Los perros usan sus hocicos para explorar el mundo y afortunadamente su anatomía incluye mecanismos de defensa que hacen que la asfixia sea algo poco común. Sin embargo, existe la posibilidad de que un perro experimente una asfixia y es importante que puedas diferenciar una asfixia de una enfermedad o algún otro problema. En una emergencia de vida o muerte, es posible que no haya tiempo para comunicarse con un veterinario, por lo que tú mismo tendrás que brindarle primeros auxilios. Pero si el perro solo está incómodo y no corre un peligro inmediato, tu mejor opción será mantenerlo calmado y acudir a un veterinario. El presente artículo te explicará cómo determinar si tu perro se está asfixiando y qué hacer en ese caso.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Evalúa la condición del perro

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    Observa si el perro tose. Al principio, si tu perro puede toser, espera un poco para verificar si puede expulsar por su cuenta el objeto con el que se atragantó.
    • Solo espera si parece que puede respirar bien.
    • Si también presenta sibilancias o se esfuerza por respirar, llama al veterinario de inmediato.
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    Observa si presenta signos de asfixia. Si el perro no puede respirar, mostrará muchos comportamientos que lo indiquen. Cuando trates de determinar si tu mascota se está asfixiando, primero trata de calmarlo, porque mientras más se asuste, mayor será la cantidad de oxígeno que necesite y peor será la situación. Algunos signos que indican que un perro está asfixiándose son:[1]
    • Atragantamiento o babeo excesivos (verifica si el perro puede tragar; si es así, es menos probable que se trate de una obstrucción física).
    • Si está en la “posición de falta de aire”, con su cabeza y su cuello agachados en línea recta.
    • Luce muy agitado o frenético, pone la pata en su hocico y llora.
    • Tos fuerte, sibilancia o falta de respiración
    • Encías de color gris o azul
    • Si tiene un objeto visible en la parte posterior de su garganta.
    • Si hay movimientos exagerados en su pecho.
    • Colapso
    • Pérdida del conocimiento
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    Haz que tu perro trague el objeto. Esta es una estrategia muy útil que permite determinar si en verdad se está asfixiando.
    • Puedes hacerlo ofreciéndole una golosina, frotando suavemente su cuello o presionando sus fosas nasales para juntarlas.
    • Después de tragar, si el sonido se detiene, no se estará asfixiando y no correrá peligro.
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    Mira dentro del hocico del perro. Revisar su hocico de forma visual puede ayudarte a descubrir si un objeto está obstruyendo sus vías respiratorias y a tomar las medidas pertinentes.
    • Abre su hocico con cuidado empujando su labio superior hacia dentro, sobre sus molares grandes en la parte posterior del hocico. Al mismo tiempo, aplica presión para descender su mandíbula y abrir más su hocico.
    • Revisa en la parte más alejada de su garganta, es de mucha utilidad contar con una linterna y con la ayuda de una persona que pueda sostener al animal. Debes buscar cualquier obstrucción como un pedazo de hueso o un palito.
    • Sujeta a un perro grande antes de abrirle el hocico. Hazlo tomando el área del pelaje ubicada entre ambas orejas y sosteniendo firmemente su cabeza.[2]
    • Si puedes ver algo en la garganta, trata de extraerlo con unas pinzas. Ten mucho cuidado de no empujar más el objeto por accidente.
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    Llama al veterinario. Si tu perro se está asfixiando, muestra signos de asfixia o tiene dificultades para respirar, siempre llama por teléfono al veterinario. La excepción para esta regla es si tu mascota colapsa totalmente o si pierde el conocimiento. En ese caso, empieza a administrar los primeros auxilios que puedas darle.
    • Es posible que te informen los procedimientos de primeros auxilios mientras esperas la ayuda de emergencia y probablemente te pedirán que lleves a tu mascota de inmediato.
    • Si no puedes comunicarte con el veterinario, busca a veterinarios de emergencia que atiendan las 24 horas. Por lo general, encontrarás su número telefónico en las guías o puedes llamar a una agencia de bienestar o rescate animal para obtener información. Los grandes pueblos y ciudades suelen contar con veterinarios de emergencia y hospitales para animales.
    • Tu número de emergencia local podrá brindarte el número de emergencia de ASPCA o de Humane Society. Ellos contarán con un veterinario de emergencia que podrá ayudarte por teléfono.
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    Busca a alguien más que pueda ayudarte. Sin importar si llevas a tu perro al veterinario o si tratas de administrarle primeros auxilios, lo mejor será contar con otra persona presente que pueda ayudarte.
    • Si necesitas llevar a tu mascota a un veterinario de emergencia, es mejor tener a alguien junto al perro para ayudarlo de inmediato si la situación empeora.
    • Si el veterinario te pide que trates de retirar el objeto por tu cuenta, es recomendable que lo hagas con la ayuda de otra persona.
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    Descarta otras causas. Puedes empeorar las cosas en lugar de arreglarlas si realizas ciertas maniobras en un perro que no las necesita. Por ello, es importante estar lo más seguro posible de que tu perro se está asfixiando y que corre peligro, en lugar de solo pensar que podría ser el caso. Las siguientes afecciones pueden hacer que tu perro se comporte como si se estuviera asfixiando:
    • Un velo del paladar largo: una peculiaridad anatómica común que se encuentra en muchos perros es tener una lengua y un velo del paladar muy grandes para su boca. Esto es común en particular para los perros braquiocefálicos (aquellos con narices cortas y caras parecidas a la de un bebé) como el pug, el pequinés, el lhasa apso y el shih tzu, pero también ocurre en las razas pequeñas como el poodle, el west highland white terrier, el perro salchicha, el spitz y el pomerania. El resultado es que cuando el perro inhala fuertemente, succiona el extremo del velo del paladar y lo empuja hacia la entrada de la tráquea. Esto reduce o bloquea de forma temporal la tráquea y el animal hace una serie de resoplidos dramáticos o sonidos de atragantamiento, como si se estuviera asfixiando. Esto solo es una crisis temporal, ya que cuando el perro traga, el velo del paladar se aleja de la tráquea y puede respirar nuevamente. Si no estás seguro, dale comida o una golosina. Si recibe y traga la comida, no se estará asfixiando.
    • La tos de las perreras: la tos de las perreras es una infección que hace que las vías respiratorias duelan, se inflamen y se irriten. Incluso el simple hecho de inhalar aire fresco puede causar picazón en la garganta y provocar episodios de tos. Esta tos puede ser fuerte y se suele hacer pensar que el perro tiene algo atorado en su garganta. Nuevamente, verifica si puede tragar ofreciéndole algo de comer. Si puede tragar, es muy poco probable que se esté asfixiando. Sin embargo, comunícate con el veterinario para que te recomiende un examen para determinar si se trata de la tos de las perreras.
    • Una enfermedad cardiaca: en ocasiones, un corazón agrandado ejerciendo presión en las vías respiratorias o una deficiencia cardiaca pueden parecerse a una asfixia. El perro puede respirar con dificultad, toser e incluso tener las encías de color azul. Es difícil diferenciar esta afección de la asfixia, pero en general los signos se desarrollan con lentitud y el perro luce menos enérgico y más letárgico 1 o 2 días antes. Por otro lado, la asfixia es mucho más común en canes curiosos y activos, y surge de un momento a otro.

