la Academia Estadounidense de Pediatría.
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El asma es una enfermedad tratable y similar a una reacción alérgica, ya que los factores ambientales inflaman las vías respiratorias. Esto produce dificultad para respirar, hasta que la inflamación se trata y se reduce. Esta enfermedad es muy común y afecta aproximadamente a 334 millones de personas en todo el mundo, lo cual incluye a 25 millones solo en los Estados Unidos.[1] [2] Si sospechas que podrías tener asma, hay algunas señales y síntomas, factores de riesgo y pruebas de diagnóstico que pueden ayudarte a estar seguro.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 4:Conocer los factores de riesgo del asma
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1Ten en cuenta tu sexo y edad. En los Estados Unidos, el porcentaje de asma en los chicos menores de 18 años es 54 % mayor que el de las chicas. Sin embargo, a los 20 años, las mujeres que sufren de asma son más que los hombres. Al pasar los 35 años, la diferencia es mayor, ya que la padece un 10,1 % de las mujeres y un 5,6 % de los hombres. Al llegar a la menopausia, el porcentaje se reduce para las mujeres y la diferencia disminuye, pero no se extingue por completo.[3] Los expertos sostienen algunas teorías sobre la razón por la que el género y la edad parecen influir en el riesgo de padecer de asma:
- Los chicos adolescentes tienen mayor atopía (predisposición a la sensibilidad alérgica).
- Las vías respiratorias de los chicos son más pequeñas que las de las chicas adolescentes.[4]
- Se producen fluctuaciones en las hormonas sexuales de las mujeres durante los años premenstruales, menstruales y menopáusicos.
- Algunos estudios que introdujeron de nuevo las hormonas para las mujeres menopáusicas demostraron un aumento en el asma recién diagnosticada.
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2Busca un historial familiar de asma. Los expertos han descubierto más de 100 genes relacionados con el asma y las alergias. Las investigaciones que se han hecho en las familias, sobre todo en los gemelos, afirman que el asma se produce por un factor hereditario compartido. Un estudio hecho en 2009 descubrió que el historial familiar en realidad es el indicador principal para saber si alguien puede llegar a tener asma. Al comparar a las familias con un riesgo genético normal, moderado y alto de padecer asma, las personas con un riesgo moderado mostraron estar 2,4 veces más propensas a sufrir de asma y las personas con un alto riesgo, 4,8 veces más.[5]
- Pregúntales a tus padres y a otros familiares si existe algún historial de asma en tu familia.
- Si eres adoptado, es posible que tus padres biológicos le hayan entregado una historial familiar a tu familia adoptiva.
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3Presta atención a cualquier alergia. Las investigaciones han asociado un anticuerpo de proteína inmune llamado "IgE" con el asma. Si tienes niveles altos de IgE, también estás más propenso a heredar la predisposición a las alergias.[6] Cuando el IgE está presente en la sangre, el cuerpo sufre una reacción alérgica inflamatoria que produce opresión en las vías respiratorias, salpullidos, comezón, ojos llorosos, sibilancias, etc.[7]
- Observa las reacciones alérgicas que puedas tener a los agentes comunes, incluyendo la comida, las cucarachas, los animales, el moho, el polen y los ácaros.
- Si sufres de alergias, también corres un mayor riesgo de padecer asma.
- Si tienes reacciones alérgicas fuertes, pero no puedes identificar la causa, pídele al médico que te haga una prueba de alergia. El médico expondrá algunas secciones pequeñas de tu piel a diferentes tipos de alérgenos para observar los cambios alérgicos.
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4Evita exponerte al humo del tabaco. Al inhalar las partículas hacia los pulmones, el cuerpo producirá tos para expulsarlas. Estas partículas también pueden producir una reacción inflamatoria y provocar los síntomas del asma. Cuanto más te expongas al humo del tabaco, mayor será el riesgo de que llegues a sufrir de asma. Si eres adicto al cigarrillo, consulta con un profesional de la salud para que te dé estrategias y medicamentos que puedas usar para dejar de fumar. Algunas estrategias comunes son masticar nicotina y usar unos parches, lo cual reducirá poco a poco el consumo de cigarrillos, o tomar algunos medicamentos como Chantix o Wellbutrin.[8] Aunque tengas dificultades para dejar de fumar, asegúrate de no fumar al estar cerca de otras personas. La exposición constante al humo ajeno puede provocar asma en las personas que te rodean.
