Los perros sufren de depresión, así como los humanos. La depresión por lo general surge debido a un cambio en la rutina como, por ejemplo, por la pérdida de un compañero, por una mudanza o por una nueva adquisición para la casa. Se manifiesta mediante cambios de comportamiento (tiene menos energía, camina de un lado para otro y no tiene apetito) y cambios en el lenguaje corporal (mantiene caída la cola y las orejas). Es importante que los dueños reconozcan las señales de depresión canina para que así puedan tomar medidas a fin de mejorar la salud mental de sus perros.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Identificar cambios en el comportamiento

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    Determina si tu perro ha estado aislado. La mayoría de los perros sanos y felices son criaturas muy sociables. Si el tuyo no te saluda con entusiasmo cuando vuelves a casa (menea poco la cola, muestra poca energía y casi no se mueve) o si pierde interés en actividades que alguna vez disfrutó, es posible que esté deprimido.
    • En vez de correr a la puerta a saludar a los visitantes, un perro deprimido podría escabullirse y buscar una esquina alejada para enroscarse y dormir.
    • Preocúpate bastante si tu perro se esconde de ti. Los perros que se esconden por lo general están heridos, enfermos o deprimidos.[1]
    • Por otro lado, los perros deprimidos algunas veces siguen a sus dueños a cualquier lugar al que vayan, pero no muestran deseos de interactuar.
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    Busca algún cambio (de activo a inactivo) en tu perro. Los perros felices tienen una energía aparentemente inagotable. Por cada kilómetro que camines, tu perro caminará cuatro (de ida y vuelta, una y otra vez). Te pedirá que le lances la pelota varias veces y tus brazos se cansarán antes de que su entusiasmo se termine.
    • Sin embargo, si tu perro está deprimido, ya no levantará sus orejas cuando lo apures y, en vez de ponerse a correr por todo el parque, caminará con la cabeza agachada a tu lado. Cuando te detengas para hablar con tus amigos, se podría sentar o incluso acostarse.
    • Este cambio de activo y vigoroso a inactivo y apático podría indicar depresión.[2]
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    Observa el caminar de tu perro. Si tu mascota deambula de habitación en habitación y no puede encontrar un lugar para ponerse cómodo, podría estar deprimido.
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    Observa algún cambio en los patrones de sueño de tu perro. Todos los perros duermen bastante, especialmente cuando sus dueños no están. Sin embargo, debes preocuparte si tu perro sigue durmiendo cuando estás en casa o si se mantiene enroscado en vez de salir a la ventana o puerta para ver las cosas que alguna vez lo atrajeron, por ejemplo, al cartero o a un perro que pasa.[3]
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    Pon atención a los cambios en la dieta de tu perro. La mayoría de los perros comerán menos y perderán peso si están deprimidos.[4] Por otro lado, así como los humanos, algunos perros podrían comer más como una forma de consuelo.[5] Fíjate si:
    • tu perro rechaza algo que alguna vez le encantó;
    • pierde o gana peso.
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    Considera si la causa de los accidentes o comportamientos destructivos en la casa podría ser la depresión. Destrozar zapatos o morder paredes, libros, muebles o almohadas a menudo son señales de falta de ejercicios, lo cual podría conducir a depresión. Es posible que los perros deprimidos también sean más propensos a tener accidentes en casa. Trata de no enojarte y, por el contrario, sácalo más para que te asegures de que tenga suficiente tiempo para orinar o defecar al aire libre.[6]
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    Ten cuidado con las agresiones. Si tu perro empieza a gruñir, romper o actuar de forma agresiva cuando tratas de interactuar con él, esto podría ser señal de depresión.[7]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Observar el lenguaje corporal de tu perro

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    Presta atención a los ojos de tu perro. Los perros entrecierran sus ojos, lo cual hace que los notes más pequeños cuando están heridos, estresados o deprimidos.[8] Es posible que los perros deprimidos también se muestren reacios a hacer contacto visual con alguien, incluso contigo.
    • Por supuesto, algunos perros en el mejor de los casos tienen ojos “tristes” debido a que tienen los párpados caídos de forma natural y no es que se trate de depresión. Por lo tanto, ten un poco de sentido común cuando interpretes los ojos tristes como una señal de depresión.
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    Observa a tu perro y fíjate si tiene las orejas caídas o hacia atrás.[9] Los perros deprimidos tienden a no mover las orejas a fin de responder a lo que pasa alrededor. Por ejemplo, es posible que tu perro no levante sus orejas al escuchar algo que normalmente a él le interesa (al escuchar su nombre o cuando recoges su collar o cadena antes de un paseo).
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    Fíjate si lame sus patas. Lamer o morder sus patas es un mecanismo de comodidad de los perros y puede ser una señal de depresión.[10]
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    Fíjate si tu perro cuelga su cabeza. Los perros deprimidos tienden a mantener sus cabezas hacia abajo cuando están parados o sentados. Al echarse, el perro prefiere reposar su quijada en el suelo y rara vez levanta su cabeza en respuesta a lo que pasa alrededor.
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    Fíjate cómo tu perro mueve su cola. Cuando un perro está deprimido, mantiene la cola hacia abajo o la mete entre las patas[11] y no la mueve tan fácilmente. Cuando lo alientas a mover su cola, el movimiento es sumiso y tímido.[12]
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    Pon atención a la posición corporal general de tu perro. Los perros deprimidos tienden a pararse de una forma pasiva, con la cabeza y la cola hacia abajo, y reaccionan poco al estímulo. Tu perro podría dar la impresión de sentir pereza y de no tener interés en lo que pasa alrededor.
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    Observa si la muda de pelos de tu perro ha aumentado. Cuando los perros están estresados, tienden a mudar demasiado de pelos.[13] Si acaricias a tu perro y tu mano se llena de pelos o si de pronto tienes que aspirar con mucha más frecuencia, es posible que esté deprimido.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Saber qué hacer después