Parte 2
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Retira el objeto

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    Retira el objeto con pinzas o tenazas. Si puedes ver el objeto que bloquea las vías respiratorias y el veterinario te recomienda que lo hagas, trata de retirarlo con cuidado.
    • Solo trata de retirar el objeto si puedes verlo y sujetarlo con facilidad, y si tu perro no está frenético. Si no puedes ver el objeto, corres el riesgo de empujarlo más por accidente.[3]
    • Si el animal está frenético, corres el riesgo de sufrir una fuerte mordedura. En este caso, acude de inmediato a un veterinario de emergencia o a un hospital para animales.
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    Ayuda a tu perro a deshacerse del objeto. La fuerza de la gravedad puede ayudar a tu perro a deshacerse del objeto. Para ayudarlo, deberás sostenerlo boca abajo y sacudirlo.
    • Sujeta a un perro pequeño o mediano por sus patas traseras. Sujeta al perro boca abajo y sacúdelo para tratar de extraer el objeto por gravedad.[4]
    • No podrás sujetar así a un perro grande. En lugar de ello, mantén sus patas delanteras en el suelo y levanta sus patas traseras (de la misma forma en la que sostienes una carretilla) e inclínalo hacia adelante.
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    Dale golpecitos en la espalda. Si no puedes ayudar a tu perro a expulsar el objeto inclinándolo hacia adelante, puedes golpear enérgicamente su lomo para ayudarlo a expulsar el objeto que lo está asfixiando.
    • Con la palma de tu mano, dale 4 o 5 golpecitos fuertes entre sus omóplatos. Ten cuidado de no usar demasiada fuerza con los perros pequeños, ya que corres el riesgo de fracturar sus costillas, lo cual puede provocarles la muerte si una costilla rota perfora un pulmón.[5] [6]
    • Si al inicio no funciona, inténtalo una vez más.
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    Considera realizar la maniobra de Heimlich. Podrías lesionar fácilmente a tu perro usando esta maniobra, por ello SOLO debes usarla si las opciones anteriores no dieron resultado.
    • Solo inicia la maniobra de Heimlich si estás seguro de que tu mascota se está asfixiando con un objeto. [7]
    • Coloca tu brazo alrededor de la cintura del perro. Asegúrate de que su cabeza apunte hacia abajo, ya que la gravedad ayudará a expulsar el objeto mientras realizas el procedimiento.
    • Asegúrate de sujetar al perro firmemente, pero sin apretarlo mucho.
    • Te recomendamos contar con alguien que te ayude a tomarlo del pelaje mientras lo haces. Esto te ayudará a mantener al perro firme y a contener a un animal frenético. [8]
    • Forma un puño con una mano y cúbrelo con la otra. Debes colocar tu puño de dos manos en el área blanda justo debajo de la caja torácica. El tamaño del perro influirá en la posición exacta de tus manos.
    • Si es chico o mediano, deberás usar 2 dedos en lugar de un puño (pero usarás la misma fuerza) para no lastimar su caja torácica. [9]
    • Dale entre 3 y 5 empujones hacia adentro y hacia arriba de forma rápida y firme. Repítelo en series de 3 a 5 empujones hasta 3 o 4 veces.
    • Ten cuidado de no usar demasiada fuerza, ya que podrías quebrar sus costillas o reventarle el bazo.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Trata las secuelas