- El hecho de fumar durante el embarazo provoca sibilancias durante la niñez, un mayor riesgo de padecer alergias a los alimentos y proteínas inflamatorias en la sangre. El efecto es aún mayor si el niño sigue exponiéndose al humo ajeno del tabaco después de nacer.[9] Consulta con el ginecólogo-obstetra antes de tomar cualquier medicamento oral para dejar de fumar.
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5Reduce los niveles de estrés. Muchos estudios han demostrado que los niveles altos de las hormonas del estrés pueden provocar que los síntomas del asma empiecen a aparecer y causen una mayor sensibilidad a los alérgenos y opresión en los pulmones.[10] Trata de identificar las cosas que te causan más estrés en la vida y esfuérzate por eliminar esos factores estresantes.
- Prueba las técnicas de relajación, como respirar profundamente, meditar y hacer yoga.
- Ejercítate con frecuencia para liberar las endorfinas, las cuales calman el dolor y disminuyen los niveles de estrés.
- Mejora tus hábitos para dormir: duérmete cuando te sientas cansado, no te duermas con el televisor encendido, no comas antes de acostarte, evita la cafeína en la noche y trata de tener el mismo horario para dormir todos los días.[11]
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6Aléjate de la contaminación del aire en tu entorno. Una parte importante del asma en los niños se debe a la exposición a la contaminación del aire de las fábricas, las construcciones, los vehículos y las plantas industriales. Al igual que el humo del tabaco causa irritación en los pulmones, la contaminación del aire causa reacciones inflamatorias que dañan y oprimen los pulmones. Aunque no puedas erradicar la contaminación del aire, puedes disminuir tu exposición a la misma.[12]
- Cuando sea posible, evita respirar el aire de las calles o carreteras principales.
- Deja que los niños jueguen en algunas áreas alejadas de las carreteras o las construcciones.
- Si tienes la posibilidad de cambiar de ubicación, consulta las directrices del índice de calidad del aire de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) para encontrar las áreas que tienen la mejor calidad del aire.[13]
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7Ten en cuenta los medicamentos. Si tomas algún medicamento, analiza si has tenido más síntomas de asma desde que empezaste a tomarlo. De ser así, consulta con el médico antes de dejar de tomarlo, de cambiarlo o de disminuir la dosis.
- Los estudios muestran que el ibuprofeno y la aspirina pueden provocar opresión en los pulmones y en las vías respiratorias de los pacientes asmáticos susceptibles a los mismos.[14]
- Los inhibidores ECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina) que se usan para tratar la presión arterial no provocan asma, pero provocan una tos seca que puede confundirse con la misma. Sin embargo, la tos excesiva que provocan los inhibidores ECA podría irritar los pulmones y causar el principio del asma. Los inhibidores ECA comunes incluyen el ramipril y el perindopril.
- Los betabloqueantes se usan para tratar las enfermedades cardiacas, la presión arterial alta y las migrañas. Estos pueden oprimir las vías respiratorias.[15] Algunos médicos podrían recetarte betabloqueantes aunque tengas asma y vigilar si tienes algún cambio. Los betabloqueantes comunes incluyen el metoprolol y el propanolol.
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8Mantén un peso saludable.[16] Muchos estudios han descubierto una relación entre el aumento de peso y un mayor riesgo de padecer asma. El exceso de peso dificulta la respiración y el bombeo de la sangre a través del cuerpo. Además, aumenta la cantidad de proteínas inflamatorias (citocinas) en el cuerpo, lo cual hace que te vuelvas más propenso a la inflamación y a la opresión en las vías respiratorias.
Parte 2
Parte 2 de 4:Reconocer las señales y síntomas leves y moderados
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1Consulta con el médico aunque tengas síntomas leves. Los primeros síntomas no son lo suficientemente fuertes como para afectar tus actividades normales o tu vida cotidiana.[17] Sin embargo, cuando la enfermedad empieza a avanzar, verás que tendrás dificultades para realizar tus actividades normales. Por lo general, las personas siguen teniendo los primeros síntomas, pero más fuertes.
- Si no se diagnostican ni se tratan, los primeros síntomas leves del asma pueden empeorar gradualmente, sobre todo si no identificas los factores que los provocan y los evitas.
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2Observa si tienes tos excesiva. Si tienes asma, es posible que las vías respiratorias se cierren debido a la opresión o inflamación que causa la enfermedad. La reacción del cuerpo será tratar de limpiar las vías respiratorias por medio de la tos. Aunque la tos que causa una infección bacteriana es húmeda y con moco, la tos que produce el asma suele ser seca y con muy poca mucosidad.[18]
- Si la tos empieza o empeora durante la noche, podía ser asma. Un síntoma muy común del asma es la tos nocturna o la tos que empeora inmediatamente después de que te despiertas.[19]
- En los casos más avanzados, la tos se prolonga durante el día.