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    Asegúrate de que tu perro no esté enfermo. Si tu perro se comporta de forma inusual, es sabio que lo lleves al veterinario para que le haga un chequeo. Con frecuencia, hay un punto medio en los síntomas entre la depresión y la enfermedad, y no siempre es fácil determinar la diferencia ya que tanto los perros enfermos como los deprimidos tienden a dejar de comer y son reacios a ejercitarse.[14]
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    Comprende lo que podría haber causado la depresión. Un perro sano es poco probable que se deprima sin ninguna razón; por lo tanto, será útil saber si un evento reciente tuvo impacto en su bienestar mental. Los perros se guían por la rutina; por lo tanto, el desencadenante más común de depresión canina es el cambio de rutina. Algunos cambios en la rutina que podrían desencadenar depresión son:
    • el estrés (en términos caninos implica todo lo que le impide tener la atención a la que estaba acostumbrado)
    • un dueño que se quedaba en casa y que ahora sale a trabajar
    • un nuevo cachorro en la casa
    • la pérdida súbita de un compañero (humano o canino)
    • una mudanza
    • ser colocado en otro sitio en la casa
    • las renovaciones o trabajos importantes de construcción en la casa
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    Pasa más tiempo con tu perro. Sal más a pasear, juega con tu perro (por ejemplo, a lanzar y traer cosas, a tirar de una cuerda), prueba un deporte canino como agilidad, entrénalo para hacer trucos y llévalo a un parque de perros. Cuando mires televisión, siéntate en el piso al nivel de tu perro en vez de hacerlo en una silla. Lo que sea que hagas, asegúrate de que sea divertido para ambos. Pasar un momento agradable contigo es la mejor manera de ayudarlo a superar la depresión.
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    Haz que tu perro socialice más. Si tu perro recientemente ha perdido a un compañero canino, considera tener otro. Si se queda solo en casa por largas horas, trata de llevarlo unos días a la semana a una guardería perruna o haz que alguien lo pasee. También planifica paseos al parque para que así tu perro pueda socializar.[15]
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    Recompensa los comportamientos positivos de tu perro. El error que muchos dueños cometen cuando tienen a un perro deprimido es que se alborotan cuando su mascota se comporta de una forma que no es común.
    • Por ejemplo, si haces un alboroto cuando tu perro no come, de forma inadvertida le estás dando el mensaje de que está haciendo algo inteligente al no comer.
    • Una mejor forma de manejar la situación es dejar ahí el tazón de comida e ignorarlo hasta que decida comer. Luego, una vez que pruebe un bocado, llénalo de elogios.
    • Así reforzarás los comportamientos positivos en vez de los negativos y ayudarás a tu perro a salir de su depresión.
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    Haz que tu perro se sienta más seguro al mantener una rutina normal. Trata de mantener a un perro deprimido en su rutina regular dado que así lo ayudarás a sentirse seguro y le reafirmarás que todo está bien en el mundo.
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    Visita a un veterinario que trate el comportamiento de animales si la depresión de tu perro continúa. Es posible que tu mascota tenga un desequilibrio químico y podría necesitar de medicamentos como Prozac y de un programa de modificación de comportamiento a fin de superar la depresión.
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Consejos

  • Cuando busques señales de depresión en tu perro, ten en mente sus hábitos y lenguaje corporal usuales. Es probable que un perro que por lo general es sumiso no quiera pararse para saludar a los extraños; por lo tanto, un comportamiento así no será fuera de lo común con él y no debe causar preocupación. Por el contrario, un perro que por lo general es sociable y extrovertido y que de un momento a otro se niegue a pararse podría estar muy deprimido.
  • Un perro que se deprime mientras está en casa no es una buena señal. Actos como no prestarle atención, no sacarlo a pasear o dejarlo solo en el patio podrían sugerir que no sabes lo que es mejor para él. Los perros son animales de carga; por lo tanto, dejar sola a tu mascota durante días, semanas o toda una vida podría ser considerado abusivo.
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Acerca de este wikiHow

Jaimie Scott
Coescrito por:
Entrenador de dueños de perros
Este artículo fue coescrito por Jaimie Scott. Jaimie Scott ha estado entrenando a dueños de perros como propietario de Jaimie Scott Dog Training en Sacramento, California, durante los últimos 15 años. Jaimie se reúne con clientes para brindarles capacitación individual, clases grupales (solo dueños, sin perros), así como clases de video en vivo. Jaimie ha publicado videos, artículos de blog y libros electrónicos para compartir consejos para el entrenamiento y su visión personalizada sobre el comportamiento de los perros. Con un enfoque en entrenar a los dueños, Jaimie cree que los perros necesitan saber quién tiene el control en un momento dado para sentirse seguros y felices. Jaimie tiene una licenciatura en Matemáticas e Informática otorgada por la Universidad del Pacífico. Este artículo ha sido visto 33 521 veces.
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