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    Observa si tu perro respira con normalidad después de extraer el objeto. Si no es así, dale respiración artificial de inmediato.[10]
    • Si no tiene pulso, hazle una reanimación cardiopulmonar.[11]
    • Si requiere del uso de métodos de reanimación, haz lo que puedas de inmediato y haz que alguien llame al veterinario para obtener más instrucciones.
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    Lleva tu perro al veterinario. Incluso si lograste extraer el objeto, te recomendamos llevarlo al veterinario para que lo revise y determine si tiene algún otro problema o lesión. [12]
    • Mantenlo calmado y llévalo al veterinario con la mayor rapidez y seguridad posibles.
    • Préstale mucha atención a tu mascota para asegurarte de que pueda respirar con normalidad.

Consejos

  • Antes de administrarle primeros auxilios a tu perro, asegúrate de que en verdad se esté asfixiando y que no se trate de algún otro problema, como una enfermedad. Revisa los síntomas con cuidado.
  • Si estás solo cuando tu perro empieza a asfixiarse, llama a un vecino o a alguien que pueda ayudarte rápido.
  • Los anzuelos pueden extraerse de la boca o la lengua de un perro cortando la punta con pinzas. Sin embargo, solo un veterinario puede hacerlo y usando un tranquilizante.[13]

Advertencias

  • Ten cuidado cuando extraigas huesos. Los huesos pueden romperse y formar astillas con facilidad, lo cual puede causar incluso más problemas, como perforar las vías respiratorias, etc.
  • Permanece calmado y tranquilo, sino solo empeorarás su asfixia.
  • La maniobra de Heimlich puede lesionar gravemente al perro, en particular si no se está asfixiando. No la uses, salvo que estés absolutamente seguro de que no puede respirar y si no te quedan otras opciones.[14]

Cosas que necesitarás

  • Guantes (opcional)
  • Pinzas o tenazas
  • Números telefónicos de veterinarios de emergencia (siempre tenlos a la mano, en la refrigeradora o en un lugar similar)

Referencias

  1. The Merck/Merial Manual for Pet Health, Home Edition, p. 1052, (2007), ISBN 978-0-911910-99-5
  2. Dr Peter Roach, The AWW Pet Care Book, p. 61 (sin fecha)
  3. Dr Peter Roach, The AWW Pet Care Book, p. 61 (sin fecha)
  4. Amy Marder, V.M.D., The Complete Dog Owner's Manual: How to raise a happy, healthy dog, p. 57, (1997), ISBN 1-875137-83-1
  5. The Merck/Merial Manual for Pet Health, Home Edition, p. 1052, (2007), ISBN 978-0-911910-99-5
  6. Melanie Monteiro, Safe Dog Safety Tip: Choking
  7. http://www.petplace.com/dogs/heimlich-for-your-dog/page1.aspx
  8. Dr Peter Roach, The AWW Pet Care Book, p. 61 (sin fecha)
  9. http://www.petplace.com/dogs/heimlich-for-your-dog/page1.aspx

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