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3Escucha si se produce un ruido cuando exhalas. Con frecuencia, las personas asmáticas tienen sibilancias o silbidos muy agudos al exhalar. Esto se debe a la opresión en las vías respiratorias.[20] Presta atención al sonido. Si se produce al final de la exhalación, es un síntoma leve del asma, pero conforme los síntomas de la enfermedad avancen de leves a moderados, la sibilancia o el silbido se producirá durante toda la exhalación.
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4Presta atención si te falta el aire de forma inusual. La "broncoconstricción inducida por el ejercicio" es un tipo de asma que sufren las personas que recién han hecho algo agotador, como el ejercicio. La opresión en las vías respiratorias hará que te sientas cansado y que te falte el aliento antes de lo normal y quizás tengas que terminar la actividad antes de lo esperado.[21] Compara por cuánto tiempo puedes ejercitarte normalmente con las veces en que la fatiga y la falta de aire te limitan.
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5Mantente alerta ante la respiración rápida.[22] Para recibir más oxígeno en los pulmones oprimidos, el cuerpo aumenta el ritmo de la respiración. Coloca la palma de la mano sobre el pecho y cuenta cuántas veces sube y baja durante un minuto. Sostén un reloj o un cronómetro con la otra mano para poder medir un minuto exacto. El ritmo normal de la respiración es de 12 a 20 respiraciones en 60 segundos.
- Al padecer de asma moderada, el ritmo de la respiración podría ser de 20 a 30 respiraciones por minuto.
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6No ignores los síntomas de gripe o resfriado. Aunque la tos que produce el asma es distinta a la de un resfriado o de la gripe, los virus y las bacterias pueden producir asma. Busca algunas señales de infección que podrían causar los síntomas del asma: estornudos, mucosidad, dolor en la garganta y congestión. Si el moco producido por la tos es oscuro, verde o blanco, es posible que la infección sea bacteriana. Si el moco es transparente o blanco, quizás sea viral.[23]
- Si estos síntomas de infección se combinan con el ruido al exhalar y la falta de aliento, es probable que tengas asma provocada por una infección.
- Visita al médico para saber con exactitud lo que está sucediendo.
Parte 3
Parte 3 de 4:Reconocer los síntomas graves
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1Busca atención médica si no puedes respirar, incluso sin hacer mucho esfuerzo.[24] Por lo general, la falta de aire que se produce por una actividad en las personas asmáticas mejora al descansar. Sin embargo, cuando se presentan síntomas fuertes o cuando tienes un ataque de asma, no podrás respirar incluso al estar en reposo, ya que los factores que la provocan activan el proceso inflamatorio. Si la inflamación es muy grave, te faltará el aire de forma repentina o tomarás grandes bocanadas de aire.
- Quizás también sientas que no puedes exhalar por completo. Cuando el cuerpo necesita el oxígeno de la inhalación, acorta la exhalación para poder recibir el oxígeno más rápido.
- Quizás no puedas emitir oraciones completas, sino uses palabras y oraciones breves entre cada respiración entrecortada.
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2Vigila el ritmo de tu respiración. Es posible que incluso los ataques leves y moderados de asma te hagan respirar con rapidez, pero los ataques fuertes son aún peores. La opresión en las vías respiratorias impide la llegada de suficiente aire fresco al cuerpo, lo cual lo priva del oxígeno. La respiración rápida se produce cuando el cuerpo intenta recibir todo el oxígeno posible para arreglar la situación antes de que se produzca un daño.
- Coloca la palma de la mano sobre el pecho y cuenta cuántas veces sube y baja por un minuto. Sostén un cronómetro o un reloj con la otra mano para medir un minuto exacto.
- Durante los episodios fuertes, el ritmo será de más de 30 respiraciones por minuto.[25]
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3Tómate el pulso. Para oxigenar los tejidos y los órganos, la sangre toma el oxígeno del aire que está en los pulmones y lo traslada a las distintas partes del cuerpo. Al tener un ataque fuerte, en el que no se lleva suficiente oxígeno, el corazón tiene que bombear la sangre con mayor rapidez para trasladar todo el oxígeno posible a los órganos y a los tejidos. Es posible que sientas que tu corazón se acelera sin explicación durante los ataques fuertes.
- Sostén la mano con la palma hacia arriba.
- Coloca las yemas de los dedos medio e índice de la otra mano en la parte exterior de la muñeca, debajo del pulgar.
- Sentirás el pulso rápido en la arteria radial.
- Mide tu ritmo cardíaco al contar las veces que late el corazón en un minuto. El ritmo normal son menos de 100 latidos por minuto, pero cuando se presentan los síntomas fuertes del asma, es posible que tengas más de 120.[26]
- En la actualidad, algunos teléfonos inteligentes tienen monitores de ritmo cardiaco incorporados. Si el tuyo tiene uno, puedes usarlo.
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4Identifica si tu piel tiene un tono azulado. La sangre tiene un color rojo brillante cuando contiene oxígeno; de lo contrario, es mucho más oscura. Cuando la vemos, es porque ha salido del cuerpo y se ha vuelto brillante debido al oxígeno, por lo que no estamos acostumbrados a pensar en ella de otra forma. Sin embargo, durante un ataque fuerte de asma, quizás sufras de "cianosis" a causa de la sangre oscura y sin oxígeno que se mueve por las arterias.[27] Esto hace que la piel tenga una apariencia azulada o grisácea, sobre todo en los labios, en los dedos, en las uñas, en las encías o en la piel delgada que rodea los ojos.[28]
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5Observa si tienes tenso el cuello y los músculos del pecho.[29] Al jadear o respirar con dificultad, involucramos algunos músculos complementarios (que no suelen centrarse en la respiración). Los músculos que involucramos en el proceso de respiración en estos casos se encuentran a los lados del cuello: el músculo esternocleidomastoideo y los músculos escalenos. Si tienes dificultades para respirar, identifica algunos contornos profundos en los músculos del cuello. También los músculos que se encuentran entre las costillas (los intercostales) se llevan hacia dentro. Estos músculos ayudan a elevar la caja torácica al inhalar y durante las condiciones graves, es posible que veas esta retracción entre las costillas.
- Mírate en el espejo para ver si los músculos del cuello tienen contornos profundos y si los músculos de las costillas están retraídos.
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6Comprueba si sientes opresión o dolor en el pecho. Al esforzarte demasiado por respirar, se sobrecargan los músculos involucrados en la respiración. Esto fatiga los músculos del pecho y provoca dolor u opresión. El dolor puede ser leve, intenso o punzante y es posible que se produzca cerca del centro del pecho (esternal) o ligeramente alejado del centro (paraesternal). Deberás recibir atención médica de inmediato y acudir a la sala de urgencias para descartar algún problema cardiaco.
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7Escucha si el ruido empeora al respirar.[30] Al tener los síntomas leves o moderados, el silbido y las sibilancias se escuchan solo al exhalar, pero durante los episodios graves, quizás los escuches al exhalar y al inhalar. El silbido que se escucha al inhalar se conoce como "estridor" y se produce debido a la opresión de los músculos de la garganta que se encuentran en el tracto respiratorio superior. Las sibilancias suelen producirse al exhalar y se deben a la opresión de los músculos del tracto respiratorio inferior.
- El ruido al inhalar puede deberse a un síntoma del asma o de una reacción alérgica muy fuerte. Debes distinguir entre ambas causas para poder abordarlas de la manera adecuada.
- Observa si tienes urticaria o un salpullido rojo en el pecho, lo cual indicaría que tienes una reacción alérgica y no un ataque de asma. La inflamación en los labios o en la lengua también podría ser señal de alergia.
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8Aborda los síntomas del asma lo antes posible. Si tienes un ataque fuerte que dificulta la respiración, llama al número de emergencias y dirígete a una sala de urgencias de inmediato. Si aún no has recibido un diagnóstico, es probable que no tengas un inhalador de emergencia, pero si tienes uno, úsalo.
- Los inhaladores de salbutamol solo deben usarse 4 veces al día, pero durante un ataque puedes usarlo cada 20 minutos por 2 horas.[31]
- Respira de forma lenta y profunda, contando en tu mente hasta 3 con cada inhalación y exhalación. Esto puede ayudarte a disminuir el estrés y el ritmo de la respiración.
- Elimina el factor que provocó el ataque si puedes identificarlo.
- El asma mejorará al usar esteroides que te recete el médico. Estos medicamentos pueden administrarse con un inhalador o tomarse si son tabletas. Toma una bocanada del medicamento o tómate una tableta con agua. Empezará a hacer efecto después de unas cuantas horas, pero controlará los síntomas del asma.
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9Busca atención de emergencia si tienes síntomas fuertes de asma.[32] Estos síntomas indican que tienes un ataque intenso y el cuerpo tiene dificultades para recibir el aire que necesita para funcionar. Esta es una emergencia médica que podría ser fatal si no se trata de inmediato.
Parte 4
Parte 4 de 4:Recibir un diagnóstico
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1Infórmale al médico sobre tu historial médico.[33] Debes darle la información más exacta que sea posible. Esto le permitirá tener una idea general de los problemas que te afectan. Prepara la información con antelación para no tener que pensar al respecto al estar en el consultorio:
- cualquier señal o síntoma de asma (tos, dificultad para respirar, ruidos al respirar, etc.)
- historial médico (alergias anteriores, etc.)
- historial familiar (antecedentes de enfermedades en los pulmones o alergias que padezcan tus padres, hermanos, etc.)
- historia social (consumo de tabaco, dieta y ejercicio, entorno)
- cualquier medicamento (como aspirina) y cualquier suplemento o vitaminas que tomes
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2Sométete a un examen físico.[34] Es posible que el médico te examine algunas o todas las partes siguientes: los oídos, los ojos, la nariz, la garganta, la piel, el pecho y los pulmones durante el examen. Quizás también use el estetoscopio al frente y detrás del pecho para escuchar los ruidos que emites al respirar o la ausencia de sonidos en los pulmones.
- Debido a que el asma se asocia con las alergias, el médico también verá si tienes secreción nasal, los ojos rojos, los ojos llorosos y salpullidos.
- Por último, te revisará la garganta para ver si está inflamada, tu capacidad de respirar y cualquier sonido anormal que indique que las vías respiratorias están obstruidas.
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3Deja que el médico confirme el diagnóstico con una espirometría. Durante esta prueba, respirarás en una boquilla que está conectada a un espirómetro, el cual mide el ritmo del flujo de aire y la cantidad de aire que puedes inhalar y exhalar. Inhala profundamente y exhala con fuerza durante el mayor tiempo que puedas mientras el aparato lo mide.[35] Aunque un resultado positivo confirma el asma, un resultado negativo no la descarta.[36]
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4Hazte una prueba de flujo pico.[37] Es similar a la espirometría y mide la cantidad de aire que puedes exhalar. Es posible que el médico o un especialista en pulmones te recomiende esta prueba para confirmar el diagnóstico. Para hacer la prueba, pon los labios sobre la abertura del aparato y ajústalo a cero. Párate recto y respira profundo; luego sopla lo más fuerte y rápido que puedas con una sola respiración. Repítelo unas cuantas veces hasta obtener resultados constantes. El mayor de estos números es el flujo pico. Cuando sientas que aparecen los síntomas del asma, repite la prueba y compara el flujo de aire con tu flujo pico.[38]
- Si el valor es mayor del 80 % del flujo pico, tienes un rango seguro.
- Si el valor está entre 50 y 80 % del flujo pico, es posible que no se esté tratando el asma de la forma adecuada y el médico deba ajustar los medicamentos. Corres un riesgo moderado de tener un ataque de asma si te encuentras dentro de este rango.
- Si el valor es menor del 50 % del flujo pico, tienes una disminución grave de la respiración, lo cual es probable que deba abordarse con medicamentos.
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5Pídele al médico que te haga una prueba con metacolina. Si no tienes síntomas cuando visites al médico, quizás sea difícil que te dé un diagnóstico exacto. Es posible que te recomiende una prueba con metacolina. Te dará un inhalador que usarás para inhalar la metacolina, la cual obstruirá las vías respiratorias si tienes asma y provocará los síntomas que podrán medirse con una espirometría y algunas pruebas de flujo pico.[39]
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6Evalúa tu reacción ante los medicamentos contra el asma.[40] Algunas veces, el médico se abstendrá de hacerte las pruebas y simplemente te dará algunos medicamentos contra el asma para ver si mejoras. Si los síntomas desaparecen, es probable que tengas asma. La gravedad de los síntomas le ayudará al médico a decidir qué medicamentos recetarte, pero un historial completo y un examen físico también influirán en la decisión.
- Un medicamento común es un inhalador de salbutamol (albuterol); para usarlo, debes fruncir los labios sobre la abertura y bombear el medicamento hacia los pulmones mientras inhalas.
- Los medicamentos broncodilatadores ayudan a dilatar las vías respiratorias oprimidas.
Consejos
- Consulta con un especialista en alergias para averiguar si eres alérgico a algo. Al saber qué cosas te producen alergias, puedes evitar un ataque de asma.
Advertencias
- Si empiezas a sentir alguno de estos síntomas, consulta de inmediato con el médico.
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